BIENVENIDOS AMIGOS PUES OTRA VENEZUELA ES POSIBLE. LUCHEMOS POR LA DEMOCRACIA LIBERAL

LA LIBERTAD, SANCHO, ES UNO DE LOS MÁS PRECIOSOS DONES QUE A LOS HOMBRES DIERON LOS CIELOS; CON ELLA NO PUEDEN IGUALARSE LOS TESOROS QUE ENCIERRAN LA TIERRA Y EL MAR: POR LA LIBERTAD, ASÍ COMO POR LA HONRA, SE PUEDE Y DEBE AVENTURAR LA VIDA. (MIGUEL DE CERVANTES SAAVEDRA) ¡VENEZUELA SOMOS TODOS! NO DEFENDEMOS POSICIONES PARTIDISTAS. ESTAMOS CON LA AUTENTICA UNIDAD DE LA ALTERNATIVA DEMOCRATICA

miércoles, 3 de septiembre de 2014

CARLOS GUYON CELIS, TOCAR FONDO

Un saludo amigo(a), mi amiga Isa Dobles opinaba que en Venezuela no habíamos tocado fondo; creo que esto lo opinaba tomando como punto de comparación a Cuba, donde ella vivió varios años y conoció y sintió los niveles de destrucción y miseria que existen allá y de lo que son capaces quienes hoy dirigen y monitorean el proceso de instalación del comunismo en el país.

Particularmente considero que millones de venezolanos ya hemos tocado fondo; hemos tocado fondo a quienes nos arrebataron nuestras propiedades, pero los empleados y obreros que quedaron desempleados también, tocaron fondo las empresas que cerraron, los comercios que quebraron, los estacionamientos que se robaron, las agencias de viajes que cerraron pero los empleados y obreros que trabajaban en ellas también; tocaron fondo los dueños de miles de concesionarias de los vehiculos norteamericanos, europeos y japoneses que han cerrado, las ensambladoras que producían esos vehiculos pero los cientos de miles de empleados y obreros que trabajaban allí y quienes teníamos ese tipo de carros también; tocaron fondo los miles de venezolanos muertos a manos del hampa promovida desde el Estado y sus familiares también; tocaron fondo los miles de venezolanos que padecen enfermedades y por incompetencia de este régimen no las consiguen para curarse, tocaron fondo los miles de venezolanos que han perdido sus viviendas por las políticas ejercidas por el régimen; tocaron fondo los miles de jóvenes que han emigrado por miedo a perder su futuro o su vida en esta jungla de violencia desatada por el régimen.

Pareciera que esto no tiene solución, pareciera como si la mayoría de los venezolanos estuviéramos conformes con esta situación anómala que estamos viviendo, pareciera imposible derrotar a este pequeño grupo de apátridas que nos tienen acabado el país y hasta nuestra forma de ser; pues si hay solución y si vamos a escribir una historia bonita del país. Lo primero es deponer ambiciones personales en función del bienestar del país, luego unificar a todos los venezolanos con el UNICO propósito: Recuperar la Democracia y las Libertades Constitucionales y trabajar en las estrategias que nos llevaran a conseguir este objetivo. Si se puede,

Carlos Guyon Celis
valientes2007@gmail.com
@CarlosGuyonCeli

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ROSALÍA MOROS DE BORREGALES, COMO LOS DEDOS DE UNA MANO

Este artículo es la primera lectura de mi libro Reflexiones para Venezuela. Hoy en la víspera de la boda de nuestro hijo Leonardo D. lo dedico con todo mi amor a mi nueva hija Isabel Cecilia

            Cuando era niña acostumbrábamos a hacer la sobremesa, recuerdo que me encantaba escuchar las historias que nos contaba papá acerca de su infancia, sus padres, sus hermanos y de cómo se había enamorado de mamá. Recuerdo que en varias oportunidades nos hablaba de la importancia de permanecer unidos como familia.

           
Un día papá nos dijo que examináramos nuestras manos; algo sorprendida, sin entender hacia donde nos llevaba, volví mis ojos hacia mis manos y con ellos las seguí en un movimiento suave de arriba hacia abajo y de un lado hacia el otro. Después de unos instantes, recuerdo que él comenzó a exaltar las diferencias entre unos y otros. Fulano es alto y rubio, es alegre y dicharachero, Zutana es baja y de cabellos oscuros, es más seria y también inteligente…, y así fue describiéndonos a cada uno, exaltando las diferencias físicas y  de personalidad entre unos y otros.

            Como mi padre ha sido siempre abundante en sus elogios, pronto me concentré en la rima de sus palabras en forma de versos, y olvidé mis manos, mientras él paseaba con su mirada alrededor de la mesa y nos tocaba el alma con sus ojos café. Pero mi padre no había olvidado su propósito, siempre ha estado empeñado en mostrarnos las riquezas que hay en ser familia, la multiplicidad de cualidades que podemos encontrar en la variedad de caracteres, lo maravilloso que es el aceptarnos unos a otros. La inmensa aventura que es la vida y lo hermosa que puede ser cuando vamos acompañados en el camino: “Porque mejor son dos que uno, porque si uno cae el otro lo levanta; porque si uno tiene frío el otro lo abriga”.

            De repente, volví mi atención a mis manos, y pensé: _A papá se le olvidó el asunto de las manos. En la curiosidad de mi mente de niña, esperaba impacientemente el desenlace de toda esta declaración de amor de mi padre hacia todos nosotros. Pero mi padre no había olvidado, él tenía muy claro su propósito, tan claro como la luz del mediodía, tan claro que han pasado más de treinta años de aquella sobremesa y lo recuerdo nítidamente, casi puedo revivir los aromas de la deliciosa comida, casi puedo ver los ojos de mi madre bañados de lágrimas.

            Entonces, apurado por la impaciencia de los más pequeños que inquiríamos una explicación acerca de la minuciosa observación que nos había demandado hiciéramos de nuestras manos, nos dijo:

_Así como en una mano todos los dedos son diferentes, unos más gorditos, otros más largos, otros menos agraciados pero más útiles, como el pulgar, todos tienen una función en ese conjunto que llamamos la mano, todos pertenecen a una unidad, todos son parte de un todo sin perder su individualidad._ así, hijos míos, así es la familia. somos uno en dios, y somos todos diferentes, pero somos miembros los unos de los otros. siempre permanezcan unidos, recuerden que somos como los dedos de la mano.

Rosalía Moros de Borregales
rosymoros@gmail.com
http://familiaconformealcorazondedios.blogspot.com/
@RosalíaMorosB

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ALBERTO JIMÉNEZ URE, PODRÍAMOS VIVIR SIN GOBIERNOS,

«Para qué gobiernos más o menos canallescos si podemos contratar, mediante concursos de credenciales y sin perturbaciones políticas, a empresas aptas para la administración de los presupuestos federales de las repúblicas conforme a las exigencias de los habitantes de cada república emancipada»

Hace ya más de dos centurias, vivió un intelectualmente portentoso y autodidacta sujeto llamado Pierre Joseph PROUDHON (1809-1865, París). Primero gran amigo y posteriormente blanco de la iracundia de Karl MARXFALSO, publicó un extraordinario ensayo intitulado ¿Qué es la propiedad? (1). Filósofo, economista y sociólogo vulgar, como lo califican todavía los rusos, PROUDHON sostuvo extravagantemente (2) «[…] que la Propiedad es robo […]» (3). En tanto que las doctrinas filosóficas no proscriben cuando sin ser sometidas a una rigurosa (materialización) experimentación, pienso que aquellas viejas lucubraciones tienen una vigencia indiscutible: más aún durante nuestro («hoy de la Postmodernidad») tiempo de revisiones, reformas, arrepentimientos tardíos, neo-inclinaciones «comunistas» (4) y contradicciones capitalistas (5).

Los motivos que impulsaron a Pierre Joseph a (volver «sinónimos») o fundir los vocablos «Propiedad» y «Robo» son absolutamente discutibles. Abrumado e insomne al modo de los iluminados que en la Antigüedad pronunciaban profecías, conjeturó respecto a la naturaleza religiosa y política de una «categoría» aparentemente inalienable (esa preterida por resentidos, la Propiedad) fustigándola con la lógica más emocional: la de los «hechos» y no la de la «Razón» o «Voluntad» (6). Hay instantes en los cuales el famoso pensador francés, tenido universalmente como (padre) propulsor del auténtico Anarquismo (7) o Mutualismo, al tiempo que brillantemente refuta los conceptos que sus predecesores difundieron sobre la lex, por ejemplo, yerra igual por omisión de transparencia en sus definiciones. Leámoslo:

[…] «La definición de la Soberanía derivaba de la voluntad del Soberano: luego, en una monarquía, las ley es la expresión de la voluntad del Rey; en una república, la ley es la expresión de la voluntad del pueblo. Aparte de la diferencia del número de voluntades, los dos sistemas son perfectamente idénticos: en uno y otro el error es el mismo. Afirmar que la ley es expresión de una voluntad, debiendo ser la expresión de un hecho […]» (8)

A diferencia de PROUDHON, sostengo que la Ley procede del Juicio o Razón Apriorística y no «de los hechos»: ello por cuanto se sucede y aplica ulterior a lo incidental que provectamente se analiza, pese a ser una formulación del empirismo. 

A mi juicio, las leyes son la culminación o el resultado de una suma de reflexiones que respecto a lo perjudicial el Hombre (en su condición de ente sociable y mediante la Razón Suficiente e Inmutable) propugna en bien de la «convivencia pacífica». Los hechos, en sí mismos, implican a personas: y todo lo descendiente de nosotros es consecuencia o efecto, y no dictado o premisa de una «ley tácita» en espera de su develamiento. Una vez consumados «los hechos», sólo existen en la mente de los espectadores: víctimas y actores, y no en algún Supra-Natural Código para el Enjuiciamiento de Criminales.

Similar a sus meditaciones sobre la Ley, que no producto de una Razón Suficiente e Inmutable sobre los acaecimientos (ello puesto que finalmente se admite la rigidez de algunos preceptos del Derecho, hasta la saciedad discutidos por los filósofos de la Jurisprudencia), la necesidad de la Propiedad surge sin traumas de carácter divino o contiendas armadas. Nace con el hombre, es su predicado: así, cuando un bebé se aferra a sus padres, lo hace movido por la ansiedad de permanencia en el mundo. Para permanecer, fortalecerse y consecuencialmente sobrevivir, es menester que tanto física como psíquicamente los individuos sintamos que hay asuntos inmanentes a nosotros: la madre, los derechos tribales, la esposa, unos hijos, la tierra donde edificamos la vivienda y los objetos que 1a habitan. En Civilización -y no en barbarie- la Propiedad es también consecuencia «de un hecho» y no de «un derecho»: aunque efímero, el premio que la Razón en la Sociedad otorga al esfuerzo y no la consagración de la pereza.

El hombre viene al mundo y ninguna cosa posee o le pertenece. Ya en lo existente, busca [fijar] forjar [se] y no fortuitamente o por vindicación accidental y colectiva (nivelación) merecer las cosas. Respecto a delegar la Propiedad al Estado después de su abolición, torpemente ensayada por los «marxfalazianos», me parece absurdo. En relación a la Propiedad bajo control estatal, la experiencia comunista fracasó (por ser una vertiente degenerada del Mutualismo, quizá motorizada por la envidia que el soberbio MARXFALSO sintió hacia PROUDHON).

¿Qué es el Estado sino (lógicamente) una entidad que, sin los ciudadanos o nacionales, no tendría existencia jurídica? La tesis de la abolición real de la Propiedad, según soñó Pierre Joseph, implicaría renunciar a la responsabilidad individual: asunto artificioso, inconcebible y contrario a la Libertad por su condicionamiento. La disolución real de la Propiedad para cederla al Estado implica su transferencia a quien gobierna y lo representan de facto o por decisión de minorías de ciudadanos. Yo le habría dicho al pensador mutualista que es posible abolir la Institucionalidad de Gobierno, que suele apropiarse de las riquezas públicas, sin que desaparezca el Estado. Similar a sus meditaciones sobre la Ley, el autor de Filosofía de la miseria (1846) imprime cierto tono confuso a sus percepciones de la Propiedad. Analice el lector lo siguiente:

«[…] De la distinción de la posesión y de la propiedad, nacen dos especies de derechos: el jus in re, derecho en la cosa, por el cual puedo reclamar la propiedad que me pertenece a cualquiera en cuyo poder la encuentre; y el jus ad rem, derecho a la cosa, por el cual solicito que se me declare propietario […] Esta distinción de jus in re y del jus ad rem es fundamento de la conocida división del posesorio y del petitorio, verdaderas categorías de la jurisprudencia, pues la comprenden totalmente en su inmensa jurisdicción. Al escribir estas páginas contra la propiedad, insto en favor de toda la sociedad una acción petitoria, pruebo que los que hoy nada poseen son propietarios en igualdad de condiciones con los que todo lo poseen. Pero, en vez de pedir que la propiedad sea repartida entre todos, solicito que, como medida de orden público, sea abolida para todos […]» (9)

Hábilmente, PROUDHON alude a dos importantes «categorías de derecho» (el «jus in re» y el «jus ad rem») para, infalible, demostrar que, ulterior a la formalización de un «petitorio» y al serle automáticamente negado (por su osada naturaleza), la Propiedad se vuelve robo: el propietario ladrón y el Estado (mediante su gobierno) cómplice del «atentado criminal» contra los desposeídos, indistintamente de las categorías.

Cuando adviertas que estás insólita e inexplicablemente aquí, procura prepararte para tu partida del Universo persuadido que nada distinto a la ilusión de Existencia y Propiedad rigieron en tu circunstancia.
Admiro la inteligencia que exhibió Pierre Joseph PROUDHON, ciertas de sus inflexiones de modo al disertar. Fue -sin dudas- alguien dotado de excepcional lucidez para igual torcer la naturaleza del Ser Humano. En el curso de un siglo en el cual todavía los hombres se creían descendientes de los dioses, y cuyos pensadores intentaban infructuosamente salvarse de un falaz purgatorio hostigando a infieles, escépticos y (científicos) visionarios, la tesis de la «Libertad», «Igualdad» y «Fraternidad» que propugnaron los intelectuales de la Revolución Francesa devino en bestia de probeta: que, en el naciente Siglo XXI, infortunadamente resucita.

Sostengo que los ciudadanos del Mundo debemos persuadirnos y convencer a los demás que podemos vivir sin la fracasada Institucionalidad de Gobierno. Los recursos de las naciones pueden ser, perfectamente, administrados por expertos a los cuales se les estaría prohibido convertir las Finanzas Públicas en inmensas y secretas «partidas presupuestarias» que inescrupulosos funcionarios manejan a su antojo. Mujeres y hombres sin pretensiones mesiánicas ni de liderazgo político con quienes firmásemos contratos revocables. Podríamos vivir sin gobiernos, con administradores federales y transitoriamente propietarios.
  

NOTAS.-

(1) PROUDHON, Pierre Joseph: ¿Qué es la Propiedad? Ediciones Orby. Barcelona, España, 1985.
(2) Digo extravagantemente por cuanto, en la época en la cual  PROUDHON vivió, el concepto de Propiedad ganaba adeptos en todo el mundo y se fortalecía inteligiblemente.
(3) Ob. cit. p.p. 29 y 30.
(4) Así como los «gorbachovianos» del Soviet Supremo maquillaron el manifiesto de su MARXFALSO, para luego ser eufemísticamente llamado Perestroika o Glasnost («Transparencia»), en Ultimomundano, sin ningún riguroso documento que difundir, los sempiternos disociados y resentidos platican respecto a imponer una inmundicia que no sistema de gobierno democrático llamado Socialismo del Siglo XXI y al cual lo motoriza el Terrorismo Doctrinal.
(5) Aquella protagonizada por los mandatarios de países capitalistas mediante las cuales, jocosamente, atribuyen bondades a ciertas restricciones económicas.
(6) Me inclino por el principio según el cual existe una Razón Suficiente e Inmutable, no precisamente «metafísica», virtud a la cual podemos medir los hechos y a partir de ellos levantar una Lógica Justicia Universal.
(7) Sugiero al lector el estudio al respecto escribió el sabio profesor y filósofo argentino Ángel J. CAPPELLETTI, titulado La Ideología Anarquista (Alfadil ediciones. Caracas, 1985)
(8) Ob. Cit. p. 45.
(9) Ibídem. p. 52.

Alberto Jiménez Ure
@jurescritor

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SAÚL GODOY GÓMEZ, LA TRANSICIÓN QUE VIENE,

He estado escuchando a algunos políticos de la oposición insistiendo en el deber de los partidos en crear un nuevo modelo de país, un modelo que vuelva hacer soñar a los venezolanos; pero, dicho esto, se embarcan en las viejas recetas socialistas que tienen como protagonista al Estado, en una economía centralizada y repitiendo las mismas fórmulas fracasadas del Estado paternalista y benefactor. Eso me preocupa, estos políticos, la mayoría jóvenes, hablan como si estos 16 años de socialismo bolivariano no hubieran sucedido, como si ese punto de vista y estado de cosas hubiera sido un éxito.

Desafortunadamente, no estamos para vender proyectos, ni programas de gobiernos, ni para salir en campaña para convencer a un electorado a que voten por la oposición; el próximo gobierno en Venezuela, el que va a sustituir al chavismo, es un gobierno de emergencia, que se tiene que ocupar de lo inmediato, de contener el impresionante deslave del país, de aplicar correctivos, muchos de ellos dolorosos, de pedirle sacrificios al pueblo para poder salvar a la nación… no podemos caer en fantasías políticas y actuar como si todo estuviera normal; el país está quebrado, bárbaramente endeudado, con mafias y bandas criminales controlando lo que queda de la economía  que es incapaz de producir para nuestro propio sustento y eso lo sabe todo el mundo, pensar lo contrario sería no reconocer la ruda realidad que nos golpea el rostro todos los días. De ese tamaño es la crisis y eso lo debe tener claro la oposicion: el próximo gobierno será heroico, para salvarnos el pellejo.
La crisis que atraviesa el país hay que enfrentarla durante el gobierno de transición, no hay manera de posponerla, y el trance que enfrentará el gobierno tiene una doble cara, una naturaleza dual; por un lado hay que encarar una situación interna que tiene tres componentes principales: 1- la seguridad del país, 2- la crisis alimentaria y de salud y 3- la estabilidad y la reactivación económica.
Por otra parte, la situación geopolítica del país, o sea, nuestra situación internacional, tiene cuatro ejes fundamentales 1- nuestro mercado petrolero, 2- nuestra deuda externa, 3- la restructuración de nuestro servicio exterior (embajadas y consulados), 4- la seguridad y justicia internacional.
Lo interior y lo exterior se tocan de muchas maneras, lo que exige una gran coordinación de esfuerzos, y una cosa es clara, sólo tendremos éxito con ayuda de nuestros aliados y amigos en el extranjero, en cooperación con organismos multilaterales.
Pero, antes de entrar en materia, debemos puntualizar que los funcionarios y oficiales de gobierno que trabajen en esta primera etapa de resolución de la crisis, incluyendo al Presidente de la Republica, no deberían ir a reelección, por lo menos durante dos periodos eleccionarios; esta condición aseguraría dedicación exclusiva a la tarea de reconstrucción de la patria, sin la distracción de reelecciones.
La naturaleza de la crisis venezolana es multidimensional, es muy probable que nos tome más de dos periodos presidenciales resolverla; pero este primer momento de contacto y manejo de la crisis es fundamental para desenmarañarla, diagnosticarla y aplicar las primeras medidas de emergencia.
De este primer contacto con esas ingentes dificultades se desprenderán consecuencias importantes, que determinaran los pasos a seguir, principalmente, en lo que se refiere a la generación de confianza entre todos los sectores involucrados.
Ya hay algunas medidas que se pueden empezar a tomar y que son de sentido común; pero los correctivos estructurales y de fondo tardaran un tiempo en ser elaborados y activados, primordialmente, porque existen opciones y cada una conlleva consecuencias diferentes; una condición necesaria será siempre la comunicación permanente con los ciudadanos, ese es un factor clave, para que la información fluya constantemente y con la mayor claridad posible, esencialmente, porque el propio gobierno se va a encontrar que no existe información y si existe, hay que verificarla, porque el chavismo es una organización tan antipatriótica, que está haciendo todo lo posible por hacer la recuperación del país un imposible, empezando por borrar archivos, falsificar data, desaparecer expedientes.
Una de las acciones que la MUD debe tomar de inmediato es el nombramiento del gabinete del próximo presidente, no importa quién sea el candidato ganador o si éste, una vez electo, vaya a aceptar el gabinete conformado; no importa, lo que vale ante el pueblo de Venezuela es el gesto de proponer a estos hombres y mujeres, especialistas en sus diferentes áreas, con rostros conocidos, para que desde ya empiecen a trabajar en los planes de reconstrucción del país, que elaboren los programas sectoriales y apunten la dirección en que la Republica va a marchar con el nuevo gobierno; esto tendía un enorme impacto mediático y apuntalaría ese sentido de seguridad que tanta falta hace.
El que se empiece a discutir las medidas de emergencia a tomar con el nuevo gobierno, el que esos ministros designados por la MUD puedan dirigirse al país para plantear sus visiones de cómo vamos a salir de este atolladero, será muy importante para ir creando el ánimo y el ambiente de expectativa que se requiere, y será un buen ejercicio de prospectiva. Por supuesto, repito, será un gabinete y unos programas alternos de gobierno, pero que ya están allí y, en caso de apuros o de cambios inesperados de circunstancias, puedan usarse y sus responsables permanecerían atentos a su turno al bate, en caso de que el próximo presidente requiera de sus servicios.
El mejor aliado de un gobierno en emergencia es un pueblo bien informado y consciente de lo que se está haciendo y se quiere lograr; y porque se trata de una Emergencia con E mayúscula, el gobierno de transición debe contar con los mejores hombres y mujeres que tenga el país, en cada una de las áreas a ser tratadas, lo que ya dice mucho del presidente o la presidenta que el país requiere.
Se necesita un hombre o una mujer no sólo con “guáramo” y valentía, que no se “achicopale” ante las decisiones más duras, si llegare el caso de tener que tomarlas, que probablemente no vaya a sobrevivir políticamente de esta prueba, que no le tenga miedo a la impopularidad, que se sepa parte de un esfuerzo mayor y global y que su persona pueda ser reemplazable aún antes de terminar su periodo, son posibilidades que debe tomar en cuenta.
Tiene que ser un extraordinario comunicador, pero no un imitador de Chávez, empezando porque su compromiso tiene que ser con la verdad, si se equivoca tiene que asumirlo y rectificar.
Tiene que ser un gran coordinador de equipos de trabajo diversos, con habilidades “multitasking” en el sentido de poder atender simultáneamente varias tareas, que tenga presencia y credibilidad en su trato con extranjeros, que sepa manejarse bien en términos diplomáticos, que sepa dar el ejemplo en cuanto vida austera y de sacrificio.
Lo que viene en nuestro país es inédito, no tenemos experiencias previas, por lo que las cualidades y habilidades de nuestros políticos usuales, van a servir de muy poco.
Ese candidato debería contar con una esposa y familia, que le confieran la seguridad y la imagen entre la gente que entiende y padece los rigores de todos los venezolanos, que hay un anclaje y un sentido de pertenencia; creo que el rol de Primera Dama – perdido en el tiempo por conveniencia de los políticos que hemos padecido en la primera magistratura - va a ser indispensable en esta ocasión.
Si fuera una mujer, tendría que tener el talante de una reina; y lo digo con toda la propiedad que el término personifica, la reencarnación de la Republica en una soberana, ejemplo y madre de todos los venezolanos, el ideal de una dama por la que toda la nación sea capaz de sacrificarse.
La transición que viene no va a ser pacifica; domar y recoger a todas esas fieras sueltas y que andan medrando de la gente, detener los abusos e injerencias extranjeras en el país, va a requerir de medidas extraordinarias que pudieran acercarnos a estados de pre-guerra (aunque ya vivimos en ella), con todas las implicaciones que esto conlleva, por lo que presidentes blandengues y cobardones no son los indicados.
Hay que rescatar el respeto internacional de Venezuela, nuestra autoestima; volver a caminar con nuestros propios pies y en la dirección que escojamos, hacer nuestro propio mundo con esfuerzo y trabajo, ordenar nuestra casa, que es Venezuela.
El próximo presidente de Venezuela tiene que ser alguien que inspire emoción, que nos haga sentir de nuevo orgullosos de ser un país independiente y libre, dueño de nuestro propio destino.
La situación del país está tan deteriorada, el poder tan desarticulado, que pudiera pasar cualquier cosa en cualquier momento, dentro o fuera del ámbito constitucional, y en estas circunstancias de excepción, gana el que esté mejor preparado.-
Saul Godoy Gomez
saulgodoy@gmail.com
@godoy_saul

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RAFAEL RIOS, R@F@EL, CARICATURAS, UNA FORMA ESPECIAL, DE OPINAR RECOPILACION DE LAS MAS RECIENTES,

 

 

 








 



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martes, 2 de septiembre de 2014

JOSÉ RAFAEL AVENDAÑO TIMAURY, ESTADO A SECAS

   “Tenemos que desmontar el Estado burgués y en eso es que ha estado concentrado el presidente Maduro en las últimas semanas”. (Vicepresidente de la República en preaviso). Estamos a la espera pues de la declaración del presidente donde impartirá el mandato para desmontar el “Estado burgués”. De los muchos conceptos del Estado, me quedo, por ahora, con el de Max Weber, quien en 1919 lo definió como “una asociación de dominación con carácter institucional que ha tratado, con éxito, de monopolizar dentro de un territorio la violencia física legítima como medio de denominación y que, a este fin, ha reunido todos los medios materiales en manos de su dirigente  y ha expropiado a todos los funcionarios estamentales que antes disponían de ellos por derecho propio, sustituyéndolos con sus propias jerarquías supremas”. 

En tal razón, dentro de este concepto se hallan dentro del Estado, instituciones fundamentales para garantizar y hacer viable su funcionamiento armónico. Los poderes clásicos como el Ejecutivo, Legislativo y Judicial se encargan de que por intermedio de sus instituciones como la administración pública, tribunales, fuerza armada, la policía, entre otros, asuman las funciones de gobernación, defensa, justicia, seguridad, relaciones exteriores y demás. Como evolución del concepto se ha elaborado y aceptado, como un dogma de fe, el desarrollo del llamado “Estado de Derecho” y se incluyen dentro de la institución estatal, aquellas resultantes del “imperio de la ley”, la división de poderes y otras instituciones más sutiles, pero propias del Estado.    En Venezuela, novedosamente en 1999, se le agregó al viejo criterio dos poderes más, el Electoral y El Ciudadano.

   Partiendo entonces de esta ajustada síntesis, no es apresurado inferir que las declaraciones del devaluado vicepresidente constituyen una seria señal de alerta por la forma, el modo y el contenido de su afirmación. Desmontar el “Estado burgués” que plantea y que constituye la causa del insomnio presidencial cuyo desenlace veremos pronto constituye, a mi manera de ver, dos premisas –podemos denominarlas confesiones sin rubor alguno- fundamentales: El “Estado burgués” con el cual convivimos los venezolanos fue instaurado con la Constitución Bolivariana aupada por Hugo Chávez. Confiesa y conviene entonces el declarante, que el pensante insomne asume el fracaso total de la concepción del Estado establecida en la Carta Magna. La segunda premisa, más grave y amenazadora, lo constituye el anuncio de “desmontar el Estado burgués”. Esta paladina manifestación permite interpretar sin malicia alguna que el régimen lo que plantea es la consolidación de un golpe de estado suprimiendo, con apoyo tácito y expreso milico, total o parcialmente las normas constitucionales que a su criterio conforman el ´”Estado burgués desmontable”. Como si fuera un juego de lego cualquiera y de esta manera conformar una nueva fachada con las mismas piezas del juego. Seguramente la Sala Constitucional está elaborando una nueva interpretación constitucional que hará palidecer a constitucionalistas clásicos y actuales. Ya de hecho lo han venido haciendo y han encontrado, para su satisfacción, a un pueblo adormecido y ayuno de dirigencia competente que lo despierte. Me permito señalar, a manera de ejemplo, uno solo: novísima sentencia N° 651 del 11/06/2014, que define el rol de la fuerza armada en la actividad política del país.
   Por lo señalado en el párrafo anterior se infiere que el denominado “sacudón”, consecuencia de la renuncia masiva ministerial, no se dará como secuela del fracaso rotundo de las políticas públicas desarrolladas desde hace más de diez años y que son las responsables de la crisis económica, de seguridad ciudadana y social que padecemos los venezolanos. Pretenden que aceptemos que esta realidad no se debió a la incapacidad de esos funcionarios que en su mayoría se han rotado en sus cargos; la devaluación, el desabastecimiento y alto costo de la vida no son producto de sus erróneas ejecutorias; la malversación de fondos y corruptelas generalizadas, servicios públicos vitales como salud, educación, vialidad etc. Tampoco lo son, En fin, para no seguir enumerando lo que es público y notorio, insisten en que todos estos fracasos estruendosos no han sido culpa de los dos presidentes y de todos los funcionarios colaboradores que han tenido y que hemos padecido ¡Que no ha sido así de ninguna manera! Todo ha sido producto  ¡Eureka! del “Estado burgués” que hay que desmontar. Con esta monserga atiborrada con lenguaje jacobino-comunista, casi en desuso, desplegado nuevamente se nos pretende adormecer.
   Mientras esto acontece, la MUD, Leopoldo López, María Corina Machado y todos los seguidores de la salida electoral para las parlamentarias de diciembre de 2015, referéndum revocatorio después de 2016, Asamblea Nacional Constituyente y elecciones presidenciales en 2019 con el actual CNE, Salas Constitucional, Electoral y ahora agrego la Penal –especializada en mantener en ergástulas a opositores y en libertad complaciente a maleantes- siguen con sus planes de investir a nuevos aspirantes legislativos y ratificar a otros. Se les olvidó que han defenestrado a tres diputados saltando la barrera constitucional con el apoyo reiterativo y obcecado de la Sala Constitucional cuando les ha dado su real gana. Solamente desean, los aspirantes y quienes les dirigen, pastorear en la sabana babosa y llena de fango que se llama Asamblea Nacional. La cual no ha servido ni servirá para nada mientras los poderes públicos no estén conformados de acuerdo a lo establecido en la constitución y textos legales pertinentes.
   Dentro de pocos días sabremos si todo lo aquí señalado se cumple -o ha sido, una vez más- como parte del continuado sainete a que nos tiene acostumbrado la propaganda oficial que de manera casi semanal nos inocula con perversa intención de distracción sibilina para alejarnos de lo meduloso: ¡Crisis Nacional! que pone en peligro la estabilidad republicana y la calidad de vida de todos los venezolanos.

José Rafael Avendaño Timaury
cheye@cantv.net
@cheyejr

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LEANDRO AREA PEREIRA, DESENCANTO SOCIAL Y CAMBIO POLÍTICO

Los políticos de oposición, que no así los de gobierno por obvias razones, tienden a establecer una relación simplista, de causa-efecto, entre lo que el marxismo vulgar llamó “las condiciones reales de existencia”, por un lado, y las conductas políticas de los seres humanos, los grupos y las clases sociales, por el otro. Y así predicen, y tantas veces se equivocan, que a cierto desencanto social, originado en crisis económicas más o menos graves y sostenidas, corresponderían inexorablemente tendencias hacia el cambio social y político.

La verdad es que el esquema es simplista y casi que indemostrable en la práctica, y soy de los que piensan que en general no es la economía la que determina la política, sino que es más bien la sumatoria de circunstancias y variables, entre ellas la económica, las que producen el desencadenamiento de procesos de cambio, sobre todo los de mayor profundidad. La Revolución Francesa, la rusa, la china, o la mal llamada “cubana”, no tuvieron como razón fundamental de ser motivos económicos aunque es cierto que existían en los países donde se produjeron graves  estados de pobreza e injusticia social.

Parece pues que, enquistados en el facilismo del esquema estímulo-respuesta, perdemos la perspectiva del conjunto y olvidamos lo que está frente a nosotros, lo obvio, y es que ese complejo universo que designamos como “pobres”, no necesariamente, a pesar de sus pesares, aspire cambiar sus condiciones de vida. Ahora en socialismo y antes en democracia, es y fue así. Esa lectura idealizada según la cual la vida pudiera ser mejor y próspera, de libertad, justicia e igualdad, no nace desde abajo, sino que es propiciada desde arriba; auspiciada por liderazgos, élites y una cierta filosofía humanista de origen religioso. El marxismo también es una religión plebeya.

La tendencia general de la gente es a considerar suficiente lo que tiene, conformismo lo llaman, aunque alguna mejora siempre será bienvenida. Pero nada de riesgos o cambios de lealtad; complacientes con la realidad a pesar de hambre, de inseguridad y de injusticia; justificadores y racionalizadores de su situación personal.

Si agregamos a ese menú algunos símbolos y mitos histórico-políticos y los adobamos con regalos misioneros y otras dádivas de “por ahora” o  “mientras tanto”, encontraremos entonces que no es solo el desbarajuste gubernamental lo que puede llevar al cambio político consistente, sino la confluencia de factores que estamos en la obligación de entender y apremiar.

Que no es la vía electoral ni la implosión que pudiera estarse generando con fuerza en los subterráneos del poder, ni la corrupción, ni el narcotráfico, ni el elemento militar, ni la variable externa, por si solas, las que pueden determinar un cambio en el poder político, sino más bien la siempre inédita conjunción de estos elementos y otros, que hacen eclosión y encuentran cauce cuando menos se piensa. La tarea no está hecha. Hay que seguirla haciendo.

Leandro Area Pereira
leandro.area@gmail.com
@leandroarea

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CARLOS RAÚL HERNÁNDEZ, UNA FUERZA TRANQUILA EN OCHO PASOS


Contra una mayoría sólida no hay manipulación de circuitos que valga
1. La nueva mayoría nacionalElecciones en sistemas políticos cerrados o semicerrados suelen ser retos al destino, porque se juega la existencia de los grupos que preservan la semilla de la democracia. En Venezuela retoña gracias a la conquista de posiciones electorales desde 2006. La ciudadanía en 70% culpa de sus males al gobierno, datos que el populismo puede revertir, y hay que preguntarse por qué eso no es automáticamente intención de voto hacia el retador. Una nueva mayoría nacional en 2015 requiere transformar conceptos, prácticas y lenguajes para convencer, seducir a la mayoría silenciosa que apoya solo las protestas pacíficas. Representar para los decepcionados seguridad, confianza, paz, estabilidad, prosperidad. Un trabajo de relojería que deje los sintagmas de violencia a su dueño: el poder: venganza, agresividad, amenaza, sirenas, gases y sangre en las calles. Los berrinches son el peor enemigo porque aherrojan la noción de cambio con incertidumbre.

2. Un equipo de estadistas. Los líderes del cambio son responsables, firmes, aptos para emprender la recuperación, nunca aventureros. Así la mayoría silenciosa podrá aceptar la propuesta, impulsarla con entusiasmo, devenir protagonista de los acontecimientos y garante de los resultados. Trocar el silencio por el voto. Fuerza tranquila llamó Felipe González la suya para sosegar los franquistas que temblaban porque creían que su triunfo acarrearía persecuciones y atropellos que nunca ocurrieron. No existirá terrorismo judicial en el futuro porque quienes derrotan el autoritarismo no toman venganzas, ya que de hacerlo se les deshace el poder en las manos, como analiza Betancourt a propósito del período 45-48. Por eso su principal preocupación en 1958 fue edificar el Pacto de Punto Fijo para incluir en el gobierno los dos principales responsables civiles de la caída de Rómulo Gallegos.

3. Una Asamblea Nacional independiente del gobierno sería un mensaje contundente de la nación a los gobernantes sobre la necesidad de cambiar de rumbo en paz. No saben qué hacer o no quieren saberlo o no lo hacen porque no les provoca y el país va al socialismo, pero de republiqueta subsahariana. La nueva mayoría hará que la Asamblea deje de ser un ministerio gigante que agavilla a los disidentes, calla representantes de la soberanía popular e incumple su función de supervisar al gobierno. Su papel será plantear medidas económicas y sociales para salir del Hotel del Abismo, donde según György Lukács vivía Alemania de entreguerras y hoy Venezuela alquiló todas las habitaciones.

4. Las dictaduras salen con votos porque así lo dicen los hechos. No se sabe quién inventó el mito contrario, pero tuvo que haber sido el G2. Frente a un Estado todopoderoso, armado, multimillonario, solo se puede luchar por los derechos universales. Vaclav Havel en Checoslovaquia y Lech Walesa en Polonia reclamaban rendijas para asomarse poco a poco, construyeron grandes fuerzas y después abrieron ventanas y ventanales. Hay que dejarse de oír malos ruidos y asumir definitivamente que el trabajo es el proceso electoral, la defensa de la Constitución, el reencuentro, y sacudir los mitos que abruman el entendimiento.

5. Triunfar con ese CNE. El cambio obtuvo 49,3% en las presidenciales de 2013 a pesar de todos los abusos imaginables. Ganó Miranda en 2012, y Barinas-ciudad en 2013, pese a que para el gobierno eran plazas simbólicas y se jugó el resto para defenderlas. Triunfó en las parlamentarias de 2010 con 52% y si no obtuvo mayoría de escaños fue porque el abandono de la Asamblea en 2005 le dio a la revolución unanimidad para rehacer a su antojo la Ley Electoral. En 2008 la disidencia triunfó en 8 gobernaciones y la Alcaldía Metropolitana, y en 2007 derrotó a Chávez en el referéndum constitucional.

6. Gracias al sistema automatizado han podido contarse los votos opositores, sobre todo en el interior del país y en los municipios rurales por diversas razones desatendidos. El voto electrónico favorece a quienes no pueden usar el Estado como maquinaria electoral y la reacción contra él se parece al síndrome de Frankenstein, miedo a la ciencia y tecnología porque se voltean contra el hombre. La falla de la Unidad consiste en no cubrir parte de las mesas electorales por el déficit de voluntarios, y donde no los hay es más fácil trampear.

7. Las trampas son manuales, no electrónicas. Favor no dispararle al pianista. Dicen que es imposible ganarle a las máquinas porque hay hackers cubanos o rusos en submarinos cerca de la costa, e incluso chinos flaquitos ocultos en las cajas. Los problemas reales son: voto asistido, multicedulación, grupos armados en centros electorales, expulsión de testigos, uso brutal de los recursos del Estado. Lo procedente, en vez de llantos, es desde hoy iniciar políticas para enfrentar esos, los verdaderos problemas.

8. Contra una mayoría sólida no hay manipulación de circuitos que valga, gerrymandering o malportion, para organizar las circunscripciones en función de favorecer a alguien, lo que tiene un límite porque no es posible sonsacar votos infinitamente. Se puede hacer un máximo de trasiegos, pero cuando aparece una votación abrumadora eso no funciona. El reto es ganar Barinas, Apure, Cojedes, Guárico, el interior de Lara, Miranda, Zulia, Carabobo.


Carlos Raul Hernandez
carlosraulhernandez@gmail.com
@carlosraulher

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GABRIEL S. BORAGINA, EL MERCADO IMPERFECTO

Un lector critica mi definición de capitalismo en los siguientes términos:

"Por principio, no me gustan las definiciones. El Capitalismo, como cualquier otro Sistema, ha ido evolucionando con el paso del tiempo, porque las circunstancias han cambiado."
Siguiendo el criterio de este lector, tendríamos que postular el cierre definitivo o clausura de la Wikipedia. Pero naturalmente con ello no sería suficiente. Además, también tendríamos que postular el cierre definitivo de la Real Academia Española. Y enviar a la hoguera todos los diccionarios y enciclopedias del mundo. Con todo, no creo que mediante estos procedimientos pudiéramos acabar con las definiciones que no le gustan a nuestro amigo lector. Claro que no.
Con el tiempo he aprendido que cuando alguien me dice que "no le gustan las definiciones", en realidad lo que me está queriendo decir es que lo que no le gustan son mis definiciones y en cambio le gustan sus definiciones. Como veremos, cuando analicemos como continúa su mensaje el lector en cuestión, nos daremos cuenta que también es su caso. Lo que no le gusta a este lector es mi definición, solamente porque contradice la de él, que obviamente le gusta más.
Pero notemos como continúa su crítica este lector. Dice seguidamente a lo anterior esto:
"Vivimos en un mundo en el que se adora al Mercado".
Para refutar esta falsedad me permito -inmodestamente- citar un párrafo de mi libro Socialismo y Capitalismo, donde digo:
"Catalácticamente; el mercado es un proceso de intercambio de valores y no mucho más que eso en esencia, proceso en el cual, intervienen millones de personas, virtualmente todo el mundo y dentro del cual, los valores intercambiados no son necesariamente materiales, en el mercado, se truecan valores (por definición, inmateriales) que recaen sobre objetos materiales o inmateriales, en última instancia; y como bien han subrayado los economistas austriacos, todos los valores transados en el mercado son inmateriales, algo que un antiliberal niega, sea por ignorancia o bien por pura maldad." (ob. Cit. Pág. 293)
Un poco más abajo digo:
"....si estudiar el complejo mecanismo de funcionamiento del mercado puede llevar algún tiempo y una cierta dosis de preparación y especialización, entender qué es el mercado no requiere un esfuerzo análogo, como ya hemos explicado; allí donde hay dos personas y se verifica un intercambio, por minúsculo e insignificante que sea, allí ya tendremos un mercado, toda persona que consume, que produce, que demanda o que oferta cualquier cosa, está formando parte del mercado, con lo cual, difícilmente pueda hablarse de "excluidos" del mercado, y –nuevamente digámoslo- que el mercado no excluya a nadie no implica otorgarle facultades sobrenaturales ni divinas; todos formamos parte del mercado en la medida que cumplimos alguna o todas de dichas actividades, ocurre que no se puede estar "fuera" del mercado, como no es posible que haya personas que estén "fuera" de la sociedad. Claro que, otra cosa será hablar de cuál será el nivel de satisfacción y de vida de dicha sociedad; pero sea que hablemos de sociedades ricas o pobres, ambas siempre lo serán o no, pero invariablemente dentro de la estructura del mercado." (ob. Cit. Pág. 296)
Como percibimos, a través de los párrafos transcriptos, no tiene ninguna clase de sentido decir que "se adora al mercado".
Tal quedó plasmado en las citas de mi libro, el mercado no es otra cosa que la palabra mediante la cual designamos el proceso por el que la gente hace intercambios entre sí. Estos intercambios se efectúan por necesidad (o -mejor dicho- para satisfacer una necesidad) y no por "adoración". Nadie compra un par de zapatos porque "adore" entregarle su dinero al zapatero. Ni el zapatero compra el pan porque "adore" darle ganancias al panadero. Si vamos al caso, sería más "adorable" poder tener de todo sin necesidad de comprar ni vender nada, es decir tener todo gratis. Desde este punto de vista, el mercado no tendría nada de "adorable". Se trata -como tantas veces dijimos- simplemente de un mecanismo de intercambio entre personas. Nadie "adora" al mercado. Se podrán "adorar" los productos que en este mercado se producen, pero no al mercado en sí mismo. La importancia del mercado no reside en que sea o pueda ser objeto de "adoración".
Continúa nuestro lector de esta manera:
"Creo en los mercados como herramienta y no creo en el Comunismo ni en el Populismo".
Como recordaremos al comenzar nos dijo que no le gustaban "las definiciones". Pudimos inferir que, lo que en realidad quiso decir fue que no le gustaba mi definición de capitalismo, sino la suya (que por cierto tuvo buen cuidado en ocultarla o callarla, aunque podemos imaginarla). Pero cuando dice que no cree en el comunismo ni en el populismo (ignoramos el porqué las letras capitales en ambos vocablos) ello implica que reconoce como diferentemente definidos los términos "capitalismo-comunismo-populismo". Si estas tres palabras no estuvieran definidas de manera diferente, las tres deberían significar la misma cosa para el crítico lector, pero es evidente que no usa las tres como sinónimos. Ergo, las define de manera separada, con lo que él mismo se autoinvalida cuando -en contrario- afirma que "no le gustan las definiciones". De hecho, está usando definiciones, está definiendo... claro, a su gusto y a su manera. Pero define. Al menos, lo hace cuando distingue entre "capitalismo-comunismo-populismo".
Y sigue, el amable lector, así:
"pero no es cierto que los mercados se autoregulen"
Y ya que el lector define (aunque lo niegue) recordemos que, según la definición de mercado (conforme la Escuela Austriaca de Economía en varios de sus autores) esta palabra sólo designa a un mínimo de dos y un máximo de infinitas personas realizando intercambios. ¿Tiene sentido decir que las personas que intercambian no se pueden "autoregular"? Es más, ¿tiene sentido decir que estoy impedido de "auto-regularme" cuando voy a comprar al supermercado? En realidad, tanto el lector como yo y todos estamos "auto-regulados" cuando vamos al supermercado. Lo que nos "auto-regula" es la cantidad de dinero que tengamos al momento en nuestras billeteras (o saldos en las tarjetas de crédito). Si yo no pudiera "auto-regularme" cuando voy a comprar, sería un comprador compulsivo, gastaría todo mi ingreso, y en poco tiempo me quedaría en la miseria.
En este sentido, el mercado me "auto-regula" en cuanto a lo que gano (que no es más que una cierta cantidad) y lo que gasto o puedo -mejor dicho- gastar (que necesariamente tiene que ser siempre una cantidad inferior a la primera).
Y cierra su comentario, nuestro amable lector, con esta frase:
"entre otras cosas porque no existe el mercado perfecto"
Esta especie de humorada la hemos refutado cientos de veces. ¿Alguien puede creer que en un mundo imperfecto existen cosas "perfectas", por ejemplo, un mercado? Ningún liberal pro-capitalista creyó ni creerá jamás en "mercados perfectos".
Pero en realidad, quienes se quejan de que los mercados son imperfectos están asumiendo que, los que -según ellos- deberían regular los mercados (es decir, los burócratas estatistas) son "por" definición "perfectos". En suma, quienes se consideran "perfectos" son precisamente los que se quejan de que los mercados son imperfectos. O sea, todos quienes discrepen con ellos son "por definición" imperfectos. Y "perfectos" serian los que "se dan cuenta" que los mercados son imperfectos. F. A. v. Hayek dio como título a su último libro el nombre de este síndrome: La fatal arrogancia. Cuidémonos pues de los que acusan a los mercados de imperfectos, ya que ello implica que ellos -o quienes ellos designen en su lugar- serán aquellos a quienes señalen como "perfectos" para controlar, no sólo los mercados sino a todos nosotros.
Tener que explicar todas estas cosas indica, a las claras, la poca idea que se tiene en general de lo que es tanto el capitalismo como el mercado.

Gabriel Boragina
gabriel.boragina@gmail.com
@GBoragina


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GABRIEL S. BORAGINA, EL MERCADO IMPERFECTO
Un lector critica mi definición de capitalismo en los siguientes términos:
"Por principio, no me gustan las definiciones. El Capitalismo, como cualquier otro Sistema, ha ido evolucionando con el paso del tiempo, porque las circunstancias han cambiado."
Siguiendo el criterio de este lector, tendríamos que postular el cierre definitivo o clausura de la Wikipedia. Pero naturalmente con ello no sería suficiente. Además, también tendríamos que postular el cierre definitivo de la Real Academia Española. Y enviar a la hoguera todos los diccionarios y enciclopedias del mundo. Con todo, no creo que mediante estos procedimientos pudiéramos acabar con las definiciones que no le gustan a nuestro amigo lector. Claro que no.
Con el tiempo he aprendido que cuando alguien me dice que "no le gustan las definiciones", en realidad lo que me está queriendo decir es que lo que no le gustan son mis definiciones y en cambio le gustan sus definiciones. Como veremos, cuando analicemos como continúa su mensaje el lector en cuestión, nos daremos cuenta que también es su caso. Lo que no le gusta a este lector es mi definición, solamente porque contradice la de él, que obviamente le gusta más.
Pero notemos como continúa su crítica este lector. Dice seguidamente a lo anterior esto:
"Vivimos en un mundo en el que se adora al Mercado".
Para refutar esta falsedad me permito -inmodestamente- citar un párrafo de mi libro Socialismo y Capitalismo, donde digo:
"Catalácticamente; el mercado es un proceso de intercambio de valores y no mucho más que eso en esencia, proceso en el cual, intervienen millones de personas, virtualmente todo el mundo y dentro del cual, los valores intercambiados no son necesariamente materiales, en el mercado, se truecan valores (por definición, inmateriales) que recaen sobre objetos materiales o inmateriales, en última instancia; y como bien han subrayado los economistas austriacos, todos los valores transados en el mercado son inmateriales, algo que un antiliberal niega, sea por ignorancia o bien por pura maldad." (ob. Cit. Pág. 293)
Un poco más abajo digo:
"....si estudiar el complejo mecanismo de funcionamiento del mercado puede llevar algún tiempo y una cierta dosis de preparación y especialización, entender qué es el mercado no requiere un esfuerzo análogo, como ya hemos explicado; allí donde hay dos personas y se verifica un intercambio, por minúsculo e insignificante que sea, allí ya tendremos un mercado, toda persona que consume, que produce, que demanda o que oferta cualquier cosa, está formando parte del mercado, con lo cual, difícilmente pueda hablarse de "excluidos" del mercado, y –nuevamente digámoslo- que el mercado no excluya a nadie no implica otorgarle facultades sobrenaturales ni divinas; todos formamos parte del mercado en la medida que cumplimos alguna o todas de dichas actividades, ocurre que no se puede estar "fuera" del mercado, como no es posible que haya personas que estén "fuera" de la sociedad. Claro que, otra cosa será hablar de cuál será el nivel de satisfacción y de vida de dicha sociedad; pero sea que hablemos de sociedades ricas o pobres, ambas siempre lo serán o no, pero invariablemente dentro de la estructura del mercado." (ob. Cit. Pág. 296)
Como percibimos, a través de los párrafos transcriptos, no tiene ninguna clase de sentido decir que "se adora al mercado".
Tal quedó plasmado en las citas de mi libro, el mercado no es otra cosa que la palabra mediante la cual designamos el proceso por el que la gente hace intercambios entre sí. Estos intercambios se efectúan por necesidad (o -mejor dicho- para satisfacer una necesidad) y no por "adoración". Nadie compra un par de zapatos porque "adore" entregarle su dinero al zapatero. Ni el zapatero compra el pan porque "adore" darle ganancias al panadero. Si vamos al caso, sería más "adorable" poder tener de todo sin necesidad de comprar ni vender nada, es decir tener todo gratis. Desde este punto de vista, el mercado no tendría nada de "adorable". Se trata -como tantas veces dijimos- simplemente de un mecanismo de intercambio entre personas. Nadie "adora" al mercado. Se podrán "adorar" los productos que en este mercado se producen, pero no al mercado en sí mismo. La importancia del mercado no reside en que sea o pueda ser objeto de "adoración".
Continúa nuestro lector de esta manera:
"Creo en los mercados como herramienta y no creo en el Comunismo ni en el Populismo".
Como recordaremos al comenzar nos dijo que no le gustaban "las definiciones". Pudimos inferir que, lo que en realidad quiso decir fue que no le gustaba mi definición de capitalismo, sino la suya (que por cierto tuvo buen cuidado en ocultarla o callarla, aunque podemos imaginarla). Pero cuando dice que no cree en el comunismo ni en el populismo (ignoramos el porqué las letras capitales en ambos vocablos) ello implica que reconoce como diferentemente definidos los términos "capitalismo-comunismo-populismo". Si estas tres palabras no estuvieran definidas de manera diferente, las tres deberían significar la misma cosa para el crítico lector, pero es evidente que no usa las tres como sinónimos. Ergo, las define de manera separada, con lo que él mismo se autoinvalida cuando -en contrario- afirma que "no le gustan las definiciones". De hecho, está usando definiciones, está definiendo... claro, a su gusto y a su manera. Pero define. Al menos, lo hace cuando distingue entre "capitalismo-comunismo-populismo".
Y sigue, el amable lector, así:
"pero no es cierto que los mercados se autoregulen"
Y ya que el lector define (aunque lo niegue) recordemos que, según la definición de mercado (conforme la Escuela Austriaca de Economía en varios de sus autores) esta palabra sólo designa a un mínimo de dos y un máximo de infinitas personas realizando intercambios. ¿Tiene sentido decir que las personas que intercambian no se pueden "autoregular"? Es más, ¿tiene sentido decir que estoy impedido de "auto-regularme" cuando voy a comprar al supermercado? En realidad, tanto el lector como yo y todos estamos "auto-regulados" cuando vamos al supermercado. Lo que nos "auto-regula" es la cantidad de dinero que tengamos al momento en nuestras billeteras (o saldos en las tarjetas de crédito). Si yo no pudiera "auto-regularme" cuando voy a comprar, sería un comprador compulsivo, gastaría todo mi ingreso, y en poco tiempo me quedaría en la miseria.
En este sentido, el mercado me "auto-regula" en cuanto a lo que gano (que no es más que una cierta cantidad) y lo que gasto o puedo -mejor dicho- gastar (que necesariamente tiene que ser siempre una cantidad inferior a la primera).
Y cierra su comentario, nuestro amable lector, con esta frase:
"entre otras cosas porque no existe el mercado perfecto"
Esta especie de humorada la hemos refutado cientos de veces. ¿Alguien puede creer que en un mundo imperfecto existen cosas "perfectas", por ejemplo, un mercado? Ningún liberal pro-capitalista creyó ni creerá jamás en "mercados perfectos".
Pero en realidad, quienes se quejan de que los mercados son imperfectos están asumiendo que, los que -según ellos- deberían regular los mercados (es decir, los burócratas estatistas) son "por" definición "perfectos". En suma, quienes se consideran "perfectos" son precisamente los que se quejan de que los mercados son imperfectos. O sea, todos quienes discrepen con ellos son "por definición" imperfectos. Y "perfectos" serian los que "se dan cuenta" que los mercados son imperfectos. F. A. v. Hayek dio como título a su último libro el nombre de este síndrome: La fatal arrogancia. Cuidémonos pues de los que acusan a los mercados de imperfectos, ya que ello implica que ellos -o quienes ellos designen en su lugar- serán aquellos a quienes señalen como "perfectos" para controlar, no sólo los mercados sino a todos nosotros.
Tener que explicar todas estas cosas indica, a las claras, la poca idea que se tiene en general de lo que es tanto el capitalismo como el mercado.

Gabriel Boragina
gabriel.boragina@gmail.com

@GBoragina