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lunes, 19 de octubre de 2015

SAÚL GODOY GÓMEZ, LA GRAN REFORMA EDUCATIVA EN VENEZUELA,

Lo repetiré hasta el cansancio, estos 17 años de chavismo son la más clara prueba de que nuestro sistema educativo ha sido un fracaso, la educación en manos del estado no sólo es peligrosa, ineficiente, lenta ante los cambios, sino que además alimenta las corrientes políticas más antidemocráticas y autoritarias; en pocas palabras, la tesis del estado educador es un error.

Si hay algo que una nueva Asamblea Nacional debería plantearse como prioridad es el desmantelamiento de esa hidra de cien cabezas llamada Ministerio de Educación, en todas sus presentaciones.
Una cosa es gobernar, otra muy distinta es educar, la educación debe dejarse en manos de la familia en una primera instancia, de la comunidad organizada, de la libre empresa, de los educadores, y cuando la persona se haya formado un criterio, es la persona quien tiene el derecho de decidir sobre su educación, no los funcionarios públicos y mucho menos los planificadores del estado.
Es sencillo, se educa para satisfacer una necesidad colectiva (la del estado) o se educa para preparar al joven para la vida en libertad.
Esa enorme cantidad de recursos que fueron orientados hacia el sector educativo por parte del gobierno chavista en Venezuela, durante los 17 años de revolución socialista, terminó en una gigantesca vorágine de corrupción y anarquía; permitieron que los cubanos intervinieran en la tarea desvirtuando la enseñanza de valores nacionales, convirtiendo muchos de los textos para los niños en lamentables piezas de propaganda y manipulación malsana; los programas de alimentación escolar terminaron en manos de mafias que, insensiblemente, dejaban que los niños pasaran hambre (cuando no sufrieran criminales intoxicaciones al ingerir comida en mal estado) y no rindieran en sus estudios; los maestros y profesores fueron engañados y explotados con sueldos de miseria y desasistencia social; la construcción y reparación de las escuelas se convirtió en un bingo para los ladrones…
Es patético el actual estado de nuestra educación, alimentada desde hace un siglo por la relación fatal del administrador público contra el educador, en una relación patrón-asalariado que no solo lleva a tremendas injusticias, sino que ha promovido una educación sin alma ni utilidad, que llega a los extremos de prácticamente “deformar” al individuo para amoldarse a una ideología perversa.
Las víctimas somos todos nosotros, el país entero, pero principalmente los estudiantes, nuestro futuro. Y esto quedó en evidencia cuando el gobierno chavista, una y otra vez, intentó secuestrar las decisiones educativas de nuestros hijos para hacer política; intentos que fueron duramente rechazados con una sociedad civil activada y alerta.
UNA EDUCACIÓN MONOLÍTICA
La educación en nuestro país ha sido el laboratorio de experimentación de las más obtusas ideas sociales, se trabaja bajo el supuesto de un estado centralizado como valor absoluto de las virtudes ciudadanas y que abarca todas las actividades de la sociedad; en este sentido, lo que es de interés del estado debe serlo para toda la sociedad, por lo que ¿Quién mejor que el estado para planificar, estructurar y ejecutar los planes educativos de la nación?
Desde una oficina en Caracas se diseña y se emprende las soluciones educativas de lugares tan apartados como Tucupita, en el estado Amazonas, desde la construcción de la escuelita hasta su dotación, diseño del pensum y asignaciones presupuestarias… en esa oficina, a cientos de kilómetros de distancia, se decide quiénes integran la plantilla de maestros, quién será el o la directora, se determina las relaciones laborales, sus prestaciones y beneficios, se monta una cadena de supervisión sin poder de decisión, cuya acción desemboca finalmente en la oficina en Caracas, que es el lugar donde se resuelve todo, hasta lo que se va a vender en la cantina del colegio.
Se trata del modelo centralista soviético de la época estalinista aplicado a la educación, un sistema de gran lentitud, cuyo contenido es uniforme para todas las regiones del país, donde la adaptación y los cambios toman años para realizarse y la atención al alumno y al maestro, se convierte en una de las últimas referencias, en un modelo administrativo donde la dependencia al gobierno central es la clave y el cumplimiento del “programa” la meta suprema.
Es un modelo absolutamente primitivo y paternalista, donde la asociación política se hace indispensable, en el cual la figura de los funcionarios del estado prevalece sobre la de verdaderos educadores y educandos; un sistema que mata de raíz las iniciativas y hace de las innovaciones un pecado, bajo la presunción de que el alumno está recibiendo la educación que el estado necesita para su fuerza laboral futura, bajo planes quinquenales o Planes de la Patria, todo lo demás sobra y se convierte en “ruido”.
EL ESTADO COMO MÁXIMA EXPRESIÓN DEL IDEAL HUMANO
La injerencia del gobierno en los procesos educativos es la norma que rige la relación estado-escuela, injerencia que impone una visión del mundo, unos valores y una manera de pensar, haciéndole imposible al alumno conocer otras versiones de la realidad, lo que conlleva a la “visión túnel” y a los constreñimientos propios de regímenes enemigos de la libertad.
Venezuela todavía se maneja en los principios educativos del romanticismo europeo del siglo XIX, esos mismos que influyeron en las doctrinas marxistas, que viene de Hegel y principalmente de Fitche, entronando al estado como la máxima expresión del ideal humano.
Johann Fitche fue uno de los primeros que teorizó sobre la educación de una nación; cuando Prusia fue subyugada por los ejércitos de Napoleón en 1806, pensó que el pueblo se había ablandado, había sido corrompido influencias extranjeras y lo habían convertido en un puñado de individuos egoístas, a los que importaba el bien común.
Fitche vió la necesidad de construir una nueva Alemania,  y pensó en la educación como el instrumento necesario, ya no para hacer del individuo una persona cultivada, sino para hacer de la gente, del Volks, la fuerza fundamental del estado; así lo expresó en su famoso Discurso a la Nación Alemana, la idea era no educar a una sola clase sino al pueblo todo, como colectivo, de allí su clamor por una educación igualitaria y universal, la salvación de Alemania estaba en el rediseño de su espíritu, en la conformación de un estado fuerte y en un pueblo obediente y sacrificado.
La nueva educación tenía que ser compulsiva, sin libertades, de una estricta disciplina e impulsada por los valores eternos de una patria destinada a la grandeza y a la superioridad.
Hegel añadiría, que sólo por medio del estado el valor de la persona era realizable en toda su potencialidad; el estado es parte del absoluto y, en la tierra, el estado es la divina idea del orden, de manera que el supremo deber de todo ser humano es servirle al estado… ya todos sabemos en que terminó este modelo educativo durante el nazismo.
Estas ideas totalitarias fueron digeridas por el marxismo y llevadas a grados de sofisticación, como las ideas sobre la educación del pensador marxistas italiano Antonio Gramsci, que tuvieron una gran influencia en Latinoamérica, expresadas en su imagen del Estado Educador.
Para Marx el estado no solo era un ente político que mediaba entre las fuerzas económicas, sino que intervenía en la vida social, lo que llamaba Gramsci “la maquinaria para obtener los consensos”, que por medio de un proceso de racionalización hacía posible un determinado modo de vida, justificado y protegido por las sanciones y la criminalización cuando se iba en su contra.
Gramsci descubrió que este proceso de racionalización dependía enormemente de la tarea educativa y formativa de las masas, que por medio de la hegemonía educativa era posible alcanzar la dominación y lograr el conformismo social.
Basados en estos principios, los diferentes gobiernos democráticos venezolanos, con una fuerte tendencia populista, hicieron parte de la Constitución el sagrado deber de educar al pueblo, con la fortuna de que permitieron la coexistencia de la educación pública con la educación privada, religiosa y laica, las que pudieron desarrollarse de manera mucho más ágil y efectivas que las iniciativas gubernamentales.
Cuando el gobierno bolivariano socialista recogió el testigo en la carrera educativa delpaís, efectuó las reformas necesarias para intentar la transformación del espíritu de los nuevos venezolanos, de unos “egoístas capitalistas” a unos marxistas colectivistas.
Por ello leemos en la Ley Orgánica de Educación aprobada en el 2009 que la educación es un derecho humano que se fundamenta en la doctrina de Simón Bolívar, señalando en su artículo 14°que: “La educación es un derecho humano y un deber social fundamental concebida como un proceso de formación integral, gratuita, laica, inclusiva y de calidad, permanente, continua e interactiva, promueve la construcción social del conocimiento, la valoración ética y social del trabajo, y la integralidad y preeminencia de los derechos humanos, la formación de nuevos republicanos y republicanas para la participación activa, consciente y solidaria en los procesos de transformación individual y social, consustanciada con los valores de la identidad nacional, con una visión latinoamericana, caribeña, indígena, afrodescendiente y universal. La educación regulada por esta Ley se fundamenta en la doctrina de nuestro Libertador Simón Bolívar, en la doctrina de Simón Rodríguez, en el humanismo social y está abierta a todas las corrientes del pensamiento. La didáctica está centrada en los procesos que tienen como eje la investigación, la creatividad y la innovación, lo cual permite adecuar las estrategias, los recursos y la organización del aula, a partir de la diversidad de intereses y necesidades de los y las estudiantes”.
Este tipo de expresión ideologizante marxista es apenas una muestra de la terrible confusión que reina entre los funcionarios que dictan las políticas públicas educativas; malentendido que ha puesto la educación como función primordial e indeclinable del estado venezolano, lo que se ha venido manifestando en reiterados programas y leyes, pero sobre todo en nuestra Constitución, que no ha superado todavía esa etapa del culto al estado y que ha impedido que la sociedad civil tome las riendas de este importante aspecto de nuestra vida como nación.
El estado ha fracasado, una y otra vez, en su función educadora de los venezolanos e incluso ha expuesto al país a intervenciones de gobiernos extranjeros que están cambiando nuestro carácter nacional y debilitando nuestros valores libertarios.
Mientras el estado sea el beneficiario final de las políticas educativas, y no el venezolano como individuo y persona en busca de su propio destino y felicidad, mientras la educación no genere ciudadanos sino siervos, mientras no se le enseñe a la gente a pensar y a valerse por sí mismos, seguirá produciendo gente, masa, colectivos irresponsables y sin posibilidad de futuro.
La democracia no trata de servir al estado, trata de liberar al hombre del desorden para que pueda dar lo mejor de sí, de elevarlo a una coexistencia pacífica en sociedad y darle opciones, de educarlo en valores y en el amor a la patria, para que cuando la democracia y el orden social estén en peligro, no reculemos, sino que enfrentemos los problemas y los resolvamos.
UN CONVENIENTE “DEBER” DEL ESTADO…
La mayor parte de los políticos de nuestra oposición ven a la educación como conveniente deber del estado; tratan en lo posible de dignificar a los maestros, de construir buenas instalaciones y graduar al mayor número de jóvenes dentro de un sistema cuyo único objetivo, es engrandecer la figura del funcionario de turno, hacerlo ver como un buen “padre”, aprovechando las oportunidades para las fotos en sus campañas políticas, pero de allí no pasan
Los gobiernos, civiles o democráticos, enfrentan los mismos conflictos, carencias y problemas que hemos arrastrado por más de un siglo, siguen creyendo que basta con graduar gente que sepa leer y escribir, o ingenieros eficientes o médicos confiables sin importarles si la persona tiene el criterio para distinguir entre un ladrón y un empresario, entre una prostituta y un político, entre un tirano y un demócrata.
El estado debería coordinar, financiar, mediar, preservar la calidad educativa que la sociedad civil quiera darse, no dirigirla y menos todavía darla; la educación pública debería convertirse en una de las opciones dentro el abanico de posibilidades que tengan los estudiantes, no la única, y menos la obligatoria.
Deben prevalecer las opciones privadas o comunitarias, se le debe dar la oportunidad a los maestros de conformar sus propias instituciones educativas y de que compitan entre ellos; no sería una mala idea entregarles en concesión las escuelas que existen, para que desarrollen sus propios proyectos, para que ofrezcan opciones de todos los precios, modalidades y calidades, teniendo siempre al estado sosteniendo una media, o un criterio que sirva para evaluar resultados, nada más… que sean las regiones, los municipios y los estados quienes decidan el tipo de educación que necesitan para su desarrollo, no una oficina en Caracas, o peor, en La Habana.
La diversidad de opciones que resultaría de esta apertura permitiría al país contar con una amplia gama de técnicos, profesionales, artistas, científicos, humanistas que puedan garantizar los múltiples intereses y necesidades de nuestra economía, empezando por los de las regiones.
POR LA VARIEDAD DE OPCIONES
La educación pública, atada fatalmente al sistema político de una nación tal y como adelanta la tesis del estado educador expuesta por el educador marxista Prieto Figueroa, es la visión interesada del socialismo para imponer su sistema ideologizante; dice Prieto Figueroa, en su tesis del Estado Docente (tomado del libro El Estado y la Educación en América Latina, 1977): “El Estado interviene, por derecho propio, en la organización de la educación del país, y orienta, según su doctrina política, esa educación. Depende la orientación de una escuela de la orientación política del Estado. Si el Estado es fascista, la escuela es fascista. Si el Estado es nazista, la escuela es nazista. Si el Estado es falangista, la escuela es falangista. Y si el Estado es democrático, la orientación de la escuela necesariamente tiene que ser democrática. En efecto, en toda sociedad la educación sirve a elevados fines sociales, pero no le corresponde fijar autónomamente sus propias metas. Obedece su orientación a la sociedad donde actúa.”
Esta es la razón fundamental por la que hay que sacarle al estado de las manos la labor educativa, la educación jamás encontrará estabilidad si son los políticos quienes determinan su sino.
La educación debe retornarse a sus verdaderos dueños, a la sociedad civil, y hacerlo por medio del libre mercado que es el único que permite la variedad para satisfacer las complejas necesidades de una nación.
Al permitir que se difundan múltiples opciones de precio, calidad, programas, condiciones, la gente, las familias, podrán escoger el tipo de educación que quieren para sus hijos… dentro de las opciones estaría la educación pública, que si se fundamenta bien y se maneja con criterio, debería ser de calidad, para interés del mismo estado.
EL ESTADO EDUCADOR NO HA FUNCIONADO, NO FUNCIONA, NO FUNCIONARÁ…
Hay una tendencia colectivista que ve el estado como un ente corporativo, es el fascismo, lo principal para ésta, es que el estado se maneja en una sola economía, centralizada, unificada y uniforme en cuanto a producción, distribución, precios, procedimientos y normas; para ella, la educación está al servicio de los planes progresistas y desarrollo industrial del estado, el aparato educativo debería responder a las exigencias de mano de obra especializada, que sus planes contemplan en forma de cuotas.
Pero como bien dice  Everett Reimer en su libro La escuela ha muerto (1970): “La mayoría de los niños del mundo no van a la escuela. La mayoría de los que ingresan a ella, la abandonan al cabo de pocos años. La mayoría de los que sortean la escuela con éxito dejan sus estudios más adelante… Se otorgan más títulos universitarios y secundarios, pero estos valdrán menos, tanto en términos de la cantidad y la clase de aprendizaje como la habilitación para obtener un trabajo y el ingreso efectivo… La escuela es la empresa más grande del mundo; más grande que la agricultura, la industria o la guerra… La conclusión no tiene escapatoria: ningún país del mundo puede costear la educación que su pueblo desea mediante escuelas. Excepto en los casos de unas pocas naciones ricas y de algunas que todavía no han sido contaminadas por el virus del desarrollo, ningún país del mundo puede costear las escuelas que actualmente demandan sus pueblos por boca de sus líderes políticos.”
Para quienes ven como un gran éxito a la educación en nuestro país, por el volumen de profesionales que se han graduado, por el reconocimiento que han obtenido en el extranjero por sus habilidades y conocimientos, les recuerdo que todos esos graduados representan apenas un porcentaje mínimo de nuestra juventud, el grueso de la población permanece en la ignorancia, que todos esos profesionales salen al mundo con una carencia de valores fundamentales, entre ellos reconocer el valor a la libertad, a la democracia.
El estado venezolano, en todas sus versiones, democráticas o tiránicas, civiles o militares, lo que han hecho por la educación es tratar de llenar esas cuotas nacionales que sus planificadores necesitan para cumplir con las exigencias de los distintos programas o planes. Lo que hacen es darle al alumno información muerta sobre el mundo, de técnicas y tecnología, de procedimientos y estilos y han descuidado el aspecto de los valores humanos que pretenden llenar con cuartillas ideológicas socialistas y populistas, con memes y retórica humanista.
El mundo real, la economía y la sociedad que el estado ha construido, la Venezuela posible que los gobiernos le ofrecen a las nuevas generaciones de venezolanos, no tiene nada que ver con la educación que les ha impartido, una sociedad politizada, donde el crimen es aplaudido y exaltado, donde la honestidad es castigada, donde la mentira es reina y la verdad perseguida, donde vale más un hampón que un empresario, donde la pobreza es un valor y la ignorancia es celebrada, no puede nunca aprovechar esos recursos humanos que ha formado, ni los nuevos profesionales contar con un futuro en su propia patria, convertida en un banquete de pordioseros.
De que nos sirve tener un sistema de orquestas reconocidas en el orbe por su excelencia en la ejecución musical si sus integrantes y conductores no saben diferenciar a un dictador de un demócrata, si vienen de un país donde se cultiva la idea de que los artistas están más allá del bien y del mal y pueden hacer lo que les dé la gana, incluso ser la imagen de un régimen que tortura y asesina estudiantes.
Para que queremos artistas que se prestan a entretener ladrones y corruptos y lo hacen por dinero sin otra consideración moral, la educación en Venezuela persiste en mantener la creencia de que los artistas son como las hetairas que sólo responden al sonido de las monedas, sin otro compromiso que su “arte” sin importarles que con su comportamiento ayudan a enterrar la descencia y las virtudes republicanas.
La única alternativa viable para la educación de nuestro país está en abrir las opciones educativas desde el seno de la misma sociedad civil, de las propias regiones, que se multipliquen las opciones educativas, que se privatice el mayor número de escuelas (sacarlas a subasta pública sería un método), que se estimule emprendimientos educativos de otro tipo, diferentes a la escuela, bien sea en la forma de iniciativas comunitarias, empresariales, familiares, de los mismos educadores, que se descentralice la inversión y que el estado juegue el papel de coordinador y facilitador.
En democracia la educación debe trabajar con más ahínco en los valores del ser humano, en la formación de ciudadanos, de hombres y mujeres íntegros, no solo en excelentes ingenieros o los mejores médicos con capacidad de trabajar en cualquier lugar del mundo, sino para que se queden en su patria, enfrenten sus problemas y los solucionen, una fuga de cerebros de la magnitud que sufre nuestro país, es la primera señal de que la educación y el país no tienen conexión.
Es hora de pasar la página del estado educador, luego de haber trabajado con él por cerca de un siglo y haber obtenido los resultados que hoy nos golpean el rostro, deberíamos darlo por terminado, no funciona, nunca funcionó.  -  saulgodoy@gmail.com
Saul Godoy Gomez
saulgodoy@gmail.com
@godoy_saul
Venezuela

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domingo, 11 de octubre de 2015

SAÚL GODOY GÓMEZ, UNA EXPRESA AFICIÓN POR EL CAOS

Las discusiones a alto nivel que tienen lugar entre los órganos de seguridad de estado en occidente coinciden en declarar insuficiente el uso de la fuerza militar para combatir el terrorismo; algunos expertos, entre ellos Strobe Talbott, quien fuera parte de la Secretaría de Estado en tiempos de Bill Clinton, proponen hacer el esfuerzo por reforzar y empoderar la figura del gobierno mundial, hacer del sistema internacional de seguridad una fuerza más coherente y con mayor poder para lograr que los países entren en cintura cuando pierden el rumbo y empiezan a comportarse de manera errática y peligrosa.

Esto dependería no sólo de una red de compromisos y tratados de obligatorio cumplimiento, sino de instancias que permitan la intervención de ese sistema internacional en los estados, cuando se den señales tempranas de desorden político que pudieran promover  escenarios propicios para el terrorismo internacional.
Venezuela es un caso de laboratorio para estas ideas: hay un gobierno que ha llevado al país a la debacle económica y social, tanto el gobierno de Chávez como de Maduro han mal utilizado el mandato de los ciudadanos y, en vez de buscar la prosperidad y un mejor futuro para la nación, se han dedicado a someterla, con restricción de libertades, abuso de poder y violencia, utilizando sus grandes recursos petroleros para patrocinar causas radicales y movimientos subversivos en todo el subcontinente americano y en otras partes del mundo.
El gobierno chavista se ha involucrado de manera notoria en los negocios del narcotráfico, tráfico humano, de armas, de ideología chatarra, corrupción, lavado de dinero, financiamiento de elecciones en otros países y es manifiesta su participación en movimientos terroristas.
Hay una montaña de expedientes en diversos organismos internacionales que dan cuenta de estas prácticas, y como el gobierno chavista ha perdido su piso electoral a lo interno, pasa ahora a una nueva etapa en la cual está tratando de conducir un proceso electoral absolutamente viciado, tratando de hacerlo a espaldas del mundo o, por lo menos, el gobierno de Maduro cree que puede hacerlo.
Es a partir de ese momento de deterioro institucional que conviene la actuación de los organismos internacionales para corregir lo que el gobierno quiere torcer.
El gobierno chavista, cuando no ha podido apropiarse de las instituciones multilaterales, ha llevado una política de revisión y reformas al seno de estas organizaciones, haciéndolas ver como causantes de los problemas estructurales de los países miembros, esto con la intención de propulsar cambios que favorezcan sus intereses y, cuando esto no ha funcionado, se ha dedicado a la creación de organizaciones internacionales paralelas, con el fin de no sólo proteger sus posiciones sino de adelantar la propagación del espíritu de caos y desorden, que es donde funcionan los órganos del crimen organizado y la subversión.
De allí su rechazo frontal a la OEA, a la ONU, a la Comunidad Europea, a los tribunales internacionales y organismos de arbitrajes de conflictos, a diferentes ONG’s , a gremios como la SIP y organizaciones como el FMI y el BM, que le han descubierto el juego de querer hacerse pasar por un gobierno integracionista y respetuoso de la convivencia internacional, cuando su verdadera tarea ha sido destruirla, violando sus acuerdos, incumpliendo sus obligaciones y menoscabando sus autoridades.
Chávez y Maduro aprovecharon la larga y positiva experiencia de Venezuela como país miembro de las principales organizaciones multilaterales; el país suscribió diferentes tratados y acuerdos que nos hacían una nación con vocación mundialista, nuestra naturaleza democrática y pacífica nos inclinaba hacia la conformación de ese sistema internacional, que ahora los expertos tratan de ampliar y fortalecer; con el chavismo, Venezuela se convirtió en la piedra en el zapato, en un pésimo ejemplo para la integración mundial, manteniendo vivos los argumentos de la libre determinación de los pueblos y el respeto a la soberanía, con las cuales se escuda para tapar su papel irruptor del orden y de la estabilidad internacional.
El gobierno venezolano se ha erigido como defensor de las causas sociales del mundo, de la Justicia Social y la lucha contra la pobreza, en un discurso que solo busca debilitar las instituciones y esconder sus verdaderas intenciones, que no son otras que debilitar la paz y el orden mundial para así poder reinar en el caos… un gobierno convertido en líder populista de todos los reclamos por un nuevo orden mundial.
Ya no hay dudas de la compleja red de terrorismo, corrupción y carteles del crimen que el chavismo y los hermanos Castro han construido en la América del Sur durante estos años de socialismo salvaje; Brasil, Colombia y Argentina han sido sus principales blancos y es en ellos donde más se nota el deterioro institucional y de las libertades.
Permitir que el gobierno de Maduro se salga con las suyas en Venezuela y se presente con una victoria fraudulenta en las elecciones parlamentarias o con una derrota “arreglada” que le permita sobrevivir con su poder político intacto, sería de una alta peligrosidad para la región, y sin duda alguna para los intereses de los EEUU y del mundo libre.
Hay una conciencia internacional en la necesidad de desarrollar iniciativas no-militares contra el terrorismo y poner a funcionar los organismos internacionales, los pactos, las relaciones intergubernamentales, la colaboración de sectores civiles, privados, ONG’s y fortalecer esa red de soporte mutuo operando a diferentes niveles.
El gobierno de Maduro no es una amenaza terrorista en el estricto sentido del término, pero su juego político favorece la sobrevivencia, el financiamiento, la protección y los contactos con una vasta red de operativos, gobiernos y fuerzas letales para la seguridad del mundo libre; no hacer nada para desenmascarar la jugada de Maduro es fortalecer sus peligrosos juegos de guerra, de crisis humanitarias y debilitamiento democrático en la región.
Maduro no dispone de armas de destrucción masiva pero sí de una alta potencialidad para crear caos político, crisis económica e inseguridad social en un área que incluye la cuenca del Caribe, Centro América y buena parte del norte de Sur América; dispone de una fuerza militar para iniciar conflictos bélicos limitados pero profundamente disruptivos de la paz hemisférica… y el hombre está actuando de manera irresponsable no sólo con sus nacionales sino con sus vecinos.
Venezuela de seguro se encuentra en situación de alerta en todos los indicadores de riesgo de todos los organismos encargados de monitorear la paz en la región. Creo que es hora de pisar el acelerador para activar todas las instituciones disponibles para frenar esa tendencia, salvar las elecciones del país en 6 de diciembre y monitorearlas, para asegurar su pulcritud, debe ser una prioridad.
Sería lamentable tener que llegar a la opción militar sin haber utilizado las instancias institucionales, entre ellas, el hacer conscientes a los países del área sobre el inmenso peligro que corren si estalla un conflicto, que podría regarse como pólvora encendida, siendo ellos los primeros interesados evitarlo.  -  
Saul Godoy Gomez
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viernes, 9 de octubre de 2015

SAÚL GODOY GÓMEZ, LAS ARMAS DEL DIABLO,

El gobierno es el único que tiene la potestad y la posibilidad de adquirirlas por medio de una institución conocida como CAVIM (Compañía anónima Venezolana de Industrias Militares)

y que está bajo la responsabilidad del Ministerio Popular para la Defensa, repito, son los únicos en el país que tienen los medios para adquirir en el extranjero y\o fabricar en el país armas de guerra, que son por definición , según la Ley de Armas y Explosivos, en su artículo 3: Son armas de guerra todas las que se usen o puedan usarse en el Ejercito, la Guardia Nacional y demás cuerpos de seguridad, para la defensa de la Nación y resguardo del orden público, tales como: cañones, obuses, morteros, ametralladoras, fusiles-ametralladoras, fusiles, carabinas y mosquetones; pistolas y revólveres de larga alcance; y, en general todas aquellas armas que pudieran ser útiles en la guerra, de un tiro, de repetición, automáticas y semiautomáticas y respectivas municiones y aparejos para ponerlas en actividad; sables, espadas, espadines, lanzas y bayonetas; aparatos lanzallamas; bombas, granadas de mano; gases y sustancias agresivas, así como las armas y dispositivos que puedan arrojarlos o los envases que puedan contenerlos... Y de las que figuran en armamentos de guerra de otras Naciones, aún cuando no existan en el Parque Nacional.
Esta función del Ministerio de la Defensa viene aparejada con una responsabilidad y es el resguardo de estas armas, el asegurarlas y que solo sean usadas para los propósitos de ley por la Fuerza Armada Nacional, que implica mantenerlas fuera del alcance de la población civil.
No está de más recordar lo que dice el artículo 328 de la Constitución Nacional: La Fuerza Armada Nacional constituye una institución esencialmente profesional, sin militancia política, organizada por el Estado para garantizar la independencia y soberanía de la Nación y asegurar la integridad del espacio geográfico, mediante la defensa militar, la cooperación en el mantenimiento del orden interno y la participación activa en el desarrollo nacional, de acuerdo con esta Constitución y con la ley. En el cumplimiento de sus funciones, está al servicio exclusivo de la Nación y en ningún caso al de persona o parcialidad política alguna. Sus pilares fundamentales son la disciplina, la obediencia y la subordinación. La Fuerza Armada Nacional está integrada por el Ejército, la Armada, la Aviación y la Guardia Nacional, que funcionan de manera integral dentro del marco de su competencia para el cumplimiento de su misión, con un régimen de seguridad social integral propio, según lo establezca su respectiva ley orgánica.
Ya que tenemos establecido quien tiene la responsabilidad sobre estas armas, recordemos los siguientes hechos que son públicos y notorios.
1- Durante el gobierno del Presidente Chávez los cuerpos policiales fueron sometidos a un desarme general donde se le retiraron todas las armas de guerra y se les dejó con el mínimo armamento para enfrentar la delincuencia.
2- El gobierno chavista organizó y armó bandas armadas civiles, conocidas como Círculos Bolivarianos, Colectivos, Milicia (todos, inconstitucionales) en el país para la defensa de la revolución.
3- Que a partir de 1999 se agudizó el problema carcelario, y entre sus más graves síntomas estaba el del incremento de la posesión de armas de fuego en la población carcelaria.
4- Quienes custodian las cárceles en Venezuela son funcionarios de la Guardia Nacional.
5- Diversos Ministros de la Defensa y el Alto Mando Militar han manifestado su adhesión política al partido de gobierno, el PSUV y a la ideología Socialista Bolivariana del Siglo XXI y expresado públicamente que las FFAA son socialistas y chavistas (lo cual es inconstitucional), es significativo que los llamados “presos políticos”, la gran mayoría civiles, se encuentren recluidos en instalaciones militares.
6- A partir de 1999 se incrementó la impunidad del estado hacia los delincuentes, debido principalmente a la obsecuencia de los tribunales de justicia.
7- Se ha detectado a un gran número de personas con prontuarios criminales y/o delincuentes que gozan de beneficios procesales entre los grupos armados que maneja el gobierno con fines de infundir el terror en la población.
8- Se ha visto un incremento significativo en la posesión y uso de armas de guerra entre estos grupos de delincuentes que usa el gobierno con fines de terrorismo de estado, igualmente se han detectado armas venezolanas en posesión de grupos subversivos como las FARC.
9- Se ha incrementado de manera exponencial los ataques y las bajas en los cuerpos policiales ejecutados por estas bandas de delincuentes que maneja el gobierno con fines políticos.
10- La impresión general en la población es que el gobierno del ciudadano colombiano Nicolás Maduro, ha perdido el control de estos grupos de delincuentes protegidos por el gobierno, y que explican, los violentos operativos de exterminio de bandas armadas en los barrios populares conocidos como OLP (operativos de Liberación de la Patria) por parte de miembros de las FFAA.
11-M El uso indiscriminados de fusiles automáticos de asalto, para francotiradores, pistolas de gran potencia, granadas fragmentarias antipersonales, bombas lacrimógenas, motos de alta cilindrada y el silencio de las autoridades antes estas evidencias que descubren pactos entre la institución militar y las bandas delincuentes, zonas de paz (de tolerancia al crimen), misiones paramilitares organizadas en varios sitios del país y simultáneamente, la nula efectividad del gobierno en parar este baño de sangre que tiene conmocionada a la sociedad, hacen sospechar de una responsabilidad directa del Ministerio Popular para la Defensa, en proporcionarle las armas a estos grupos de delincuentes.

Por todo lo anteriormente expuesto la opinión pública exige un pronunciamiento categórico del Ministro de la Defensa que le explique al país, en medio de unos estados de excepción que parecen tener intereses electorales y que afectan a importantes territorios fronterizos, si es que existe un plan, en algún sector militar o civil, de imponer un régimen de terror para militarizar a Venezuela en vista de las próximas elecciones, y el interés supuesto del Estado Mayor en beneficiar electoralmente al partido de gobierno, el PSUV en los resultados de los comicios (lo cual sería inconstitucional).

¿Quién es el responsable de esta transferencia masiva de armas de la República hacia la delincuencia organizada y grupos terroristas? ¿Cómo y dónde se produce esta brecha en la seguridad interna del Ministerio y de CAVIM que está afectando de manera importante la seguridad y la paz de Venezuela? ¿Por qué no se ha informado al público para que tome las medidas para resguardar su seguridad?, la gente en la calle es la víctima principal de esta fuga constante de armas ¿Qué se ha hecho para pararla y recuperar esas armas? ¿Qué hay de cierto que aviones cazas de combate se utilizaron para escoltar a representantes de la guerrilla de las FARC y que uno de estos aparatos sufrió un siniestro con pérdida de vidas de oficiales venezolanos? ¿Está involucrado el ciudadano colombiano Nicolás Maduro, en su condición de Comandante en Jefe de las FFAA en esta política de estado que es, a todas luces inconstitucional? ¿Por qué no se ha realizado una investigación de estas graves filtraciones de material de guerra que ha llegado incluso a manos de la guerrilla colombiana, haciéndonos parte en un conflicto extranjero? ¿Dónde comienza y donde termina esta cadena de responsabilidades penales, civiles y militares?  ¿Por qué el silencio?  ¿Está operando las FFAA del país bajo el mando de otra nación y otros intereses con el propósito de causarle daño a la población venezolana? Lo que constituye el delito de traición a la patria  ¿Por qué el silencio?  - 

Saul Godoy Gomez
saulgodoy@gmail.com
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jueves, 8 de octubre de 2015

SAÚL GODOY GÓMEZ, LAS IDEOLOGÍAS Y LAS IGLESIAS,

Cada día se me hace más y más claro el poder de la ideología en el tejido cultural de las naciones, cómo las penetra hasta el tuétano de sus creencias y justifican los mitos de sus orígenes, es por ello que me preocupa que muchos venezolanos consideren a la ideología como meras “etiquetas” y no le den la importancia que tienen en el basamento de sus ideas políticas.

Todos los sistemas políticos, religiosos y económicos que existen están impregnados de ideología, que como bien lo señaló Marx, conforman parte de una superestructura que arropa todas las demás relaciones, tanto dentro de cada sistema, como en las relaciones entre los diferentes sistemas; la ideología es inescapable, todo lo impregna porque es el punto de vista desde el cual se origina el pensamiento y la acción.
En el caso de las religiones, cuando sus contenidos apuntan a funciones motivacionales del hombre en sociedad, cuando sus instituciones justifican y legitiman comportamientos en el marco de un mundo más justo, en un sistema de valores, donde el sacrificio en esta vida por una buena causa es premiada en una vida después de esta vida, claramente estamos hablando de una ideología.
Las ideologías más efectivas son aquellas donde la gente está sumergida pero no se dan cuenta de ello, no la recusan, critican o estudian porque no están conscientes de su naturaleza y menos aún de cómo opera, pero las vidas de las personas, buena parte de sus vidas están funcionando bajo las premisas y valores de la ideología en la que nacieron, que por ser tan común y cotidiana como respirar el aire, no ponen reparo en que navegan en sus corrientes.
El terrorismo, el fundamentalismo islámico, el yihad en contra de occidente, las famosas cruzadas en la edad media, las campañas en contra del aborto, son algunas de las manifestaciones ideológicas religiosas que han impactado e impactan el mundo, todo el esfuerzo del Vaticano y del papado en hacer sus viajes por el orbe para llevar su mensaje, son esfuerzos por mantener la supremacía ideológica en un mercado donde la competencia es a muerte, literalmente, a muerte.
Voy a manejar el concepto de ideología que utiliza el semiólogo Teun A. Van Djik, y dice: “Son sistemas de creencias... socialmente compartidos por los miembros de una colectividad de actores sociales…  las ideologías consisten en representaciones sociales que definen la identidad social de un grupo, es decir, sus creencias compartidas acerca de sus condiciones fundamentales y sus modos de existencia y reproducción. Los diferentes tipos de ideologías son definidos por el tipo de grupos que `tienen' una ideología, tales como los movimientos sociales, los partidos políticos, las profesiones, o las iglesias, entre otros… son [creencias] más fundamentales o axiomáticas. Ellas controlan y organizan otras creencias socialmente compartidas. Así, una ideología racista puede controlar las actitudes sobre la inmigración, una ideología feminista puede controlar las actitudes sobre aborto… o conocimiento sobre la desigualdad del género en la sociedad, y una ideología social puede favorecer un papel más importante del Estado en los asuntos públicos. De allí que las ideologías sean creencias sociales fundamentales de naturaleza bastante general y abstracta. Una de sus funciones cognoscitivas es proporcionar coherencia (ideológica) a las creencias de un grupo y así facilitar su adquisición y uso en situaciones cotidianas. Entre otras cosas, las ideologías también especifican qué valores culturales (libertad, igualdad, la justicia, etc.) son importantes para el grupo… las ideologías son adquiridas gradualmente y (a veces) cambian a través de la vida o de un periodo de la vida, y ahí que necesitan ser relativamente estables” (Ideología y análisis del discurso, 2005)
Las ideologías no son malas ni buenas de manera intrínseca, son escalas de valores que se toman por dadas, representaciones de la realidad que no se cuestionan y solo chocan cuando encuentran con el “otro”, con lo diferente, con lo foráneo.
Es por ello que cuando las personas viajan, cuando visitan otras tierras y se involucran en otras culturas es que caen en cuenta de sus propias ideologías, entre las que conviven muchos perjuicios e ideas equivocadas, así como grandes valores y sentimientos enaltecedores.
Es así como en el mundo de las ideologías nos encontramos con tendencias autonómicas y otras dependientes, unas guerreras y otras pacíficas, unas demócratas y otras autoritarias, las ideologías vienen en todos los sabores y tamaños, hay ideologías libertarias y otras esclavistas, las hay universales y locales, muchas vienen con el fantasma de la superioridad de raza, de su pureza y de su destino a ser la ideología dominante, esas son las que más preocupan y más, cuando tienen los medios (las armas) y la voluntad (los gobiernos) para imponerse a las demás.
Ya lo decía el sociólogo francés Jean Baudrillard: “Lo que es real existe: esto es todo cuanto podemos decir (pero la existencia no es todo: es incluso la cosa menos relevante). Entendámonos, cuando decimos que la realidad ha desaparecido, no es que haya desaparecido físicamente, sino que ha desaparecido metafísicamente.  La realidad continúa existiendo -lo que ha muerto es su principio- Ahora bien, sin su principio, la realidad ya no es en absoluto la misma. Si, por múltiples razones, claudica el principio de representación, única cosa que le da un sentido, claudica lo real entero. O, mejor dicho, lo real desborda su propio principio y entra en una extensión inconmensurable que ya no obedece a ninguna regla. La realidad objetiva -relativa al sentido y a la representación- da paso a la Realidad Integral, realidad sin contorno en la que todo es realizado, técnicamente materializado, sin referencia a ningún principio o destinación final” (El pacto de la lucidez o la inteligencia del mal, 2004).
Las ideologías son los sistemas que prestan al ser humano sentido y representación del mundo, fuera de ellas el mundo se convierte en un caos sin sentido.
Es por esto que me pareció sumamente inquietante la posición del papa Francisco en su reciente viaje por América, tocando a Cuba y Norteamérica, en una de sus declaraciones hace una condena explícita a las ideologías cuando él mismo representa los intereses de una de las mayores ideologías globales que existen, y hablo de ideología, no de fe, ni de revelaciones, ni de ortodoxia, hablo de una visión del mundo, de una muy específica  que comparten muchas y muy variadas sociedades en el mundo y que por intermedio de su apostolado y predica, pretende el predominio, el poder sobre sus almas, esa es la realidad de la que no puede sustraerse.
Pero contradictoriamente, cuando esperábamos del Papa la reafirmación en los valores y la ética cristiana frente a un sistema ideológico como el marxismo que se aplica en Cuba, por los hermanos Castro, o el socialismo bolivariano que se practica en mi país, Venezuela, y que ambos, contradicen brutalmente la dignidad y la condición humana y cristiana, lo vimos actuando más como un político acomodándose a las circunstancias que como el líder de una de las ideología más poderosa del planeta.
Las ideologías no aparecen de la noche a la mañana, y los individuos no se ven afectados por ellas por un discurso pasajero, hay un complejo proceso de adecuación e internalización de estas ideas.
Ya Max Weber lo había advertido al referirse al marxismo: “La concepción materialista de la historia no se puede comparar con un taxi que uno toma y puede darle la dirección que uno quiera, porque una vez que entras en él; aún los mismos revolucionarios no tienen la libertad de dejarlo.”
¿Por qué?, le dicen compromiso, pero en realidad, se trata de una visión del mundo que parte de significados, y el problema de los significados es que necesita de otros significados para hacerse entender, la ideología trata de construir una estructura de pensamiento coherente y única que le permite al sujeto encontrarle significado a los que sus ojos ven, a lo que siente, a lo que escucha…
Entiendo que el Papa Francisco tenga su preferencia por la ideología socialista, que en algún momento de su vida confundió ambas ideologías la cristiana y la socialista, pero ahora, con el báculo de Pedro en sus manos, ya no puede inclinarse sino por la ideología de su iglesia, que me imagino, muy a su pesar, debe incluir a gente de la derecha, como yo.
Las ideologías son creadas en épocas, en períodos históricos muy particulares, por grupos humanos con características muy propias, con el fin de defender intereses de clase o parcelas de poder.
La característica totalizadora y envolvente de la ideología implica que cualquier otra idea o sistema de ideas, o visión del mundo, es “conocida” y procesada por la ideología propia que tiene su sustento en una concepción del mundo, con necesidades muy puntuales y que hace a ese individuo parte funcional y operativa de ese grupo, época o sistema de ideas.
¿Cuál es el problema?  ¿Qué es lo que vi en el Papa frente a regímenes como el cubano o el venezolano que aborrecen de la Iglesia y de su ideología?
Que alguien, sumergido en una sola ideología se le hace imposible entender argumentos en contrario, ni siquiera tiene la posibilidad de aproximarse al “otro”, ya que todo lo que se dice es procesado por y en ese sistema ideológico, que lo hace inmune a diferentes argumentos y perspectivas.
En pocas palabras, cualquier idea, así sea de sentido común, queda inmediatamente convertida en una “falsa conciencia” si la ideología basal no la conforma dentro de su sistema.
El Papa Francisco en su papel y en sus discursos en Cuba y los Estados Unidos confundió a muchos católicos en el mundo, por un lado actuaba como un político, por el otro como un misionero, su condena a las ideologías sin pensar en la que él representaba, su silencio en Cuba hacia los sectores de oposición al régimen comunistas de los hermanos Castro fue triste, en lo personal, indignante, fue obsequioso con los dueños de la ideología más criminal de nuestra América supuestamente para proteger los intereses de la ideología que él representaba.
Las ideologías no deben ser tomadas a la ligera, tienen un poder transformador en el individuo tremendo, pueden cambiar la personalidad del ser humano y su relación social.
Uno de los estudios que necesariamente tendrán que hacerse una vez superado este trauma del chavismo en Venezuela, es el daño moral y psicológico que esta ideología le ha causado a la familia venezolana.  
Las personas que se han dejado penetrar por esta corrosiva y tóxica ideología chavista, lo hicieron atraídos por su cubierta nacionalista y justiciera, probablemente esperando al líder, al conductor de sus vidas, tampoco es descartable que hubieran estado rumiando hacía tiempo un agravio o un resentimiento social, el asunto es, que una vez abierto a estas ideas de violencia y destrucción se embarcaron en un camino que solo le han traído rupturas, diferencias, divorcios y hasta crímenes. Lo peor del cuadro, es que estos sujetos juran que están haciendo bien, que son los otros los equivocados; hay una identificación de la ideología chavista con la ideología católica que la iglesia no ha podido resolver, aún cuando han sido sus víctimas propiciatorias y siguen burlándose de sus autoridades en el país, el chavismo pretende desplazar la ideología cristiana, sustituirla como han estado tratando de hacerlo en Cuba.
Afortunadamente nuestras autoridades eclesiásticas, las venezolanas, han tenido un desempeño valiente y frontal en contra del chavismo, pero no así hemos visto una respuesta del Vaticano y menos aún del Papa Francisco en quienes muchos, habíamos puesto esperanzas.
Su visita a Cuba fue un baño de agua fría para quienes creemos que la ideología católica es la que debe prevalecer en el mundo, no la del yihad, ni la marxista, mucho menos la chavista  o la castrocomunista.
El Papa perdió una gran oportunidad de hacer sentir el poder de la Iglesia en América, prefirió jugar al político, hacer concesiones y no llamar las cosas por su nombre, en una lucha mundial por el poder ideológico, la Iglesia Católica tiene una oportunidad de oro si maniobra en los términos de quien tiene la mejor visión del mundo, al callar, otorgó. –   
Saul Godoy Gomez
saulgodoy@gmail.com
@godoy_saul

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martes, 29 de septiembre de 2015

SAÚL GODOY GÓMEZ, EL FACTOR “INNOVACIÓN”,

Cuando los historiadores, economistas y sociólogos se ponen a investigar el secreto del éxito de los países desarrollados, de las economías triunfantes y de las sociedades del primer mundo, siempre aparece el factor innovación como uno de los elementos indispensables

Pero se trata de innovación en su sentido más amplio, no sólo tecnológico, sino innovación en la organización, en las maneras de hacer negocios, en la producción, en los productos, en los servicios y en las instituciones, sobre todo en el gobierno.
Tampoco debemos confundir el crecimiento por acumulación de capital, con el crecimiento producto de la innovación; son dos cosas diferentes pero imbricadas en su desarrollo.
Para que haya innovación se necesita inversión de capital, para que haya inversión de capital se necesita que éste haya podido ser acumulado, si no hay capital no hay inversiones y si hay capital se necesita que existan oportunidades de ganancias, recordemos que las principales características de cualquier innovación son incertidumbre, investigación, exploración, riesgo financiero, experimentación y descubrimiento.
La apuesta de toda economía exitosa es la educación de la gente, el desarrollo de nuevas habilidades y técnicas que resultan en una fuerza laboral especializada, que responda a las corrientes innovadoras  que se producen en las relaciones ciencia-industria, servicios-entretenimiento, academia-educación, instituciones- necesidades sociales, mercados- transporte o en cualquiera de sus múltiples combinaciones.
El primer paso a dar es permitir a los individuos conformar organizaciones para el emprendimiento, con un mínimo de control tanto político como religioso; el aspecto religioso ya no es tan definitivo, aunque todavía pesa en áreas como el desarrollo de células madres, el perfeccionamiento de algunas drogas, la genética, algunos potenciadores artificiales de facultades humanas, la extensión de la vida o la contención de la muerte.
Estos emprendimientos necesitan no sólo de amplias libertades, sino de dinero, talento e infraestructura; lo que no precisan son trabas legales y frenos burocráticos.
Para las empresas innovadoras se requiere de ambientes y condiciones donde puedan, entre otras cosas, adquirir bienes, venderlos, cambiarlos con toda libertad, contratar personal calificado, incluso de otros países, abrir y cerrar departamentos completos sin restricciones, que sus productos y servicios generen ganancias reguladas sólo por la competencia, que los precios de sus productos, procesos de manufactura, derechos de propiedad estén protegidos de expropiaciones y confiscaciones arbitrarias, que las ganancias tengan tratamientos favorables al momento de imponerles impuestos.
Los gobiernos favorecen que las empresas innovadoras  tomen una serie de decisiones y riesgos que no todos pueden hacer, y permiten unos márgenes de ganancias que corresponden a productos y servicios únicos, que abren mercados que no existían, en una carrera altamente competitiva a nivel mundial.
Esta licencia para el emprendimiento hace a las empresas innovadoras capaces de cambiar de línea de investigación si ven en la ruta otras más atractivas, descartar productos si estos no funcionan, asociarse con otras empresas y, por supuesto, también pueden salir derrotadas, perder la inversión y el esfuerzo quedando fuera del juego.
En las empresas innovadoras se gana y se pierde mucho dinero; es la razón por la que la empresa privada es el caballo de batalla de esos experimentos, de otra manera no hay incentivos para las apuestas y riesgos que deben tomarse, y ésta es una de las razones por las cuales el socialismo o cualquier otra ideología que no crea en el espíritu individual, en la libertad de empresas y en la protección legal de las ideas y procesos, jamás lograrán sociedades desarrolladas.
Dicen Nathan Rosemberg y L.E. Birdzell, Jr., en su extraordinario libro How the west grew rich (1986): “Es poco probable que una sociedad socialista pueda ser tan innovadora como las occidentales si no utilizan una de sus principales características que es la propiedad privada de los medios de producción y sin que se restrinja el centralismo y su tendencia planificadora.  Dicho de otra manera, el sistema de innovación occidental está irremediablemente unido al sistema de derechos a la propiedad privada.”
Los gobiernos estatistas, centralizados, que propenden al colectivismo y al control de los mercados, a lo más que pueden aspirar es a ser consumidores de las innovaciones que otras sociedades más libres y con el impulso emprendedor crean y venden; pero es prácticamente imposible tratar de montarse en la ola de los cambios y convertirse en propulsores de las transformaciones necesarias para el progreso científico, económico y social de sus naciones-estados manteniendo una mano en el freno y una venda en los ojos.
Ser una sociedad propensa a la innovación, en constante movimiento, no sólo en la producción de artefactos, sino de los servicios que presta y de sus propias estructuras sociales, incluso en la manera cómo funcionan sus instituciones, empezando por el mismo gobierno, es clave para el desarrollo en el siglo XXI.
Todas esas ideas y movimientos que devienen del marxismo y del leninismo son una tranca para el factor innovación; cuando un país socialista o estatista invierte en innovación es porque el gobierno está detrás, con fuertes intereses de orden militar o estratégico, apostando a la investigación y al desarrollo, gastando una enorme cantidad de dinero y recursos, para lograr finalmente la innovación, que la más de las veces no compite ni en calidad ni en precio con las innovaciones del mundo libre y, por supuesto, nunca en la variedad de productos que occidente ofrece.
De allí que el espionaje industrial sea uno de los pasatiempos favoritos de estos países rezagados; así roban ideas, violan los acuerdos de patentes, copian los originales en versiones incompletas o de menor calidad, hacen ingeniería de reversa para averiguar cómo funcionan los artilugios, se apropian de los procesos de manera ilegal, recurren a versiones del mercado negro… todo para obtener copias piratas y compartir marginalmente (y de manera ilegal) el éxito de los originales.
En una sociedad como la norteamericana o la europea los principales contratistas del estado provienen de la empresa privada, son ellos los que desarrollan las tecnologías de punta, tanto en la carrera armamentista como en otros campos como la salud, agricultura, industria, etc.
En Venezuela las investigaciones científicas están casi todas centralizadas en manos del estado y manejadas por un gobierno cuyas principales prioridades son ideológicas, no el avance de la tecnología y de la calidad de vida de sus ciudadanos; haciendo este artículo constaté de que existe en la estructura de gobierno un Viceministro para la Planificación del Conocimiento, que compite con un Viceministro Para la Felicidad por el título del viceministro más desocupado del país.
El primer obstáculo que encuentra la innovación en Venezuela es el control de cambio; el gobierno chavista controla las divisas en el país y tiene un programa de adjudicación donde la innovación ni siquiera aparece, esto debido principalmente a la ignorancia y a una visión del mundo atrapada en las espesas redes del comunismo.
La aplicación de un obsoleto y primitivo sistema económico, enemigo de la productividad y de la propiedad privada, absolutamente rentista y dependiente de la industria petrolera, con un tren gubernamental inepto y corrupto ha propiciado la más alta inflación del mundo, una devaluación monetaria agresiva… una falta de oportunidades y de fuentes de trabajo ha propiciado un ambiente absolutamente tóxico para la innovación.
Para que el lector de haga una idea de lo que cuestan las cosas, principalmente los bienes tecnológicos, tomemos algo tan común como un Smartphone, un Iphone 5, en octubre del 2012 costaba 7 mil bolívares; a mediados del 2013 el mismo teléfono estaba ya en 40 mil bolívares; a principios del 2015 superaba los 200 mil bolívares… imagine lo que pudiera costar para un investigador una copiadora 3-D, o un cromatógrafo de gases digital.
Según la visión de la ciencia que tiene el gobierno socialista bolivariano, su desarrollo debe estar al servicio de un Plan de la Patria y de un ideal a alcanzar: lo que llaman “un país potencia”, que nadie sabe qué es.  El primer síntoma de que al gobierno no le interesa la innovación es el tratamiento que le da a las universidades del país, que son justamente los motores de conocimiento y que preparan el recurso humano para el desarrollo, los presupuestos de hambre que les asigna, el poco interés del gobierno en invertir en su infraestructura, dotación, personal, bibliotecas, laboratorios, becas, etc., habla por sí solo de la prioridad real del chavismo sobre la innovación.
Para que se den una idea de la manera como el gobierno chavista trata a las universidades, a la Universidad Central de Venezuela le acaban de asignar 4.4 millardos de bolívares para su funcionamiento en el 2016, cuando los administradores de esa casa de estudios ha pedido un presupuesto mínimo de 13.6 millardos, la UVC ha tenido que anunciar el cierre de muchos de sus servicios, incluido el del comedor, el gobierno no quiere innovación, quiere magia.
En el 2014, cuando se publicó el listado de universidades latinoamericanas con mayor productividad científica (QS Latin American University Rankings 2014), la Universidad Simón Bolívar, que siempre se ubicó entre las veinte primeras, descendió al puesto 23; entre las razones que aluden las autoridades está la disminución de los presupuestos de las Universidades, la carencia de financiamiento en investigación, la disminución de incentivos a los investigadores, el éxodo del recurso humano calificado del país, y la presencia cada vez menor de estudiantes de postgrado en las universidades venezolanas.
Tomemos el caso del  Ministerio del Poder Popular para Educación Universitaria, Ciencia y Tecnología (Mppeuct), regido por un Sistema de Ciencia, Tecnología e Innovación, que a su vez está articulado con las instancias de lo que ellos llaman el Poder Popular. Este ministerio, entre otras actividades, tiene la de impulsar la valoración y el resguardo de los conocimientos tradicionales, tecnologías e innovaciones de los pueblos indígenas, de las comunidades campesinas y sectores urbanos populares. Tiene entre sus postulados utilizar el uso de las tecnologías de información libres, que son aquellas por las que no se paga licencias ni patentes, es decir que son gratuitas y que corresponden a menos del 5% de las existentes. En el punto 1.5.1 del documento constitutivo del Mppeuct, dice textualmente: “Consolidar un estilo científico, tecnológico e innovador de carácter transformador, diverso, creativo y dinámico, garante de la independencia y la soberanía económica, contribuyendo así a la construcción del Modelo Productivo Socialista, el fortalecimiento de la Ética Socialista y la satisfacción efectiva de las necesidades del pueblo venezolano”; es claro que quien escribió esto no tiene la menor idea de cómo funciona la ciencia y, menos aún, los emprendimientos innovadores.
Hay una criatura burocrática, conocida por sus siglas como el FONACIT, creada para acaparar todos los recursos económicos destinados a la innovación (públicos y privados), que no es otra cosa que una inmensa alcabala, erigida para controlar la investigación y el desarrollo científico del país y que resulta en una trampa para fomentar la corrupción y el tráfico de influencias con fines meramente políticos. Más recursos que se ponen en las manos de los menos competentes.
Lo que el gobierno ha hecho con el IVIC (Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas), que fue la joya en la corona de nuestros emprendimientos científicos, es una barbaridad. Por medio del acostumbrado borrón y cuenta nueva quieren desconocer los pasivos laborales y compromisos de seguridad social con los investigadores y personal de la institución; como buenos socialistas, quieren que en su junta directiva estén presentes, con voz y voto, los bedeles, vigilantes y jardineros de la institución, que a mi juicio poco pueden aportar en el comprometido camino de la innovación, porque demagógicamente pretenden acercar la investigación al pueblo, al barrio, sacarla de los laboratorios a las calles, hacer algo más bien ‘popular’…
En pocas palabras, la llegada del socialismo bolivariano a nuestro país ha significado la quiebra de las investigaciones científicas y tecnológicas, el emprendimiento innovador fue sepultado, en aras de un Plan de la Patria destinado a convertirnos en un país potencia…  nadie sabe lo que eso significa.  - 
Saul Godoy Gomez
saulgodoy@gmail.com
@godoy_saul

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domingo, 27 de septiembre de 2015

SAÚL GODOY GÓMEZ , LA INMORALIDAD DEL CNE,

De nuevo, una mujer; pareciera que el chavismo ha reunido en su entorno una colección de mujeres que se distinguen no sólo por su fanatismo, sino por una enorme vaciedad de principios y valores, mujeres a las que no les tiembla el pulso al momento de cometer una injusticia, de condenar a un inocente, de torturar y matar a un enemigo de sus causas, de mentirle al pueblo, a quien dicen amar, de humillarlo y entramparlo en situaciones de indefensión, poniéndolo en peligro, con el único propósito de eternizar la causa podrida del socialismo bolivariano.

No sin razón les gusta la neo lengua que les endosa esos atributos de mujeres guerreras, de primeras combatientes, de “troperas”… como si Venezuela jamás hubiera trascendido esas montoneras del siglo XIX, que vagaban por la geografía nacional cometiendo tropelías, con las hembras detrás de fieros bandidos que se creían libertadores.
Escucharlas hablar es percibir los ecos de las consignas comunistas de los años sesenta, de sus cantos a Cuba y a Fidel, de sus insultos al oligarca y al capitalista, incluso de sus rabiosos “Yankee go home”… la enajenación quedó congelada en esas greñudas féminas, hoscas y violentas, que cambiaron sus trapitos y franelas del mercado del cementerio por cotosos ajuares de Chanel y Gucci, por vacaciones en Marbella o cirugías estéticas en Río y personal trainers, chef particulares y dietistas del Mount Sinai Hospital.
Tienen a sus hijos estudiando en las mejores universidades del primer mundo, con sendos apartamentos y villas a donde van de visita tres y cuatro veces al año, cuentas en divisas que no bajan de siete ceros y muchas de ellas tramitan sus visas de residentes en los países de sus padres y abuelos, en los que por ley les corresponde ese derecho.
Pero, aparte de los afeites y los abalorios que guindan de sus estirados cuellos, por dentro son las mismas lagartas que esperan sus presas al sol, en las riberas de los ríos, con las bocas abiertas, listas para dar el zarpazo que las convertirá en “doñas”.
Y es que, aún observándolas detalladamente, no hay una que se haya escapado al molde, todas chapotean en el crimen y la ignominia, con el deleite de saurios jurásicos, convirtiéndose en cómplices de oscuras componendas y negociados, todas hablando de un país que no existe, de una Venezuela de cartón piedra, de pobres contra ricos, de justicia social y de un gobierno, al que pertenecen, donde no se ha roto un plato.
Y un detalle muy particular, todas presumen de ser cristianas.
Pues bien, a esta categoría de mujeres pertenece la señora que presume de ser la más imparcial, veraz, independiente, justa, eficiente y democrática de todo el lote, la Sra. Tibisay Lucena, presidente del Consejo Nacional Electoral (CNE).
Su carrera como Rectora Principal y Presidenta del organismo electoral comenzó en Abril de 2006, luego vino una reelección atropellada e impuesta por el TSJ, en Diciembre del 2014, e incluye en su hoja de servicio los casi dos años ejerciendo el cargo con el mandato expirado.
Ya para estas alturas la Sra. Lucena no oculta su simpatía militante hacia el partido de gobierno, el PSUV, y por sus altos dirigentes, al punto que ostenta sin ningún rubor símbolos del partido político en público, que desdicen de su necesaria imparcialidad; es un hecho notorio y público que la mayor parte de los rectores fueron nombrados en el CNE cuando todavía militaban en el PSUV, contraviniendo de manera desvergonzada la Constitución Nacional.
Ya ha expresado por vías de hecho su favoritismo al gobierno al plegarse a la estrategia de declarar planas las firmas que hubieran permitido el referendo revocatorio contra el presidente Chávez y que le hubieran evitado tanto mal a nuestra patria; también, entre diciembre del 2012 y Enero del 2013, permitió, contraviniendo la Constitución y las leyes, que el Vicepresidente Nicolás Maduro fuera candidato a las elecciones presidenciales - lo que no podía ser, al menos que renunciara a su cargo – apoyándose en la interpretación de una supuesta “continuidad administrativa” que otra de las mujeres rojas rojitas del régimen, esta vez en el Tribunal Supremo de Justicia, forzó para permitir que el Vicepresidente se transformara en Presidente sin ningún tipo de acto, nombramiento o requisito; semejante exabrupto en materia electoral fue aceptado por el CNE plácidamente. A partir de este episodio el CNE se dedicó a poner toda clase de trabas a la observación internacional, canjeándola por el modo de acompañamiento, para así poder desmontar la veeduría internacional que garantizaba la pulcritud de las elecciones.
La Sra. Lucena es una contradicción constitucional bípeda, así la definiría dado su empecinada vocación para violar las normas de nuestra carta magna con su cara de “yo no fui”, siempre exhibiendo los supuestos logros del CNE bajo su mandato, como las decenas de auditorías que convenientemente se ha auto practicado, la veintena de comicios que ha celebrado, los innumerables centros de votación abiertos, la maravilla que siempre destaca del proceso automatizado y que hace que el sistema venezolano tenga la apariencia de uno de los más seguros del mundo - “blindado”, como le gusta adjetivarlo - pero que le permite dar los resultados con una celeridad que ningún país de la tierra ha logrado.
Pero todo es retórica, y de la barata; la Sra. Lucena trata al sistema electoral como si fuera de su propiedad, no hay participación y de ninguna manera es protagónica, al menos que se sea para los miembros del partido de gobierno; para la oposición todo es cuesta arriba y el embudo muy angosto. Dos hechos singulares, por su notoriedad, pueden servir de ejemplo: la negativa rotunda del CNE en permitir observaciones internacionales a organismos de la comunidad internacional y lo que todo el mundo recuerda, el millonario guiso de Smartmatic con la compra de las máquinas electorales.
No veo, no escucho, no hablo… no pienso

Hay un empecinamiento en favorecer, únicamente y en calidad de acompañamiento, a las instituciones “amigas” del gobierno chavista (cómplices, más bien), como el CELAC, ALBA, PARLATINO, PARLASUR, UNASUR, para que actúen como testigos del inmenso farude electoral que tienen preparado para el 6 de Diciembre, son organizaciones que no tienen ni la experiencia ni los medios para hacer un diagnóstico del proceso, que tampoco son garantía de imparcialidad, dado que muchas de ellas son creaciones o engendros del chavismo… todas las demás, las que verdaderamente importan para darle transparencia al proceso electoral como la ONU, la OEA y la Unión Europea están vedadas, y Tibisay es la que decide, prevalece su voluntad, que nos es otra que hacer las elecciones en las tinieblas, que nadie se entere, que nadie vigile ni revise.
Resulta cuanto menos sospechoso que, luego de tantas elecciones y de su campaña permanente de presentar al CNE como uno de los organismos más eficientes y profesionales del mundo, ahora quiera hacer elecciones con las luces apagadas.

Otro punto es la confusión que el CNE quiere crear con la ubicación de la tarjeta de la MUD y la tarjeta “comprada” del MIN por el gobierno en el tarjetón electoral, utilizando el posicionamiento de dos tarjetas que se parecen para generar confusión en el elector y robarle votos a la oposición… una triquiñuela que desdice mucho de su participación en el llamado Poder Moral.

Pero recordemos el retardo que mantiene en publicar los resultados completos de aquellas elecciones de Diciembre del 2007, en las que se excluyó 1.8 millones de electores que todavía no han sido totalizados, y aún así el CNE declaró la tendencia como irreversible… tenemos 8 años esperando, un dudoso record mundial para el sistema más rápido del mundo.

El organismo electoral niega información a los partidos políticos de la oposición, no así al PSUV, las aperturas de nuevos centros de votación no pueden ser verificadas y muchos de ellos se siembran en zonas dominadas y controladas por grupos violentos afectos al gobierno o por el mismo gobierno.

Los centros de una sola mesa, que representan el 40% de los centros del país, con su comportamiento irregular de electores, son fuente de distorsiones notables en los resultados del proceso y siempre se ha negado acceso a la información sobre a qué electores sirven.

No hay información confiable ni oficial en cómo los estados de excepción en la frontera afectarán la conducción del proceso electoral para las parlamentarias, que se complementan con medidas inconsultas y desesperadas, como la de paridad de género, que el CNE saca del sombrero de mago para influenciar los resultados a favor del PSUV y generan distorsiones que con su silencio cómplice trata de convalidar.

Desde hace ya algún tiempo el CNE se ha lavado las manos en el espinoso asunto del favoritismo y el abuso del poder del gobierno, que utiliza los dineros y bienes del estado  durante las campañas electorales (que son continuas o permanentes, porque el mismo gobierno parece no haberse enterado de que ya es gobierno y vive en una sempiterna campaña) y no hay manera de que se respete la Constitución en este sentido, ni el CNE actúa como poder autónomo, ni asume su compromiso moral con el país.

Las auditorías al CNE no resisten una revisión seria y profesional sin que salten las liebres de la trampa y los acomodos se hagan evidentes; toda una serie de desvaríos, como las migraciones de candidatos y electores, la alteración de la composición de las llamadas circunscripciones electorales, el irrespeto a la representación proporcional, manejo arbitrario de la distribución poblacional con el uso de estadística viciada, la parcialidad en cuanto al uso y tipo de protocolo a usar en las auditorías, convirtiéndose en juez y parte simultáneamente, son detalles que definen muy bien donde están los intereses y los procedimientos para forzar resultados.

A esto sumamos la poca confiabilidad de la información de identidad de los ciudadanos, ahora en manos de empresas cubanas manejadas por el gobierno de los hermanos Castro, la imposibilidad de detectar votantes “virtuales”, por falta de soporte documental, el manejo de bases de datos incompletas de huellas dactilares, la imposibilidad de compaginar con información confiable los crecimientos poblacionales que en el registro electoral ha tenido un aumento anormal… En pocas palabras, existe una gran cantidad de votantes a quienes sería imposible localizar porque carecen de datos de residencia e, incluso, de información dactilar.

Cuando quien elige es el que cuenta los votos: El que las votaciones en nuestro país dependan de unas máquinas y sus memorias digitales, no de registros confiables y verificables en copia dura, es en sí mismo una disminución de nuestro derecho soberano a elegir y mina la confianza en el proceso electoral.

El chavismo agónico, del cual usted es pieza clave, se prepara para darle un nuevo zarpazo a la democracia venezolana utilizando las instituciones republicanas y los principios garantes de nuestras libertades, por un lado tenemos al gobierno nacional conjuntamente con el alto mando militar creando un conflicto totalmente artificial con Colombia, poniendo a más de un tercio del país bajo estado de excepción con el fin de controlar las calles el día de las elecciones, en un estado pre-bélico la sociedad se encuentra bajo las armas que supuestamente deberían defender nuestra integridad.
Pero el grueso de la estrategia hegemónica por el poder se lo lleva el CNE que usted tan perrunamente dirige para complacer los intereses del castromadurismo, apenas 15 días de campaña electoral para la oposición (el chavismo tiene 16 años en campaña), haciéndose la vista gorda ante los abusos del régimen utilizando como le da la gana bienes y dineros del estado para la campaña del PSUV, su partido. Una elecciones que se van a realizar a espaldas del mundo para que las trampas en el sistema no sean anotadas y cantado el fraude, debo meter en el saco la actitud colaboracionista de la MUD que solo anda pendiente de cómo luce para la foto del 6 de diciembre y celebrar una nueva victoria pírrica, un paso más hacia la victoria final que nunca llega.

El montaje de estas elecciones es tan obvio y la trampa hiede tan fuerte que me imagino ya deben tener la champaña en el hielo para celebrar, pero… y este pero es el que verdaderamente importa, pero está por verse el comportamiento del pueblo de Venezuela, el verdadero soberano en esta tragicomedia, la única fuerza que puede decidir el final de este festín de pordioseros, esa es la incógnita que tiene a Maduro y a los hermanos Castro insomnes.

Usted, Sra. Lucena, es indigna del cargo que ejerce; la gran mayoría del pueblo de Venezuela desconfía de usted y del organismo que maneja de manera tan arbitraria; temo que como regalo de despedida va usted a seguir permitiendo el fraude electoral y a poner nuestro país en una circunstancia complicada, de alto riesgo para la seguridad de la población, su papel en la historia del país va a quedar peor que el de la jueza Susana Barreiros.

Termino este artículo haciendo alusión a unas palabras que usted escribió en el año 2003 en su trabajo Desarrollo Institucional del Poder Electoral en Venezuela, supongo, cuando se tenía por una ciudadana honesta, útil y pensante, decía usted:

“Cinco principios fundamentales deben ser asegurados por el Poder Electoral y la legislación correspondiente en el nuevo ordenamiento político: igualdad, confiabilidad, imparcialidad, transparencia y eficiencia; los cuales deben ser orientadores de la legalidad y legitimidad en todo acto o proceso comicial que se realice en el país…Tamaña responsabilidad no se puede ejercer sin adquirir plena autonomía de las otras ramas del poder público nacional.”

Supongo que esa Tibisay Lucena ya no existe y que aquellos ideales yacen hoy sepultados bajo la pesada piedra de la conveniencia, el dinero y la astucia.- 

Saul Godoy Gomez
saulgodoy@gmail.com
@godoy_saul

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