BIENVENIDOS AMIGOS PUES OTRA VENEZUELA ES POSIBLE. LUCHEMOS POR LA DEMOCRACIA LIBERAL

LA LIBERTAD, SANCHO, ES UNO DE LOS MÁS PRECIOSOS DONES QUE A LOS HOMBRES DIERON LOS CIELOS; CON ELLA NO PUEDEN IGUALARSE LOS TESOROS QUE ENCIERRAN LA TIERRA Y EL MAR: POR LA LIBERTAD, ASÍ COMO POR LA HONRA, SE PUEDE Y DEBE AVENTURAR LA VIDA. (MIGUEL DE CERVANTES SAAVEDRA) ¡VENEZUELA SOMOS TODOS! NO DEFENDEMOS POSICIONES PARTIDISTAS. ESTAMOS CON LA AUTENTICA UNIDAD DE LA ALTERNATIVA DEMOCRATICA

miércoles, 27 de agosto de 2014

ERNESTO GARCIA MAC GREGOR, CRISIS HUMANITARIA EN SALUD

La red hospitalaria y primaria de salud se encuentren en pésimas condiciones de funcionamiento por el deterioro estructural (958 obras para los centros de salud se pagaron pero no se ejecutaron), por la reducción de camas hospitalarias (3.000 menos que en 2012), por la rebaja en el presupuesto (Barrio Adentro, de 5.5 millardo de dólares a 2.4), por las condiciones laborales y de inseguridad reinantes, por la carencia de personal calificado que ha emigrado. Un médico socialista gana 20.000 bolívares, un especialista 6.000. Y ahora la crisis hace estallido por la falta de medicamentos e insumos.

Aparte de los fármacos elementales, soluciones, antisépticas, suturas, sondas, gasa, sistemas de drenaje, placas de radiología y ventiladores mecánicos, muchos otros insumos de uso rutinario faltan por completo. La situación empeora en las unidades de cuidado intensivo (gran número no funcionan), donde la tecnología es más sofisticada y por consiguiente la escasez es mayor con un incremento en la mortalidad.

Las amputaciones de miembros han aumentado por falta de estents y la escasez de marcapasos significa la muerte para muchos pacientes.  La falta de insulina para los diabéticos, antirretrovirales para enfermos de Sida, medicamentos para los hipertensos, epilépticos y cancerosos ha causado el deceso de estos pacientes desesperados. Pero la escasez es general, como el agua, electricidad, comida, artículos de tocador y deje usted de contar. Y todo tiene una causa. La falta de divisas.

 La crisis ha alcanzado a la red asistencial privada hasta el punto que en gran cantidad de clínicas, las cirugías electivas se han suspendido para aplicarla sólo en casos de emergencia por la escasez de anestesia. Las largas listas de espera que se veían sólo en el sector público, han migrado al privado que tiene capacidad para atender sólo al 10% de la población pero actualmente recibe al 53%.

¿Y qué dice el sector oficial al respecto? Que la palabra crisis es absolutamente desproporcionada, que se está haciendo un gran esfuerzo. Lo que deben hacer es pagar la enorme deuda que dejaron acumular por incapaces. Que oiga quien tiene oídos…

Ernesto García Mac Gregor
garciamacgregor@gmail.com
@GarciaMacGregor

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ALFREDO MICHELENA, COLOMBIA: LA CULPABLE

La “guerra económica” se recrudece. Para el régimen es un plan orquestado por el imperialismo, la burguesía criolla y la ultraderecha internacional para quebrar a una revolución en su esfuerzo para aliviar la pobreza.

Así explican la dilapidación de los US$ 1.500 millardos que entraron  a las arcas nacionales. ¿Cómo lo lograron? No es solo que son malos gobernado, que lo son. Es el resultado- ya conocido- del modelo socialista de Estado o comunista. Modelo que presume que un grupo de burócratas bien intencionados pueden manejar la economía y más allá la sociedad. Eso ni teórica ni prácticamente es posible. La burocracia gubernamental no puede ser el dios relojero de los masones.  .

La versión criolla, el populismo “ococlócrata”, de reparto directo de la renta petrolera, no creó riqueza en el país. Por eso, al comparar este gobierno con los de la República Civil, salen raspados.

El país está quebrado en lo financiero; en desplome en lo productivo; en crisis en la satisfacción de las necesidades básicas, como la salud y la  educación; en rojo en las cuentas nacionales; y al final, la vida de los venezolanos no vale medio.

Pero se empeñan en una “guerra económica” que quieren ganar, aunque sea pírricamente, y nos terminen de hundir el basurero de la historia.

Quisieron sustituir la implacable ley de la oferta y la demanda y fracasaron; quisieron meterse a producir y fracasaron; importaron  y fracasaron. Y al final no hay desarrollo sino un reguero de corrupción y más pobreza. Recuerden PDVAL.

Primero dijeron que era que ahora los pobres comían mucho; luego acusaron a las familias de acaparadoras; ahora es el contrabando hacia Colombia. Es como decir que el robo de los $25 millardos de CADIVI  se resuelve metiendo preso a los “raspacupos” y sancionar a unas 15 empresas de maletín.  
Vuelven con “el sacudón”. Iban a subir la gasolina y a devaluar el bolívar oficial, pero no se atrevieron. La gente ya no los quiere. Pero impusieron una tarjeta de racionamiento, con captahuellas- con un pésimo servicio de internet-, y una acción militar contra el contrabando con Colombia.
Argumentan que un 40% de los productos básicos, subsidiados, terminan allá, además de unos 100.000 litros diarios de gasolina. Desplegaron 17.000 soldados en una frontera de más 2.200 kilómetros y decretaron el cierre nocturno de algunos de los pasos fronterizos, por un mes. Fuegos fatuos. Un negociazo para los contrabandistas y sus custodios. Es la fase final de la militarización del consumo. ¿Nos la calaremos?

Alfredo Michelena 
alfredomichelena@gmail.com

@Amichelena

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LUIS MANUEL AGUANA, DEL COMUNISMO A LA DEMOCRACIA VIA CONSTITUYENTE


Una de las cosas más difíciles de explicar dentro del desarrollo que hacemos del Proyecto País Venezuela Reconciliada Vía Constituyente (http://proyectopaisviaconstituyente.blogspot.com/), es que esta propuesta es realmente un borrador de trabajo. No es un dogma que se está tratando de imponer. De hecho, ese es el papel a discutir que requiere para su materialización de una Constituyente. Lamentablemente eso, que es lo principal, no es lo que se ha discutido sino la carpintería necesaria para cambiar la Constitución, que es el proceso Constituyente.

Se puede estar en desacuerdo con nuestra propuesta de cambiar el esquema de distribución del poder en el sistema político venezolano, pero nadie puede negar que esa es una discusión que hay que dar. Y que el mejor escenario para realizarlo es una Asamblea Nacional Constituyente, porque es allí en donde la sociedad venezolana se encontraría en la persona de sus legítimos representantes-los Constituyentes-, y podríamos todos, basados en unas reglas justas, llegar a los acuerdos necesarios para realizar esos cambios en paz. Nosotros llevamos una propuesta basada en un esquema conceptual que prioriza la relación del ciudadano sobre sus gobernantes, y cuya principal razón de ser es la búsqueda de una solución estructural a los problemas del país.

Ahora bien, se ha contrapuesto el argumento a la convocatoria de una Asamblea Nacional Constituyente a que primero debemos resolver el grave problema de soberanía y la invasión castro-comunista que se desarrolla en Venezuela. Ese argumento ha confundido a la opinión pública, dando origen a un rechazo a la convocatoria constituyente basado en que nosotros no tenemos en cuenta esa situación, cuando en realidad es todo lo contrario.

Lo primero que debemos entender es que aquí hay dos problemas completamente diferenciados que lamentablemente se han mezclado en esta discusión. El primero de ellos es el agotamiento de una forma de Estado que hacía aguas en 1998 y que se enmascaró y congeló con la llegada de Hugo Chávez al poder. Esto es, los partidos y su forma de gobierno hicieron crisis y por ello salió un “salvador” de la nada en 1992 y que se eligió Presidente en 1998. Y lo segundo es que esa crisis estructural del modelo, que aún no se corrige, devino en comunismo.

Los gobernantes de ese entonces SABIAN que el sistema debía ser corregido, debían hacer realidad los postulados de la descentralización prometidos desde la promulgación de la Constitución de 1961, y no lo hicieron. Debían soltar las libertades económicas y no lo hicieron. Las recomendaciones de la Comisión para la Reforma del Estado (COPRE) fueron engavetadas e ignoradas. Difícilmente un país sin correcciones estructurales saldría de la “crónica de una muerte anunciada”.

Mucha de aquella “claque” política responsable de esa debacle de los partidos –ladrones y oportunistas políticos de oficio-, se constituyeron en apoyadores de lo que hoy es el proyecto revolucionario rojo-rojito. No vinieron del espacio exterior, son ex adecos, ex copeyanos, ex masistas, ex cualquier-partido que no iban a tener nunca la oportunidad de ponerle la mano a las arcas públicas si continuaba el maridaje adeco-copeyano. Pero la corrección estructural del sistema político continuaba sin realizarse. Y todavía continúa sin realizarse.

El gobierno de un Comandante alocado que decía al comienzo que no era comunista, devino en uno. Las fuerzas internacionales que luchaban desde hacía décadas por ponerle las manos a la joya de la corona latinoamericana encontraron el caldo de cultivo perfecto para inocular el veneno. Una clase gobernante corrupta, mucha plata para repartir y un gobierno que se iniciaba sin saber cómo se gobernaba un país, fue la tormenta perfecta para que se iniciara nuestra pérdida de soberanía. El resto fue de bajada. Pero lo importante aquí es que se profundizaron las imperfecciones del modelo centralizador del Estado con la aprobación de la nueva Constitución. Esto trajo consecuencias catastróficas para los venezolanos. La economía y la subsecuente calidad de vida descendieron aún más allá de los niveles de 1998, año en que los venezolanos apostaron por un cambio que en realidad fue un engaño comunista de la mano de un traidor.

Al decir de Allan R. Brewer Carías: “La nueva Constitución de 1999, por otra parte, carecía de las previsiones necesarias para que el país pudiera asumir los cambios democráticos que eran necesarios, particularmente a través de la efectiva descentralización política de la Federación y el reforzamiento de los poderes de los Estados y Municipios. La Constitución de 1999 en realidad, continuó con los mismos principios centralizadores que tenía la Constitución precedente, en algunos casos centralizando aún más ciertos aspectos.”(Recomiendo ampliamente la lectura de Federación Centralizada en Venezuela: Una contradicción Constitucional – Allan R. Brewer-Caríashttps://drive.google.com/file/d/0B6yI0gUROWzDN1htM1BhaktXb2M/edit?usp=sharing).

Los venezolanos no podemos cometer el error de conservar la Constitución de 1999. Las razones podrán encontrarlas en el documento de Brewer-Carías. Pero más allá de adentrarnos al estudio del daño y el retroceso constitucional que significó la aprobación de la Constitución de 1999 para los Estados y Municipios de Venezuela, explicación que le dejamos al documento de uno de los constitucionalistas más renombrados del país, debemos entender que cualquier solución que le encontremos al problema de Estado y Soberanía que tiene Venezuela, pasa por resolver el problema de fondo por el cual apareció Chávez en la escena política, evitando confundir esto con el problema cubano.

Un proceso constituyente nos pondría en la vía de una solución integral. Por un lado, independientemente de lo que se termine discutiendo en esa Asamblea, donde la propuesta del Proyecto País Venezuela Reconciliada es la única en el escenario político actual para acometer los cambios estructurales necesarios en la próxima Constitución, ese proceso involucra la elección libre y transparente de Constituyentes de todas las tendencias, así como de eventuales nuevas propuestas, siendo ellos los que al final decidirán si Venezuela toma una senda comunista o una democrática. Preguntemos sin miedo a los venezolanos si quieren ir al “mar de la felicidad” de Cuba. Estoy completamente seguro que el régimen no desea hacerlo.

Los venezolanos exigimos votar libremente por Constituyentes de una u otra tendencia. Si no existe coacción electoral, ni máquinas corruptas, ni funcionarios del régimen alterando el proceso, Venezuela elegirá el sistema de libertades que siempre ha tenido, en un proceso inédito, redactando una Constitución realizada desde la base, de abajo hacia arriba, y no impuesta por ningún gobernante o golpista de turno como lo han sido todas las constituciones que hemos tenido. Pero eso no será gratis ni fácil, hay que pelearlo de una manera firme pero pacífica en las calles. De otra manera el régimen jamás se contará limpiamente. Nadie puede negarle al pueblo venezolano ese derecho, comenzando por los militares.

En esa primera etapa será el Soberano el que decida el modelo político-comunista o democrático-, para Venezuela, eligiendo a aquellos Constituyentes que profesen una u otra tendencia. En una segunda etapa, ya en la Asamblea, se decidirá la forma de Estado, centralista o federal para nuestro país, donde aspiramos que se corrijan todos los entuertos constitucionales cometidos, incluso aquellos que tienen mucha historia en la Venezuela contemporánea.

Nuestro Proyecto País Venezuela impulsa la forma de Estado Federal y tiene como eje principal asignarle a la provincia, constituidas por los Estados Regionales de toda Venezuela, competencias constitucionales y legislativas, amplias e integrales en materia política, judicial, electoral, tributaria, administrativa y educativa, con el fin de hacer llegar el poder a los ciudadanos y sean estos los protagonistas de su propio desarrollo, estableciendo una Constitución Federal para la República de Venezuela y Constituciones Regionales para cada Estado acordes con ese planteamiento.

Esto implicaría restablecer la Cámara del Senado en el Parlamento Nacional con la representación paritaria de los Estados para el debido equilibrio del poder legislativo. Implica la transformación del Poder Judicial mediante la creación de las Cortes de Justicia Regionales para dar mayor poder y capacidad de actuación a la justicia local. Implica generar las garantías electorales que brinden legitimidad de origen a los elegidos, como: la doble vuelta, el financiamiento de los partidos políticos y la representación proporcional de las minorías. En otras palabras, el regreso a una democracia fuerte, sana y con Estado de Derecho.

Así que una cosa es restablecer nuestra soberanía como Estado de una manera civil, pacífica y democrática exigiendo como ciudadanos contarnos de una manera transparente en un proceso Constituyente y otra muy diferente es la forma del Estado que debemos discutir en esa Asamblea, no solo para no cometer y corregir los errores que nos llevaron a este desastre mal llamado “Socialismo del Siglo XXI”, sino para reconstruir y comenzar a dar los primeros pasos para nuestro desarrollo como Nación.

Luis Manuel Aguana
@laguana
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HUMBERTO SEIJAS PITTALUGA, ¡ ENTIENDE, SE TRATA DE LA ECONOMIA!

Hay una escena que veo con dolor todos los días: la del pocotón de gente haciendo colas en las cercanías del abasto Bicentenario.  

Llueva o haga sol, uno los ve, pobrecitos, esperando que el miliciano gordinflón y bien mayorcito de edad decida abrir el brete por donde canaliza la cola para comprar la harina Pan, el aceite, la leche en polvo, o lo que la “magnanimidad” oficial haya decidido proveer ese día.  Y pensar que hace unos pocos años, a ti te parecía poco creíble cuando alguien que había regresado de Cuba te contaba que la gente salía (todavía sale) con una bolsa plástica vacía en el bolsillo para, al apenas ver una cola, meterse en ella y tener donde guardar lo que iba a conseguir, sin saber siquiera qué era lo que iba a obtener.  Y sin saber si lo iba a lograr, porque probablemente, al rato un miliciano —menos rechoncho y entrado en años que el nuestro—  iba a informar que se había acabado lo que la chochocracia cubana y sus cómplices venezolanos nos habían sustraído para venderlo allá.

Hoy estamos igualitos que eso que el finado difunto que se murió llamó, con hipérbole, “la isla de la felicidad”.  ¡Ah, pero con un plus!  Allá, la tarjeta con la que se limita los productos que pueden ser comprados sigue siendo un cuadernito con tapas de cartulina, mientras que la de aquí va a ser digitalizada.  O sea, “Racionamiento 2.0”.  Y asesorada por el CNE y la eterna Tibisay, a quien los rojos no quieren relevar a pesar del fin de su período, porque les ha resultado buenísima en eso de garantizar éxitos al oficialismo y en hacerse la loca para pedir partidas de nacimiento. 

Y, al igual que en Cuba, los jerarcas del régimen, de Platanote para abajo, recitan los mismos versos justificatorios para tratar de ocultar su incapacidad y su corrupta rapacidad.  La culpa es del imperio maluco, de los especuladores despiadados, de los escuálidos disfrazados de empresarios, de los enemigos saboteadores.  De todo el mundo, excepto ellos.  Uno de los ejemplos más recientes de esa mojiganga es lo que ha declarado varias veces el “perpicaz” superintendente de Precios Injustos.  Según él, luego de reiterar que las medidas de “control biométrico” no son para establecer un racionamiento, sino para evitar el “sabotaje para culpar al gobierno de las colas”.  ¡Necio, no mires las colas de adentro —que son más la consecuencia de la nefasta Ley del Trabajo, que incita al ausentismo laboral, que culpa de la gerencia!  ¡Mira las de afuera, que son quince y veinte veces más grandes!  Y que son causadas por el raquítico suministro que ustedes hacen de los productos.  Porque, en su intento de igualar por debajo a todos, arruinaron ex profeso, a los productores nacionales y a las comercializadoras grandes pero no fueron capaces de igualarlos en eficiencia.  No se percataron de lo que explicaba Pero Grullo: “quien mucho abarca, poco aprieta”.

¿Cuántas horas-hombre se han perdido en las colas?  Unos, haciéndolas, y otros, vigilándolas.  La mamá a la que le tocar hacer una larga fila para comprar pañales —con el agravio añadido de tener que llevar la partida de nacimiento del hijo para probar que no es una acaparadora—, ¿no estaría cumpliendo un mejor papel si estuviese al lado de ese niño, queriéndolo y enseñándole cosas nuevas?

En todo caso, no conozco un país civilizado (ni uno incivilizado, aparte de Cuba y nosotros) que deba racionar —que no racionalizar— las compras de alimentos.  Ni de nada.  ¿Habrá algo más criminal que eso de no permitir que las farmacias tengan toda la gama de medicamentos requeridos para mejorar la salud?  La actitud de los consumidores no se debe a afanes especulativos, ni de acaparamiento insensato, sino a mera precaución porque, ¿y si no vuelve?  En mi caso, una pastilla que tomo hace como treinta años está desaparecida de las farmacias, droguerías y boticas desde hace más de tres meses.  No me voy a morir si no me la tomo, pero sí va a condicionar mi vida con posibles dolencias.  Que quede bien claro, cuando aparezca, si es que aparece, no voy a comprar una cajita; ¡voy a comprar todas las que pueda!  Pero hay casos peores, como los oncológicos, donde la disciplina en los tratamientos es esencial.  Y se ve condicionada por la escasez de drogas antineoplásicas.  ¡Eso sí es criminal, bobo!  Si puedes trata de que el “avispado” de tu jefe lo entienda.  Es más, llévale de regalo el letrerito que tenía Clinton sobre el escritorio.  Pero debidamente traducido porque el nortesantandereano es duro para los idiomas.  Que diga: “¡Es la economía, estúpido!”

Pero que no te lo va a aceptar.  Porque la tarjeta de racionamiento, además de tratar de hacer rendir los productos que escasean debido a la incuria, la corrupción y el paterrolismo oficiales, es un excelente instrumento de control y coacción sociales.  Porque ahí sí que es verdad que el monopolio de todos los productos de la dieta humana estarán en manos del régimen.  Por eso, es que todos los venezolanos (sin importar cómo se piensa en política) debemos oponernos al intento de racionamiento electrónico (o de cualquier otro tipo).  Eso no pasa de ser otra imposición de los colonizadores cubanos.  Lo que quieren es que nosotros nos abstengamos de comer, y que Nikolai, ¡tan aventajado alumno en la escuela comunista donde estudió!, les siga mandando todo lo que nos quita de la boca a nosotros. 

Lo que me hace recordar algo que, muy acertadamente, explicó Forrest Gump: “estúpido es quien comete estupideces…”

Humberto Seijas Pittaluga
hacheseijaspe@gmail.com
@seijaspitt

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GUSTAVO CORONEL, LA MORAL CHAVISTA ES COMO EL CHICLE

Ver y leer sobre los sucesos, actitudes, eventos y personajes de la Venezuela de hoy nos hace pensar que la moral, ese cuerpo de normas que rigen la conducta del individuo con relación a sí mismo o a la sociedad, está en bancarrota. Las normas morales se presumen permanentes en el tiempo y nos han acompañado por miles de años. Se consideran objetivas porque no pierden vigencia, no importa que un individuo en particular quiera o no acatarlas.


Sin embargo, el concepto de moral que parece predominar en grandes segmentos de las sociedad venezolana es el de Carlos Marx, no el de Kant. Marx decía: “la moral no es una categoría social cuyos contenidos normativos sean de validez absoluta, universal y eterna, como ha pretendido Kant con su imperativo categórico, sino que esos contenidos están sujetos al relativismo histórico de los distintos sistemas de vida que los seres humanos divididos en clases fueron adoptando en distintos períodos de su existencia como especie”. Es decir, para Marx, la moral era una cuestión de moda o, peor aún, de conveniencia. El relativismo histórico, aprentemente, daba para todo.

En la sociedad venezolana de hoy, gentes de todos los niveles, incluyendo los grandes cacaos y las élites gobernantes se adhieren, hasta con entusiasmo, a la concepción marxista de la moral.

Muchos de los grandes cacaos se han convertido, simple y llanamente, en grandes cacos o cacas.

La moral como moda equivale a botar a la basura la brújula que nos lleva por la vida. Equivale a tener casi tantas morales como gente ande por nuestras calles, lo cual significa la desaparición de la moral.


El poder de la moral es tan grande, sin embargo, que quienes desean violar sus principios lo hacen generalmente en su nombre. Por ejemplo, la importación masiva de niños palestinos a Venezuela se hace en nombre de la compasión, uno de los más vigoros preceptos morales. Sin embargo, la realidad es que: (1), ni los niños palestinos podrán ser felices en la Venezuela de hoy, la cual en muchos aspectos vive hoy una pesadilla peor que la de Gaza,; (2), esa decisión ha sido tomada por razones bastardas de ideología política, no por compasión; y, (3), se toma a espaldas de la tragedia social venezolana, debido a la cual nuestros niños, ancianos y ciudadanos comunes están sufriendo toda clase de privaciones.

Hay infinidad de otros ejemplos, el lector añadirá sin duda el suyo. Es inmoral:
* Que las hermanitas Chávez sigan viviendo en La Casona y que, segun Carlos Berrizbeítia, gasten un total de 2.258 millones de bolívares al año por vivir allí. En el ABC de España Ludmila Vinogradoff detalla estos gastos y dice que la mayor partida presupuestada para 2014 para una gente que no tiene derecho a ello incluye electricidad, teléfono, seguridad del personal civil y militar, guardaespaldas y chóferes. También el mantenimiento de la sala de bolos, la de baile, piscinas, los cocineros o el cuidado de los vehículos. Solo la asignación para la compra de alimentos y bebidas y las agencias de festejos se llevan 129 millones de bolívares.

* Endeudarse con China a costa de las futuras generaciones de venezolanos , lo cual se hace, paradojicamente, en nombre del principio de la soberanía. Quienes aún no han nacido no pueden protestar y muchos de quienes ya nacieron vendieron su moral por un camburcito o una limosnita

* La negativa de la OEA de tratar el caso venezolano, la cual se basa en el llamado “principio de no intervención”, un principio ambiguo que sirve de excusa a los lubricados por el dinero petrolero para no cumplir con su deber. El petróleo ha comprado las conciencias de muchos de los países miembros y burócratas del inmoral organismo.

* Las marramucias y triquiñuelas de UNASUR, ALBA, MERCOSUR y otros parapetos indignos latinoamericanos, las cuales se llevan a cabo en nombre de la integración regional, como nos lo pretende vender el ex-terrorista Rodríguez Araque. Estas organizaciones constituyen inmorales fuentes de pérdidas monetarias para la nación venezolana, asediada por líderes parásitos cubanos, bolivianos, argentinos, nicaraguenses, isleños y ecuatorianos.

* Diferir, como sistema, el juicio de opositores presos, en nombre de la justicia, lo cual constituye una inmoralidad y una tortura de la peor especie para quienes están en las cárceles del narco-régimen de Nicolás Maduro

* Nombrar a gente sin credenciales como representantes de organizaciones internacionales, en nombre de la solidaridad con los pueblos desposeídos, tal y como ha ocurrido con la designación de María Gabriela Chávez como embajadora alterna de Venezuela en la ONU y como ocurre con el lumpen de “diplomáticos” venezolanos, algunos de ellos traficantes de droga, otros adulantes, uno que otro acosador sexual, otros simplemente analfabetas.


  • Establecer, en nombre de la defensa de los pobres, un control de precios, un control cambiario y un régimen de expropiaciones y confiscaciones de empresas privadas productivas que ha llevado al país a la ruina, mientras el malandraje oficial, plenamente identificado, se ha enriquecido de manera obscena
Quienes quieran defender la moral inmutable, en lugar de plegarse a la moral como moda, deben insurgir, con todos los hierros, en contra de la pandilla de unos 500 malandros, civiles y militares que ha arruinado al país.
Gustavo Coronel
gustavocoronelg@hotmail.com

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JESUS ALEXIS GONZALEZ, ORIGEN DE LA CRISIS: SIN SISTEMA ECONOMICO

Iniciemos con una visión 

Venezuela transita hacia una crisis económica,  cuya intensidad será del tamaño   de   las   distorsiones   macroeconómicas   propiciadas   por las improvisaciones e indefiniciones   inducidas por la puesta en marcha de acciones para alcanzar una economía totalmente estatizada bajo la figura de un socialismo democrático (mercado con fuerte participación estatal); lo cual equivale a la implantación de una economía socialista en la economía de mercado,  en torno a un enfoque productivo socialista de heterodoxa conformación,  orientando la política económica a la luz de construir un Estado socialista.
Tal intención (de indefinido sustento doctrinario), está  propiciando un mayor desbalance  macroeconómico ante la ausencia de un sistema económico, entendido como un conjunto de procesos vinculados funcionalmente entre sí mediante relaciones, reglas, procedimientos e instituciones que caracterizan el funcionamiento económico del país; para lo cual se han de instrumentar las políticas que se estimen necesarias en función de organizar la actividad económica de la sociedad (producción y distribución de bienes y servicios) en un marco de ordenamiento jurídico que facilite el desarrollo de las fuerzas productivas, y de una estructura económica que perfeccione las relaciones entre los sectores de la economía (primario, secundario y terciarios). Tal desenvolvimiento, ha de responder a un modelo económico perfilado por el Gobierno (dirección de la colectividad social mediante la instrumentación de políticas públicas) para organizar la actividad económica en vínculo armónico entre el tejido empresarial (privadas, socialistas y mixtas) con el resto de los actores sociales. 

Formulemos una interrogante- 

¿Venezuela cuenta con un sistema y modelo económico concebido como política de Estad­o?

Veamos: 

El 5 de agosto de 2000, según Decreto No 923 de la Presidencia de la Republica, a los efectos de la creación de la Comisión Presidencial para la Constituyente Económica se consideró sobre el deber del Estado de promover conjuntamente con el sector privado el desarrollo armónico de la economía nacional, así como de evolucionar hacia una actividad económica diversificada mediante el estímulo a la inversión de los capitales nacionales y foráneos; todo ello en un todo de acuerdo con el Artículo 236 Constitucional. Tan apropiado postulado de coherencia macroeconómica, fue efímero en el tiempo ya que ese mismo año se inició la erosión de la autonomía del BCV al reformar su Ley de creación para permitir al Ejecutivo Nacional hacer uso de las utilidades cambiarias acumuladas por años en el ente emisor, creando  luego el FONDEN (sin mecanismos de rendición de cuentas) en aras de consolidar dicha acción, a la par de consagrar al Gobierno el derecho a distribuirse los dividendos del banco; hasta la posterior instrumentación de las denominadas reservas excedentarias para permitir que el BCV transfiriera al Ejecutivo Nacional las reservas internacionales con la finalidad de financiar el gasto público, creando las condiciones para la posterior eliminación de la autonomía del BCV, subordinándolo a las líneas gubernamentales violando la CRBV que señala la obligación de una coordinación macroeconómica entre el Gobierno y el BCV para elaborar un Acuerdo Anual de Políticas (solo se acordó un primero y único en 2003); desatendiendo al propio tiempo sus funciones medulares relativas a preservar el  valor de la moneda, la regulación de la liquidez monetaria y de no avalar políticas fiscales deficitarias asumiendo el indebido rol de agente financiero del Gobierno.

Muy variados han sido los efectos negativos que se han originado en Venezuela ante la ausencia de un sistema económico, hasta configurar una estructura caracterizada por: 

(1) una caída tanto de la producción petrolera, como de la producción interna de bienes y servicios; 

(2) decrecimiento de las exportaciones no petroleras; 

(3) aumento de la demanda de importaciones; 

(4) reducción de la inversión extranjera directa; 

(5) contracción del mercado cambiario; 

(6) crecimiento del nivel e ineficiencia del gasto fiscal; 

(7) uso intensivo de créditos adicionales; 

(8) déficit en la gestión financiera del Gobierno Central, cubierto con emisión de dinero inorgánico (monetización) y colocación en el mercado interno de Bonos DPN y Letras del Tesoro; 

(9) expansión de la liquidez monetaria; 

(10) aumento de la deuda pública interna; 

(11) remonetización de la economía (liquidez monetaria por encima de la inflación); 

(12) expansión secundaria de dinero por vía crediticia (excedente de liquidez en la banca); 

(13) crecimiento económico real apuntalado por la Demanda Agregada Interna, en función al consumo público y privado (con mínima inversión reproductiva); 

(14) crecimiento significativo de la Población Económicamente Inactiva (participación en programas sociales no generadores de puestos de trabajo); 

(15) sector informal cercano a la mitad de la fuerza laboral; 

(16) disminución de la productividad del trabajo (inamovilidad laboral); 

(17) elevado índice de escasez y desabastecimiento; 

(18) devaluación continua ante la sobrevaluación y el déficit fiscal; 

(19) recesión por el decrecimiento del PIB durante 2 trimestres consecutivos; 

(20) altas posibilidades de una estanflación, y de una hiperinflación; 

(21) corrupción desbordada; 

(22) unificación cambiaria con fines fiscales; 

(23) reforzamiento del control de cambio; 

(24) profundización del ejercicio de la economía como herramienta de dominación político-partidista; 

(25) racionamiento (electrónico-biométrico) de los alimentos y las medicinas; y 

(26) elevada percepción negativa sobre el devenir económico nacional.

A la luz de una reflexión final, sostenemos que para la existencia de un sistema económico en Venezuela, se hace necesaria una eficiente interrelación (con implícita diferenciación) entre el régimen sociopolítico (concepción y estructuración del Estado) y la administración pública (formulaciones políticas y administrativas); en un escenario donde exista una transparente diferenciación entre el Estado, el Gobierno y el Presidente, y una definida estrategia (visión de largo plazo) de desarrollo en función del bienestar del pueblo venezolano.

Jesús Alexis González
jagp611@gmail.com        
@jesusalexis2020


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ENRIQUE MELENDEZ, CHAVEZ VIVE

         Quizás una de las parábolas más lapidarias de Jesús es esa que dice: “Dejad que los muertos entierren a sus muertos”. ¿Chávez vive? Lo veo por todas partes, a propósito de esa proliferación de la figura suya, que se vende como si se tratara de una resurrección. 

Si uno mira allí, allí está un Chávez posado, con el dedo pulgar apoyado de la barbilla, y el índice apuntándole a la sien. Si uno mira allá, allá está un Chávez con una sonrisa de puchero, y entre tanto le está cayendo la lluvia. El Chávez adolescente acullá, en un retrato de fotomatón; por todas las carreteras del país en vallas, donde se muestra al comandante que si vestido de militar, besando la bandera; que si abrazando a una viejita; en lugar, remataría Jesús, de dejarlo descansar en paz.

         En efecto, Chávez fue la esperanza para esa Venezuela que se dejó seducir por su mensaje de cambio y transformación. Al tipo le llegó su tiempo, y lo supo aprovechar, y esto porque logró proyectar su exaltado narcisismo sobre el pueblo; algo así como decía Julio Cortázar con respecto a París, desde su posición de escritor: que él sentía que se proyectaba sobre París, y que París se proyectaba en él; contando, sobre todo, con un hábil manejo del lenguaje; como lo demostró desde el mismo momento en que sale a la palestra pública, y entonces pronuncia aquel profundo sarcasmo; el ya lejano 4 de febrero de 1992: “Por ahora…” Luego, toda la carga de populismo que había en el fondo de ese lenguaje.

         He allí una Venezuela desmoralizada, esa en la que este señor se lanza con semejante sarcasmo: “Por ahora…” Esto porque, ciertamente, había un cierto grado de degradación en la sociedad de ese entonces; que para comenzar ya se expresaba en una dirigencia política que había corrompido los valores de la familia, y la familia es la base fundamental para el fomento de las buenas costumbres.

         Me contaba un viejo periodista, amigo mío, que estuvo muy cerca de Carlos Andrés Pérez durante su segundo gobierno, que cuando Cecilia Matos intentó meterse como Blanca Ibáñez, y mandar en el palacio de Miraflores, y esto por la vía del arreglo de los jardines de la casa de gobierno, más de uno se le acercó, y le hizo ver que su presencia allí no era lo más conveniente. Recuerdo aquella expresión de Luis Piñerúa Ordaz cuando se refirió a Ibáñez con aquel término que por primera vez se oía en el país: barragana. Era entonces secretario general de AD, y con ocasión de la rueda de prensa, que ofrecía todos los jueves en la casa del partido, le había pedido a uno de mis colegas periodistas, que buscara en un diccionario, que se había tomado la molestia de portar ese día, el significado de dicho término, y entonces vino a suceder que en el diccionario se leía que se conocía así a toda concubina, en general; pero, en especial, aquella que vive con el hombre con quien está amancebada.

         Porque por ahí comenzaba todo; por el relajo presidencial; por ni siquiera tomarse la molestia de aparentar ser señores del hogar; que se dedican a la crianza de sus hijos o de sus nietos; mientras desarrollan sus actividades políticas. Por el contrario, Lusinchi lo que daba era la impresión de eso: de ser un hombre amancebado; con un matrimonio disuelto, aunque en apariencia unido, habida cuenta de que su familia seguía viviendo en La Casona, mientras él se daba la gran vida con Blanca Ibáñez; algo que sí no se dejó hacer Pérez, con respecto a la Matos, como entonces se le decía, que no la dejó para nada meterse en las cuestiones del poder. La verdad es que, al final, Lusinchi terminó demostrando que era un hombre muy blandengue.

         Eso fue lo que creó las condiciones, para que aquella asonada fuera posible, y a partir de allí una población, que durante toda su historia se había acostumbrado a que los militares le resolvieran sus asuntos, se emocionara con ese proyecto político, que nacía desde entonces, desde ese “Por ahora”, y, en verdad, Chávez lo hubiera logrado, sólo que él había quebrantado también los valores de la familia, y a ese lema le faltaba sustancia; tesis política, cuando, en su defecto, lo que había era narcisismo revolucionario; delirante, y, en efecto, muy seductor, por lo militarista.

         Bajo ese esquema Lusinchi-Ibáñez, en consecuencia, se tomaba la presidencia de la República como un festín, e Ibáñez, que luego se transformó en su señora esposa, claro está, se montó como una gata mañosa (hasta los maracuchos le hicieron una gaita, en ese sentido) sobre la mesa; aquella mujer restregándole los testículos acatarrados, como se dice en estos casos, al sector armado de este país; al punto de que llegó a disfrazarse, como Chávez, de militar; que eso fue lo segundo. Lo primero fue la violencia a los valores de la familia, por parte de nuestra dirigencia política; lo segundo, la humillación y el irrespeto a la institucionalidad del país, en especial, a las fuerzas armadas. Era fama de que cualquier oficial, en puesto de comando en dicha institución; que tenía necesidad de entrevistarse con Lusinchi, por alguna razón de Estado, primero, tenía que llevar el visto bueno de Ibáñez; así quedó la fama en esta institución de que sus componentes no eran sino unos lacayos y sinvergüenzas.

         En efecto, quedó demostrado que Chávez ese 4 de febrero pierde la guerra, desde el punto de vista militar, más no así político, y es a partir de aquí como no se explica el hecho de que por qué el discurso de rendición suyo no fue editado, como se acostumbra, sino que fue presentado en vivo, so pena precisamente, de que se apareciera con sus sarcasmos, y se ganara a la gente; como muchas otras cosas quedaron sin explicación, que tenían que ver con su trayectoria profesional, cuando no se justificaba que llegara a comandante, y comandara tropas. ¿Acaso los militares necesitaban mostrar su líder ese aciago día?

Enrique Melendez O.
melendezo.enrique@yahoo.com
@emelendezo
                            
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SAÚL GODOY GÓMEZ, LOS PROTOCOLOS DE LOS SABIOS DE SIÓN,

Revivido el conflicto entre Palestina e Israel en la Franja de Gaza, la lumbre de los carbones de la fobia judía en el chavismo vuelven a arder con su usual intensidad, y con ello se reviven todas esas creencias, mitos y teorías conspirativas que tanto gustan a esas almas torturadas y primitivas de los socialistas del siglo XXI.

De nuevo se despierta el antisemitismo en las filas rojas rojitas espoleadas por los intereses árabes e iraníes que conviven en su seno, por ese espíritu “revolucionario” que lleva a este grupúsculo de venezolanos a cerrar filas con el fundamentalismo islámico y las fuerzas “anti imperialistas del mundo” que ven en los EEUU, Europa e Israel a los demonios de occidente cerrándole el paso a la Guerra Santa que traerá el nuevo Califato musulmán a la tierra y desterrara definitivamente al cristianismo como la fe del falso profeta que era Cristo.

Porque si no lo saben nuestros revolucionarios endógenos, ustedes, los chavistas, para los musulmanes son uso infieles y una vez que se instaure el califato yihadista en la tierra, por haberlos ayudado en su guerra, tendrán que escoger entre ser decapitados o convertirse al islam, y si fueran muy tolerantes con los colaboracionistas,  les permitirían profesar su religión pero sometiéndose al vasallaje del Califa, y pagaran  impuestos y serán considerados súbditos de segunda y hasta de tercera clase.

La experiencia histórica del califato en España, en el-Andaluz es muy ilustrativa, tanto los judíos como los cristianos eran considerados como “gentes del libro” (ahl al-dhimmah) a quienes obligaron a usar el leguaje árabe y a practicar las costumbres bereberes, en una primera fase y luego las árabes, los que no abjuraban de sus religiones se les permitía practicarlas pero tenían que pagar la capitulación, que era el impuesto por protección (chizyah) y un impuesto territorial (jarāch), tenían ciertas restricciones de derecho, de desplazamiento y permanencia en los lugares, de trato y relaciones.

Estoy seguro que hay algunos chavistas que estarían dispuestos a cambiar de religión, de lenguaje y costumbres, a ser considerados como inferiores, pero dudo que ese sea el propósito de su incondicional entrega a la causa islámica, creo que más bien se trata de una especie de suicidio moral, prefieren acabar con el imperio sionista-norteamericano (no con el Chino ni el Ruso y menos con el Cubano) a cambio de lo que sea, hasta de convertirse en segundones en un califato.

Todo ese incomprensible despliegue de supuesta “buena voluntad” hacia los hermanos palestinos enviándole ayuda humanitaria y anunciando que recibirían niños palestinos para cuidarlos y educarlos aparte de ser un gesto efectista para acaparar espacio en la prensa internacional, refleja una irresponsabilidad supina por parte de los jerarcas chavistas.

Como si este gobierno inepto no tuviera suficientes problemas con su propia población que padece de una notoria escasez de alimentos y medicinas, que tenemos una niñez abandonada creciente y con urgentes necesidades, en este arranque de solidaridad no solo se compromete en aumentar sus propios problemas, sino que muy generosamente anota a Palestina como la nueva recipiendaria de nuestros regalos petroleros, pretenden exprimirnos dinero con el aumento de la gasolina pero siguen obsequiando nuestra riqueza a dos manos.

Tales actos de locura y dispendio, en cualquier otro país medianamente civilizado, hubiera sido causa de la remoción inmediata de estos inestables personajes de sus puestos en el gobierno, pero en Venezuela el signo de los tiempos es el de la idiotez colectivizada, el culto a ultranza a una idea constitucionalista que raya en el fetichismo mas enfermizo, se ha anulado la voluntad de sobrevivencia de un país entero en aras de un conjunto normativo que es usado en nuestra contra.

Pero volvamos a nuestro tema, el chavismo, en ocasión a la reanudación de hostilidades entre Israel y Palestina, en un conflicto de raíces ancestrales y muy complicado de entender y manejar, ha tomado posición a favor del pueblo palestino y a desempolvado una serie de documentos, teorías y fantasías que lo que hacen es alimentar esa confusión de la que se nutre el conflicto.

Todos los medios de comunicación masiva en manos del gobierno se han fanatizado por la causa palestina hasta el punto de la irracionalidad, pareciera que fuera nuestra guerra y no la de dos contendores al otro lado del mundo, lo cual nos compromete seriamente en los temas de justicia, parcialidad y neutralidad que deberíamos seguir como país que respeta la autodeterminación de los pueblos y que no cree en la injerencia en los asuntos internos de otros países.

Los argumentos que se usan para sustentar la posición chavista en el conflicto se basan en algunas fuentes de dudosa procedencia como lo son los infames Protocolos de los Sabios de Sion, un panfleto que toda persona medianamente culta debe saber a estas alturas, fue elaborado por la policía secreta Rusa zarista (la Okhrana) y plagiando ese otro panfleto  Diálogo en el infierno entre Maquiavelo y Monstesquieu, del polemista francés Maurie Joly, un hecho demostrado en varias investigaciones y procesos judiciales, un invento que pertenece a la literatura del odio, esa que existe para demostrar que “los otros” son malignos, inferiores o traidores.

He leído y escuchado cualquier barbaridad referida públicamente por voceros del gobierno utilizando teorías conspirativas que no tienen ni pies ni cabeza, cualquier afirmación que se haga en contra del capitalismo, de los bancos, de los financistas internacionales, de los órganos de seguridad occidentales, hasta del Vaticano. Autores especulativos como Dan Brown,  declarados judeófobos como el argentino Norberto Ceresole, historiadores tendenciosos como el británico David Irwing, hasta el ex-agente de los servicios secretos rusos Daniel Estulin con su historia del Club de Bildelberg, todas estas paranoias de los Iluminatti, los masones, los cátaros, el santo Grial, de gobiernos mundiales invisibles, lo que hacen es alimentar la locura chavista que ven demonios hasta debajo de las piedras.

Fueron estas pesadillas que el Comandante Supremo padecía, las que hicieron que nos involucrara peligrosamente en el affaire de la “flotilla de la libertad” versión una y dos, supuestas misiones humanitaria que rompería con el bloqueo que el gobierno de Israel había impuesto sobre Gaza para impedir que el grupo terrorista Hamas se abasteciera de cohetes que pudieran lanzar sobre Israel.

La militancia del gobierno chavista irresponsablemente nos pone a todos en peligro de cometer en cualquier momento un acto de guerra en contra de los que eran nuestros aliados históricos, con las lamentables consecuencias que esto pudiera acarrearnos internacionalmente, ya somos reconocidos como financistas y simpatizantes de grupos terroristas como Hezbollah y Al-qaeda; la posición oficial del gobierno venezolano ante los atentados del 11-S en New york, grafican claramente la posición de nuestro gobierno de inclinarse por las teorías conspirativas que favorecen la tesis del autoatentado, nuestra visión del mundo está completamente trastocada e influenciada por los discursos del odio hacia occidente.

Es lamentable que luego de una tradición pacifista y de neutralidad, donde Venezuela era tenida como territorio para la concordia y cualquier persona, sin importar su religión, raza o si era parte de una minoría, podía contar con refugio seguro y rehacer su vida en términos de convivencia con los otros, se convierta ahora en santuario para criminales, terroristas y extremistas.

Lo peligroso de esta posición es que no se aplaca sino que tiende a radicalizarse a medida que el gobierno se encuentra atrapado por sus problemas internos de gobernabilidad, el pasado viernes 22 de agosto Maduro acuso al Primer Ministro de Israel Netanyahu de ser un nuevo Herodes: “De querer matar a niños y niñas…para exterminar al pueblo palestino, ese es el plan”.

Estoy absolutamente convencido que esa no es la opinión de la gran mayoría de venezolanos. –
Saul Godoy Gomez
saulgodoy@gmail.com
@godoy_saul


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