No se trata de un “paquete rojo”, como
algunos lo han llamado. Tampoco es una “devaluación “socialista del siglo XXI”.
Ni siquiera se trata de una medida puntual o aislada, orientada a reducir la
enorme brecha cambiaria existente entre el dólar oficial y el paralelo. En el
caso de la devaluación anunciada, lo que está en marcha es la aplicación, en
forma gradual, de un verdadero paquete de medidas económicas de corte
neoliberal, a la mejor usanza de las dictadas por el Fondo Monetario
Internacional.
La devaluación del Bolívar forma parte de un paquete de medidas
económicas orientadas a paliar el déficit fiscal de casi 20 puntos del PIB; el
cual, a su vez, es el resultado de la expansión irracional del gasto público
llevada a cabo por el gobierno durante el año 2012 con claros fines
electorales, así como del desarrollo de una política económica antinacional y
antipopular que ha endeudado al país en más de 210.000 millones de dólares,
incrementado en forma exponencial las importaciones (cuyo monto alcanzó la cifra
récord de $56.000 millones en 2012) y entregado nuestras riquezas estratégicas
a las transnacionales. Mientras el gobierno quiebra el aparato productivo
nacional, deteriora la industria petrolera y conduce al colapso de las empresas
básicas de Guayana,enriquece a la oligarquía financiera, al sector comercial
importador y dilapida los más altos ingresos petroleros y fiscales de nuestra
historia.

Afirmamos y denunciamos categóricamente quea
la devaluación le seguirán nuevos endeudamientos, la intensificación de la
presión fiscal y tributaria sobre la economía y los consumidores, algunos
recortes en el gasto público, la flexibilización y ajuste en los precios de los
productos de la cesta básica (especialmente en los alimentos), el aumento en
las tarifas de los servicios públicos, una mayor apertura a la inversión
extranjera en áreas vitales de nuestra economía como lo son la industria
petrolera y todala minería en general, dentro de un esquema de
desnacionalización y privatización. De hecho, algunas de estas medidas están ya
en desarrollo.
Es este el verdadero paquete hambreador y
entreguista que el oficialismo pretende seguir manteniendo oculto, pero cuya
aplicaciónserá sentida en todo su rigor por el pueblo en las próximas semanas o
meses. La diferencia con el paquete de CAP es solo que el paquete chavista
seguirá siendo aplicado en forma gradual, mientras continuarán montando
“operaciones de distracción”, como los shows que a cada rato escenifican en la
Asamblea Nacional, y su aparato de propaganda continuará negándolo, como
negaron reiteradamente la devaluación ya consumada porque, en definitiva, el
gobierno seguirá buscando desesperadamente dinero para financiar su déficit, su
gasto irracional y dispendioso, su danza de demagogia y corrupción y sus onerosas
campañas electorales.
Las consecuencias de todo lo anterior serán
un mayor empobrecimiento del pueblo y la entrega de la soberanía nacional:
agudización de la escasez (que en el comercio menor ya alcanza al 30%) y el
costo de la vida (la inflación de enero registró un incremento de más del 3%),
junto a una mayor caída del poder de compra del salario que, solo con la
devaluación, ya se depreció en un 32% en relación con el dólar. Encarecimiento
de las importaciones, del costo de los insumos, partes y productos intermedios
necesarios en los procesos productivos. Nuevos endeudamientos, con el agravante
de que cada vez les resulta más difícil y costoso el financiamiento externo, a
cambio de lo cual seguirán entregando la industria petrolera y los recursos mineros
de la nación.
robinr19@gmail.com
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