BIENVENIDOS AMIGOS PUES OTRA VENEZUELA ES POSIBLE. LUCHEMOS POR LA DEMOCRACIA LIBERAL

LA LIBERTAD, SANCHO, ES UNO DE LOS MÁS PRECIOSOS DONES QUE A LOS HOMBRES DIERON LOS CIELOS; CON ELLA NO PUEDEN IGUALARSE LOS TESOROS QUE ENCIERRAN LA TIERRA Y EL MAR: POR LA LIBERTAD, ASÍ COMO POR LA HONRA, SE PUEDE Y DEBE AVENTURAR LA VIDA. (MIGUEL DE CERVANTES SAAVEDRA) ¡VENEZUELA SOMOS TODOS! NO DEFENDEMOS POSICIONES PARTIDISTAS. ESTAMOS CON LA AUTENTICA UNIDAD DE LA ALTERNATIVA DEMOCRATICA
Mostrando entradas con la etiqueta JESÚS. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta JESÚS. Mostrar todas las entradas

lunes, 23 de diciembre de 2013

+JUAN MARÍA LEONARDI VILLASMIL. EL CRISTIANO SIRVE Y SE ABAJA, QUEREMOS VER A JESÚS, DIÓCESIS DE PUNTO FIJO , LA VOZ DEL PASTOR

Texto completo de la catequesis de Francisco en la audiencia del miércoles 18 de diciembre de 2013
Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días!

 

 Este encuentro nuestro se desarrolla en el clima espiritual del Adviento, manifestado más intensamente por la Novena de la Santa Navidad, que estamos viviendo en estos días y que nos lleva a las fiestas navideñas. Por este motivo hoy quisiera reflexionar con vosotros sobre la Navidad de Jesús, fiesta de la confianza y de la esperanza, que supera las inseguridades y el pesimismo. Y la razón de nuestra esperanza es esta: ¡Dios está con nosotros y Dios se fía todavía de nosotros! Pensad bien en esto: ¡Dios está con nosotros y se fía todavía de nosotros! Es generoso este Padre Dios, ¿verdad?

Dios viene a habitar con los hombres, elige la tierra como su morada para estar junto al hombre y dejarse encontrar allí donde el hombre vive sus días en la alegría y el dolor. Por tanto, la tierra no es solo “un valle de lágrimas”, sino el lugar donde Dios mismo ha puesto su tienda, es el lugar del encuentro de Dios con el hombre, de la solidaridad de Dios con los hombres.
 Dios ha querido compartir nuestra condición humana hasta el punto de hacerse una sola cosa con nosotros en la persona de Jesús, que es verdadero hombre y verdadero Dios. Pero hay algo todavía más sorprendente. La presencia de Dios en medio de la humanidad no se ha dado en un mundo ideal, idílico, sino en este mundo real, marcado por cosas buenas y malas, por divisiones, maldad, pobreza, prepotencias y guerras. Él ha elegido habitar en nuestra historia así como es, con todo el peso de sus límites y de sus dramas. Haciendo así se ha demostrado de forma insuperable su inclinación misericordiosa y llena de amor hacia las criaturas humanas. Él es el Dios-con-nosotros, Jesús es Dios-con-nosotros, ¿creéis esto? Hagamos juntos esta confesión. ¡Todos! ¡Jesús es Dios-con-nosotros. ¡Otra vez! ¡Jesús es Dios-con-nosotros!. Muy bien, gracias.
Jesús es Dios-con-nosotros, desde siempre y por siempre está con nosotros en los sufrimientos y en los dolores de la historia. La Navidad de Jesús es la manifestación de que Dios se ha puesto del lado del hombre “de una vez y para siempre”, para salvarnos, para levantarnos del polvo de nuestras miserias, de nuestras dificultades, de nuestros pecados.
De aquí viene el gran “regalo” del Niño de Belén: una energía espiritual que nos ayuda a no hundirnos en nuestras fatigas, en nuestras desesperaciones, en nuestras tristezas, porque es una energía que nos conforta y transforma el corazón. El nacimiento de Jesús, de hecho, nos lleva a la bella noticia de que somos amados inmensamente y individualmente por Dios, y este amor no solo nos lo hace conocer, ¡sino que nos los da, nos lo comunica!
De la contemplación gozosa del misterio del Hijo de Dios nacido por nosotros, podemos extraer dos consideraciones.
La primera es que si en la Navidad Dios se revela no como uno que está en las alturas y que domina el universo, sino como El que se abaja. Dios se abaja, desciende a la tierra, pequeño y pobre, esto significa que para ser como Él nosotros no podemos ponernos por encima de los demás, sino abajarnos, ponernos al servicio, hacernos pequeños con los pequeños y pobres con los pobres. Es una cosa fea cuando se ve a un cristiano que no quiere abajarse, que no quiere servir, que se pavonea por todas partes. ¡Es feo! ¡Ese no es un cristiano, es un pagano! ¡El cristiano sirve y se abaja! ¡Hagamos esto de forma que nuestros hermanos y hermanas no se sientan nunca solos!
 La segunda: si Dios, por medio de Jesús, se ha implicado con el hombre hasta el punto de convertirse en uno de nosotros, quiere decir que cualquier cosa que le hagamos a un hermano y a una hermana se la habremos hecho a Él. Nos lo ha recordado el mismo Jesús: quien haya nutrido, acogido, visitado, amado a uno de los más pequeños y de los más pobres entre los hombres, se lo habrá hecho al Hijo de Dios.
 Confiémonos a la materna intercesión de María, Madre de Jesús y nuestra, para que nos ayude en esta Santa Navidad, ya muy cercana, a reconocer en el rostro de nuestro prójimo, especialmente de las personas más débiles y marginadas, la imagen del Hijo de Dios hecho hombre. ¡Gracias!
diocesispuntofijo@gmail.com

EL ENVÍO A NUESTROS CORREOS AUTORIZA PUBLICACIÓN, ACTUALIDAD, VENEZUELA, OPINIÓN, NOTICIA, REPUBLICANO LIBERAL, DEMOCRACIA, LIBERAL, LIBERALISMO, LIBERTARIO, POLÍTICA, INTERNACIONAL, ELECCIONES,UNIDAD, ALTERNATIVA DEMOCRÁTICA,CONTENIDO NOTICIOSO,

sábado, 21 de diciembre de 2013

EUGENIO MONTORO, JESÚS AHORA TIENE CELULAR

Nadie sabe cuando nació Jesús de Nazaret. Los primeros cristianos empezaron a conmemorarlo alrededor de  Agosto, después movieron la fecha a Enero y finalmente a la actual.

En la Roma antigua se celebraban, desde el 17 al 23 de Diciembre, unas fiestas en honor a Saturno, que dicen eran buenísimas pues se dejaba que los esclavos tuviesen  libertad por esos días, se intercambiasen regalos y había comida y caña pareja. Con el crecimiento de la influencia del cristianismo se hizo coincidir esas fiestas con el nacimiento de Jesús.

Pero independientemente de eso recordar el nacimiento de Jesús cada año posee una magia especial. Jesús divide en dos a la historia de la humanidad. Su prédica de amor volvió trizas a todos los antiguos valores centrados en el poder y en el placer. La imagen del gran rey naciendo tiritando al lado de una mula y un buey modificó, para siempre, los esquemas establecidos.

 Miles de cosas dijo Jesús pero, para muchos, las principales fueron: “Quiéranse”, “Perdónense” y “Sean como los chamos”.

Uno de los mayores obstáculos para la práctica del querer y el perdonar es suponer que ello conlleva a volverse amigo y pana burda del otro. Eso no es cierto. Perdonar es sacar de nuestra alma el odio que nos carcome y querer es el no olvidar que somos seres humanos. Perdonar y querer no significan estar de acuerdo con lo que el otro dijo, hizo, dice o hace. Ciertamente esa actitud puede ayudar a la solución de  conflictos, pero también puede perfectamente convivir con ellos.

A veces nos parece impensable dejar de odiar  por la gravedad de lo que se nos hizo, eso es muy cierto pero, por otro lado, nunca olvidaremos el ejemplo de Juan Pablo II, perdonando y hablando de cerca con aquel fanático que le había dado unos plomazos.

Por supuesto Jesús nunca dijo “sean como los chamos”, pero la idea si que la expresó. Jesús sabía que los jóvenes representan lo bueno en forma natural. Son alegres, se enamoran sin pensar, tienen la fuerza para cambiarlo todo, se ríen, aprenden a velocidad de vértigo, sienten la vida, son curiosos y espontáneos y son los que ven las estrellas como retos  además de poesía. Jesús nos sugería imitarlos sin importar nuestra edad y vivir con su intensidad y sus sonrisas para disfrutar día a día, todos los días.

Han pasado más de dos mil años del nacimiento de Jesús y el mundo ha cambiado mucho. Ya no se usan tanto los pollinos para viajar, se han remplazado los remos de los barcos por motores y los  mensajeros pata-corriendo de un sitio a otro se volvieron pequeños celulares.

Pero Jesús sigue vigente porque poco hablaba de los peroles, pero mucho de los valores eternos. Por ello poco le importa la velocidad de los carros o los mega bites, lo que realmente le importa es que en cada uno de nosotros exista ese deseo por lo bueno, por la paz y por el amor, porque en ese infinito del espíritu humano es donde el siempre moderno Jesús es el campeón mundial.

Nota. Esto fue escrito hace varios años, pero como no se oxida lo vuelvo a enviar. Un gran abrazo de Navidad.

Eugenio Montoro
montoroe@yahoo.es

EL ENVÍO A NUESTROS CORREOS AUTORIZA PUBLICACIÓN, ACTUALIDAD, VENEZUELA, OPINIÓN, NOTICIA, REPUBLICANO LIBERAL, DEMOCRACIA, LIBERAL, LIBERALISMO, LIBERTARIO, POLÍTICA, INTERNACIONAL, ELECCIONES,UNIDAD, ALTERNATIVA DEMOCRÁTICA,CONTENIDO NOTICIOSO,

sábado, 14 de septiembre de 2013

RAFAEL LUCIANI, JESÚS ANTE LA AUSENCIA DE LÍDERES

Y su Reino era distinto al anunciado por Juan, porque era «para todos» y no para unos pocos

Jesús compartió la visión que tenía Juan el Bautista acerca de su realidad. Entendía que sus dirigentes religiosos y políticos no estaban a la altura de su época: los políticos hacían del poder y el dinero su único dios, y optaban por colaborar con el César a través de Herodes: los religiosos absolutizaban el Templo y la Ley, y abandonaban su presencia compasiva en medio del pueblo. Ambos hacían que la vida se sintiera como una «carga pesada de llevar» (Mt 23,4) siendo autores o cómplices de un sistema que imponía altos tributos, vivía de la corrupción, promovía prácticas excluyentes y favorecía actitudes sumisas.

Jesús se da cuenta de que las personas andaban «como ovejas perdidas sin pastor» (Mc 6,34): sin esperanza, desanimadas, agotadas, sin marcos de referencia personales o institucionales que les devolvieran la confianza para luchar por un cambio. En tal contexto, ¿no había entonces posibilidad de una sociedad distinta? ¿Solo restaba resignarse?

A pesar del agobio que imponía vivir en esa sociedad, Jesús «apuesta», corresponsablemente, por un nuevo modo de actuar, y así lo declara (Lc 4,19). No se resigna a dejar en manos de los corruptos el destino de su historia. Predica que sí es posible vivir en paz, practicar la justicia y para ello orienta todas sus palabras y acciones a hacer ver que es viable un mundo más humano.

Su referencia no era una ideología, sino una imagen de Dios como padre bueno, cuyo modo de ser no era castigador ni opresor, que no imponía ni actuaba violentamente en contra de sus enemigos, ni hacía del dinero y la economía el centro de su vida. Esto lo reflejó en su modo tan infinitamente humano de ser. Así todo empezaba a verse diferente.

Su apuesta será compleja, difícil e incluso peligrosa, de hecho lo llevará a la muerte. Aun así «opta» por un estilo de vida que humaniza, no dando cabida en sus palabras y acciones a la violencia, a la indiferencia, al desprecio, a la venganza. El camino de Jesús era claro: vivir así sólo es posible para quien asuma «personalmente» la vía de la reconciliación (Is 61,1), reconstruyendo la justicia social y creando espacios de fraternidad solidaria.

El verdadero cambio tenía que nacer desde la apertura de cada persona a los otros: pobres, despreciados, cansados. Era una propuesta de vida que no estaría destinada solamente a los que le siguieran, sino incluso a quien se le opusiera. Y su Reino era distinto al anunciado por Juan, porque era «para todos» y no para unos pocos. Era para aliviar y no para sobrecargar. Irradiaba realismo. 

Aquí y ahora será posible vivir así cuando cada uno comience a apostar por una praxis de reconciliación que permita ir más allá de las ideologías políticas y las religiones, porque lo que está en juego no es la pertenencia a uno de estos bandos, sino nuestra propia condición de sujetos y la posibilidad de gozar eternamente de una calidad de vida así, como la de Dios. 

Doctor en Teología



EL ENVÍO A NUESTROS CORREOS AUTORIZA PUBLICACIÓN, ACTUALIDAD, VENEZUELA, OPINIÓN, NOTICIA, REPUBLICANO LIBERAL, DEMOCRACIA, LIBERAL, LIBERALISMO, LIBERTARIO, POLÍTICA, INTERNACIONAL, ELECCIONES,UNIDAD, ALTERNATIVA DEMOCRÁTICA,CONTENIDO NOTICIOSO,

martes, 9 de julio de 2013

RAFAEL LUCIANI, JESÚS Y EL PODER: ¿AUTORITARISMO O SERVICIO?

 "Extraño encontrar a alguien que creyera que el poder podía usarse para servir..."
Jesus el Carpintero
Jesús vive en medio de personas e instituciones que buscan el control total del poder político para permanecer en él. Era muy extraño encontrar a alguien que creyera que el poder podía usarse para servir, y no como un medio para el enriquecimiento propio y la sumisión del otro. Quienes alcanzaban cargos importantes hacían lo posible por socavar la esperanza de un futuro mejor. Jesús denuncia a los que «atan cargas pesadas y difíciles de llevar, y las ponen sobre los hombros de los hombres, pero ellos ni con un dedo quieren moverlas» (Mt 23,4).

Su propuesta no versa sobre un poder político alternativo; Jesús no pretende sustituir a las legiones romanas, ni convertir a las autoridades religiosas. Les dice: «mi reino no es de este mundo. Si mi reino fuera de este mundo, entonces mis servidores pelearían para que yo no fuera entregado» (Jn 18,36).

Él está empeñado en desmontar esa «lógica deshumanizadora». ¿De qué modo? Primero, asumiendo una actitud profética: así se presentó como «testigo de la verdad» (Jn 18,36-37) y no como «agente de la violencia y la mentira» (Mt 11,12) e hizo ver cómo quien se aferra al poder luego teme perderlo. Segundo, mostrando con «palabras y acciones» que sí es posible vivir de un modo humano: él vive «atrayendo a todos» (Jn 12,32) sin alejar o exclusión alguna; «cargando con el otro» (Mt 8,17; 11,28-30) sin descargarse en nadie; «sanando los corazones» (Is 61,1) para que no triunfen el resentimiento y la avaricia.

El verdadero poder es el que humaniza. Las comunidades cristianas lo recogen en la oración del Magnificat (Lc 1,46-55). Es un poder que refuta a quienes ven en el otro a un enemigo para humillarlo y convertirlo en víctima; es uno que se solidariza con el que sufre (Mc 8,31). No quiere ser un rey alternativo (Mt 4,8-10; Lc 4,5-8), rechaza su exaltación pública (Jn 6,15); no acepta los puestos privilegiados (Mc 10,37-38), ni el honor de los vínculos familiares (Mc 12,35-37);repudia el colaboracionismo existente entre algunos religiosos y políticos de su época. Dios o el César, pero no los dos a la vez (Mc 12,17).

Jesús no anuncia una utopía que no pueda hallar un lugar sociopolítico, pero tampoco hizo una oferta ideológica para reemplazar las formas de gobierno, sustituyendo a los centros de poder: romanos, herodianos y autoridades del Templo. Su vida fue un acontecimiento que sorprendió a los desesperanzados y cansados de la realidad, porque hacía ver que sí era posible una «forma de hablar y de actuar» que podía anticipar una nueva historia y recrear nuestros modos de ser, una que devolviera la dignidad negada y la confianza perdida. Es lo que Jesús trata de hacer (Mt 4,7; Lc 4,12) al reunir a «todas» las ovejas, sin exclusión, y «denunciar» a los que actuaban con impiedad y velaban por sí mismos (Lc 4,8; Mt 4,10). ¿Podemos vivir una humanidad que ofrezca «palabras y acciones» de vida nueva?

rluciani@ucab.edu.ve

EL ENVÍO A NUESTROS CORREOS AUTORIZA PUBLICACIÓN, ACTUALIDAD, VENEZUELA, OPINIÓN, NOTICIA, REPUBLICANO LIBERAL, DEMOCRACIA, LIBERAL, LIBERALISMO, LIBERTARIO, POLÍTICA, INTERNACIONAL, ELECCIONES,UNIDAD, ALTERNATIVA DEMOCRÁTICA,CONTENIDO NOTICIOSO,