Las
verdaderas crisis son aquellas en donde se ha producido una disgregación tal de
los elementos sociales que componen una sociedad, que la transforman en
disárquica y anómica.
(La
disarquía según Manuel Mora y Araujo es menos grave que la anarquía, pero
más deteriorante)
El hombre que se somete a los abusos públicos a fin de
ahorrarse molestias o gastos de poca monta, o que paga con tal que lo dejen en
paz, o que orgulloso de su probidad y de sus triunfos en los negocios,
“desprecia la política”, está contribuyendo con su óbolo a la degradación de un
gobierno y a la demolición de una estructura tan ardua y penosamente erigida
por nuestros mayores...
Lo único que puede curar esa enfermedad calamitosa y
contagiosa que ha convertido a muchos legisladores, gobernadores, intendentes,
jueces, fiscales, y a una gran cantidad de jefes de las fuerzas armadas y de
seguridad en encorvados y genuflexos siervos del Poder, es el SENTIMIENTO DEL HONOR Y LA DECENCIA, LA
APRECIACIÓN DEL VERDADERO VALOR DE LAS COSAS, Y UN CONCEPTO GENUINAMENTE MORAL
DE LA VIDA.
Recuerda que si te involucras, las redes sociales pueden cambiar el
presente argentino
En azul y blanco
Hugo Cesar Renes
hcr1942@yahoo.com.ar
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