BIENVENIDOS AMIGOS PUES OTRA VENEZUELA ES POSIBLE. LUCHEMOS POR LA DEMOCRACIA LIBERAL

LA LIBERTAD, SANCHO, ES UNO DE LOS MÁS PRECIOSOS DONES QUE A LOS HOMBRES DIERON LOS CIELOS; CON ELLA NO PUEDEN IGUALARSE LOS TESOROS QUE ENCIERRAN LA TIERRA Y EL MAR: POR LA LIBERTAD, ASÍ COMO POR LA HONRA, SE PUEDE Y DEBE AVENTURAR LA VIDA. (MIGUEL DE CERVANTES SAAVEDRA) ¡VENEZUELA SOMOS TODOS! NO DEFENDEMOS POSICIONES PARTIDISTAS. ESTAMOS CON LA AUTENTICA UNIDAD DE LA ALTERNATIVA DEMOCRATICA
Mostrando entradas con la etiqueta CRÓNICAS DE FACUNDO. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta CRÓNICAS DE FACUNDO. Mostrar todas las entradas

domingo, 3 de marzo de 2013

ASDRÚBAL AGUIAR, MUERTA LA CONSTITUCIÓN, TODO CABE, CRÓNICAS DE FACUNDO

Quizás queden pocas horas, o algunas semanas, o algo más o menos para que se cierre en Venezuela el “pontificado” de Hugo Chávez. Y el más o el menos ya no depende de él, pues sus “camarlengos” y pretendidos sucesores - Maduro y Cabello - se han encargado de torcerle hasta su voluntad postrera - volver al redil constitucional democrático - para llevar el reino de la mentira y el engaño instalado hasta el paroxismo. Nunca como ahora, por lo mismo, la cuestión central que tenemos por delante los venezolanos es nuestra reconciliación con la verdad y su condición fundamental, la transparencia.
De poco sirve remendar pequeñas partes de nuestra cotidianidad – asegurarnos el pan de cada día, pedir condiciones para los actos electorales – si lo primero no ocurre, en pocas palabras, si no entendemos el costo muy gravoso que al final, para todo y para todos, tiene la poca importancia de nuestro culto a la verdad. Ningún logro es estable o rendidor en un mundo de simulaciones, menos en el campo de lo electoral.
En los predios del engaño, la manipulación, la perturbación del significado de las palabras y de las cosas, son imposibles la comunicación y el diálogo reclamados por el orden civilizado, no solo ciudadano, y menos la Justicia. Allí encuentran su mejor asiento la corrupción, el crimen, la traición como hábitos de vida. La democracia es, en contrapartida, encuentro de los diferentes sobre el camino de la confianza.
Desde inicios de la modernidad se afirma bien que sólo existe Constitución - la verdad civil o de los laicos - allí donde son garantizados los derechos humanos y al efecto se divide el poder del Estado y se contiene el poder personal arbitrario de los unos – o de uno – sobre los otros. Y cuando lo último ocurre siempre ha lugar al despotismo, que se funda en el desprecio por los otros, al subestimárseles y considerar que requieren de tutela permanente, sea autoritaria, sea ilustrada, sea utilitaria.
Así las cosas, en la hora corriente lo que cabe es que demandemos y nos demandemos servir a la verdad. Desatar el nudo de la situación de Chávez y respetar la Constitución. Lo demás viene por añadidura.
Nicolás Maduro y Diosdado Cabello, barriales que apenas son –   suerte de “dientes rotos” diría Pedro Emilio Coll – de la jornada del 4F y 27F, hoy mienten como siempre y de manera contumaz. Ocultan la verdad sobre su líder. Manipulan su tragedia abriéndole espacios peligrosos a la incertidumbre. Horadan su dignidad al borde de la muerte, tanto como éste horadó, sin miramientos, la dignidad del pueblo al que manipuló con su simulacro de revolución y quien lo aceptó minado por la ilusión.
Pero otro tanto cabe decir de la oposición al régimen, en tono autocrítico. Sus actores matizan las realidades - políticas e inconstitucionales - que hacen posible lo anterior. Arguyen costos de oportunidad o comportamientos "responsables" para no atizar el fuego y la violencia. La actitud "atenuada" y dispar asumida ante la "sentencia de la mentira", dictada por Luisa Estella Moralles y los suyos desde el TSJ para disfrazar el absurdo de verdad, ha implicado comparsa con el engaño: “Chávez no está pero no está ausente, o gobierna sin gobernar”.
La incertidumbre es lo contrario a la seguridad. Sólo hay seguridad allí donde existen reglas y son respetadas en sus contenidos, no como formas para enmascarar al engaño.
En fin, somos un país cuya Constitución, cuyo referente cotidiano para la verdad, ha muerto. Ha quedado enterrada bajo el imperio de la miopía. Y como diría Dostoievski, “si Dios ha muerto, todo está permitido”.
Y por ser exigencia vital, inherente al sentido más pleno y primitivo de la supervivencia, la búsqueda humana del piso firme, real y no aparente, sobre el cual posar la cotidianidad, su encuentro será indetenible. Nuestra hora de inexactitudes, por exacerbada, llegará a su final y ojalá pronto. Entonces habrá que escribir sobre la historia veraz de lo acontecido, de esta Torre de Babel vivida por Venezuela.
Se hablará otra vez, sin lugar a dudas, del 4F, y algún parangón  habrá que establecer con la igual circunstancia que vive Cipriano Castro a inicios del siglo XX y que repite Chávez a inicios del siglo XXI.
Uno y otro traicionan sus propósitos iniciales - aquel sus "nuevos hombres, nuevos ideales, nuevos procedimientos" y este su proyecto de "democracia humanista" - y le dan la espalda a quienes, de buena fe, los siguen en sus gestas.
A Castro se le atravieza en el camino hacia Caracas el célebre Grupo de Valencia, que lo rodea y corrompe. Y éste deja de lado y a la vera a los andinos, a los suyos. Y Chávez, en su tránsito hacia la Planicie y de allí hasta el Cuartel San Carlos y Yare, se deja secuestrar por los Castro de Cuba, por los Rangel, los Maduro y los Cabello, y la legión de sus “boliburgueses”. Deja en el olvido a los Comandantes, a los Urdaneta, a los Acosta Chirinos, e incluso a los Arias, a sus “Sesenta” en fin, que es el número de quienes se inmolan junto a El Cabito en su instante de ilusión e inopia y luego se arrepienten.
Papa Ratzinger le da término a su peregrinar elevándose en dignidad, por servir a la Verdad hasta su renuncia. A nuestro enfermo, oculto e imaginario, quien reside en algún lugar de Cuba o en Venezuela - nada se sabe - se le regatea su dignidad y hasta la de su familia, por los suyos de ahora, que son de utilería. Vive su tragedia, a la medida. Y la tragedia que nos deja como herencia encontrará solución, sólo y una vez como la mentira, hecha comportamiento social y política de Estado, quede enterrada junto a sus propaladores.
¡Calma y cordura!
correoaustral@gmail.com 

EL ENVÍO A NUESTROS CORREOS AUTORIZA PUBLICACIÓN, ACTUALIDAD, VENEZUELA, OPINIÓN, NOTICIA, REPUBLICANO LIBERAL, DEMOCRACIA, LIBERAL, LIBERALISMO, LIBERTARIO, POLÍTICA, INTERNACIONAL, ELECCIONES,UNIDAD, ALTERNATIVA DEMOCRÁTICA,CONTENIDO NOTICIOSO,

domingo, 30 de diciembre de 2012

ASDRÚBAL AGUIAR, DENTRO DE LA CONSTITUCIÓN TODO, CRÓNICAS DE FACUNDO

Cierra y abre el año, llegamos al 2013 signados por la incertidumbre política. Se avecinan tormentas económicas. El déficit financiero es insostenible, supera al griego, y nos puede venir a los venezolanos - como a los cubanos cuando pierden el subsidio de los rusos - nuestro "período especial". El petróleo y su dilapidación a manos del irresponsable ministro Rafael Ramírez, para sostenerse él, nutriéndose, y nutriendo la ilusión revolucionaria para complacer a su Comandante Presidente, no dan para más.
El último, presa de los medicos cubanos y en La Habana, es un enfermo de gravedad, sin mengua de que sobreviva o que su enfermedad la exploten por igual chavistas y no pocos opositores. Su tiempo vital sólo lo determina la Providencia y el tiempo de la República lo ha de medir la Constitución, para que no sea arbitrario ni esté sujeto al azar de las zancadillas.
CAJAS DE GATOS
En el bando del gobierno los intereses son diversos y hasta antagónicos, como son distintas las visiones de la oposición, que no logran avenirse, por motivos generacionales o por estrategias diferentes, unas cortoplazistas atadas a la "solución biológica" y otras que se miran en el porvenir, siguiendo el ejemplo de la oposición chilena a Pinochet. Pero a unos y otros, en suma y por lo visto, los ata trágicamente el Comandante Presidente, quien logra licuar - entre el amor y el odio - las contrariedades del rompecabezas nacional.
Es una suerte de maldición histórica que arrastramos desde la caída de la Primera República y la insurgencia posterior de Simón Bolívar, a pesar del esfuerzo en contrario del sabio José María Vargas en pleno siglo XIX y de ese casi medio siglo XX que en su segunda mitad  intenta forjar una república civil, verdaderamente democrática, atada para sus problemas y en su destino al texto de la Constitución. Tanto es así que, bajo sus paradigmas, se hace posible la elección popular de un golpista y aspirante a dictador, en 1998.
Los escenarios que se presentan, sea que el día 10 de enero asuma o no el Presidente electo, son variados y muy complejos. No pueden despacharse trivialmente, con espíritu oportunista.
Es obvio que, para sortear la dificultad inmediata, el Vicepresidente Nicolás Maduro - encargado de la Presidencia - y su consorte, la Procuradora Cilia Flores, no dejan de recordar que "su" Sala Constitucional y las mutaciones constitucionales que es capaz de provocar ésta - hacer decir a las palabras lo que no dicen o a fin de que digan lo contrario a lo que dicen - están a "su" orden. Amenazan con usar dicho recurso, si es necesario, cuando menos mientras esté vivo, incluso sometido a terapia médica intensiva, el actual gobernante.
La "jurisconsulta" Cilia - quien pasa por la Universidad sin que ésta pase por ella - desde ya hacer decir a la Constitución, con vistas a lo anterior, lo que no dice y es palmariamente absurdo, a saber que si el 10 de enero, fecha de inicio del período constitucional, aquél no se juramenta ante la Asamblea lo puede hacer el 15 o el 20, o acaso dentro de un año o más o en el 2030, ante los Jueces Supremos. Considera el juramento y toma de posesión presidencial una bagatela.
Formalmente, para quienes venimos desde los predios constitucionales pre-revolucionarios, la cuestión es elemental y distinta. Si el Presidente electo va a la Asamblea para juramentarse - sin lo cual no puede ejercer su nuevo mandato - y si eventualmente, como es la hipótesis normativa ortodoxa, ésta no se encuentra instalada, como ocurre en los congresos cuya reunión depende de mayorías críticas o movibles que pueden impidir sus sesiones, el primero puede dirigirse ante el Supremo Tribunal para prestar el juramento y evitar el vacío de poder o la moratoria constitucional. El día 10 próximo, no más allá, por ende, Hugo Chávez Frías debe juramentarse, sin escapismos ni leguleyismos de malos oficiantes del Derecho. Y si no lo hace, ha de asumir la Jefatura del Estado el presidente que sea elegido,   en los días próximos de enero, Presidente de la Asamblea Nacional, quien ha de poner en funcionamiento los mecanismos constitucionales durante su interinato.
Así las cosas, cabe observar que el causante testamentario y enfermo de gravedad, antes de su partida hacia su patria de adopción, anunció que su candidato, si han de realizarse nuevas elecciones presidenciales, es el Vicepresidente.  Y pidió, democráticamente, el voto para él; con lo que cabe reconocer que con ello apunta, aquí sí y para mi sorpresa, a  la "solución constitucional" ante su eventual ausencia definitiva. Ello sin mengua de haberse llevado por delante a la "democracia" dentro de su propio partido, que nunca existió y  que aspira dejar amarrado hacia el porvenir. Lo cierto, en todo caso, es que los muertos nada dejan atado, a pesar de sus testamentos. Las experiencias histórica y humana son más que decidoras. Sólo la ley resuelve los entuertos sucesorales.
No abundaré sobre los detalles de la "caja de gatos" - expresión aguda del recordado Cabrujas para describir a las izquierdas - que son el chavismo y una parte de los dirigentes opositores, siempres prestos para negociar. Lo veraz es que cuando la Constitución cede y es violada se le abren compuertas al azar y avanzan primero, presurosos, los intereses parciales y personales. Privan al final los que, dentro de éstos, acumulan mayor cuota de poder material y sean capaces de asegurar la paz por la fuerza, disponiendo de las bayonetas o del vil metal.
LA ÉTICA DEMOCRÁTICA
La política se resuelve en el manejo de las realidades; pero para quienes tienen principios y se apegan a la moral, las realidades han de manejarse bajo las reglas éticas de la democracia, evitando el predominio de la fuerza o la astucia sobre la razón. Ese es el dilema actual y atrás dejamos, por cierto, una amarga circunstancia que nadie parece recordar. Derrocado Carlos Andrés Pérez mediante un uso formal del Derecho y la manipulación al efecto de la reglas constitucionales, dando origen a nuestra liviandades de circunstancia, formalmente fue el Congreso de entonces el que designa como Presidente interino a Ramón J. Velásquez. La decisión de marras, no obstante, hubo de cocinarse en las hornillas de los cuarteles y en el Comando del Ejército.
Por lo pronto, cabe mirar, además, hacia afuera. A la Casa Blanca sólo le conviene la tranquilidad económica de los cubanos, no sea que otra vez tomen el camino de las balsas hacia la Florida. Al vecino occidental, al "nuevo mejor amigo" únicamente le interesa su propia historia, es decir, resolver sus diferencias con las FARC, que negocia en territorio cubano bajo mediación del enfermo y los hermanos Castro. Y nada que decir del gobierno del Brasil, primer beneficiario económico del statu quo y de nuestro deslave de petrodólares a ritmo de revolución.
LAS COSAS NO SON, PUES, TAN SIMPLES.
Para quienes no tenemos el poder fáctico de las armas o consideramos - como es nuestro caso - que éstas deben estar al servicio de la Constitución, nuestra única opción es la constitucional. De suyo es la protesta o denuncia ante la opinión pública y en la calle de las "mutaciones" constitucionales que pretendan imponerse, bajo conveniencias propias, por los Maduros o los Cabellos, o quienes fungen como sus contrapartes desde la "oposición".
No sabemos si los orientales del Ejército apoyan a su coterráneo, el teniente Cabello, como no sabemos si el Ejército cubano de ocupación respalda al designado Maduro. Pero las enseñanzas de nuestra historia dicen bien que las victimas del gomecismo o del perezjimenismo nunca pactaron sobre transiciones con los herederos pretendidos de éstos. Se impusieron desde la calle, al lado del pueblo, y presionando y criticando desde la prensa a los responsables de conducir las circunstancias transicionales y de facto, demandándoles paz y elecciones.
!Feliz año 2013!
correoaustral@gmail.com

EL ENVÍO A NUESTROS CORREOS AUTORIZA PUBLICACIÓN, ACTUALIDAD, VENEZUELA, OPINIÓN, NOTICIA, REPUBLICANO LIBERAL, DEMOCRACIA, LIBERAL, LIBERALISMO, LIBERTARIO, POLÍTICA, INTERNACIONAL, ELECCIONES,UNIDAD, ALTERNATIVA DEMOCRÁTICA,CONTENIDO NOTICIOSO,

miércoles, 10 de octubre de 2012

ASDRÚBAL AGUIAR, SE ACABA EL SIGLO XX, CRÓNICAS DE FACUNDO

La candidatura de Henrique Capriles Radonski, a pesar de no obtener la victoria, marca un antes y un después en la historia política de Venezuela.
Si se quiere, anuncia nuestro ingreso retardado y a empujones al siglo XXI; con similar retardo al que llegamos a los siglos XIX y XX, es decir, a la vida republicana, en 1830 y luego, en 1935, a nuestra modernidad, una vez como fallece el general Gómez.
No es del caso caer en la pueril circunstancia de quienes, al perder una elección, se pasan los años rumiando la amargura y obsesos con la idea de que, en todo caso, le aseguraron a su partido un crecimiento sin precedentes. Menos cabe reparar sobre un argumento poco útil para mirar el horizonte, como la omisión o traición del "peso muerto" de los políticos a sueldo o la indiferencia de aquéllos quienes miran al país como ocasión de provecho, sin importarles su destino. Tampoco me detendré en lo obvio, como el abuso y ventajismo grosero del candidato oficial, apalancado en los dineros públicos, quien encadena a discresión el sistema de radio y televisión para su culto personal e irrespeta las leyes electorales, sin encontrar reparo.
Cabe situar, eso sí, los datos objetivos de la realidad que hoy vive y los desafíos que le esperan a la oposición a la vuelta de la esquina. Las repúblicas ni quiebran ni se mudan. Aquélla ha de saber cual es su anclaje para la lucha inmediata y ser conciente de las razones que le han permitido atraer a su lado a millones de venezolanos quienes apostaron por la alternativa de progreso ofrecida por Capriles.
Desde las elecciones presidenciales de 1998 el Presidente Chávez logra su objetivo, con una ventaja constante y "nominal" de un millón hasta un millón doscientos mil votos. El sector que dice representar - el de los pobres y excluídos, según su cantaleta - en buena parte le es fiel. Y en 2006, al candidaro Manuel Rosales lo saca del juego con una diferencia de más de 3 millones de votos.  Es el peor momento de la oposición democrática.
Ahora bien, a la luz de los resultados preliminares ofrecidos por el ente electoral, Chávez repite ahora como gobernante con el mismo techo electoral de 2006; algo más de 7 millones de votos. En tanto que, bajo el liderazgo de Capriles la oposición crece desde 4 millones hasta algo más de 6 millones de votos. Su propuesta, por ende, logra atraer a todos los sectores, incluído, de un modo determinante, el estrato de los pobres y excluídos, a quienes ya no les basta el discurso abstracto de la revolución, lleno de íconos pseudo-religiosos y hasta tribales.
Un amigo entrañable y condiscípulo, por lo mismo, dice bien que tenemos al día de hoy un presidente y dos ganadores.
La campaña electoral de ambos candidatos y sus resultados, con sus estilos, sus propuestas, sus matizaciones, dibuja sobre la geografìa dos realidades humanas distintas. Una de ellas, victoriosa "por ahora", se mira y realiza en la ley de las espadas - la espada de Bolívar que camina por América Latina - en tanto que la otra apela a la ley ilustrada y de la razón. Y todo ello, de conjunto, reedita nuestra tragedia histórica, magistralmente descrita por Antonio Arraíz en su cuento Tío tigre y tío conejo.
El discurso electoral del candidato triunfante se mueve entre el agravio, la ofensa verbal, los rugidos y la política del terror hacia sus adversarios. Reivindica al "gendarme necesario", al mito y los símbolos que este envuelve como metáfora que atenúa la dura realidad. Lo que importa, en suma, es la patria, la revolución, la independencia, que posterga la falta de alimentos, de luz, de agua y de seguridad para los más necesitados.
Frente a la violencia y la retórica discursiva, emerge en Venezuela con nitidez la réplica serena y racional, representada por Capriles, el Vargas del siglo XXI. Ante el templo reverenciado e intocable del Estado y sus caudillos, toma cuerpo la democracia de realizaciones, donde cada ciudadano es dueño de su destino.
En estas elecciones la minoría mayor decidió apostar por la madurez, su crecimiento en bienestar, bajo los cánones del Estado de Derecho. La mayoría menor ha optado por continuar bajo la tutela del "padre bueno" y los cuidados de la abuela, quien le lee cuentos para espantar a los fantasmas.
La última aún es hija de nuestros siglos XIX y XX, preñados por una visión épica y redentora de la vida. Es amante de la "patria de bandera" y tutelar, sedentaria como nuestros primeros indígenas. La primera es protagonista del siglo naciente, que demanda razones y realizaciones y mejor se casa con "patrias de campanario", donde aniden sueños modestos y afectos vecinales.
La historia nueva apenas comienza. Por ella esperan los presos políticos. No tiene espacios para la desesperanza.
correoaustral@gmail.com   
 EL ENVÍO A NUESTROS CORREOS AUTORIZA PUBLICACIÓN, ACTUALIDAD, VENEZUELA, OPINIÓN, NOTICIA, REPUBLICANO LIBERAL, DEMOCRACIA, LIBERAL, LIBERALISMO, LIBERTARIO, POLÍTICA, INTERNACIONAL, ELECCIONES,UNIDAD, ALTERNATIVA DEMOCRÁTICA,CONTENIDO NOTICIOSO,