01.
Nota 1. “Sin propiedad privada no hay libre association posible”. Así iniciamos esta consideración sobre el socialismo comunismo castrista que tratan de imponernos por la via de la represión, el terror y el crimen, a los venezolanos.
02.
Se orienta esta crítica en
los pensadores de la Escuela Austriaca, Escuela de
Viena, de la economía.
03.
Los primeros en
tratar en conjunto la
cosmovisión política y económica del historicismo de Karl Marx y Friedrich
Engels fueron Karl Popper y Friedrich
Hayek (ambos en pro de una "sociedad
abierta" u "orden extenso" en base a un pluralismo neosocrático
de carácter individualista y democrático), pero la refutación completa -casi
podríamos decir el reverso perfecto de la
doctrina marxista- se la debemos a la Escuela Austríaca de Economía,
incluyendo a todos los autores antes mencionados -remontándonos a Carl Menger quien,
al desatar la "revolución marginalista" en economía, lograría casi
sin saberlo complicar hasta el infinito la labor de Marx de redactar el tercer
volumen de El Capital, para llegar hasta Murray
Rothbard con su análisis diferencial
entre el poder y el mercado.-
04.
Tambien le debemos la refutación del
marxismo doctrinal y de su inmenso movimiento político a otros grandes
pensadores anteriores, posteriores y contemporáneos a éste, que dieron en el
blanco desde perspectivas casi siempre diferentes -a veces sin siquiera pretenderlo-,
para los cuales no hay espacio suficiente ni para su sola mención ordenada sin
transformar esta entrega en un ensayo: Leszek Kołakowski, Max Weber, Sigmund
Freud, Hans Kelsen, Bertrand de Jouvenel, Raymond Aron, Alexis de Tocqueville,
Hilaire Belloc, Vilfredo Pareto, Émile Durkheim, Pierre Guillaume Frédéric le
Play, Jacob Talmon, Isaiah Berlin, Hannah Arendt, Michael Oakeshott, T. S.
Eliot, Richard Weaver, Russell Kirk, Robert Nisbet, Kostas Papaioannou, Aldous
Huxley, George Orwell, Pío Moa, Hans Morgenthau, Peter Bauer, Octavio Paz,
Fustel de Coulanges, Talcott Parsons, George Simmel, José Ortega y Gasset,
Frédéric Bastiat, Henry Hazlitt, Max Eastman, Michael Novak, Anton Menger,
Joseph Schumpeter, Israel Kirzner, Hans-Hermann Hoppe, Tibor Machan, William
Henry Chamberlain, Freda Utley, Henri Lepage, Mark Blaug, Bryan Caplan, Ian
Steedman, T. S. Ashton, L. M. Hacker, Wilhelm Röpke, Ludwig Erhard, William
Hutt, James Buchanan, Gary Becker, Douglass North, Frank Knight, George
Stigler, Milton Friedman, David Friedman, Thomas Sowell, Richard Pipes, David
Conway, William Mallock, Kenneth Minogue, Václav Havel, Jean-François Revel,
Carlos Rangel, Álvaro Vargas Llosa, François Furet, Oscar Cornblit, Kenneth
Templeton Jr., Thomas Woods Jr., Ernst Cassirer, Fernand Braudel, Nicolas
Berdiaeff, Jacques Maritain, Étienne Gilson, Lorenzo Infantino, Dario Antiseri,
Francis Fukuyama, Leo Strauss, Julien Freund, Gaetano Mosca, Robert Michels,
James Burnham, Alain Finkielkraut, Robert Dahl, Giovanni Sartori, y un larguísimo
etcétera (en el cual se puede incluir a filósofos tan dispares como Imre
Lakatos y Paul Feyerabend, Ludwig Wittgenstein y Bertrand Russell) y aún me
seguiré olvidando de autores importantísimos.
05.
Esencialmente me referiré a la teoría del
valor del tiempo de trabajo, que fue el único instrumento que usó Marx dentro
del mundo de la lógica aplicado al análisis social -y precisamente por lo cual,
en términos popperianos, es plausible de ser refutado- con el cual intentó
explicar la paradoja de una explotación (invisible) de una propiedad por otra,
en una sociedad contractual y libre donde los derechos al control privado de
los activos creados individualmente son iguales para todos.
06.
Intentar probarlo le costó un enorme
tratado de economía de tres inmensos tomos que se contradicen mutuamente.
07.
La refutación de esta teoría de Marx no
habría echado por tierra -para sus seguidores- la doctrina marxista en su
conjunto si no hubiera sido porque Marx en un breve momento de realismo quiso
fundamentar en los hechos y en el pensamiento racional que dicha explotación
existía, y construyó sobre ella su teoría de que la difusa separación entre
trabajo empresarial y trabajo obrero era rígida y estructural como las de las
castas privadas (con prerrogativas públicas) no dedicadas a la administración
económica, como ser el clero y la nobleza, y las castas de Estado de las
monarquías absolutas.
08.
Esta confusión entre castas
y clases fue, para Rothbard, el
posicionamiento erróneo del centro de gravedad en la sociología marxista y lo
que la llevó a transformarse de ser la base para una izquierda libertaria a ser
el pilar de todas las izquierdas totalitarias y estatistas.
09.
Cuando Eugen Ritter von Böhm-Bawerk refutó finalmente a Marx en La conclusión del sistema marxiano, la contestación de los marxistas quedó a manos de
Rudolf Hilferding, y fue en su respuesta que se demostró que el sostén más
fuerte del marxismo en el mundo político era el más débil en el mundo
científico: su poder persuasivo no estaba en el racionalismo de la inmensa
obra Das Kapital sino en el polilogismo clasista y el
relativismo sociologista del que hablara Ludwig
Heinrich Edler von Mises en
su Teoría e historia, segun el cual existe una "cienca burguesa"
y una "ciencia obrera".
10.
Esto era lo que sostenía el andamiaje
doctrinal de esta izquierda totalitaria y su igualitarismo encubierto mediante
un dogmatismo reforzado, y fue este el argumento espurio con el cual se
pretendió contestar a Böhm-Bawerk, lo cual significó el comienzo del embrutecimiento
del marxismo a manos del leninismo.
11.
La refutación a Marx en otras areas en las
cuales éste ni siquiera se adentró, como ser el diseño de la sociedad
socialista -y los problemas económicos al respecto- generaron debates muy a
posteriori de la creación de las dictaduras científicas marxistas y del
desastre productivo que significaba el control político total sobre la economía
en el absolutismo democrático en nombre de "clases populares".
12.
Este debate comenzó con Mises, al que
respondió Lange con una altura pocas veces vista entre los marxistas
(formulando una "solución competitiva" y aceptando la necesidad de
los precios pero negando la necesidad del mercado).
13.
Lange a su vez recibió las obvias
respuestas misianas en cuanto a que el interés de la propiedad, la utilización
económica de los activos, la universalidad histórica del mercado y la función
empresarial son irreemplazables, pero amplió el debate para Friedrich
August von Hayek, quien, ademas de romper con los mitos
sobre la revolución industrial en El
capitalismo y los historiadores,
contestara a los marxistas (adelantándose a actuales descubrimientos
científicos en muchas áreas ajenas a la economía, como fue el caso con El orden sensorial) analizando una cuestión mucho más ardua y compleja:
la relación entre la dispersión del conocimiento y la dispersión de la
propiedad en un orden espontáneo, cosa que Lange ni siquiera logró entender.
14.
Para un resumen de todos estos debates
sugiero como lectura: Socialismo, cálculo económico y
función empresarial de
Jesús Huerta de Soto.-
Nelson Maica
nelsonmaica@gmail.com
@jupiterxc
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