jueves, 19 de marzo de 2015

NELSON MAICA C., PROPIEDAD N1, POLITICA, ESCUELA AUSTRIACA

01.             Nota 1. “Sin propiedad privada no hay libre association posible”. Así iniciamos esta consideración sobre el socialismo comunismo castrista que tratan de imponernos por la via de la represión, el terror y el crimen, a los venezolanos.

02.             Se orienta esta crítica en los pensadores de la Escuela Austriaca, Escuela de Viena, de la economía

03.             Los primeros en tratar en conjunto la cosmovisión política y económica del historicismo de Karl Marx y Friedrich Engels fueron Karl Popper y Friedrich Hayek (ambos en pro de una "sociedad abierta" u "orden extenso" en base a un pluralismo neosocrático de carácter individualista y democrático), pero la refutación completa -casi podríamos decir el reverso perfecto de la  doctrina marxista- se la debemos a la Escuela Austríaca de Economía, incluyendo a todos los autores antes mencionados -remontándonos a Carl Menger quien, al desatar la "revolución marginalista" en economía, lograría casi sin saberlo complicar hasta el infinito la labor de Marx de redactar el tercer volumen de El Capital, para llegar hasta Murray Rothbard con su análisis diferencial entre el poder y el mercado.-

04.             Tambien le debemos la refutación del marxismo doctrinal y de su inmenso movimiento político a otros grandes pensadores anteriores, posteriores y contemporáneos a éste, que dieron en el blanco desde perspectivas casi siempre diferentes -a veces sin siquiera pretenderlo-, para los cuales no hay espacio suficiente ni para su sola mención ordenada sin transformar esta entrega en un ensayo: Leszek Kołakowski, Max Weber, Sigmund Freud, Hans Kelsen, Bertrand de Jouvenel, Raymond Aron, Alexis de Tocqueville, Hilaire Belloc, Vilfredo Pareto, Émile Durkheim, Pierre Guillaume Frédéric le Play, Jacob Talmon, Isaiah Berlin, Hannah Arendt, Michael Oakeshott, T. S. Eliot, Richard Weaver, Russell Kirk, Robert Nisbet, Kostas Papaioannou, Aldous Huxley, George Orwell, Pío Moa, Hans Morgenthau, Peter Bauer, Octavio Paz, Fustel de Coulanges, Talcott Parsons, George Simmel, José Ortega y Gasset, Frédéric Bastiat, Henry Hazlitt, Max Eastman, Michael Novak, Anton Menger, Joseph Schumpeter, Israel Kirzner, Hans-Hermann Hoppe, Tibor Machan, William Henry Chamberlain, Freda Utley, Henri Lepage, Mark Blaug, Bryan Caplan, Ian Steedman, T. S. Ashton, L. M. Hacker, Wilhelm Röpke, Ludwig Erhard, William Hutt, James Buchanan, Gary Becker, Douglass North, Frank Knight, George Stigler, Milton Friedman, David Friedman, Thomas Sowell, Richard Pipes, David Conway, William Mallock, Kenneth Minogue, Václav Havel, Jean-François Revel, Carlos Rangel, Álvaro Vargas Llosa, François Furet, Oscar Cornblit, Kenneth Templeton Jr., Thomas Woods Jr., Ernst Cassirer, Fernand Braudel, Nicolas Berdiaeff, Jacques Maritain, Étienne Gilson, Lorenzo Infantino, Dario Antiseri, Francis Fukuyama, Leo Strauss, Julien Freund, Gaetano Mosca, Robert Michels, James Burnham, Alain Finkielkraut, Robert Dahl, Giovanni Sartori, y un larguísimo etcétera (en el cual se puede incluir a filósofos tan dispares como Imre Lakatos y Paul Feyerabend, Ludwig Wittgenstein y Bertrand Russell) y aún me seguiré olvidando de autores importantísimos.

05.             Esencialmente me referiré a la teoría del valor del tiempo de trabajo, que fue el único instrumento que usó Marx dentro del mundo de la lógica aplicado al análisis social -y precisamente por lo cual, en términos popperianos, es plausible de ser refutado- con el cual intentó explicar la paradoja de una explotación (invisible) de una propiedad por otra, en una sociedad contractual y libre donde los derechos al control privado de los activos creados individualmente son iguales para todos.

06.             Intentar probarlo le costó un enorme tratado de economía de tres inmensos tomos que se contradicen mutuamente.

07.             La refutación de esta teoría de Marx no habría echado por tierra -para sus seguidores- la doctrina marxista en su conjunto si no hubiera sido porque Marx en un breve momento de realismo quiso fundamentar en los hechos y en el pensamiento racional que dicha explotación existía, y construyó sobre ella su teoría de que la difusa separación entre trabajo empresarial y trabajo obrero era rígida y estructural como las de las castas privadas (con prerrogativas públicas) no dedicadas a la administración económica, como ser el clero y la nobleza, y las castas de Estado de las monarquías absolutas.

08.             Esta confusión entre castas y clases fue, para Rothbard, el posicionamiento erróneo del centro de gravedad en la sociología marxista y lo que la llevó a transformarse de ser la base para una izquierda libertaria a ser el pilar de todas las izquierdas totalitarias y estatistas.

09.             Cuando Eugen Ritter von Böhm-Bawerk refutó finalmente a Marx en La conclusión del sistema marxiano, la contestación de los marxistas quedó a manos de Rudolf Hilferding, y fue en su respuesta que se demostró que el sostén más fuerte del marxismo en el mundo político era el más débil en el mundo científico: su poder persuasivo no estaba en el racionalismo de la inmensa obra Das Kapital sino en el polilogismo clasista y el relativismo sociologista del que hablara Ludwig Heinrich Edler von Mises en su Teoría e historia, segun el cual existe una "cienca burguesa" y una "ciencia obrera".

10.             Esto era lo que sostenía el andamiaje doctrinal de esta izquierda totalitaria y su igualitarismo encubierto mediante un dogmatismo reforzado, y fue este el argumento espurio con el cual se pretendió contestar a Böhm-Bawerk, lo cual significó el comienzo del embrutecimiento del marxismo a manos del leninismo.

11.             La refutación a Marx en otras areas en las cuales éste ni siquiera se adentró, como ser el diseño de la sociedad socialista -y los problemas económicos al respecto- generaron debates muy a posteriori de la creación de las dictaduras científicas marxistas y del desastre productivo que significaba el control político total sobre la economía en el absolutismo democrático en nombre de "clases populares".

12.             Este debate comenzó con Mises, al que respondió Lange con una altura pocas veces vista entre los marxistas (formulando una "solución competitiva" y aceptando la necesidad de los precios pero negando la necesidad del mercado).

13.             Lange a su vez recibió las obvias respuestas misianas en cuanto a que el interés de la propiedad, la utilización económica de los activos, la universalidad histórica del mercado y la función empresarial son irreemplazables, pero amplió el debate para Friedrich August von Hayek, quien, ademas de romper con los mitos sobre la revolución industrial en El capitalismo y los historiadores, contestara a los marxistas (adelantándose a actuales descubrimientos científicos en muchas áreas ajenas a la economía, como fue el caso con El orden sensorial) analizando una cuestión mucho más ardua y compleja: la relación entre la dispersión del conocimiento y la dispersión de la propiedad en un orden espontáneo, cosa que Lange ni siquiera logró entender.

14.             Para un resumen de todos estos debates sugiero como lectura: Socialismo, cálculo económico y función empresarial de Jesús Huerta de Soto.-

Nelson Maica
nelsonmaica@gmail.com
@jupiterxc

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