Conocidos
los resultados electorales debemos felicitar al presidente Juan Manuel Santos,
aunque personalmente hubiera votado por Oscar Iván Zuluaga en el supuesto de
poder hacerlo.
Fue
una batalla interesante, de consecuencias impredecibles para este momento. Le
deseamos lo mejor. Cualquier cosa buena para Colombia, también lo es para
Venezuela. Ojalá y nuestros hermanos más cercanos no tengan que arrepentirse y
Santos retome el camino que en mala hora abandonó. La Seguridad Democrática no
es incompatible con la Paz. Todo lo contrario, se trata del mejor camino para
alcanzarla sobre la base de la verdad y de la Justicia. En ausencia de estos
factores todo será frágil y politiquero, transitorio y peligroso para el
continente. Ya veremos.
No
será fácil, pero en relativo corto plazo debemos tener certezas con relación al
futuro de las FARC, del ELN y de las estructuras del crimen organizado,
narcotráfico, que con tanta impunidad trabajan en ambos países. Esa fue la
oferta básica de Santos en la campaña electoral y el objetivo central de los
primeros cuatro años de su gobierno. Todo pareciera estar dado para el remate
exitoso de las conversaciones en La Habana, para conocer el destino final de
los jefes de esas estructuras criminales y de los compromisos Santos-Maduro
sobre estos temas.
Aun
cuando tiene mayoría en el parlamento, la oposición encabezada por Álvaro
Uribe, el partido Conservador y calificadas voces que actúan por la libre desde
la calle, ejercerán un férreo seguimiento y control sobre la gestión
gubernamental.
La
batalla que se inicia es la continuación de cuanto hemos visto. Ojalá y el
gobierno pueda serenar el ambiente dando garantías suficiente no solamente a
los “malos”, sino fundamentalmente a los “buenos” que para mi gusto están en la
oposición.
Ahora
veremos la magnitud del costo por el apoyo recibido de los partidos de
izquierda y de dirigentes radicalizados en contra de los principios básicos de
la vida en libertad.
Desde
aquí hacemos votos para que la economía profundice su crecimiento, la pobreza
disminuya y se multipliquen las oportunidades de trabajo estable y bien
remunerado para todos los colombianos.
Repito
la necesidad de crear una zona franca fronteriza entre ambas naciones, como
primer paso para un tratado de libre comercio que obligaría a los venezolanos a
reformular las actividades productivas con criterio exportador y ponerle punto
final a esta etapa de economía importadora que nos ha hecho dependientes y
lastimosos mendigos.
A
pesar de todo, confío más en el gobierno colombiano que en este desastre que
gobierna en Venezuela. Prisioneros de Cuba e ideologizados por el disfuncional
socialismo que se pregona, por la incompetencia y corrupción desatada. Ojalá
reciban la ayuda del Espíritu Santo para atreverse a renunciar y abrir paso a
una etapa de prosperidad perfectamente posible.
Oswaldo
Alvarez Paz
oalvarezpaz@gmail.com
@osalpaz
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