La Semana Santa que estamos comenzando es propicia para reflexionar y
escribir, en especial sobre temas trascendentes, y particularmente, sobre
aquellos que mas afectan nuestra existencia y espiritualidad aún cuando no sean
estrictamente de carácter religioso.
Hace apenas cuatro días fui invitado a escuchar una brillante conferencia
sobre la dramática situación de PDVSA, así como su influencia determinante en
la economía nacional. El panorama presentado fue aterrador y preocupante por
las nefastas consecuencias actuales y por la influencia devastadora en el
futuro de las presentes y próximas generaciones. Al finalizar, pregunté al
excelente expositor, cuyo nombre no estoy autorizado a divulgar, sobre dos
aspectos:
En primer lugar si su acertada y lúcida exposición se la ha presentado al comando de campaña de Henrique Capriles Radonsky, o al menos a los responsables del área económica de su futuro programa de gobierno, a lo que me contestó afirmativamente.
En segundo lugar, si era posible que me especificara el monto de la totalidad de ingresos globales percibidos durante los once años de este régimen, cifra que ubicó en los ochocientos millardos de dólares aproximadamente. Cifra astronómica, inimaginable, difícil de captar y entender para muchos en su exacta magnitud y dimensión. Esta cifra me ha sacudido y golpeado con tal fuerza, que me mantiene en un estado permanente de reflexión e indignación.
En primer lugar si su acertada y lúcida exposición se la ha presentado al comando de campaña de Henrique Capriles Radonsky, o al menos a los responsables del área económica de su futuro programa de gobierno, a lo que me contestó afirmativamente.
En segundo lugar, si era posible que me especificara el monto de la totalidad de ingresos globales percibidos durante los once años de este régimen, cifra que ubicó en los ochocientos millardos de dólares aproximadamente. Cifra astronómica, inimaginable, difícil de captar y entender para muchos en su exacta magnitud y dimensión. Esta cifra me ha sacudido y golpeado con tal fuerza, que me mantiene en un estado permanente de reflexión e indignación.
El porqué, trataré de explicarlo mediante una sencilla y clara
comparación, ya que lo que se ha hecho durante estos once años no solo es poco
sino risible y deleznable, comparado con lo que se hubiese podido hacer y no se
hizo, y con lo que nuestro amado país debería tener hoy y no tiene.
Reflexionemos sobre lo siguiente.
La reconstrucción de toda Europa
luego de la segunda guerra mundial, costó veinte mil millones de dólares.
Los cuatro megaproyectos de ingeniería del siglo XX y lo que ha
trascurrido del XXI, a saber: el eurotúnel Francia- Reino Unido por debajo del
Canal de La Mancha; el nuevo aeropuerto de Hong Kong que implicó la
construcción de una isla en pleno mar de doce kilómetros cuadrados; la represa
de las tres gargantas en China en el río Yan Tzé y el gran río artificial
subterráneo de doce mil kilómetros de largo por debajo del desierto en Libia; esos cuatro megaproyectos juntos no llegaron a
ochenta y cuatro mil millones de dólares. Me pregunto ¿Qué diablos se ha hecho
en Venezuela con diez veces esa cantidad, o sea con ochocientos millardos?
Veamos las grandes obras hechas ¡En once años de socialismo!:
1. Hospital cardiológico
infantil: costo 80 millones de dólares
2. Ramal ferroviario Cúa-
Caracas: costo 600 millones de dólares –
3. Puente sobre el río
Orinoco: costo 360 millones de dólares-
4. Línea cuatro del metro
de Caracas: costo 340 millones de dólares –
5. Metro de Valencia:
costo 320 millones de dólares –
6. Ampliación aeropuerto
Maiquetía: costo 40 millones de dólares –
7. Nuevo viaducto
Caracas-La Guaira: costo 60 millones de dólares.
8. Centros de Diagnóstico
Integrales y barrio adentro (actualmente paralizados): costo 40 millones de
dólares.
9. Cable-metro de San
Agustín: costo 60 millones de dólares.
10. Sistemas de armamentos
innecesarios y obsoletos. Costo: indefinible.
El total de lo invertido en los emblemáticos y “megaproyectos”
socialistas suma unos dos mil quinientos millones de dólares, con la
aclaratoria que la casi totalidad de esos proyectos, los marcados con el signo
menos (-) fueron diseñados, planificados, comenzados y parcialmente pagados por
gobiernos anteriores ¿Entonces? Las cuentas no cuadran ¿Donde están los reales?
Lo que se hubiese podido hacer. Algunas sugerencias prioritarias:
• Programa y esfuerzo
masivo de educación en todos los niveles: construcción de universidades, liceos
y tecnológicos (3.000 a nivel nacional), maternales; en cada capital de estado.
Programas de becas en el exterior para pre y post grado.
• Homologar sueldos y
salarios con los del primer mundo, especialmente para maestros y profesores,
médicos, policías y jueces, que son los responsables de los pilares
fundamentales sobre los que se desarrolla y descansa una sociedad: salud,
educación, seguridad, justicia. Igualmente para las profesiones tecnológicas
prioritarias.
• Construcción de
cuatro millones de viviendas en todo el país, creando ciudades de ser necesario
según el caso.
• Autopista
oriente-occidente sin que el tránsito circule por Caracas.
• Nueva autopista
Caracas – La Guaira.
• Grandes hospitales
centrales para 500 camas en cada capital de estado.
• Construcción de
hospitales menores en cada capital de distrito y municipio.
• Construcción de al
menos una prisión moderna y con capacidad para dos mil presos en cada capital
de estado.
• Construcción de un
gran y moderno aeropuerto en cada capital de estado.
• Tren magnético para
la comunicación de las capitales de estado principales, especialmente en el eje
norte de oriente a occidente (velocidad 420 km-hora), similar al AVE construido
en España y al de Shangai (China).
• Ampliar y modernizar
la red eléctrica nacional. Embalses y represas.
• Construcción de
modernos puertos, especialmente para grandes contenedores.
• Recuperar y ampliar
las grandes industrias básicas.
• Proyectos para el
desarrollo agrícola y ganadero. Turismo. Zonas industriales.
• Recuperar vialidad y
nuevos sistemas de transporte masivos para la gran Caracas y principales
ciudades del país.
• Concluir autopistas y
carreteras existentes.
Todo lo detallado anteriormente, exageradamente podría costar alrededor
de los seiscientos millardos de dólares ¡Todavía sobra dinero!
Por eso nos damos cuenta con sobrada indignación, del tamaño de la
megaestafa que este régimen ha hecho. Nos debemos dar cuenta, obviamente con
rabia y furia incontenibles, de la inmensa oportunidad que está perdiendo nuestro
país para convertirse, sin duda, en un gigante económico y social
latinoamericano. Se hubiera podido generar tal grado de ocupación y necesidad
de mano de obra en todos los niveles y especialidades, que seguramente no
existirían subempleados ni la mal llamada economía informal, al extremo de
tener que importar mano de obra.
Se ha perdido una oportunidad
histórica única y probablemente irrepetible que debería provocar obligadamente
repito, un rechazo e indignación semejantes o equiparables a la oportunidad
perdida, de lo contrario pasaríamos a constituir una sociedad sumisa,
adormecida y entregada como consecuencia de la molicie, incuria,
irresponsabilidad y hasta complicidad con lo ocurrido hasta ahora. Todo ello en
las narices de las Fuerzas Armadas, con
su participación e innegable connivencia, cooperación,
provecho y responsabilidad.
Estamos frente a nuestro país, al igual que frente a un paciente gravemente enfermo, moribundo de
cáncer metastásico y en fase terminal.
¿Debemos esperar que ese paciente, que no es un hombre, sino toda una
nación llamada VENEZUELA muera o llegue a su irrecuperabilidad en muchos años y
resignarnos a ser por tiempo indefinido del tercer o cuarto mundo?
¿Qué hacer? Sencillamente ir por el principal responsable de esta tragedia,
Hugo Chávez Frías, y por sus colaboradores en esta gran estafa y realidad que
nos agobia. Por todas las vías posibles, así como se atacan y enfrentan las
graves dolencias y padecimientos, con decisiones, metodologías, y técnicas globales e invasivas.
He aquí mi indignación nacional e histórica.
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Una indignación que también hago mía, y seguramente todos sus lectores le secundarán. El carcinoma llamado H.R.Ch.F. tiene que ser extirpado de raíz, y con él, habrá que realizar un 'curetaje político periférico' para amputar la metástasis social que ha degenerado.
ResponderEliminarLo que se extraiga de esa extirpación y curetaje habrá que considerarlo para un análisis biomédico en los laboratorios judiciales de La Haya