“No hay esclavos mas encadenados que aquellos que creen ser libres permaneciendo en la opresión.” Voltaire
Como cada inicio de año, la
mayoría de los mexicanos, al igual que gente alrededor mundo, inicia una profunda reflexión y
dirigiendo la mirada hacia el pasado, evalúan de alguna forma lo sucedido, lo
que fue logrado o no logrado en el que termina. Pero más importante aún,
enfilan brújula y compás hacia el futuro que ya hemos penetrado en este nuevo
año, algunos atemorizados otros con esperanza, millones confundidos. Sin
embargo, pienso que en esta ocasión este proceso es más importante que nunca—y
lo digo no como cliché—lo digo con un total convencimiento y una sincera
espontaneidad.
El mundo entero, a
diferencia de hace 12 meses, se encuentra en una profunda recesión económica
que afecta de forma especial a México. Los EU se encuentran involucrados en una
guerra—la primera del siglo—totalmente diferente a todas las incrustadas en la
historia. En México terminamos el penúltimo año de la administración del cambio
en la cual depositamos tantos sueños y esperanzas. Sin embargo, surge la famosa
pregunta que le hiciera Reagan al pueblo americano en su primer debate con
Carter: ¿Están ustedes mejor que hace un año? Desafortunadamente creo la
respuesta de casi todos los mexicanos sería un rotundo no. Pero he aquí lo irónico,
por primera vez en muchas décadas no podemos ni debemos culpar “totalmente al
gobierno.”
Pero si nuestro análisis es
lo suficientemente profundo, nos daremos cuenta de una tendencia aterradora: El
esfuerzo mundial para el regreso del viejo Estado opresor, todolólogo, déspota
y corrupto. Un evento que me recuerda el regreso de Perón a la Argentina en los
70s. Y más aterrador aun es que muchos de los mexicanos no sólo le dan la
bienvenida, lo festejan. La actitud de multitud de nuestros compatriotas es
similar a la de alegría de los hijos ante el regreso del padre autócrata,
regañón, golpeador, pero el cual nos endulza cada domingo con nuestro raquítico
semanario. Ese padre quien gritando los grandes sacrificios que hace “por sus
hijos”, tiene aun ese gesto de generosidad para darnos lo suficiente para ir al
cine.
Ante los fracasos de las
“reformas neoliberales—tercera vía” en la mayoría de los países de América
Latina, ese gran liberal Mario Vargas Llosa escribe: “Reformas tan profundas
como las que América Latina necesita en economía, educación, justicia,
simplemente no serán posibles, ni durables, si no las acompaña o antecede una
reforma de las costumbres, de las ideas, de ese complejo sistema de hábitos,
conocimientos, imágenes y formas que llamamos cultura. Porque en la cual
vivimos no es liberal y ni siquiera del todo democrática. Sigue siendo
populista u oligárquica, absolutista, colectivista, dogmática, mechada de
prejuicios sociales y raciales, muy poco tolerantes para con el adversario político,
amantes de las verdades absolutas, una de las peores formas de monopolio; el de
la verdad.”
América Latina es una tierra
fértil para la opción liberal. Pero esta no puede ser moderada, debe ser
radical. Pues si no se va a la raíz de los problemas, la solución será efímera
y lo estamos atestiguando en Argentina. Como la propuesta liberal está en
contra del colectivismo y el estatismo que han sido las recetas de la izquierda
a los males sociales, se le tilda de derecha. Pero eso ya no importa, las categorías
de izquierda y derecha se han vaciado casi totalmente del contenido que alguna
vez tuvieron, sobre todo después del desplome de la Unión Soviética. Una cosa
es segura; la opción liberal no es conservadora. Es de profunda transformación
de las sociedades como existen y como han existido a través de la historia.
Ya lo dijo Revel: “Como el
liberalismo en América Latina no puede desarrollarse sin trastornos y
tropiezos, ya que durante siglos el continente fue moldeado por el estatismo,
el dirigismo, el socialismo, el corporativismo, los liberales no son pues en
modo alguno conservadores, sino reformadores: renovadores de los hábitos
establecidos y las ideas enraizadas. Más bien deberían de ser llamados
revolucionarios.” Eso es, la alternativa liberal supone una revolución para
éste país de las esperanzas postergadas. Una revolución que purifique el
vocablo de connotaciones de sangre, muerte, demagogia y dogmatismo que tiene
entre nosotros y lo impregne de ideas, sentido común, creación, justicia, racionalidad,
libertad, pluralismo político y legalidad.
Nos dice James Allen que la
mente del hombre es como un jardín que puede ser inteligentemente cultivado, o
simplemente permitir que broten las ramas que lo conviertan en un campo
salvaje; pero cultivado o abandonado, siempre dará sus frutos. Si se permite
que las hiervas salvajes sobrevivan; una abundancia de ellas brotará para tomar
control; el campo por lo mismo producirá eso: Espinosas ramas inútiles y
venenosas el lugar de frutos y flores. Si se cultiva con amor y con las
semillas de la libertad, finalmente seremos libres.
Este año para nosotros será
la prueba para una de las agresiones liberales más importantes. Ron Paul, el
único precandidato libertario para la presidencia de EU, a pesar de los bloqueos
del establecimiento norteamericano, poco a poco a remontado las encuestas
amenazando a los otros participantes y eso, provoca que cunda el pánico entre
tanto en las filas de republicanos como demócratas.
Ron Paul es el maestro de
algo importante para todos los libertarios, la tolerancia; creer en la
relatividad de las verdades, estar dispuestos a rectificar el error y a someter
siempre las ideas y las convicciones a la prueba de la realidad. Por eso el
liberalismo es una filosofía, una doctrina, no una ideología. Porque la
ideología es una forma dogmática e inmutable de pensamiento—algo que tiene
mucho mas de religión que de ciencia—y la filosofía liberal, además de
pluralista, es también cambiante, un sistema flexible que va modernizándose y
perfeccionándose al compás de los avances del conocimiento y de la experiencia
vivida.
Hay elecciones este año
libertario en Mexico, EU, Venezuela, llevemos las ideas y acciones del Tea
Party a nuestras naciones ávidas de libertad.
Quiero por este conducto
hacer una invitación a todos los seres humanos amantes de la libertad, a los
enemigos de los procesos, eventos, organizaciones que nos han negado la
oportunidad de participar en la construcción de un mundo mejor, más prospero,
más libre y sobre todo más justo, para que me acompañen en la jornada de la
libertad este nuevo año que sin duda será la cultivación de un jardín que
aporte frutos y flores, y ya no mas las espinosas hiervas que tanto han
desangrado nuestro país. Esta es una invitación a la libertad similar a la de
Octavio Paz cuando afirmó:
“La historia de la literatura, del pensamiento y arte moderno es inseparable de la historia de la libertad. Allí donde perece la libertad, el pensamiento perece. La libertad es la sangre invisible que anima a la sociedad entera.”
Feliz año nuevo……en la
libertad.
chero@cox.net
Twitter@elchero
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