BIENVENIDOS AMIGOS PUES OTRA VENEZUELA ES POSIBLE. LUCHEMOS POR LA DEMOCRACIA LIBERAL

LA LIBERTAD, SANCHO, ES UNO DE LOS MÁS PRECIOSOS DONES QUE A LOS HOMBRES DIERON LOS CIELOS; CON ELLA NO PUEDEN IGUALARSE LOS TESOROS QUE ENCIERRAN LA TIERRA Y EL MAR: POR LA LIBERTAD, ASÍ COMO POR LA HONRA, SE PUEDE Y DEBE AVENTURAR LA VIDA. (MIGUEL DE CERVANTES SAAVEDRA) ¡VENEZUELA SOMOS TODOS! NO DEFENDEMOS POSICIONES PARTIDISTAS. ESTAMOS CON LA AUTENTICA UNIDAD DE LA ALTERNATIVA DEMOCRATICA

viernes, 1 de marzo de 2013

ALBERTO MANSUETI, ¿QUÉ ES SER LIBERAL?

El Centro de Liberalismo Clásico (CdeLC) es una institución laica y no religiosa, no confesional, no sectaria ni excluyente.
Nuestros principios liberales son tres, que compartimos todos los liberales católicos, protestantes y evangélicos, y personas de otros credos y religiones, y también de ninguno: Gobiernos limitados; mercados libres; y propiedad privada

Y entre todos los de este Equipo, hemos traducido esos tres Principios en una propuesta de Cinco Reformas concretas y específicas, que se explican a continuación. Pensamos que son cinco propuestas aceptables para todos los liberales, de cualquier religión o ninguna.
Definir o describir de este modo el Liberalismo Clásico es lo más práctico, y es la única manera de abordar la acción política frente a la opinión pública.
I
Cada liberal tiene su respuesta a la pregunta “¿qué es ser liberal?”; y cada antiliberal tiene la suya también. Para algunos, ser liberal es ser “tolerante”; para otros es identificarse con la defensa del libre mercado, o las libertades individuales, o los derechos de propiedad privada, o la propuesta de “achicar el Estado”, o decretar su abolición. O con los “milagros” europeos de Posguerra, o las experiencias de los “dragones asiáticos” de los ‘70 y ‘80, o de los gobiernos Thatcher y Reagan (o Pinochet), o las ideas de la Revolución de 1776 en EEUU, o de tal o cual filósofo, economista, novelista, etc. de su preferencia.
Para otros, ser liberal es asumir “el ideario de la libertad”, o el “principio de no agresión”, o también de “respeto al prójimo” … etc etc. El tema es inagotable.
Por supuesto, la definición de cada quien se relaciona con su posición en materia filosófica o religiosa; y en particular respecto del Cristianismo. Según el economista austro-cristiano Jorg-Güido Hulsmann, hay cuatro formas de ver este punto, en general y particularmente entre los liberales: 1) Unos ven la religión y la libertad como antagónicas, siendo toda religión enemiga mortal de la libertad individual, peor que el Estado. 2) Para otros, libertad y teología nada tienen que ver: pertenecen a las esferas separadas de la política y la religión, entre las que no hay punto de contacto conceptual o histórico. 3) Para otros, religión y libertad son complementarias y se necesitan, porque la religión sólo florece en un clima de libertad, y porque la religión cristiana proporciona el clima moral que permite y facilita prescindir de gobierno o al menos reducirlo al mínimo. 4) Por fin, algunos piensan que la religión, y en particular el cristianismo, es factor fundamental para la libertad del hombre, entendido a nivel conceptual como creatura de Dios y no del Gobierno; y así la historia de Occidente lo confirma.
Las dos últimas posturas asumimos en el CdeLC, como primer paso para la reconciliación entre el Cristianismo y la que fue su doctrina política, la del Gobierno Limitado. Cualquiera sea la creencia de cada quien en Dios, o en la inspiración de la Biblia, el hecho es que esta es la doctrina de gobierno que enseña la Escritura, tal cual como fue la interpretación más o menos generalizada en el cristianismo occidental hasta el s. XIX.
Esta doctrina se llama “liberalismo” desde 1812, cuando entre el cristianismo y ella se dio un funesto divorcio, causado por leer los cristianos sus Biblias con anteojeras estatistas y socialistas. Y hasta hoy han seguido caminos separados: el Cristianismo abrazando el estatismo y el Socialismo, al calor del Romanticismo; y la doctrina del Gobierno Limitado, en el marco de corrientes humanistas no afines al Cristianismo. Los resultados del divorcio han sido funestos para ambas partes, y para todos: el Socialismo se impuso en todo el mundo y en todos los frentes, ante una muy debilitada y fragmentada resistencia liberal.
No obstante lo anterior, los principios liberales del CdeLC son tres, que compartimos católicos, protestantes y evangélicos, e incluso personas de otros credos y religiones, y también de ninguno: Gobiernos limitados, mercados libres, y propiedad privada; y los hemos traducido en una propuesta de cinco reformas concretas y específicas, aceptables para todos los liberales, en vistas a la acción política y en la opinión pública.
II
Pero estos tres principios se basan en otro más general que le sirve de fundamento: la separación entre lo público y lo privado. Lo público se refiere al uso de la fuerza pública, a cargo del Estado, “el monopolio legal de la fuerza” según la conocida definición de Max Weber. En el muy citado cap. 13 de su Carta a los cristianos de Roma, el Apóstol Pablo les exhorta a obedecer a las autoridades públicas. Pero lo que tiene en mente no es un Welfare State sino un Gobierno “limitado” al uso de la fuerza, para cumplir sus funciones y para colectar los impuestos que han de cubrir sus gastos. El poder público “no en vano lleva la espada, pues es servidor de Dios, vengador para castigar al que hace lo malo […] pues por esto pagáis los tributos.” (Rom. 13:4-6) Y en su Primera Carta a Timoteo le pide orar “por los reyes y por todos los que están en eminencia, para que vivamos quieta y reposadamente en toda piedad y honestidad” (I Tim. 2:2).
Las autoridades llevan espada porque se encargan de los ladrones, asaltantes, invasores, violadores, secuestradores y demás malhechores y transgresores que no entienden otro lenguaje que el de la violencia. Gracias a las autoridades que cumplen ese papel, dice Pablo, podemos vivir “quieta y reposadamente” (en paz y seguridad, apartados de la violencia) nuestra vida privada “en toda piedad y honestidad” (conforme a nuestros valores.)
Por eso en el sector público se requiere la violencia. Pero no se requiere fuerza física o coacción alguna para practicar la agricultura, la minería, el comercio, la industria, la banca, la educación, la medicina o las obras de caridad con los menesterosos. Por eso en el sector privado no es necesaria la violencia.
Y por eso el estatismo no funciona: porque en todo sector estatal hay rasgos esenciales que son funcionales al uso de la violencia y a la coacción. Estos son en extremo útiles en la burocracia, el ejército, la policía y los tribunales, la diplomacia o la colección de impuestos. Entre otros rasgos funcionales conviene mencionar: el orden jerárquico en lugar del orden consensual (acuerdos) o el orden democrático (mayoría de votos); la uniformidad en vez de la variedad, la diversidad o el pluralismo; la formalidad y aún solemnidad en lugar de la informalidad; y la disciplina vertical como en los Ministerios, en lugar de la disciplina horizontal como en los mercados. Pero estas características, connaturales al Estado, no sirven para nada y en cambio mucho estorban en otras actividades que no requieren el uso de la coacción o la fuerza física.
III
Ser liberal es entonces es proponer las cinco soluciones liberales a los cinco problemas señalados como más graves por la gente en las encuestas, relacionados respectivamente con los gobiernos, la economía, la educación, la atención médica, y las jubilaciones y pensiones.
Cualquiera sea su religión, filosofía, simpatías literarias o color partidista, un liberal es entonces quien se identifica con estas cinco reformas:
1. Reforma Política. Poner al Estado en su lugar, a cargo de las funciones de seguridad y defensa, administración de justicia, y obras de infraestructura; y en consecuencia limitar sus poderes y su presupuesto a las atribuciones y recursos estrictamente necesarios al cumplimiento de tales funciones. En otras palabras, poner en sus funciones públicas a los agentes estatales: militares y policías (y diplomáticos); jueces y oficiales de justicia; contratantes de la construcción de puentes, caminos, diques y embalses, etc.; y colectores de los pocos tributos o contribuciones “impuestas” indispensables para estos fines, impuestos directos y no indirectos, bajos y planos, e iguales para todos.
Esto implica poner a los militares y policías a combatir la inseguridad, la violencia, el terrorismo y el crimen, como primera prioridad en la agenda estatal; y a los diplomáticos y cónsules a atender a los nacionales en el exterior antes que a los políticos locales. Y poner jueces y tribunales a cargo de la intervención del Estado en la economía, la banca, la educación y todas las esferas de la vida social y cultural; pero sólo si ocurre una violación cierta y comprobable de los derechos a la vida, propiedad y libertades, definida y tipificada en los códigos ordinarios o comunes del Derecho civil, mercantil o penal. A estos fines, y a la realización y mantenimiento obras públicas de infraestructura que incrementen la productividad y rendimiento de las actividades privadas, ha de limitarse la política pública.
Del campo privado son las relaciones sexuales, matrimoniales, familiares, laborales, comerciales, educativas, cívicas, culturales, artísticas, religiosas, médicas, informativas y de entretenimiento, científicas y técnicas, previsionales y de beneficencia, etc., y tienen que desenvolverse conforme la voluntad de los participantes e involucrados expresada en contratos; no de reglamentos dictados por el Congreso bajo forma de leyes especiales, ni por el Ejecutivo bajo forma de decretos, ni por la ONU, la OEA u otras organizaciones interestatales bajo forma de “convenios internacionales”.
Esto implica quitar al Congreso de la reglamentación de las actividades privadas por naturaleza, y ponerle en su lugar: a vigilar que no salga el Ejecutivo de sus límites, sobre todo mediante el control de su Presupuesto Fiscal, alimentado sólo de los impuestos y no de empréstitos. Implica además poner a los partidos políticos en su lugar: como entes privados, sin relación de dependencia alguna con el Estado, a fin de que puedan ser instrumentos en manos de la ciudadanía.
No habrá monopolios o privilegios legales. Implica que no habrá p. ej. “curso legal”, y las monedas circularán libremente, cada quien escogiendo la de su preferencia. Implica poner a los bancos en su lugar, eliminando el privilegio de “encaje legal” que exige la reserva de sólo una fracción de los depósitos. Por consiguiente no habrá multiplicación artificial del dinero, ni del crédito o los medios de pago. Pero este tema toca la siguiente reforma.
2. Reforma Económica. Poner a cargo de las actividades económicas a los agentes económicos, que no son los políticos, funcionarios y burócratas, sino los trabajadores, los empresarios y gerentes, y los capitalistas: ahorristas e inversionistas.
En otras palabras: poner a los agentes económicos privados a cargo y al mando en la agricultura y la minería, la industria y los servicios, el transporte, la banca y las finanzas, seguros, etc. A este fin han de ser privatizadas y desreglamentadas estos quehaceres, para que sus actores sean sensibles a las necesidades, preferencias y exigencias de los consumidores, del lado de la demanda, y de los productores, del lado de la oferta, y así contribuyan a crear y distribuir la riqueza por sus canales naturales: los mercados.
3. Reforma de la Educación. Poner la educación en manos de los educadores y no del Estado, para que los educandos de todas las especialidades y niveles, y los padres en la enseñanza elemental, puedan escoger con entera libertad el centro docente de su preferencia, con el tipo de educación, y el contenido, los planes, los programas y el sistema o método de su preferencia, del lado de la demanda de educación. Y para que los maestros, profesores, docentes y capacitadores puedan competir en calidad, variedad y precio, del lado de la oferta educativa. En otras palabras: privatizar y desreglamentar la educación.
¿Y los pobres? En el camino de la transición al capitalismo maduro y a la riqueza, los educandos pobres han de ser asistidos por el Estado con vouchers o cupones, para pagar por sus matrículas y gastos en las agencias y centros docentes de su elección, los cuales serán reembolsables en dinero por el Estado, a todos aquellos institutos que los usuarios hayan escogido para su educación.
4. Reforma de la Atención Médica. De modo análogo al caso de la educación, se trata de poner la medicina en manos de los médicos y doctores, no del Estado, para que los enfermos, discapacitados y accidentados puedan escoger libremente el centro médico, hospital o clínica de su preferencia, con la atención de su elección, del lado de la demanda de servicios médicos. Y para que los médicos, enfermeras, bioanalistas, odontólogos y gentes de la profesión médica en general puedan competir, tanto en calidad y variedad como en precio, del lado de la oferta de medicina. En otras palabras: privatizar y desreglamentar la medicina.
En transición, y análogamente a la educación, en este caso los enfermos, discapacitados y accidentados pobres han de ser asistidos por el Estado con cupones, para pagar por sus gastos en los centros médicos de su elección, los cuales serán reembolsables por el Estado, a los institutos de salud que los usuarios pobres hayan escogido para sus tratamientos.
5. Reforma de las Jubilaciones y Pensiones. En base al mismo esquema de la educación y la salud, es poner las Cajas de Jubilaciones y las Pólizas en manos de los administradores de fondos y no del Estado, para que jubilados y pensionados puedan escoger con entera libertad la Caja o Fondo Previsional de su preferencia, con el tipo de Plan, Póliza o contrato de su elección, del lado de la demanda. Y del lado de la oferta, para que las compañías administradoras puedan competir, en calidad, variedad y precios. En otras palabras: privatizar y desreglamentar los sistemas de jubilaciones y pensiones.
En la transición, los trabajadores, retirados y pensionados pobres, también han de ser asistidos por el Estado, con cupones, para pagar por las Pólizas planes de su elección, en las Cajas o Fondos Previsionales de su elección, reembolsables por el Estado a aquellos institutos que los usuarios hayan escogido para su servicio.
IV
¿Te parecen “raras” estas propuestas? No hay alusiones directas a los detalles de la problemática del desempleo, la pobreza, la mujer trabajadora, los niños abandonados o desnutridos, los ancianos enfermos, el maltrato familiar, la inmigración, el racismo, la polución ambiental etc., y por eso las reformas liberales no parecen dirigidas a tratar con ellos.
Pero es que esos problemas, muy graves todos, son nada más eslabones en la cadena de consecuencias y repercusiones del estatismo, que se ha hecho muy larga, incluyendo sus efectos más indirectas y remotos, como son todos. La gente se enfoca y se enfrasca en discutir detalles y pormenores de los eslabones de la cadena, olvidando la causa y el mal de fondo: el estatismo; lo cual es muy bueno para el estatismo! Los árboles no permiten ver el bosque; y es por ello que las crisis provocadas por el estatismo pretenden resolverse con “soluciones” estatistas, que no las solucionan sino que las agravan y multiplican.
¿Te parecen “simplistas” estas propuestas? Son simples quizá; mas no “simplistas”. Bien miradas, las soluciones liberales no son sino de puro sentido común. Aplican en la práctica cuatro refranes populares de gran sabiduría:
1) “Quien mucho abarca poco aprieta” es lo que ocurre con el Estado bajo el estatismo. ¿Cómo un solo instituto social, el Gobierno, puede brindarnos seguridad y defensa, justicia y obras públicas, si además aspira a cubrir también todas nuestras necesidades en materia de alimentos, vivienda y otros relacionados con economía y finanzas, educación y cultura, orientación y guía moral para la familia, atención médica, cuidados en la vejez, etc. “de la cuna a la tumba” como declaraba el principio socialista democrático que dio origen al Estado multipropósito mal llamado “de Bienestar”?
2) “Lo perfecto es enemigo de lo bueno”. Las “soluciones” estatistas siempre buscan planes perfectos para que aplique el Estado; las liberales posiblemente no son perfectas pero son buenas; y para aplicar entre todos, el Gobierno (limitado) y los privados, respondiendo al principio “Cada quien a lo suyo”.
3) “Zapatero a tus zapatos”, es otra formulación de “Cada quien a lo suyo”, y significa que cada institución de la sociedad, las estatales y las privadas, tiene sus fines propios, y para ellos resultan idóneas, siendo absolutamente ineptas para cumplir otros fines o funciones distintas.
4) “Mucho ayuda quien no estorba” alude a las instituciones privadas: familias, escuelas, Iglesias, clínicas, cajas previsionales etc. El Estado no puede reemplazarlas; pero en sus desesperados intentos por sustituirlas, les impide o estorba y dificulta (o encarece) en el camino al logro de sus fines propios, para los cuales están muy bien dotadas por su constitución y estructura.
Para terminar, la eterna preguntita: “¿En qué país se practica un sistema así, o al menos parecido?” Respuesta: de momento en China, desde los ‘80, siguiendo el modelo de Hong Kong, pero no en todo el país, sino en las Zonas Económicas Especiales y en las Regiones Autónomas.
¿No estás de acuerdo? Entonces no eres liberal; pero igual te queremos. ¿Estás de acuerdo? Entonces eres liberal y te queremos mucho más. ¡Bienvenido al Club!
alberman02@hotmail.com

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RONNY PADRON, CANDIDATO PREVENTIVO, HAY UN ACCIDENTE

Cuando el pasado martes 19 de enero, Roberto Henríquez, presidente nacional de COPEI, -organización política donde milito – propuso a la Mesa de la Unidad Democrática y de manera formal, la elección ¨preventiva¨ del candidato presidencial demócrata, no estaba más que reconociendo un hecho público, notorio y comunicacional: Venezuela está en emergencia, nos encontramos en medio de un verdadero accidente llamado socialismo, el socialismo en gobierno.
Porque el socialismo ha representado para Venezuela un suceso eventual que altera el orden regular de las cosas. Ese orden no era otro que la natural evolución de nuestro proceso democrático reiniciado en 1958 hasta el 2 de febrero de 1999 con la toma de posesión del teniente coronel Hugo Chávez. 
Tal es su naturaleza accidental cuando es solo a partir de diciembre de 2006 que el régimen gobernante se atrevió a mostrar su naturaleza socialista, no antes. No por casualidad, el socialismo en gobierno siempre ha devenido en tragedia para los pueblos que a él se someten, de allí la necesidad imperiosa de sus líderes por mentir y violentar a modo de acceder el poder, y solo entonces exponen su verdad. Así fue en la Cuba de los Castro, igual hoy en la Venezuela de Hugo Chávez.
Sin embargo la patria de Simón Bolívar tiene esperanzas: La unidad nacional contra la esclavitud socialista. Es el caso, que la negativa a designar la Junta Médica constitucional que certifique la capacidad del teniente coronel socialista para gobernar, por parte del régimen de facto hoy en el poder, indica a las claras que no tenemos presidente de la República. Ante la inminencia de tal comprobación vista la creciente presión política en tal sentido, sobremanera la ejercida por el movimiento estudiantil, resultará perentoria la celebración de nuevos comicios presidenciales.
Es allí cuando cobra gran importancia la antedicha propuesta de la Democracia Cristiana en Venezuela, para (...) ¨escoger un líder que construya una nueva mayoría, que se comprometa con la no reelección presidencial y con la tarjeta única¨ FUENTE: Prensa Copei 19/02/2013 y además tengan lugar unas elecciones "libres, universales, directas y secretas" como bien lo exigieron el pasado 20 de febrero al menos 15 diputados de la Mesa de la Unidad Democrática cuando acudieron al Consejo Nacional Electoral para consignar una serie de peticiones ante el organismo electoral que garantice unas "condiciones igualitarias" en tan importante materia.
Lo anterior amerita ciertamente el contar con una candidatura presidencial demócrata de signo muy distinto a lo que hemos visto durante los pasados 14 años. Nuestro próximo abanderado de la unidad nacional contra el socialismo esclavista debe contar de inicio con la suficiente autoridad moral que aunado a su valentía le permita ¨llamar las cosas por su nombre¨, paso ineluctable si pretende vencer a una tiranía que no sabe ¨jugar limpio¨.
Venezuela es hoy en día un pueblo atemorizado, que acostumbrado a la ¨vida fácil¨ del populismo basado en la renta petrolera, frente a un caos como el reinante continua negado a aceptar una realidad: trabajo, sudor y lágrimas, como única fórmula válida para recuperar la libertad.
Es allí donde nuestro candidato demócrata nacional tendrá su más compleja labor: enseñar al pueblo venezolano ese camino hacia la restauración constitucional, muy distinto al presente de fantasía que ofrece la tesis de la cohabitación. Necesitamos un liderazgo en la alternativa democrática que haga respetar la soberanía nacional comenzando por su natural vía de expresión: elecciones auténticas, conforme a la Constitución. ¡Abajo el Socialismo¡ ORA y LABORA.
caballeropercival@hotmail.com 


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NELSON CASTELLANO HERNÁNDEZ, SI SE PIERDE LA DEMOCRACIA

Cuando escuché a una joven decir con desfachatez que algo se había perdido, sin darle importancia al hecho, mi primera reacción fue responder, la cosa no se perdió, tú la perdiste.
La reflexión me llevó a establecer precisiones entre las diferentes formas de perder, se pierde un ser querido, algo que poseíamos, un concurso, la calma, peso, el camino, el hilo de la conversación, un autobús, el tiempo o la vida.
En todo caso se comprueba una constante, el individuo que sufre la perdida se ve privado de algo por un tiempo o definitivamente.
Por supuesto en la escala de valores unas cosas son más importantes que otras, no es lo mismo perder un hijo en manos de la delincuencia, que perder el beneficio de una misión por falta de la palanca política. Como no es lo mismo perder la libertad antes que perder la dignidad o perderse en una vida deshonesta y de servilismo a cambio de perder valores, principios y el camino correcto.
Para nadie es un secreto que Venezuela vive una crisis profunda, estamos divididos, hemos perdido el sentimiento de unidad nacional y ahora somos dos bandos. Hemos perdido el espacio público y recorremos la ciudad como un pasadizo, del sitio de trabajo o de estudio rápidamente a la casa para ponernos a salvo de la violencia que controla la calle.
Hemos perdido el respeto en las instituciones porque ya no creemos en la idoneidad de los funcionarios, quienes ejercen los cargos como fichas de un partido y no en representación de todos. Hemos perdido el respeto internacional porque nuestros representantes diplomáticos no son profesionales, sino agentes de un proyecto ideológico.
Así poco a poco hemos perdido el país en manos de una junta de facto, que está terminando el trabajo de entregarlo en las manos de los Castro.
Queda poco tiempo y poco espacio para salvar la democracia venezolana y quien lo dude que reflexione un instante.
¿Tiene el ciudadano verdaderos mecanismos de control del poder que el mismo elige?, ¿es que nuestras elecciones son libres y sin ventajismo?
¿Tenemos un gobierno de mayorías que respete los derechos individuales?, o tenemos un gobierno centralizado todopoderoso.
¿Se respeta en Venezuela la libertad de expresión?, ¿cerraron o no a Radio Caracas?
Se han multado y perseguido periodistas y humoristas frente a todos nosotros.
Se han profanado sinagogas, ofendido e insultado ministros de la Iglesia católica, perseguido a predicadores evangélicos, a la luz pública.
Se han dictado condenas judiciales a través de emisiones televisivas, insultado jueces o sus sentencias, se ha despedido gente, se estigmatiza los estudiantes, sin ningún respeto a la constitución y las leyes.
Desde el poder se predica la violencia, la segregación y la discriminación. Se promueve la intolerancia y la violación de las normas, estableciendo ciudadanos de primera y de segunda.
En Venezuela no hay debate público, consenso, consultas ni participación, tan solo mentiras, elucubraciones, disimulo, fotos falsas y la imposición por la fuerza del poder y el control de las armas.
Cuando se pierde el pluralismo y el respeto a las diferencias, se pierde el alma de la Democracia. Cuando se pierde el diálogo se empobrece y reduce al ser humano.
Si perdemos lo que caracteriza la democracia, a saber la libertad de expresión, la libertad de conciencia, la libertad de elegir y la libertad de creer, se está simplemente perdiendo la libertad.
Si perdemos la democracia lo que nos espera es la rabia, la impotencia, los sentimientos encontrados por no haber reaccionado a tiempo, las lamentaciones por lo injusto de la vida y por los errores cometidos.
No será repartiendo culpas de lo que se hizo o se dejó de hacer que nos salvaremos de la debacle. No será divididos o con partidos que están pensando primero en ellos y su grupo, que lograremos detener la arrogancia, el insulto, el atropello, la trampa, las decisiones judiciales amañadas o las balas.
Si no hacemos algo aquí y ahora solo nos quedará "El camino de las lágrimas".

Ex Cónsul de Venezuela en París
Presidente de Venezuela-Futura, Francia
nelsoncastellano@hotmail.com

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PILIN LEÓN, GOBIERNO DESGOBERNADO

Increíble que aún, luego de más de 2 meses, el tema de la ‘salud’ del comandante presidente Chávez siga siendo tema de primera línea, no solo en la prensa y medios venezolanos, sino en muchos más a nivel internacional.
Y es que hasta el momento no se tiene, a pesar de tantas y tantas líneas escritas, ninguna certeza del estado real de su salud.
Siguen las declaraciones etéreas, por así decirlo, de los jefes chavistas con acceso al enfermo. Frases como “está superando la gravedad” o “el compromiso de sus pulmones es importante” es lo más cercano a un reporte médico que se ha dado.
Nadie, exceptuando al Vicepresidente, el Presidente de la Asamblea Nacional, sus hijos y los Castro lo han visto. Evo Morales hizo el intento y ahora Correa dice que lo visitará tal vez con la misma suerte: no lo dejarán ver.
Ante tanta incertidumbre, lo único que se le ocurre a Maduro es declarar reuniones de más de 5 horas (con un paciente de semejante gravedad), versión que fue muy fácilmente desmontada por uno de los dirigentes opositores al demostrar que dicha visita no duró más de una hora.
Ahora también Diosdado Cabello (presidente de la Asamblea Nacional) asegura que el Comandante se podrá juramentar ante el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) cuando este lo decida, y a coro con el Vicepresidente asegura que Chávez está en plenas funciones como Presidente Constitucional. Dudo mucho de esta versión, creo más lo que a simple vista está. Un grupo, muy reducido eso sí, de jefes chavistas que están deshaciendo aún más un país golpeado por un gobierno absurdo y contradictorio.
Grave la mentira recurrente. Lo absurdo de la fijación por el poder que lleva a querer engañar, no solo a los adversarios, sino a toda la fiel masa que desde sus inicios ha seguido a Chávez, no solo como proyecto político, sino casi como una religión, por lo que se les hace difícil cuestionarlo, criticar o ver más allá de las frases bien trabajadas para aumentar el mito.
Es por eso que el misterio, bien manejado, asesorado maliciosamente por los Castro, sigue al pie de la letra la máxima de hacer de la figura del Comandante convaleciente un mito, una religión, una Evita Perón de tiempos más modernos, con el único propósito de perpetuar el proyecto de apoderarse de un país, para beneficio de unos pocos, entre ellos los hegemónicos gobernantes de Cuba.
Devaluación, inflación, récords de violencia, motines carcelarios y desabastecimiento son signos que ha marcado este absurdo gobierno, desgobernado por el convaleciente y llevado por los pelos por su descendencia política.
pilinleon@gmail.com

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RUTH CAPRILES, CONTRA INFORMACIÓN

Uno no entiende esa psicología torcida del poder, pero es característica de los regímenes totalitarios, especialmente del comunismo y afines. Actores de, por y para las tinieblas
Que si vino en la madrugada, en camilla o dentro de un cajón; que si lo llevaron al hospital o al refrigerador; no, al Fuerte; no, a Barinas; si está mal, o bien; que si hay un movimiento del ministro o del Alto Mando; que si la norma es para hoy pero será otra mañana; si quien manda es el títere o ¿donde está el que debe mandar? Si gobierna vía satelital, digital o telepática. ¿O manda el espíritu inmanente de la revolución? Si es desgobierno o sobre gobierno; blanco o negro, bueno o malo, legal o ilegal, verdad o mentira. Y sobre todo, ¿a quién carrizo sirve lo que parece ser bueno para nadie?
Entre todas esas versiones hay algunas verdades contundentes: el tipo no está y esto es un bochinche.
Es una ley de la cibernética que demasiada información transmitida se convierte en ruido.
La contra información es el ejercicio subversivo de esa ley; combate mediante la difusión de múltiples mensajes contradictorios, sobre un mismo tema obsesivo, para que la verdad no se conozca; pase como una mentira más.
Uno no entiende esa psicología torcida del poder, pero es característica de los regímenes totalitarios, especialmente del comunismo y afines. Actores de, por y para las tinieblas.
Más difícil de entender es cómo el "masaje" de la propaganda y la contra información sediciosa nos convierte, ciudadanos incautos, en canales al infinito para la transmisión del ruido que los seres oscuros provocan. Resultamos transmisores gratis de la incertidumbre y la mentira. ¿Para qué necesitamos la televisión digital? Nosotros mismos somos el medio del masaje comunicacional oficial. Darse cuenta de esto quizá permitiría empezar a liberarnos. ¡Basta! ¡Déjenme en paz!
Y a otra cosa, pues es otra ley que el mensaje monótono adormece y no puede competir con el swapping. Dejémoslos atapusar sus canales con mentiras que convertirán su mensaje en ruido. Y dejemos a la gloriosa sociedad de mercado hacer lo suyo para multiplicar los canales y encontrar las verdades de las sociedades abiertas.
ruthcapriles@yahoo.com

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FRANCISCO JOSÉ VIRTUOSO SJ., INCERTIDUMBRE

La incertidumbre crece y se convierte en misterio. Las explicaciones más que aclarar oscurecen. Información y Constitución se han convertido en nuestras primeras necesidades
Nos gobierna la incertidumbre. Pareciera que aquel personaje estrambótico de las aventuras de Batman y Robin-"el acertijo"-hubiera tomado las riendas de nuestro destino político. Su estrategia de acción, un tanto macabra, consistía en enfrentar a sus potenciales víctimas con la resolución de un determinado acertijo. Si lo resolvía podía salvarse de la celada, de lo contrario moriría en la emboscada.
La forma como ha sido manejada la enfermedad del Presidente de la República y su ausencia del cargo, ha convertido al gobierno en un ente abstracto, confuso, con varias cabezas, bajo la supuesta justificación constitucional, de la "continuidad administrativa." Si tuviéramos en el país una real separación de Poderes Públicos, en donde cada uno de ellos en su rama respectiva ejerce una direccionalidad plena de los asuntos de su competencia, quizás la crisis del Ejecutivo pudiera sobrellevarse en los hombros de ellos. Pero resulta que en Venezuela, se ha estructurado un régimen político dependiente totalmente del Poder Ejecutivo Nacional y éste se ha ejercido personalísimamente por quien lo ha detentado en los últimos años. De tal manera que ausente el presidente Chávez de la escena, no sólo el gobierno sino el Estado entero pareciera caminar sin rienda.
La salud del presidente Chávez se ha manejado en el más estricto secreto, disfrazándolo con comunicados oficiales que nos dejan con más duda que información. La consecuencia lógica ha sido la proliferación de todo tipo de rumores que oscurecen más la incertidumbre. Como además, la cúpula del poder político optó por manejar la crisis fuera de lo pautado en la Constitución, quitando la hoja de ruta para este tipo de casos excepcionales, se nos ha obligado a vivir adivinando qué ocurrirá en el corto y mediano plazo, haciendo uso del único supuesto posible que es ponerse en la cabeza de los que manejan los hilos del poder y sus intereses. Nos hemos vuelto expertos en construir escenarios en base a hipótesis y vaticinios. El deporte favorito de la vida nacional es jugar al acertijo.
Es un derecho ciudadano, constitucionalmente establecido, contar información oportuna y veraz de todos los órganos del Estado. Este derecho, entre otros, garantiza que el poder se distribuya equitativamente porque permite un ejercicio real de participación en pie de igualdad, se favorecen también las posibilidades de cooperación constructiva de la sociedad en la resolución de los problemas que a todos nos aquejan.
La incertidumbre crece y se convierte en misterio. Las explicaciones más que aclarar oscurecen. Información y Constitución se han convertido en nuestras primeras necesidades.
fjvirtuoso@ucab.edu.ve

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PACIANO J.PADRÓN V., PERLITAS: LO LEÍ, NO ME LO CONTARON (Nº 352),

v “A la revolución cubana la mantiene el dólar venezolano”, y como contraprestación, ellos gobiernan a Venezuela.
v “La sucesión Fidel-Raúl fue lenta para garantizarla”. En Venezuela aplican la misma dosis para el paso Chávez-Maduro.
v “Devaluado el bolívar fuerte, lo que tenemos es un bolivita” que devalúa nuestra calidad de vida.
v “Venezuela es el país de la OPEP que más devalúa la moneda”, y que más devalúa a su gente.
v “Aumento de combustible toca a la puerta”, “la gasolina pudiera echarle más leña al fuego”.
v “La situación de Chávez es una tragedia nacional”. La tragedia tiene 14 años.
v “Venezuela tiene derecho a un presidente hábil para gobernar”, no a uno que como muerto sea manejado por los Castro.
v “Para el gobierno de las excusas, los culpables del desabastecimiento son los consumidores”. Porfa, la próxima de vaquero.
v “Chávez está en fase terminal irreversible”. Si el régimen no lo desmiente, el silencio lo confirma.
v “Si está hábil para gobernar, cómo es que no está hábil para juramentarse”. Fuera las manos de los Castro.
v “El presupuesto familiar se resiente con el alza de precios”, “las clases media y pobre son las más afectadas.
v “Sube matrícula de planteles privados”, y el régimen castro-comunista de Maduro, palo con ellas.
v “Devaluar es reconocer la depreciación ya ocurrida de la moneda”, depreciación por malas políticas económicas”.
v “Maduro: No podemos fallarle a Chávez”, no obstante que Chávez y sus chicos le fallaron a Venezuela.
v “Oficialistas pedirán que se investigue a Cadivi”, “así se afecte al gobierno o a empresarios”. Bravo, un buen paso.
v “Oposición contra ventajismo electoral”. Ya basta de atropellos y uso indebido y delictual de bienes públicos.
v “Este régimen es de emboscadas, guerra sucia, engaños, trucos y retrucos”. Ya basta, no me la calo más.
v “Oposición toma la calle”, que las tome y no las deje hasta que cese el atropello castro-comunista.
v “El poder niega la muerte y la muerte niega el poder”. Los días pasan, la verdad florece.

E-Mail: pacianopadron@gmail.com
Twitter: @padronpaciano

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THAYS PEÑALVER EL PAQUETAZO Y EL ESPONTÁNEO CARACAZO

Siempre creí que el Caracazo, que ayer cumplió 24 años, fue espontáneo. Aunque nunca me tragué el cuentazo de que todo comenzó cuando una señora de Guarenas se negó a pagar el aumento del pasaje y fue bajada del "por puesto", surgiendo la leyenda de la lucha espontánea contra el neoliberalismo salvaje. 
Tampoco que: "el detonante fue el paquete neoliberal de los IESA Boys" (En alusión a los Chicago Boys chilenos) o que: "fue un Plan de Ajustes, pero que CAP cometió un gran error al no explicarlo". 
No fue sino hasta que leí "El Estado Idiota" (Reuters Market Data System RMDS 2012) que conocí la verdad.
En este libro, se puede leer detalladamente cómo la palabra "Paquetazo" surgió como un invento de los revolucionarios internacionales a partir de 1980 cuando "Castro dejó de apoyarse en los partidos comunistas" y buscó la lucha contra el FMI como proyecto  (Caballero 1987). 
Y así saltaron los "espontáneos" a la calle a matar en Ecuador cuando Hurtado aplicó el "Plan de Ajuste", que llevó al Estado de Emergencia y la suspensión de garantías. Igual de espontáneos que los de México en 1981 o los de 1982 cuando el "Paquetazo fondomonetarista" de Belaúnde en Perú, que causó el Estado de Sitio y decenas de muertos. 
La realidad, que me heló la sangre, fue leer la prensa de la época donde aseguraban que el error de Belaúnde "fue no explicar las medidas" o que "apuntó a hacer concesiones a los émulos criollos de los Chicago Boys" (Pág. 273).
Fueron los mismos espontáneos que saltaron a incendiar cientos de locales y a matar en Costa Rica cuando Monge anunció el Plan de Estabilización o los que al año siguiente asesinaron en Brasil por la aplicación del "Paquete del FMI", causando el Estado de Sitio de Figueiredo.
Los mismos que en abril de 1984 saquearon mil locales y costó más de 600 muertos, heridos y 5.000 detenidos en R. Dominicana cuando se llegó al acuerdo con el FMI. Mientras ya Fidel contentísimo explicaba que era: "posible que un estallido social derive hacia una revolución: 
Estallidos sociales generalizados de carácter más bien revolucionario". Como el de Santo Domingo donde: "se produjo un estallido social; no un estallido catastrófico todavía para el sistema". (Castro dixit).
Al mismo tiempo de quienes negaban ser de "las brigadas de choque anti FMI" en el Chile de 1984 que causó el Estado de Sitio o los de Jamaica también ese mismo año. Los de El Salvador, que en lo que Duarte llegó al acuerdo de "estabilización" con el FMI, asaltaron locales y causaron los muertos. Siempre tan espontáneos como los que saltaron a la calle a quemar locales en Honduras o en Guatemala cuando Cerezo llegó al acuerdo de "reordenamiento económico" y el aumento de la gasolina del "paquetazo impuesto por el FMI".
Y así llegó Carlos Andrés con "supina idiotez" (es genial como lo narra el autor), mientras ardían "espontáneamente" Rabat, Túnez, Lusaka, Cairo, Nueva Delhi, Karthoum, y 11 ciudades (Walton 1996), bajo el Plan del "puño único contra el FMI" diseñado por los revolucionarios, en el punto álgido de la guerra fría.
Terminaron haciendo sancocho, con el Gocho del 88, quien sin tener idea de la magnitud de lo que pasaba mundialmente, trató nada menos que explicar un "paquetazo" "neoliberal salvaje", de sus "IESA (Chicago) Boys" mientras los mismos espontáneos que incendiaron 35 países, lo esperaban con los fósforos en las manos para finalmente lograr el tan ansiado "estallido catastrófico para el sistema". 
Fue un Caracazo tan espontáneo como el Bogotazo, el Rosariazo, el Cordobazo, el Limazo, el Santiagazo, el Ibañazo (Chile) y las decenas de movimientos terminados en AZO, en los que siempre se negó la autoría de revolucionarios, por más pruebas de sus milicias, bombas y francotiradores.
A 24 años del Caracazo aún recuerdo los rostros de los familiares de las víctimas, las exhumaciones en La Peste junto al juez Saúl Ron, aquella fosa común donde se apilaban venezolanos inocentes, incluidas mujeres, ancianos y niños. Aún hoy la incasable Cofavic dirigida por la valiente Liliana Ortega y los familiares de las víctimas de los dos bandos profundamente irresponsables, esperan que se haga justicia.
Finalmente entiendo porqué cada vez que lanzan un Paquetazo, acusan a la oposición de tener un "plan secreto" para incendiar el país (el ladrón juzga por su condición). Bien dijo Capriles, siéntanse tranquilos que no habrá nunca más un 27F. Mientras, seguimos leyendo noticias como está: "en Guarenas aumentaron ilegalmente el 40% del pasaje", agarraron "fuera de base a los usuarios, quienes pese a su descontento, se vieron obligados a pagar" luego de que los conductores "exigieran a muchos bajarse de la unidad" (Indepabis 2012). La explicación es muy sencilla, por más molestos que estén por el aumento ilegal del pasaje o frustrados por la corrupción, la devaluación, la inflación o el grosero endeudamiento, nadie saldrá a las calles, porque los "movimientos espontáneos", todos sabemos dónde están y para quiénes trabajan hoy.

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EL CARACAZO
NI FUE ESPONTANEO 
NI FUE SOLO EN VENEZUELA

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CARLOS JULIO PEÑALOZA, LA VERDAD SOBRE EL CARACAZO, FEB 27


En su visita a Venezuela para la toma de posesión de Carlos Andrés Pérez en 1989, Fidel Castro llegó con 300 hombres y un enorme volumen de armamento. Gente del entorno de Pérez le ayudó a actuar libremente, lo cual Fidel aprovechó para preparar la toma del poder a partir de la insurrección popular que se esperaba y que efectivamente estalló el 27 de febrero.
Durante la segunda mitad de 1988 se comentaba en susurros entre los operadores de inteligencia que algo “serio y grande” iba a pasar en Venezuela debido a la terrible situación económica que atravesaba el país. Los bajos precios del petróleo y las graves acusaciones de corrupción creaban un ambiente pre-insurreccional. Las elecciones presidenciales y las celebraciones navideñas bajaron un poco la tensión en diciembre. Aun así, durante ese mes la DISIP y la DIM alertaron de nuevo al presidente Lusinchi sobre la posibilidad de un estallido social. El incremento del trasiego clandestino de armas por parte de grupos subversivos de extrema izquierda y la detección de comunicaciones en clave por parte de oficiales sospechosos de pertenecer a la logia militar que Fidel había infiltrado eran signos preocupantes. Para Lusinchi fue un alivio entregar la banda presidencial a Carlos Andrés Pérez el 2 de febrero de 1989.
La “coronación”, como se llamó la fastuosa ceremonia de investidura, fue una ofensa para el empobrecido pueblo llano. Pero CAP estaba eufórico y tenía grandes planes. La presencia de importantes líderes internacionales le indicaba que aun tenía peso mundial. Ni la presencia de Fidel Castro le robó el show. Pero Fidel tenía otras preocupaciones. Estaba perdiendo el apoyo soviético y necesitaba ayuda de Venezuela. CAP le dio largas y Fidel no se mostró muy feliz con el trato recibido. Al líder cubano le quedo claro que había que recurrir al plan alterno que implicaba adelantar el golpe cuartelario que venía preparando por varios años, reemplazándolo por una operación cívico militar aprovechando la inminente explosión popular que se vaticinaba.
A fin de apertrechar y fortalecer las fuerzas insurreccionales Fidel vino acompañado por más de 300 personas en tres aviones de la aerolínea cubana. Este excesivo séquito que supuestamente venía a la coronación, en realidad tenía una función de logística militar. Gracias a coordinaciones con agentes en el alto gobierno la comitiva y su carga mortal pasaron sin chequeo por la aduana de Maiquetía con un lote de pesadas cajas. El manifiesto de embarque revelaba que contenían armas para el equipo de seguridad de Fidel. De acuerdo con el volumen el equipo de seguridad debería estar compuesto por más de 280 personas, lo cual pareció excesivo al encargado de la aduana. Al chequear con su supervisor fue informado que había instrucciones de dos ministros de CAP y de su jefe de seguridad civil de no revisar el equipaje.
La comitiva de Fidel se acuarteló en el hotel Eurobuilding. Dos días antes el G2 cubano había tomado el control de la seguridad del edificio. Ese hotel fue por una semana territorio cubano en Venezuela y todos sus accesos eran controlados por fuerzas de seguridad fidelistas. Inclusive el personal de cocina y de limpieza fue traído expresamente de Cuba. El único venezolano en esas instalaciones fue el general Herminio Fuenmayor, quien por propia solicitud había sido nombrado por CAP edecán venezolano del dictador. Fuenmayor fue mantenido bien entretenido por la gente de Fidel y sus informes a CAP nunca revelaron nada irregular en la delegación cubana.
Las informaciones obtenidas a nivel de inteligencia indican que durante su permanencia en Caracas, Fidel sostuvo varias reuniones secretas. Estaba angustiado ante la pérdida del apoyo soviético y necesita urgentemente otra fuente de ingresos. Hasta ahora todos los intentos que había hecho para apoderarse de Venezuela habían fracasado -los alzamientos militares de Carúpano y Puerto Cabello, la guerrilla urbana, la guerrilla rural. Ante el éxito de la pacificación realizada por Caldera en los años 70, decidió volver al punto de partida penetrando poco a poco al Ejército. Este plan era de largo plazo. Para tomar el gobierno había que esperar que hubiese cierto número de infiltrados en comando de tropas.
El G2 tenía penetrada a la DISIP y a la DIM. Con la información provista por estos agentes y por los líderes locales de la izquierda insurreccional conocieron la inminencia de un estallido social en Venezuela. Antes de salir de Cuba Fidel fue informado que el estallido era inevitable por las medidas económicas neoliberales que pensaba aplicar CAP. La idea alterna de aprovechar la revuelta popular, instigarla, promoverla y apoyarla con armas y otros insumos logísticos, empezó a tomar fuerza. De esa manera no habría que seguir esperando a que la logia estuviera lista para alzarse y los militares golpistas no tendrían demasiado poder.
Cuando el gobierno activara el Plan Ávila y concentrara las tropas en Caracas, los oficiales infiltrados se insubordinarían y se unirían a la protesta popular. El gobierno caería y se formaría una junta compuesta por militares infiltrados y lideres de izquierda radical. Este nuevo gobierno empezaría a trabajar para crear una confederación que uniera inicialmente a Cuba con Venezuela.

Esta idea se discutió en el Eurobuilding con algunos de los actores venezolanos en la rebelión. Caso de explotar la revuelta popular, la orden para ejecutar el plan seria dada por Fidel. A los políticos les gustó la idea, a los militares no. Alegaron que aun no tenía el control necesario en sus unidades. Los civiles arguyeron que no hacía falta todo el Ejército porque ellos tenían suficientes armas y podrían ser un freno para la porción del Ejército que se resistiera. A todas estas la visita de Fidel a Venezuela terminó. Nunca se supo si todos los cubanos que ingresaron se fueron ni si se llevaron todas las armas que trajeron.
Tres semanas después de la partida de los cubanos, el 27 de ese mismo mes, ocurrió el estallido. Los oficiales de la logia fueron sorprendidos al punto que no pudieron tomar ninguna acción para impedir que el Plan Ávila se pusiera en práctica. Los jefes civiles de la insurrección sorprendidos al ver la poblada tomar las calles pensaron que la orden de operaciones se había activado y empezaron a distribuir armas y municiones. Un disciplinado grupo de francotiradores, incluyendo cubanos, con armas de largo alcance y miras telescópicas, se apostaron en edificios y lugares elevados frente a Fuerte Tiuna para impedir la salida de unidades del Ejército hasta que les llegaran noticias que el control había pasado a manos de los insurrectos. Esta noticia nunca llegó.
Cuando el Ejército salió a la calle empezó a recibir fuego graneado de francotiradores desde edificios cercanos mientras en la calle se iniciaban anárquicos saqueos. Al llegar las tropas del Ejército a estos lugares fueron recibidos a tiros por infiltrados dentro de los saqueadores. Los soldados que habían salido a controlar una rutinaria misión de control de motines callejeros se encontraron con una operación de combate en localidades de envergadura. La fuerza enemiga era una guerrilla bien armada, organizada y disciplinada que se ocultaba tras los saqueadores y disparaba a matar. Los soldados reaccionaron con aplomo y respondieron como fueron entrenados. Es posible que en medio del combate se haya perdido la disciplina de fuego y se haya usado más violencia de la necesaria. En todo caso la paz fue restablecida, pero ocurrieron muchas bajas. Hubo muertos y heridos entre los guerrilleros y el Ejército, pero lamentablemente también entre los civiles que participaban en los saqueos o que transitaban por los alrededores. Poco a poco se impuso la superioridad de fuego de los militares y la paz fue restablecida.
La fusión de la economía venezolana con la cubana era la única esperanza de Fidel para seguir adelantando su magno proyecto de formar un imperio comunista en Hispanoamérica. La Unión Soviética le estaba retirando el apoyo económico que por décadas había mantenido en pie el régimen castrista y para seguir adelante el apoyo venezolano era indispensable.
Hoy, 22 años después, los derrotados el 27 de febrero detentan el poder en Venezuela. Desde allí promueven acusaciones contra los militares que dirigieron las operaciones en defensa del Estado. Estas acusaciones tienen un blanco equivocado. El promotor del “Plan B” fue Fidel. Los cabecillas de la insurrección popular estaban en alerta desde antes del 27F. Los combatientes estaban armados y sabían cuál era su misión. La orden era “tirar a matar”.
El plan se ejecutó por error de uno de los líderes comunistas quien al ver las manifestaciones de protesta popular pensó que la orden se había impartido iniciando la operación que produjo la masacre. Ante esta orden la guerrilla urbana salió al combate y fue la primera en abrir fuego. Las fuerzas armadas respondieron al ataque. Desde que ocurrió este trágico error los cubanos han tratado de desviar la atención culpando a las Fuerzas Armadas venezolanas del hecho. En esta oportunidad la contrainteligencia del G2 tiene la audacia de promover marchas conmemorativas en Caracas habiendo sido ellos los promotores de la violencia. De no haber salido a la calle las tropas de choque comunistas armadas y con orden de disparar no habría ocurrido la tragedia. La protesta popular habría podido ser canalizada y dominada sin pérdidas de vidas y la sangre no hubiera llegado al rio.
Entre los fallecidos estaba un buen amigo mío, el mayor Luis Felipe Acosta Carles. Sin yo saberlo, este oficial compañero de Chávez era a la vez parte importante de la conspiración. Luego me enteré que Chávez temía el ascendiente de este líder militar que era un guerrero de excepción. El día del Caracazo las unidades del Fuerte Tiuna que vigilaban el perímetro fueron relevados con cadetes de las Escuelas Militares. Los cadetes empezaron a ser hostigados con armas largas por francotiradores. Acosta se ofreció como voluntario para ir a tomar un nido de francotiradores que ponía en peligro a los cadetes. Los guerrilleros se habían instalado en un cerro frente a la alcabala de acceso del fuerte a la Carretera Panamericana. Acosta salió a cumplir su misión acompañado por una escuadra de soldados y dos suboficiales. Todo el personal portaba chalecos antibalas. En este intento Acosta perdió la vida cuando un balazo lo atravesó. Esto indica que el francotirador que lo abaleo usaba munición especial capaz de perforar chalecos antibalas. Chávez especula que el general Heinz lo mandó a matar. Este es un pésimo homenaje a quien fue uno de los mejores oficiales que conspiraron con él. Fueron las fuerzas controladas por Fidel las que asesinaron a Acosta. A todas estas Chávez que laboraba en Miraflores para la fecha dice que él estaba “enfermo” y no se reportó a su oficina.
Al Ejército se le ha acusado de actuar con exceso en el cumplimiento de esta misión. Es muy difícil definir qué pudo ser excesivo bajo el intenso fuego de francotiradores y terroristas armados que acompañaron al saqueo. Los conspiradores dentro del Ejército fueron tomados por sorpresa y no llegaron a actuar. Los civiles comunistas se emplearon a fondo pensando que el día “D” había llegado. Cuando se dieron cuenta que no era el caso ya estaban empeñados en combate y no había marcha atrás. Si hubo exceso, provino de ambos bandos y no puede haber un solo culpable.
Los mandos castrenses responsables por la operación, incluyendo a los generales Ítalo del Valle Alliegro, Manuel Heinz y otros agregados recientemente a esa lista, cumplieron la orden presidencial de aplicar el Plan Ávila. Este plan no preveía intensos combates callejeros contra fuerzas civiles bien armadas y organizadas. La operación asumía la existencia de manifestaciones populares desarmadas o con armas ligeras que habían desbordado a la policía. Estas situaciones son dominadas fácilmente por las fuerzas militares, pero el Caracazo fue un combate en localidades contra un grupo fuertemente armado. La culpa de la violencia fue de los comunistas que para tomar el poder enviaron al combate a ciudadanos entrenados con armas de fuego e instigaron al pueblo desarmado para que los acompañara. Este suceso puede ser calificado de muchas maneras, pero nunca como un acto “espontáneo”. Fue un acto fríamente calculado por Fidel y aceptado por los oficiales guerrilleros que lo pusieron en práctica.
Aunque no tuve mando de tropa en esa operación –era Jefe de Estado Mayor del Ejército-, quienes estaban al frente de las operaciones eran mis compañeros de generación o mis subalternos en alguna ocasión. Entre los combatientes que envió el ejército a las calles estaban los oficiales de la logia conspiradora y algunos de ellos dieron la orden in situ de disparar en defensa propia y para preservar la seguridad del Estado. Luego de los sucesos en el Estado Mayor evaluamos lo que había ocurrido, basándonos en informaciones concretas y llegamos a ciertas conclusiones. En esa experiencia fundamento esta nota escrita para la revista Zeta. Y por ese conocimiento considero que gracias a sus militares ese día Venezuela no perdió la libertad a manos de Fidel.
@genpenaloza
genpenaloza@gmail.com

MARIO IVÁN CARRATÚ MOLINA, ESTADO COMO FUERZA?, ESTADO COMO PODER? Y ESTADO COMO AUTORIDAD?, EL TURBIÓN DEL 27 DE FEBRERO DE 1989, CARTA A LOS CIUDADANOS XXI

Rememoremos:
Corría el año 1989, recién se había inaugurado la segunda administración, como Presidente, de Carlos Andrés Pérez; el país, el sistema democrático y las instituciones venían soportando, de manera incesante, violentos ataques mediáticos que buscaban influir en el imaginario colectivo, la matriz de opinión que degradaba la democracia como sistema y al mismo tiempo creaba una delicada y creciente opinión en el colectivo que insinuaba el rompimiento violento de la paz social, no solo de las clases populares, también en sectores de la institución militar.
         El Presidente Carlos Andrés Pérez intentaba por su parte, junto a su Consejo de Ministros, echar las bases de su programa de gobierno, que reorientara el modelo económico, hasta ahora dependiente de la política petrolera, que facilitase la transición hacia estadios más diversificados y menos susceptibles al vaivén e incertidumbre de los precios del crudo y sus derivados a nivel universal.
Desde el primer momento esta nueva direccionalidad de la política económica tuvo virulentos rechazos de las elites sociopolíticas, de los partidos políticos, del empresariado, del sector financiero, económico y mediático de la Nación. La matriz que se generaba era amenazante, incluía además, desestabilización, violencia social y política, y por si fuera poco, traspasó los vetustos muros políticos de la institución militar. Para nadie es un secreto como se volatilizó este rechazo cuyo centro de gravedad desestabilizador fueron simultáneamente con punto focal en: la población y las Fuerzas Armadas.
Por cierto, las Fuerzas Armadas siempre fueron objeto de penetración ideológica, y Venezuela, siempre, desde 1959, fue penetrada por el Estado Cubano; la revolución guevarista que la Unión Soviética había establecido como parte de un osado plan, como objetivo en Suramérica, durante el conflicto este-oeste. 
         No solo era Carlos Andrés Pérez el objetivo político y con él la destrucción de la Democracia Venezolana, el pretexto fue el Modelo Económico y las reformas que este implementaría, de allí su nombre descalificador de “paquete neoliberal”. También se resentían por la pérdida de cuotas de poder, de los grandes negocios y otros beneficios directos, las cuotas de poder y la capacidad de influir en las grandes decisiones del gobierno recién inaugurado el 2 de febrero de 1989.
El ardid detonador fue el mediecito del incremento de la gasolina en una economía quebrada que solo tenía 300 millones de dólares en reserva y una cuantiosa obligación por pago de la deuda externa.
Se planificó, activó y ejecutó un macabro plan de insurgencia civil, el 27 de febrero es fijado como día H; el presidente Carlos Andrés Pérez se hallaba en Barquisimeto. Así pues estallan la violencia descentralizada en Caracas y algunas ciudades del interior. Luego de dos (2) días de violentas manifestaciones armadas, fueron reprimidas primero por la policía y luego por la Guardia Nacional, se da la orden, a pedido de la autoridad civil, para la activación del Plan Ávila, se trasladan efectivos del ejército desde el interior para tratar de controlar la poblada que estaba en la calle saqueando y generando mucha violencia, y de francotiradores apostados en las alturas de edificaciones atacando a los efectivos militares. Esto se hizo después de consultar muchas opiniones y decretar el estado de emergencia que dictaba la constitución de 1961.
         No se puede ocultar al referirnos a estos actos desestabilizadores y vandálicos que luego se sucedieron, fueron factor muy importante y determinante los grupos radicales. Entre ellos se evidenció la detención de activistas políticos, algunos miembros del actual gobierno y hasta en la oposición, quienes planificaron, activaron y ejecutaron los planes de saqueos a distintos comercios en Caracas. No solo fueron los Céntricos negocios, lo más grave es que no quedó una bodega en pie en el este de Caracas. Muchos de ellos personas de relieve en el actual proceso, lo importante es la verdad y no el maniqueísmo desatado para tergiversar lo sucedido.
         El objetivo y propósito político fue el de producir, como en efecto se logró,  una ola desestabilizadora desde los sectores populares del país, con ello, se buscaba igualmente, debilitar al gobierno, hacer impopular sus decisiones políticas y económicas, sin que estas hubiesen llegado a impactar al colectivo. Repito, el objetivo era producir un evento político, social y militar de proporciones inmanejables para precipitar la ingobernabilidad y acelerar la salida del Poder de Carlos Andrés Pérez, tal y como ocurrió en mayo de 1993.
         Las acciones iniciales fueron de extrema violencia civil y armada con el empleo de francotiradores, prácticamente imposible controlar por la Policía Metropolitana y la Guardia Nacional, el recalentamiento inducido fue más fuerte en El  Valle, donde se disparaba desde las azoteas de los edificios y casas aledañas, con blanco referido a los policías, guardias nacionales y efectivos del Plan Ávila, igualmente sobre Fuerte Tiuna, Palacio de Miraflores, Avenida Sucre, San Martin, San Bernardino y Guarenas entre otros.
        Fue muy lamentable, y aun hoy lo sigue siendo, el balance de fallecidos, heridos y pérdidas materiales. Pero también lo es el efecto sembrado en el imaginario ciudadano caracterizado por el temor, desconfianza y credibilidad en las autoridades y funciones que conforman la estructura del Estado venezolano.
Surgen las preguntas, que nadie, hoy por hoy, desea responder:
¿Cómo racionalizar, a la luz de nuestra crítica e ilegítima realidad de gobierno, al concepto político del Estado como Fuerza, Estado como Poder y Estado como Autoridad?.
¿Cómo podía el Estado, defender a los ciudadanos, proteger sus propiedades y otros bienes, ante la violencia política, programada y ejecutada por factores radicales y que desde entonces nadie ha querido investigar y responsabilizar a los actores materiales?. Tal y como lo solicita  La Corte Internacional
¿Qué respuesta tendría el Gobierno actual, de precipitarse alguna forma de violencia civil como la ocurrida en 1989, y con cuál autoridad, fuerza y poder intervendría?
EL TURBIÓN DEL 27 DE FEBRERO DE 1989
Humberto Cuenca, eminente procesalista y fundador de la escuela de comunicación social de la UCV, recomendaba a sus alumnos acudir a las hemerotecas y no a las bibliotecas para entender y reconstruir los hechos del ayer, pues las notas de prensa carecían, publicadas en caliente, de improntas que desfiguran o tergiversan los sucesos acaecidos.
Para quienes solo conocen los relatos de oídas, cuesta mucho saber qué fue realmente lo que aconteció el 27 de Febrero de 1989, ¿Por qué se desató el mismo? y ¿Por qué las fuerzas armadas en cumplimiento de su deber constitucional debieron actuar con firmeza?...
Sobre estos tópicos siempre recibimos una información amañada, ideologizada y enmarcada dentro de un maniqueísmo donde en mayor proporción, y gracias a la propaganda marxista, los malos fueron los miembros de las Fuerzas Armadas y los buenos los saqueadores.
Es necesario dejar claro que el “Plan Ávila”, ordenado por el Presidente, “quien como Comandante en Jefe es garante institucional de la Paz social y Seguridad de todos los venezolanos, así como de sus bienes”, para su aplicación, a través de su órgano constitucional, es un instrumento para el uso organizado del poder militar en situaciones agravadas de conmoción nacional del orden público en la capital de la República y áreas aledañas.
Constituye una previsión para la distribución adecuada de recursos humanos, materiales y organizacionales, diseñado en forma centralizada y de ejecución descentralizada. Dentro del mismo, si bien es cierto que el Ministro de la Defensa es a la vez el Comandante de la Guarnición del Distrito Federal, por tratarse de ser el oficial más antiguo con mando, su participación como órgano de ejecución se materializa en las instrucciones para la puesta en ejecución del mencionado plan por parte de los responsables designados por los comandantes de Fuerza, en cada una de las áreas de operaciones.
Las bases para la actuación en el restablecimiento del orden público alterado es el Reglamento de Servicio en Guarnición, en cuyo texto se indican claramente las acciones progresivas que han de realizarse en cada circunstancia y siempre en base a la proporcionalidad.
No existiendo una orden escrita del Ministro de la Defensa para que las tropas hagan uso de las armas, y siendo reconocida la necesidad de la utilización de las Fuerzas Armadas  para controlar los desórdenes y restaurar la paz social alterada, y habiéndose procedido en consecuencia a poner en funcionamiento el instrumento idóneo para esa participación militar; debió la Fiscalía cumplir exhaustivamente su obligación de investigar las muertes en forma individual, identificando a los fallecidos, las circunstancias particulares de cada caso y quiénes fueron los presuntos responsables, y no limitarse a hacer conjeturas sin ningún basamento ni probanzas, atribuyendo dicha responsabilidad al Alto Mando (Ministro de la Defensa y Comandantes de Zona).
Decir que el Caracazo se centró en actos de saqueos y pillaje armado no es desacertado ni descabellado, y mucho menos ofensivo para nadie, dado que los hechos lo confirman. Así tenemos:
       ¿Cómo se puede olvidar la desaparición total del Centro Comercial Anauco en San Bernardino como consecuencia de los saqueos? ¿Puede catalogarse este acto vandálico y de pillaje como manifestación pacífica?
       Lo sucedido en el Centro Comercial el Márquez como consecuencia también de  los saqueos. El Ministerio Público debería haber conducido una averiguación de cuál fue el comportamiento de las tropas, preguntándole a los habitantes de los edificios colindantes a dicho centro cuáles eran sus temores y si aplaudieron y atendieron a los soldados, que fue la única manera de calmar su miedo por el temor de que fuesen asaltados también sus hogares.
       ¿Qué sucedió en Terrazas del Ávila? Sus habitantes, como las tropas no habían hecho acto de presencia por no estar el Plan Ávila implementado, constituyeron comités de defensa de su urbanización, y aquellos que tenían armas de fuego las usaron intercambiando disparos con los asediantes. ¿Cuántas vidas se perdieron? ¿Es este un acto de manifestación pacífica o vandalismo?
       Recuerda el Honorable Ministerio Público cómo quedó la céntrica avenida Lecuna, como consecuencias de los saqueos. ¿Es este un acto de manifestación pacífica o vandalismo?
       Recuerda el Ministerio Público las célebres organizaciones actuantes de motorizados portando chalecos de color amarillo que tenían como misión con herramientas apropiadas romper las diferentes santa maría de los locales comerciales y detrás de ellos llegaban los saqueadores. ¿Es este un acto espontáneo y pacífico o vandálico y organizado?
       Lo sucedido en la avenida Andrés Bello con los almacenes de los empleados públicos que fueron totalmente saqueados y entre las pérdidas emblemáticas está la desaparición de diez mil (10.000) cajas de whisky. Cabe la misma pregunta ¿Es este un acto espontáneo y pacífico o vandálico y organizado?
       La destrucción del Centro Comercial La Florida en Chapellín donde se produjeron los mismos efectos. Y así tantos otros de los cuales el Ministerio Público debe tener conocimiento.
Finalmente, surgen preguntas ineludibles: ¿se ha determinado jurídica, forense y policialmente, qué factores políticos (nacionales o extranjeros) pudieran haber estado involucrados material e intelectualmente?, ¿Qué acciones de carácter disuasivo y de negociación pudieran haber sido efectivas ante la violencia y caos que sucedía de manera exponencial?
Por lo tanto si los hechos del 27 de febrero y días sucesivos hubieran revertido carácter político o de acoso al gobierno de la época, habrían sido atacadas instalaciones públicas y privadas, sede de partidos políticos, organizaciones económicas e industriales etc, etc.; pero ninguna de ellas resultaron afectadas por los manifestantes si se hubiese tratado de unos disturbios como en menor medida ocurrían en aquella época en la ciudad de Caracas, hubiera bastado la acción de las llamadas Fuerzas de Seguridad del Estado para subsanar el problema. Por ello resulta inconcebible que hoy en día se tergiversen los hechos y que la acción de Las Fuerzas Armadas, que salvó a la ciudad de Caracas de una barbarie incontrolada, sea motivo de acusación para los mandos que cumplieron entonces a plena cabalidad con su deber.
Es necesario plantearse: ¿Qué hubiera sucedido de dejar que los acontecimientos se acrecentaran ante la inacción de los Organismos de Seguridad del Estado? ¿El Ministerio Público se lo habrá planteado alguna vez de acuerdo a lo que prescribe una lógica elemental de los hechos y su análisis? De estos hechos que sumergieron a la ciudad de Caracas en el estado de caos más absoluto durante aquellos infaustos días que ya la historia registra como el “Caracazo”.
Para concluir quiero hacer referencia a un hecho histórico: En el 412, cuando Alarico saqueó con sus tropas la ciudad de Roma, San Agustín pronunció uno de los discursos más famosos de la historia y que tituló “SOBRE LA DESTRUCCIÓN DE LA CIUDAD”. De “urbis excidio” sonaba en latín. Hubo pues un Alarico que pasó a la historia encabezando una de las acciones más bárbaras de que se tiene noticia para destruir a una ciudad. En el Caracazo no hubo un Alarico visible que encabezara la acción destructiva, hubo cientos de Alarico que con sus acciones, no sabemos, de no haber sido detenidos a tiempo, cuál hubiese sido el destino de los pobladores de Caracas.
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