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viernes, 18 de enero de 2008

*RAUL BADUEL: "DEJAR QUE LOS CIUDADANOS VENEZOLANOS DIBUJEN SU DESTINO EN UNA ASAMBLEA CONSTITUYENTE"


*RAUL BADUEL: "DEJAR QUE LOS CIUDADANOS VENEZOLANOS DIBUJEN SU DESTINO EN UNA ASAMBLEA CONSTITUYENTE "

Esta Propuesta debe ser leída y analizada y sacar sus propias conclusiones.

Contenido:

"Quiero iniciar este escrito presentando disculpas a ustedes, que me han tenido paciencia, esperando todo este tiempo para saber sobre lo que le propongo al país, liberando mi conciencia como lo he hecho siempre de las responsabilidades que tengo ante Dios y mi familia. Pido a Dios me permita la fortaleza de decir la verdad a los poderosos siempre sin temor y la verdad a todos los que me escuchan para no defraudar sus convicciones, sobre todo si colocan en primer lugar a la Nación.

Nuestro país debe reconciliarse, ciertamente, pero no hablar de reconciliación como un mero discurso demagógico para ganar tiempo y hacer campaña. La reconciliación no se decreta ni en las parejas, no basta con decirlo, hay que pasar a la acción, es un puente que hay que construir y por tanto debe haber un método, unos materiales y un personal dispuesto a hacerlo realidad. Donde esta presentado ese mecanismo, esos hombres y ese proyecto o material por parte de los que dicen que es necesario y que llaman a reconciliarnos?, es mera retórica. Lo que propongo hoy va más allá de eso, planteo la la forma efectiva de reconciliarnos, de protegernos todos y la preparación para lo que se avecina con tiempo.

Con la aprobación del Plan de Desarrollo Económico y Social de la Nación 2007-2013 el pasado 13 de Diciembre de este año, comienza el cumplimiento del primer paso de lo que temíamos como amenaza y que hoy es el inicio de la imposición de la mal llamada reforma constitucional por otras vías que violan la Constitución, ante la complacencia de una Asamblea Nacional totalmente parcializada y un Tribunal Supremo de Justicia genuflexo ambos con honrosas excepciones dentro de sus filas, que pretenden burlar la voluntad popular y obligar a los venezolanos a un sistema no democrático e imponerle un diferentísimo modelo de país por otras vias, dado que ese plan de gobierno sancionado bajo la concepción de un sistema que contiene en su mayoría los aspectos rechazados en la reforma, necesita de la aprobación de leyes y otros actos que le permitan avanzar, es evidente que ya se inicio la concreción de una imposición a raja tabla de lo que el pueblo rechazo el pasado 02 de Diciembre de este año.


Se dio un paso contundente con el ejercicio cívico del voto, pero ante esta situación que ya no es una amenaza sino una realidad objetiva, es necesario consolidar el objetivo terminando de colocar el muro infranqueable con una barrera definitiva contra las pretensiones futuras de cualquiera que quiera introducir cambios en el texto constitucional de manera ilegitima e ilegal, utilizando todo tipo de artimañas y subterfugios, con el fin de cambiar el sistema político, económico y social vigente, por otro totalmente ajenos a nuestras costumbres y tradiciones,, con el único fin de perpetuarse en el poder defraudando al poder constituyente originario que reside únicamente en el pueblo.

Nuestra Venezuela esta ante una grave crisis política, de valores, social y económica y la Asamblea Constituyente, es el único instrumento del cual disponemos para establecer el nuevo acuerdo de gobernabilidad democrática de forma pacifica, legal, segura y eficiente, sencillamente porque es la única manera de convocar a todos los nuevos y viejos actores nacionales y regionales a la tarea de reconstruir el sistema político, luego del colapso del Estado como aparato ineficiente y del deterioro de los partidos carentes de proyectos que no ofrecen sino salidas clientelares que nos van a llevar a dar vueltas para siempre en un circulo, sin que el país se enrumbe definitivamente y perdamos nuestra oportunidad de resurgir verdaderamente a la par de lo que pasa en el mundo.

En virtud de esta crisis política y social de polarización y la falta de credibilidad en los partidos que hoy sufre nuestro país, es urgente invocar los mecanismos democráticos y constitucionales que el pueblo venezolano tiene disponibles para recomponer el sistema, teniendo como único norte el interés nacional y el de sus familias, antes que otros, aprovechando la situación de Venezuela, lo hagan por nosotros imponiendo un modelo fraudulentamente para mantenerse en el poder y otros en aras de esta necesidad, propongan a su favor el cambio de otras caras en el poder para dejar todo igual, y vendernos ambos un engaño impuesto o una solución disfrazada cuyo propósito no es mas que lograr cuotas de poder ya perdidas.


Todas las fuerzas políticas del país y en especial las que actualmente ostentan el poder tienen que entender que la Constitución del 99 no esta derogada, que es nuestra ley suprema y que su violación puede conducirnos a la anarquía y a la desestabilización y deben además aceptar, que el sistema político junto a la aplicación desacertada de políticas publicas que se ha llevado a efecto en nuestra Nación hasta hoy, ha fracasado, y que si verdaderamente es Venezuela lo que nos importa y el ejercicio de la política lo conciben como el servicio apostolar en grande a la nación, la cuota de sacrificio que tienen que aportar como resultado de los desaciertos es dejar que los ciudadanos venezolanos dibujen su destino en una Asamblea Constituyente, en la que seguramente perderán cuotas de poder.

No debemos esperar a que se desate una debacle en todos los ordenes para poder con sentido común y sensatez activar la solución, es imperdonable que pasivamente y sin actuar con esta herramienta dejemos que ocurra una ruptura del marco constitucional como consecuencia de una imposición, un golpe de Estado, una guerra civil, la devastación, o el termino de un periodo de consecuencias lamentables para todos los venezolanos, todo debido a la incomprensión egoísta del liderazgo y factores de poder de querer y aceptar que se deben realizar los cambios políticos que reclama la sociedad en cada uno de los momentos finales de cada período histórico, considerando que nuestro pueblo se ha desarrollo políticamente en estos 9 años mediante el ejercicio y la defensa de sus derechos. Seria terrible que todos los actores por su falta de entendimiento del momento histórico que vivimos y su egoísmo, lleven a los venezolanos a optar por el rechazo de la Constitución e invoquen los caminos de la conveniencia disfrazada de solución. Lo más importante es que sepamos reconocer los errores que cada uno de nosotros cometemos y enmendarlos para poder seguir adelante, superándonos día a día sin el temor de que esos errores que no reconocimos o corregimos a tiempo, se pongan en nuestra contra y no nos dejen avanzar.

La constituyente es una asamblea que representa la soberanía y el poder constituyente originario que reside en el pueblo, es decir no está sujeto a ataduras jurídicas, por lo cual los actos de la constituyente no son revisables por el Tribunal Supremo de Justicia. El Poder Constituyente es originario no derivado, no es un poder como los otros del estado, es el poder extraordinario que configura al resto de los poderes, solo esta limitado por los principios democráticos y los derechos humanos. Lo ideal es que la Asamblea Nacional Constituyente sea convocada por iniciativa del pueblo para que sea originaria y no de pie a contradicciones dejando que otros actores la convoquen haciendo que pierda su verdadera fuerza, naturaleza y sentido.


Los poderes constituidos (El Presidente, la Asamblea Nacional, el Tribunal Supremo de Justicia, las instituciones publicas, etc.) están subordinados al poder constituyente quien los regula y crea, siendo así, la constituyente puede instalarse sin afectar su normal funcionamiento obligándolos a rendirle cuenta de sus actos, e incluso removerlos o disolverlos, tomando en consideración que no se trata de cambiar el modelo de país, sino de hacer modificaciones sustanciales a nuestra Constitución vigente siempre en sentido progresivo, porque aun instalada la Asamblea Constituyente, rige la Constitución de 1999 con las limitaciones que esta le imponga a los demás poderes del estado para frenar las pretensiones de poner en peligro el orden constitucional y democrático en nuestro país. La decisión de la asamblea es una decisión de naturaleza política, no jurídica; Vale decir que, la relación de la asamblea constituyente con los poderes constituidos dependerá del proceso político y del desarrollo de acontecimientos en ese orden, lo que nos afirma que si no caemos en confusión, los ciudadanos venezolanos tenemos el poder en nuestras manos para decidir la solución perfectamente canalizada con tiempo de lo que se nos avecina, sin tener que sufrir consecuencias lamentables.

Los poderes constituidos no deben ni pueden trabar al Poder Constituyente. Si cualquiera de ellos se niega a darle paso a la convocatoria del poder originario, estaría enfrentando la legitimidad democrática que la carta magna en suprema lógica da al pueblo venezolano y las consecuencias titánicas de esta negativa desembocarían en la herida o muerte de sus instituciones como estructuras representativas.

Nuestra Constitución es un texto de avanzada en materia de derechos, libertades y garantías, que ha logrado con algunos vacíos de carácter técnico la profundización de la democracia y el acercamiento del poder al pueblo venezolano mediante la descentralización. En relación a lo eficaz de las respuestas que el gobierno debe dar a los ciudadanos, existen en ella más declaraciones de intenciones y deberes del Estado que la fijación de los mecanismos reales para hacer efectivos los derechos que reconoce.

No tiene sentido que se promueva la revocatoria de los Diputados de la Asamblea Nacional actual, donde seguramente no se lograra sanearla de un todo, cuando se preveen mecanismos mas eficaces para lograr el efecto deseado a favor del país, cosa contraria, si se da la revocatoria y nuevas elecciones lo único que se haría es correr la arruga y permitirle a partidos políticos y otros actores conseguir cuotas de poder con ayuda del pueblo, cuando fueron los responsables directos de que hoy exista una Asamblea Nacional monocolor, amen de que esta salida no tiene nada que ver con la medula del problema de nuestro país.

Necesitamos refundar el país, si, pero todos los venezolanos y lideres que de buena voluntad entiendan que se deben hacer ajustes tempranos y que la mera declaratoria de buenas intenciones no son suficientes, hay que pasar a la acción. Existen muchísimos
venezolanos que anteponemos al país y con ello a nuestras familias, antes que tomar lo que sucede irreflexivamente como una revancha. Se trata de nuestro país. Ante eso todo argumento que quiera colocarse por encima es insensato.

No planteo la Constituyente como la solución, la planteo al igual que cuando el 05 de noviembre considere como la salida eficiente el votar NO a esa mal llamada reforma, como el camino a seguir, como una decisión de avanzada que esta por encima de los intereses mezquinos de muchos, que solo tienen posiciones personales que pretenden vender a aquellos que confundidos desean cancelar un capitulo con visión cortoplacista sin entender que aquí cabemos todos y que el problema esta mas allá de la permanencia de un hombre en el poder por un tiempo, lo que justifica esta propuesta como el mapa estratégico a seguir frente a una difícil etapa de crisis en nuestro país . Es la única vía para lograr un cambio político en paz y armonía en un corto plazo.

Aunque la constituyente no es una varita mágica que resolverá todos los problemas del país, puede sentar las bases para gobernar mejor a Venezuela y un nuevo pacto social para asegurar la gobernabilidad y blindar la democracia hacia el futuro, en lugar de hacer solo críticas y atender con engaños limoneros y discursos demagógicos al pueblo para una nueva conquista del poder para volver a lo mismo. Esta propuesta representa la posibilidad de rediseñar el camino a nuestro país que hoy como ya dije, se encuentra en el marco de una crisis social, económica y política, sin rumbo cierto bajo la amenaza de ser tomada por sorpresa sin carta de navegación.


Una Nación es lo que es por los hombres y mujeres que la conforman, las leyes por si solas no representan un cambio, el pueblo y sus actitudes son el abono de una gran republica donde sus republicanos las hacen cumplir y procuran hacerlas cada vez más perfectas. La nueva Nación Venezolana la compone cada uno de nosotros, si nosotros cambiamos Venezuela será otra y definitivamente se encaminara hacia el sendero cierto en vías del desarrollo. Los liderazgos del país tienen un reto mas allá de sus ambiciones, todo depende de su visión y del papel y rol que corresponde al verdadero ejercicio de la política como instrumento de servicio y formas de plantear soluciones macro en el contexto local y mundial.

La Constituyente que convoquemos ahora, si es un mecanismo establecido en la Constitución para el ejercicio del poder originario (no así en la de 1961), a los efectos de darse una Constitución, unas leyes y el modelo de país que el pueblo desee sin tener que correr riesgos de dirección por parte de otros, de una Venezuela y nuestras familias cuyo destino y porvenir nos quita a todos el sueño.

Tenemos la ventaja de poder diseñar las bases comiciales que mas que electivas de mayorías que hacen que una constitución como pacto de máximo consenso pierda su esencia cuando un grupo se impone sobre otros, sean unas bases que con fundamento selectivo aseguren la representación de todos los sectores y esa representación se de, sin someter a la sociedad a la incertidumbre de que pueda verse frente a la amenaza del sometimiento a la voluntad del sector que consiga mas votos para sus planchas. Ese mito no se repetiría y por ello es que los esfuerzos de muchos estarán centrados en restarle importancia o descalificar esta propuesta que en definitiva no guarda relación con los intereses de ninguno, sino de VENEZUELA y de los VENEZOLANOS.


Esta Constituyente si dejaría claro sus alcances y limites, además de sus objetivos y pretensiones que quedaran sentadas en un reglamento, el cual en su debida oportunidad haré de su conocimimiento y el de tantos venezolanos para que hagan sus aportes y perfeccionarlo para ser aprobado con su aval a la par de la gira de información y alerta nacional.


El proyecto que se pretende con este proceso será publico también y me importa saber los aportes de tantos venezolanos de buena voluntad que pueden sumarse para que con sus vivencias, ideas y anhelos puedan perfeccionar nuestra ley máxima y dejar sentado el diseño de los destinos de nuestro país bajo un sistema profundamente democrático, que debe quedar blindado por siempre de todo aquel que pretenda perpetuarse o evadir sus responsabilidades o cambiarnos lo que aspiramos.

En el año 99 se llegó a sugerir que la Constituyente sería legítima sólo si la convoca el Presidente Chávez, porque cuando para octubre de 1998 se planteó que sería importante hacer una consulta popular para hacer una Constituyente y hacerla de una vez en las elecciones de diciembre de ese año, el mismo Chávez salió declarando que eso sería un fraude constitucional, lo que significaría que convocar a una consulta popular sobre la Constituyente era fraude en diciembre de 1998, pero después no.

Toda vez que en Venezuela no había mecanismos que regularan la figura de una Asamblea Constituyente, fueron muchos los puntos de vista encontrados sobre aspectos jurídicos y políticos de estos asuntos. La discusión se planteaba en términos de evitar que se llegara a una convocatoria sin previsión constitucional. La Corte Suprema de Justicia, en sentencia del 19 de enero de 1999, producto de varios recursos de interpretación, abrió la posibilidad de un referéndum consultivo, basándose en el artículo 181 de la Ley Orgánica del Sufragio, pese a no estar previsto en la Constitución del 61. Esta sentencia terminó con la discusión sobre la posibilidad de convocatoria sin necesidad de reformar la constitución de 1961 La sentencia delineó también el carácter de la asamblea al establecer que su única función era elaborar una nueva constitución.

El 2 de febrero de 1999 el presidente Hugo Chávez por medio del Decreto Nº 3 tomó la iniciativa de decretar la realización de un referéndum para solicitar la opinión popular sobre la convocatoria. En el mencionado Decreto, no sólo se omitió cualquier referencia al régimen de la Constituyente, sino que fue sustituido por una solicitud de delegación al presidente de la república para que fuera él sólo quien lo resolviera. Por lo tanto el proceso por el cual se convocó la Constituyente que redactó la Constitución del 99 fue iniciativa de un solo hombre (El Presidente Chávez) y no fue el pueblo el que tuvo la iniciativa de la propuesta.


Una serie de recursos de nulidad interpuestos por Allan Brewer y Gerardo Blyde, entre otros, con objeto de que se respetara el marco constitucional vigente, resultó en la anulación de la segunda pregunta que pretendía delegar en el presidente el dictado del estatuto Constituyente, y en su reelaboración, en la que se enumeraron las bases comiciales definitivas.


El 25 de abril de 1999 se realizó el referéndum para convocar a la asamblea constituyente resultando aprobada la convocatoria con una abstención del 62.5%.

Las bases comiciales que se utilizaron para la convocatoria a la Asamblea Constituyente no permitieron que fueran electos una gran cantidad de venezolanos independientes y valiosos que se postularon de manera honesta y desinteresada, hoy de ser nuestra la
iniciativa es imposible que suceda de esta manera, por cuanto el pueblo no delegaría en nadie esa facultad como lo hizo con el Presidente en su momento.

En las elecciones para elegir a los miembros de la Asamblea Constituyente en julio del año 99, sobre un universo electoral del 47%, se obtuvo, valiéndose de todas las vivezas del politiquero tradicional entubando, convirtiendo en una lotería de animalitos un proceso formalmente uninominal, el 65% de los sufragios para las "llaves" o los "Kinos" de Chávez, resultando en una Asamblea Constituyente no plural.

De manera que en las elecciones para integrar la Asamblea Nacional Constituyente, aunque se postularon un buen número de venezolanos que decían representar los más diversos intereses sociales y casi cualquier colectivo que tuvo algo que decir postuló a alguien, al final, las llaves y kinos de Chávez entubaron la votación y dejaron sin oportunidad a todo aquél que no contó con el visto bueno presidencial.

Este proceso constituyente, polémico en varios aspectos y plagado de reclamos de nulidad, condujo a la conformación de una Asamblea Constituyente cuyos miembros fueron elegidos el 25 de julio de 1999 con un 53,7% de abstención.

Debido a la característica de "uninominalidad absoluta" de la elección de miembros de la Asamblea Constituyente de 1999(perversa e inaceptable para el futuro, pero legal al fin y al cabo) ese 65% del 47% de los votantes le dieron a Chávez el 96% de los representantes a la Asamblea Nacional Constituyente mientras que la oposición por la cual sufragó el 35% del 47% obtuvo apenas el 4% de la representación, por lo que la constitución resultante no fue un pacto social de máximo consenso Empezó a sesionar la ANC y a pesar de las limitaciones que le había impuesto la sentencia de la corte del 19 de enero de 1999 anteriormente citada y haciendo uso del "principio de la supremacía constituyente" la ANC procedió a intervenir los órganos del Poder Público, gracias a la declaración de su reorganización, medidas que recayeron fundamentalmente sobre el Poder Judicial y el Poder Legislativo. En suma, al declararse como expresión del poder constituyente originario, la ANC hacía como omiso de la sentencia de la corte delimitando sus acciones y decisiones en lo que se refiere a la intervención en los poderes constituidos.


La ANC comienza sus sesiones sin un Anteproyecto elaborado con anterioridad, lo que metodológicamente constituye una falla. El Presidente entregó a la Asamblea un documento titulado Ideas Fundamentales para la Constitución Bolivariana de la V República, que no puede ser considerado como una Anteproyecto, cosa que tampoco hizo la asamblea Constituyente. La ausencia de Anteproyecto, la premura y la presión tuvieron como consecuencia que la comisión Constitucional no haya podido "realizar en los 15 días que sesiono, la tarea de elaborar un proyecto acabado de Constitución, totalmente integrado y Coherente" (Brewer 2000). El proyecto fue entregado el 18 de octubre para su discusión en Sesión Plenaria, que se iniciaron el 20 de octubre de 1999.

Fueron tantos los artículos agregados al anteproyecto, tanta la obstinación en consagrar la importancia del agua para la navegación o el derecho a la felicidad, que el constituyente Hermann Escarrá, advirtió que Venezuela podía llegar a ser recordado como un país que tiene una Constitución con 1.300 o 1.500 artículos. "Y yo como profesor de derecho constitucional no firmaría eso". La Asamblea llegó a tener hasta 975 artículos que redujo a 395.


"Por ignorancia, los constituyentes han caído en promover artículos detallando todo tipo de situaciones, pretendiendo que esta Constitución debe solucionar no sólo los problemas del país sino problemas universales. Esto ha conducido a esta situación tan lamentable", señaló Guillermo García Ponce, integrante de la coalición gubernamental Polo Patriótico.


El apresuramiento en que se incurrió para la aprobación de la Constitución del 99 y las improvisaciones abusivas de la directiva de la ANC contribuyeron a erosionar la dignidad de la Constitución y sobre todo la calidad del texto aprobado. Esto se evidencia en el dictamen que 26 prestigiosos profesores españoles en diversas ramas del derecho hicieron en noviembre de 1999 quienes afirmaron: "El proyecto de Constitución de Venezuela que en estos momentos se está debatiendo en el Pleno de la Asamblea Nacional Constituyente y que es objeto de este dictamen puede definirse globalmente como un proyecto con luces y sombras. Se trata de un texto con abundantes fallas de carácter técnico, en ocasiones excesivamente reglamentista y repetitivo, a veces más atento a elaborar declaraciones de intenciones que a fijar los mecanismos para hacer efectivos los derechos que reconoce"

1
Varios analistas advertían que se corría el riesgo de incurrir en los errores de otras constituciones latinoamericanas, como la brasileña, tan prolijas en el enunciado de derechos y deberes que redujeron gravemente el margen de maniobra de los Gobiernos.
Los redactores del documento negaron que tal cosa ocurriera. El Gobierno y sus delegados atribuyeron a la nueva Constitución efectos renovadores: garantizará una democracia de participación popular, no una democracia diseñada a la medida del bipartidismo en el poder durante 40 años.

2
El 15 de diciembre de 1999 se aprobó la constitución elaborada por la ANC con un 55.95% de abstención. ¿Puede efectivamente afirmarse que todos los venezolanos se vieron verdaderamente identificados con la Constitución que se aprobó? De manera que se puede afirmar que la Constitución de 1999 no fue producto del consenso, sino de una imposición mayoritaria. El acuerdo de la representación de la pluralidad política y social de la nación estuvo ausente de su proceso de creación. La Constitución fue obra de una mayoría sin duda relevante, pero circunstancial coaligada en torno al Presidente de la República.

La historia constitucional de Venezuela nos muestra que las constituciones que han nacido como producto del consenso (1830 y 1961) son las de mayor durabilidad, al asumir ellas un relevante rol integrador y no divisionista en el seno de la comunidad política.


Por si fuera poco y como guinda para el postre una vez aprobada la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela en el referéndum popular celebrado el 15 de diciembre de 1999, la ANC sancionó siete días después un decreto denominado «Régimen de Transición del Poder Público», bajo el amparo jurídico de que no se había publicado en la Gaceta Oficial el texto de la Constitución (el decreto se publicó el 27 de diciembre, retardándose la publicación del nuevo texto fundamental hasta el 30 del

1 Ver el dictamen completo en : http://docs.google.com/Doc?id=dhn63m3c_23988nr9wrq

2 Ver http://www.fsa.ulaval.ca/rdip/cal/lectures/Venezuela_constituyente.htm mismo mes).

Es de subrayar que dicho régimen transitorio no se contemplaba explícitamente, ni en la Bases comiciales consultadas en el referéndum para convocar la ANC, celebrado el 25 de abril de 1999, ni en las Disposiciones Transitorias de la nueva Constitución, aprobadas en el susodicho referéndum del 15 de diciembre de 1999, además de no atenerse, ni en su espíritu ni en su letra, a la metodología pública, transparente y participativa de selección de altos cargos del Estado, recogidos en la nueva Constitución. En efecto, el mencionado decreto autorizó la designación provisional de relevantes funcionarios y magistrados (los magistrados del Tribunal Supremo de Justicia; el Fiscal General, el Contralor General, el Defensor del Pueblo, los rectores del Consejo Nacional Electoral y los integrantes de la Comisión Legislativa Nacional, mejor conocida como "Congresillo", que supliría transitoriamente a la Asamblea Nacional), todos ellos "a dedo", sin ningún tipo de consulta con la sociedad civil.

3
Entre los varios actos ilegítimos y abusivos cometidos en este régimen transitorio tenemos según Combellas:

Primero, la designación de un Consejo Nacional Electoral por la ANC en abierta contradicción con los principios que guían su actuación, establecidos en el artículo 294 de la Constitución, en sintonía con su delicada función de árbitro de los procesos electorales, lo cual requería a lo menos un especialísimo cuidado en su selección, consecuencia de idear un procedimiento público y transparente, que revelara su independencia a toda prueba, aceptada y reconocida con indiscutible solvencia por todos los sectores de la sociedad venezolana. Lamentablemente no fue así, tal como lo demostraría dramáticamente la abrupta suspensión de los comicios pautados para el 28 de mayo de 2002.

Segundo, la designación del "Congresillo" con amplias facultades legislativas, en contravención con el principio cardinal de la democracia moderna (de rica y añeja tradición en Occidente), que sostiene que únicamente el pueblo, sea directamente, sea a través de sus representantes electos, le corresponde la asunción de la delicada función legislativa. En efecto, este peculiar órgano de la transición integrado por once ex constituyentes y diez ciudadanos cooptados por la ANC, y por tanto sin base de

3

Ver : http://www.dirittoestoria.it/4/Contributi/Combellas-La-tension-entre-el-poder-y-el-derecho.htm sustentación democrática, aparte de que los primeros no fueron autorizados por el pueblo para asumir la legislación, una vez aprobada la nueva Constitución, habiendo cesado en sus funciones, tal como lo establecían las Bases Comiciales de la ANC, el 30 de enero de 2000.
Tercero, el caso protuberante de la ratificación de los magistrados del TSJ provisorio al margen de los pautados por la «Ley de designación de los integrantes del Poder Ciudadano y del TSJ», aprobada por la Asamblea Nacional en aplicación del Régimen de Transición del Poder Público, en virtud de lo cual mediante sentencia de la sala constitucional del TSJ, fechada el 12 de diciembre de 2000, se obvió la prescripción ratificatoria establecida en el régimen transitorio bajo el argumento de que «la vigente Constitución no previno normas sobre ratificación de magistrados del TSJ», procediendo directamente el TSJ a interpretar libremente los requisitos para ocupar sus cargos, (cfr. Escovar León, 2003), con independencia del hecho evidente del interés personal de los magistrados en ser ratificados, y pasar así de la condición provisoria a la definitiva, con las consecuentes garantías de estabilidad y duración del período (12 años) establecidas por la Constitución.

4
Nadie mejor que el propio Doctor Combellas para resumir todo el proceso que dio origen a la Constitución del 99 y los acontecimientos posteriores: "Cierto que el camino constituyente y post-constituyente, incluido el mentado período transitorio, ha transcurrido «sin quebrantar las instituciones vigentes», pero ello ha sido a costa de una aguda desustanciación y desvalorización del derecho, convertido como señala Sánchez Falcón (2002:77) en ideología, deformación consciente, siguiendo a Mannheim (1966: 107), de la naturaleza real de una situación, cuyo conocimiento verdadero no estaría de acuerdo con los intereses de quien la postula.

El derecho y su interpretación como ideología, manto encubridor de la realidad al servicio de los intereses de la "revolución pacífica y democrática", tiene su soporte en el modo de pensar la ciencia jurídica descrito por Carl Schmitt (1996: 26 y ss.) como decisionismo, concebido el derecho como decisión, cristalizada en la voluntad soberana

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Aquí citamos textualmente al Doctor Combellas, testigo de excepción de todo lo que sucedió. También pueden verse en http://www.dirittoestoria.it/4/Contributi/Combellas-La-tension-entre-el-poder-y-el-derecho.htm del gobernante, la autoridad que funda tanto la norma como el orden jurídico, en nuestro caso y dentro de las peculiaridades hic et nunc de la Venezuela de la "V República" encarnado en el personalismo del "líder del proceso", Hugo Chávez."

Gracias por tomarse el tiempo de leer la propuesta, quisiera contar con sus recomendaciones. Próximamente enviare a ustedes por este medio, progresivamente, las fechas y lugares en los que me dispongo a estar llevando mi alerta y mi propuesta al país por el bien de todos."

jueves, 6 de diciembre de 2007

*ANTONIO COVA MADURO ESCRIBE PÀRA EL UNIVERSAL: “RESURRECCION”

Después de un largo Vía Crucis, como debe ser entendido en una sociedad de raíz cristiana, ha llegado la resurrección. ¿Y resurrección de qué? Pues, de muchas cosas. En primer lugar, de la perspectiva adecuada, y por qué no, de la conveniente.
Si algo ha hecho daño a los venezolanos -y lo hizo hasta este domingo de infarto que tuvimos- es la creencia de que toda la razón de los triunfos de Chávez-y de nuestras derrotas- residía en el CNE. Ojo, que en lo más mínimo excluyo el que, en parte, el CNE ha tenido mucho que ver en este asunto.
La perspectiva adecuada ha sido re-puesta y lo ha sido en dos sentidos: el primero, no toda la culpa estaba en el CNE y sus marramuncias, sino también en otras cosas, que vale la pena tener en cuenta. Así, por ejemplo, el esfuerzo descomunal que desplegó el chavismo para instalar sus misiones con sus chorros de real, y así el esfuerzo de inscripción masiva de nuevos votantes. Por cierto, vale la pena anotar aquí un pequeño efecto boomerang: los cientos de miles de colombianos rápidamente nacionalizados muy posiblemente votaron por el NO, porque les atemorizaron las amenazas implícitas a su modo de vida (envío de remesas, servicios sociales para ellos y sus familias, etc.) que la ruptura con Uribe entrañaban.
En Petare
Algo que, en este mismo sentido, los opositores han dejado de lado es entender que unas elecciones se ganan el día en que la gente acude -o no acude- a sufragar. En eso la maquinaria chavista, muy bien aceitada por el presupuesto nacional, ha sido muy efectiva siempre. Por eso uno de los mejores trabajos periodísticos (El Nacional, Lunes 3 de diciembre de 2007, p.1 Ciudadanos, Leidys Asuaje) es el que describe cómo se movió la oposición en los cerros de Petare, haciendo ver que cuando se aplican técnicas similares, se obtienen los resultados esperados.
El otro sentido de la perspectiva que anotábamos es que las desgracias enseñan¿ si uno se empeña en entender lo que a ellas subyace. La oposición ha aprendido, aunque usted no lo crea. Ha intentado conocer al monstruo por dentro y con eso se preparó para impedir caer en las mismas trampas del pasado reciente.
Es importante notar que este fue, quizás, uno de los mejores valores que aportó el estudiantado universitario. Manejan como nadie las tecnologías electrónicas del presente, tanto como para burlar los intentos del aparato gubernamental por trampearlos. Valor del voto
Conectado con el cambio de perspectiva, el triunfo de este domingo repone el valor del voto para los venezolanos. Del mismo voto que, el 30 de noviembre de 1952, le dijo NO a Pérez Jiménez y sus militares; del mismo que desafió a las guerrillas que se lo habían prohibido en diciembre de 1963.
El voto, ese fabuloso y pertinaz instrumento que tanto respetan e idolizan las sociedades contemporáneas, ha entrado de nuevo en el alma de los venezolanos, de donde había sido echado a patadas.
Al darle su valor al voto, deja sin argumentos al abstencionismo realengo, al "yo no voy a votar porque a mí no me vuelven a robar mi voto", al "No niña, yo tengo mucho oficio para estar perdiendo mi tiempo en eso". Incluso, cuando hace ver el valor del voto, no sólo lo hace en sentido ético, sino también económico.
Nadie lo planteó mejor que Rayma en unas declaraciones este domingo a la radio: "Hay que hacer esta cola para no tener que vivir luego, de cola en cola". Con ello, no sé si inadvertidamente, conectaba la escasez del presente con el castigo (electoral) a los culpables manifiestos.
Motivador
El "valor" del voto quizás no hubiese brillado sin el despliegue de las redes sociales. Una vez más, si pruebas adicionales queríamos, se hizo patente que, detrás de alguien acudiendo a votar, está un motivador que le ayuda, que le jocha, que le impide recular. Cuántos votos fueron salvados a horas tardías por los efectos de los mensajitos, del mi amor yo te llevo, del ni te preocupes que yo cuido los chamos, quizás nunca lo sepamos, pero fueron vitales. Quienes tuvimos la buena idea, apenas se reconoció lo innegable, de salir a celebrar, vimos cómo, en minutos, la algarabía se hizo dueña de la plaza Altamira, como prefiero llamarla. Por fin, quienes luchan desde hace tanto por su democracia, cada vez más arrinconada y por sus libertades maltrechas, se abrazaban, bailaban y saltando coreaban al lado de quienes recién se incorporan. Por fin podían desterrar sus caras largas y afligidas y dar rienda suelta a su alegría hace tanto contenida.

*ENTREVISTA LUIS MIQUILENA: “ CHÁVEZ QUEDÓ MUERTO POLÍTICAMENTE”


*ENTREVISTA LUIS MIQUILENA: “ CHÁVEZ QUEDÓ MUERTO POLÍTICAMENTE”
4 Dec 2007 19:35:52 -0400

“Chávez quedó muerto políticamente “
“Chávez quedó muerto políticamente con la derrota“, afirma Luis Miquilena, el político que mejor conoce al presidente, en una entrevista con Joaquim Ybarz que este martes publica el diario “La Vanguardia“.
Ex ministro del Interior y Justicia en dos ocasiones, ex presidente de la Asamblea Constituyente, alojó en su casa varios años a Chávez cuando salió de la cárcel por golpista. Fue quien le convenció de que podía llegar al poder por vía electoral, recogiendo el descontento de los venezolanos. Miquilena rompió con Chávez en el 2002, cuando comprobó que abandonaba la vía democrática y profundizaba en el populismo autoritario.
¿Por qué Chávez quedó muerto políticamente?
Su situación se descompuso con esta derrota. Presentó el referéndum como un plebiscito, su decadencia viene en forma vertical al mostrar que no es invencible. El daño es redondo, ya no puede aspirar a ser el líder histórico de América Latina. Incluso su liderazgo nacional será cuestionado. Además, tiene plazo de caducidad al no poder aspirar a la reelección indefinida. De hecho, hizo esta reforma para mantenerse perpetuamente en el poder.
¿Qué debe hacer la oposición?
Presionar para convocar una nueva Asamblea Nacional. Los actuales diputados elegidos con el 13% de los votos no tienen legitimidad. Una Asamblea aumentaría la gobernabilidad para sacar adelante al país, que enfrenta una situación económica y social muy delicada.
¿Por qué rompió con el presidente?
Por abandonar los alineamientos democráticos. Este Chávez que está ahora en Miraflores es muy distinto al que conocí hace diez años. No reconozco su personalidad. Cuando lo conocí era una persona humilde, preocupada por los pobres. El poder es corrosivo. Está rodeado por gente tan subalterna y sumisa que ha perdido el sentido de la realidad. Todos le adulan para fomentar un ego monumental. El que más lo ha hecho es Fidel Castro, que es quien saca más beneficios económicos. También me fui del Gobierno porque se destinaba todo el ingreso petrolero al gasto populista y nada al desarrollo.
¿En esta revolución hay tanta corrupción como se dice?
La corrupción es gigantesca, astronómica. Chávez está rodeado de oportunistas que se aprovechan del festín. El despilfarro es tan grande que pese al enorme ingreso petrolero no tardará mucho en venir un colapso económico. El equipo de Chávez es de tan poca categoría que nadie se atreve a discutirle el último disparate que se le ocurra. Eso condujo a que su prepotencia y vanidad no tenga límite. Chávez no profundiza en ningún tema. Termina siendo una caricatura de Fidel. Castro le aconsejó que no radicalizara el proceso, más de una vez le dijo que no tenía que dirigirse a una revolución. Pero inventó el socialismo del siglo XXI, que ni él sabe lo que es. Fidel se ha aprovechado, encontró en Chávez una mina para sacar el dinero que mantiene al régimen cubano.
¿Qué cosas buenas ha hecho Chávez?
Nada. Ha sido destructivo. Destruye lo que ya existía en el país. El país se pudre por la corrupción, ha doblado la deuda pública. No hay hábito de trabajo, ni vestigio de producción. La iniciativa privada está aterrada. Y se ha enfrentado y ha creado problemas con nuestros amigos de siempre, España, Colombia, Perú, México, EE. UU. Lo peor es que siembra el oído y el resentimiento entre la gente.
¿Es marxista o fascista?
Chávez nunca ha tenido nada de marxista. Su ideología es una sopa de minestrone, agarra cosas de aquí y de allá. Se ha convertido en un caudillo militar. Tiene aspectos de fascista por su aparato represivo disfrazado de populismo. Yo diría que es una mezcla de Perón y Mussolini. Tiene mercenarios pagados para agredir a la oposición democrática. Y con las llamadas milicias estaba armando un ejército personal paralelo al de las Fuerzas Armadas Nacionales.

* JUAN CARLOS SOSA AZPÚRUA ESCRIBE EN LA RED: “DEDICADO A TODOS LOS RADICALES Y EXTREMISTAS DE VENEZUELA REFLEXIONES DE UN RADICAL”




- Por El presidente John F. Kennedy solía decir que la victoria tiene muchos padres, pero que la derrota es huérfana.
Hoy asumo mi barranco y con toda propiedad reafirmo mis convicciones, esas que me hicieron no votar el domingo pasado, esas mismas que hicieron que durante varios meses mantuviera una posición si se quiere “no popular”.
No quiero aguarle la fiesta a nadie, y sé que de todas maneras no lo haría, entiendo que para muchos de mis compatriotas soy un radical, un extremista, un hombre de derecha alejado de la realidad del país, encapsulado en su cúpula de cristal, donde la ficción se confunde con la realidad.
El deber ser trata de convertirse en ser, pero lo esquiva, nunca llega a materializarse, para los ojos de mis críticos, la conjunción entre lo ideal con lo práctico, lo principista con la política, nunca se da en lo material, son polos opuestos que nunca se tocan. Afirman que la política es la política, y los principios, la ética y la lógica son cosas distintas.
Se ufanan de ser los luchadores de calle, grandes sacrificados por las luchas de verdad, las de los hombres de pelo en pecho.
No deseo entrar en detalles que quizás no vienen al caso, pero sí me gustaría dejar claro una cosa: la abstención para mi, y para la inmensa cantidad de personas que piensan como yo, no constituía precisamente una posición “cómoda”, el quedarme en mi casa comiendo cotufas y viendo Globovisión, mientras los luchadores del país se medían en las calles.
Creo que es justo recordarles que tengo nueve años haciendo todo lo que está en mis manos para evitar que lo que sucede esté sucediendo. Cuando muchos veían en Chávez la joven promesa política, antes de llegar al poder, yo organizaba foros y publicaba artículos de prensa diciendo cosas que la gente no quería escuchar, me tildaban de “radical”, sólo porque decía que Chávez escondía un proyecto Castro Comunista debajo de la piel de oveja con la que engañaba a Fedecámaras y al resto del país.
He sido crítico en todos los frentes, he redactado proyectos de leyes, he fomentado y colaborado con decenas de iniciativas intelectuales, políticas y académicas. He peleado frente a frente con círculos bolivarianos, con la Guardia Nacional, con la Guardia Presidencial, le he cantado en la cara, frente a frente, las verdades a los magistrados del TSJ, he demandado judicialmente en todos los foros del mundo a Chávez y su séquito.
He marchado en todas las marchas, tragado kilos de gases, recibido gritos, escupitajos y toda clase de insultos, he denunciado en todos los medios de comunicación escritos y audiovisuales de los cinco continentes, he concebido, redactado o colaborado con guiones de cine, novelas y videos internacionales denunciando al régimen.
He prestado y arriesgado mis propios medios para difundir ideas a favor del rescate del país, he sido conferencista en decenas de foros nacionales e internacionales, he montado seminarios y coloquios sobre el tema, me he reunido con senadores y diputados de EEUU y Europa, he hablado a la plenaria del Parlamento Europeo.
He dictado clases en la Universidad Católica Andrés Bello, en la Universidad Simón Bolívar y en la Universidad Monteávila, y he dado conferencias en la Complutense de Madrid, he prestado mis premisas para cientos de reuniones de estudiantes, políticos, militares y hasta curas.
He llegado a hacer de chofer a testigos presenciales de crímenes del régimen, les he pagado viajes y hoteles, promuevo la cultura, la educación y las letras nacionales e internacionales, he puesto todo lo que tengo al servicio de mi país, y lo he hecho sólo, sin partido, sin colchón de nada ni nadie, sólo, una y mil veces, y lo seguiré haciendo hasta el día de mi muerte.
Quiero decir con esto, y me veo en la obligación de tenerlo que decir, que cuando hacía llamados a la abstención, no era precisamente por estar soñando cómodo (y seguro) tras un computador el ideal de Alicia en el País de las Maravillas, como muchos críticos sarcásticamente apuntan (con respecto a mi y a los que asumieron posiciones como la mía), sino porque en lo más profundo de mi ser consideré y sigo considerando que esa era la mejor opción para evitar el avance del proyecto Castro Comunista, totalitario, del régimen que nos oprime.
¿Soy radical? ¿Soy extremista?
Sí, claro que lo soy, no concibo otra manera de confrontar a un régimen que insulta todo lo sagrado que hay en la vida, todas las reivindicaciones humanas que tanto dolor, sangre y siglos han costado obtener, todo lo que podría ser mi país y no lo es por la mentalidad de los dirigentes que le gobiernan.
Claro que soy extremista, no concibo otra forma de luchar contra la barbarie, contra la violación de la integridad humana, no puedo sino colocarme en el extremo opuesto de todo eso, y desde dicho extremo luchar con toda mi fuerza con lo único que en realidad tengo, con lo único que le puedo dejar a mis hijos y llevarme a mi tumba, mis principios, mis valores, mis creencias y mi dignidad, todo eso que muchos tildan de quijotesco, romántico, pendejo, iluso, y un largo etcétera, para mi es lo único que vale en la vida, lo único por lo que vale la pena vivir.
No me extenderé en detalles sobre el porqué no tenía sentido acudir al referéndum, para el que le interese, allí están los artículos que escribí antes de la consumación del mismo. Pero sí deseo hacer una reflexión, aunque sea para que la lean aquellos que como yo, hoy no se sienten triunfadores de nada y si, en cambio, inmensamente angustiados y preocupados por las consecuencias de lo ocurrido.
¿Quién ganó el 02 de diciembre? ¿Qué cambia en Venezuela?
Si todo el país decente se hubiera opuesto al adefesio inconstitucional, el mismo igual no se hubiera aplicado y de hacerlo, no tendría efectos prácticos más allá de los que ya los tenía sin necesidad de ninguna reforma constitucional.
Los mismos militares que obligaron a Chávez a reconocer la derrota, son los mismos que le hubieran impedido, junto con el resto del país, incluyendo millones de chavistas, que materializara la susodicha reforma.
El mismo dictador se hubiera colocado al margen de la ley y muy probablemente hubiera sido depuesto de su cargo al fundamentar su poder sobre un presupuesto abiertamente inconstitucional y mayoritariamente rechazado (había una alta probabilidad de que eso sucediera, ahora simplemente nunca lo sabremos porque se despreció la oportunidad).
Se hubiera aprovechado el momento en que todo el país (mucho más del pírrico 50,7% divulgado el domingo), la Guardia Nacional, las FFAA, y toda la comunidad internacional, incluyendo la prensa más influyente, estaban dispuestas a presionar por la restitución de la constitucionalidad, que lógicamente pasaba por deponer al responsable del Golpe de Estado generado por la “reforma” (en caso de haber ganado el SI, o de haber luchado exitosamente por la no materialización del acto electoral).
El solo hecho de que los políticos le hubieran garantizado al CNE, el día antes del referéndum, que respetarían los resultados, ya es en sí mismo un acto deplorable.
Pero a eso hay que sumarle el hecho de haber convencido a los estudiantes, a los medios de comunicación social, y a buena parte de los opinadores nacionales, que el camino a seguir era el referéndum, cuando no existía garantía de triunfo por ninguna parte, al punto que el CNE, y toda la cúpula del chavismo estaban dispuestos a perpetrar el fraude.
Prueba de ello es el empate técnico que arrojó el “resultado” y la hora en que finalmente se divulgó el mismo, seis horas después de haber tenido las verdaderas cifras a la mano (todas las páginas web del chavismo y algunos periódicos internacionales “dateados”daban triunfador al SI).
En resumen fue un riesgo demasiado alto que al final dependió de las luces de Chávez, con un empujoncito de sus propios militares.
El fraude no se cometió no porque se pudiera evitar o por lo que hizo o no hizo la oposición, el fraude se evitó porque a Chávez le dio la gana (después de sacar sus propias conclusiones tácticas) y porque así se lo exigieron sus militares, los mismos que hubieran actuado en el escenario de un país completo oponiéndose al referéndum o de un SI victorioso sin la concurrencia de la oposición y de millones de chavistas al acto electoral inconstitucional e inmoral (según calificativos de los obispos venezolanos).
Pero lo cierto es que ganó el NO. ¡Vaya!, ¡gran descubrimiento!, como si se necesitara de un referéndum para saber eso.
El domingo ganó Chávez. La realidad sigue mostrando un balance muy claro. Decenas de muertos, miles de heridos, miles de despedidos criminalmente, miles de oprimidos y perseguidos, listas Tascón y Maisanta, miles de millones de dólares botados en aventuras personalistas y corrupción descarada.
Persecución criminal y ofensiva de la disidencia, lenguaje de odio, racista, clasista, resentido, decenas de propiedades violadas, fábricas confiscadas, televisoras cerradas, círculos paramilitares y terroristas, alianzas con Corea del Norte, Irán, Cuba, Rusia y todo lo que huela a rojo y a fracaso, presos políticos, padres sin hijos, huérfanos, y un largo etcétera de víctimas.
Abusos de todo tipo, fraudes electorales, todos los órganos del poder concentrados en una sola persona, una nación sin justicia y con la vida pendiendo de la voluntad de un caudillo, el país tratado como una alcancía personal, despreciado, insultado, burlado y oprimido, la moneda sin valor y la confianza y honorabilidad del país en un basurero…
¿Y algo de eso cambió el domingo?
NO…todo eso sigue igual, sólo que ahora hay una diferencia.
Antes del domingo, el consenso internacional y nacional era que teníamos un dictador en el poder, un “DICTADOR”…Bajo esa premisa, muchas de las luchas del pasado se mantenían vivas, y más fuertes que nunca.
Bajo esa premisa tenía sentido activar el 350 y el 333, tenía sentido exigir que se depusiera al dictador por todos los medios al alcance de una sociedad respaldada por muchos factores determinantes, teníamos la oportunidad, la cierta y posible oportunidad, de terminar esta pesadilla en un tiempo perentorio. Pero a partir del domingo, esa realidad cambió.
Ya no tenemos a un Dictador, hoy hasta suena a payasada afirmar eso.
El domingo los principales líderes políticos se encargaron, y de una forma totalmente innecesaria, de transformar al Dictador en el más sabio de los demócratas (y todos los observadores internacionales tomaron nota).
Como si fuera parte de un pacto secreto y macabro (que creo que no se hizo), agradecieron al déspota, le alabaron, y le solicitaron una reunión, para charlar sobre el país, sobre la felicidad, sobre la reconciliación, insistieron en reafirmar su carácter de presidente legítimo y demócrata, llegaron a la náusea de felicitar su conducta cívica y ejemplar.
Dejando atrás, en un rincón oscuro y solitario, las encarnizadas luchas, padecimientos y sacrificios de millones de venezolanos que han perdido todo, y mucho más, gracias al régimen que el domingo fue tan coloridamente aplaudido y felicitado por la “elites” de Venezuela.
A partir del 02 de diciembre, el CNE dejó de ser la madriguera de tramposos que ciertamente es. Hoy, gracias a los apologistas del referéndum, el CNE es un club de virtuosos altamente profesional y técnico, preparado para servir de árbitro imparcial de todo evento electoral que se celebre en el futuro (y muchos serán los que se celebrarán).
Nunca en los años que tengo de vida, supe de una dirigencia política tan incapaz, tan profundamente ciega y corto placista, tan irresponsable y tan olímpicamente descarada.
Lo que hicieron no tiene justificación. Y quiero dejar bien claro que no incluyo en esta reflexión a los gallardos estudiantes que durante meses han dado una pelea digna y ejemplar.
Seguro estoy, porque los conozco personalmente, que estos muchachos hubieran sido el mejor ejército para evitar que se llevara a cabo el adefesio, pero no lo hicieron, porque, jóvenes e inexpertos que son, fueron influidos y dirigidos por los partidos políticos que con sonrisas pepsodent celebraban entarimados su glorioso triunfo dominical.
En cuanto al grueso de personas que también votó, amas de casa, profesionales, etc… éstos también deben quedar fuera de estas consideraciones, en su inmensa mayoría actuaron siguiendo la voz de sus honestas conciencias, siguiendo lo que creyeron era una directriz política razonada y blindada (simplemente aceptaron lo irremediable y se fueron por lo que consideraron práctico… práctico porque así se lo hicieron ver los directores de las matrices de opinión, que jamás permitieron otras opciones, ni siquiera tuvieron la humildad de considerarlas).
Pero sí quiero denunciar lo que considero una posición irresponsable de aquellos que pretenden ser la élite de este país. Náuseas producía leer como supuestos intelectuales se declaraban borregos de los estudiantes, que votarían para no traicionarlos.
¿Qué tipo de élite supedita sus pensamientos y decisiones al criterio de unos muchachos casi adolescentes? ¿Qué tipo de élite permite que los medios de comunicación prohíban el debate de ideas y execren cualquier posición diferente a los que ellos consideran bueno porque según ellos los estudiantes así lo decidieron?
¿Alguno se tomó la molestia de saber cómo y quiénes tomaban las decisiones en las asambleas estudiantiles? ¿Alguien lo hizo?
Yo al menos asistí a varias asambleas, le presté mis oficinas a sus dirigentes y me considero en cierta forma inspirador y colaborador del movimiento, con acciones concretas, con vivencias propias… ¿Alguno de esos intelectuales y opinadores realmente conocía el mecanismo de toma de decisiones del movimiento estudiantil en cuestión?
¿Alguno de estos seguidores a ciegas del movimiento estudiantil se tomó la molestia de reunirse en privado con ellos? ¿Sabían acaso que los más ejemplares se oponían rotundamente al referéndum y finalmente aceptaron el mismo por no sabotear la decisión de la mayoría? ¿Y quiénes estaban detrás de estas mayorías?
¿Sabían acaso nuestros autocalificados borregos que tras bastidores no eran precisamente muchachos los que movían los hilos? A juzgar por lo que escribían y publicaban los intelectuales y opinadores, las respuestas son negativas y esto no tiene excusa ni perdón de Dios…es simplemente una irresponsabilidad demasiado grande como para obviarla y dejarla pasar sin crítica alguna.
La gran desgracia de Venezuela es la ausencia de élites. Nadie parece responsabilizarse por nada, siguen ciegamente cosas que no conocen, aceptan lo inaceptable y comprometen los principios y valores más sagrados. ¿Y porqué? ¿Acaso ganamos algo?
Nos quedan todavía largos años por delante. Es poco lo que resta por destruir. Pero eso que aun queda sobre sus dos pies, ahora es más fácil destruirlo. Lo que no se pudo formalizar el domingo, realmente ya existe en la práctica. Pero hay una diferencia.
A partir del domingo, el dictador es un demócrata, su aparato electoral se transformó en Hércules, y el mundo entero observó como los principales líderes políticos del país, lo abrazaron, lo felicitaron y le invitaron al mundo feliz.
Un mundo donde el hijo de Merhi y demás muertos, los presos políticos, los botados de PDVSA, los propietarios confiscados, las víctimas de las listas, el robo más descarado y descomunal de las arcas nacionales del que se tenga noticia, la entrega de la patria a países forajidos, y tantos crímenes más por los que tantos sufren y lloran, esos hechos ya no existen, eso es pasado…
Porque ahora, en el mundo nuevo, en el mundo post 02 de diciembre, en Venezuela tenemos democracia y un país bonito, reconciliado y en paz.
Para finalizar, insisto en lo que alguna vez dije. Yo la lucha la mantendré hasta que me muera, y jamás olvidaré, para mi está prohibido olvidar… para mi la reconciliación empieza con la justicia, y sólo hay justicia cuando los criminales están en la cárcel y los hombres dignos son libres…
Hay justicia cuando Francisco Usón comparta la vida con su esposa y vea a sus hijos crecer mientras los que hoy están en el poder paguen sus delitos, hay justicia cuando las élites de un país lleven la batuta y los demás sigan y no al revés…hay justicia cuando actos como los del domingo no sean posibles, porque las leyes se cumplen y la gente no renuncia a sus principios y valores en aras de fines políticos subalternos.
Repito, no creo que la sociedad sea criticable. Los únicos vencedores el domingo pasado fueron la sociedad como un todo y el espíritu hermoso de los estudiantes… fueron vencedores porque actuaron, porque se preocuparon, porque reaccionaron…
Pero los políticos y las élites…esos deben cuestionarse, lo menos que pueden hacer, es cuestionarse. ¿Dónde están sus ideas y propuestas? ¿Hacia dónde ven caminar a Venezuela? ¿Qué son en realidad, aparte de movimientos electorales? ¿Qué son, aparte de defensores de un voto que no vale nada?
La justicia llegará el día en que creamos posible que pueda llegar, el día que hagamos lo que los principios y la dignidad nos gritan que tenemos que hacer…porque lo inaceptable, no debería seguirse aceptando.
Es una vergüenza ser venezolano con un régimen como el que tenemos. Uribe triunfa en Colombia porque no le da tregua a los narcoguerrilleros, porque dijo NO, cuando todos le recomendaban seguir diciendo que SI, porque no se sentó a reconciliarse con los criminales, porque les dijo NO y punto. En Venezuela el ejemplo de Uribe es válido y necesario.
¿Hasta cuándo seguiremos tolerando? El NO del domingo no fue un NO…fue un SI… Nuevamente Venezuela decidió aceptar lo inaceptable… decidió continuar con lo que no se puede continuar…
El domingo 02 de diciembre de 2007, Venezuela prefirió seguir siendo esclava. Vergüenza para los dirigentes que lo alentaron y permitieron.

*ANDRÉS OPPENHEIMER ESCRIBE PARA LA NACIÓN: “UN TRIUNFO MAYOR DE LO QUE PARECE”




Claves americanas
Un triunfo mayor de lo que parece
Por ANDRÉS OPPENHEIMER
Martes 4 de diciembre de 2007
Publicado en la Edición impresa Noticias de Exterior:
MIAMI.- La victoria de la oposición venezolana en el referéndum promovido por el presidente Hugo Chávez para reformar la Constitución y crear un Estado totalitario "socialista" al estilo cubano fue mucho más significativa -y geográficamente podría tener mayor alcance- de lo que podría indicar el margen oficial del 50,7 al 49,3 por ciento.
Es cierto que Chávez se mantiene firmemente en el poder y que su gobierno no se ve amenazado en el corto plazo. Pero el triunfo opositor cambió el panorama político de la noche a la mañana y hará que les resulte más difícil a los líderes de Bolivia, Ecuador y Nicaragua -respaldados por Chávez- cambiar las leyes de sus respectivos países para poder convertirse en presidentes vitalicios.
Entre los motivos por los que el triunfo opositor es más significativo de lo que parece figuran:
En primer lugar, la victoria de la oposición podría ser por un margen más amplio que el anunciado oficialmente. Mientras las autoridades electorales venezolanas anunciaron la derrota de la reforma por una diferencia del 1,4% con casi el 90% de los votos escrutados, Ojo Electoral, el organismo independiente que supervisó el proceso electoral con el aval del gobierno venezolano, señaló que la oposición ganó por un margen del 3,8%.
"No sabemos si en nuestro conteo rápido dejamos sin escrutar algunos votos de zonas rurales y pueblos de menos de 10.000 habitantes, donde Chávez generalmente gana, o si hubo un acuerdo entre la oposición y el gobierno por el cual las autoridades electorales anunciaron los resultados, calificándolos de «irreversibles», pero por una diferencia menor", me dijo por teléfono Pedro Nikken, el funcionario de Ojo Electoral.
En segundo término, la derrota de la reforma, que habría creado un "Estado socialista" legitimado constitucionalmente y le habría dado a Chávez poderes para ser reelegido indefinidamente, se produjo a pesar de la abstención de aproximadamente el 44% del padrón.
Los encuestadores expresaron ayer que la abstención se registró en gran parte en los barrios pobres chavistas, donde la gente se resistió a votar por un régimen al estilo cubano, así como en los distritos antichavistas, donde la gente fue intimidada para no ir a votar o pensó que sería una pérdida de tiempo porque de todas maneras el gobierno manipularía los resultados.
Ahora que la oposición triunfó, muchos de esos votantes antichavistas que se quedaron en casa posiblemente voten en las próximas elecciones. Esto da a la oposición un espacio significativo para crecer y debilita la estrategia de Chávez de ganar las elecciones por medio de la combinación de intimidación gubernamental y masiva distribución de recursos para obtener votos.
En tercer lugar, el resultado fue un duro golpe para la autopromovida aura de invencibilidad de Chávez. El presidente había ganado cada una de las cinco elecciones nacionales anteriores, lo que había llevado a muchos a creer que era imbatible, por lo menos mientras siguiera disfrutando de la bonanza petrolera.
En cuarto lugar, el resultado del referéndum marcó el surgimiento de una nueva oposición en Venezuela. En vez de estar liderada por partidos políticos tradicionales -desacreditados por una larga historia de corrupción-, tuvo al frente nuevos protagonistas, como el movimiento estudiantil que ganó la calle para protestar contra el cierre de la cadena de televisión RCTV y el ex ministro de Defensa de Chávez, el general Raúl Isaías Baduel, que en vísperas del referéndum se pronunció en contra de la reforma.
Quinto, el resultado del referéndum venezolano alentará a las fuerzas opositoras en Bolivia, Ecuador y Nicaragua y las convencerá de que pueden neutralizar los esfuerzos de sus respectivos presidentes de reformar las leyes y crear regímenes de izquierda gobernados por aspirantes a presidente vitalicios.
"En Venezuela, el mensaje de mucha gente que normalmente vota por Chávez fue: todavía te amamos, pero no nos gusta la manera en que estás pensando", comentó desde Caracas Ana Julia Jatar, del Centro Carr para la Política de Derechos Humanos de la Universidad de Harvard.
Lo mismo podría suceder en otros lugares. Si la oposición ganó en Venezuela, donde Chávez nada en petrodólares, cuenta con una popularidad del 60% y controla el Congreso, la Corte Suprema y gran parte de los medios, no hay motivos para pensar que eso no podría ocurrir en países como Bolivia, donde los líderes están embarcados en iniciativas semejantes para aferrarse al poder, pero sin el respaldo financiero ni político que tiene Chávez.
En suma, el triunfo opositor no firma el acta de defunción de Chávez ni le impide volver pronto con un nuevo proyecto para convertir a Venezuela en una dictadura al estilo cubano, pero es un serio revés para el líder narcisista-leninista de Venezuela y podría tener impacto en todos sus aliados de la región.