Antes
no era así. Y en algunos lugares tampoco es así. Me explico; antes del
advenimiento de las democracias neoprogresistas, populistas y, en su máxima
expresión para el siglo XXI, bolivarianas, no era necesario que el presidente
de turno saliera a aclarar cada dos semanas que si perdía las elecciones
entregaría el poder a los ganadores. Eso no se hacía, ni ocurría, cuando
funcionaban las criticadas democracias formales y burguesas de otrora, ni pasa
en muchas partes del orbe donde aun pervive el viejo sistema
democrático-republicano liberal.
Pues
en la Venezuela chavista, por ejemplo, pasa y casi diariamente. Salvo un lapsus
del hoy todopoderoso ministro de Defensa, quien siendo un mero general dijo que
si Chávez perdía no se iba a entregar el poder a los ganadores -lo que le
significó ascender de inmediato a comandante en jefe de las FFAA y luego a
ministro-, los gobernantes venezolanos repiten continuamente la cantinela, sin
que nadie les pregunte, que si pierden entregarán el poder. Como diciendo: “nosotros
seremos buenos perdedores”; “no nos quejaremos”, “aceptaremos el resultado”
(que quizá por ahí hay que buscar el detalle.)
El
propio comandante Chávez ocupa sus discursos en asegurar que entregará el poder
si pierde, aunque da por seguro que ganara, o en advertir a los venezolanos que
la oposición va a denunciar un fraude electoral (lo que pasa es que cuando uno
se quema con leche, cuando ve la vaca llora).
Sin
embargo parecería como que Chávez se está curando en salud. (Quizás ahí esté el
detalle). Dice el bolivariano que hay un complot de Estados Unidos y la
oposición, para decir que hubo fraude “cuando nosotros le ganemos (¿ya lo
sabe?) las elecciones el 7 de octubre”. Pero Chávez lo va a denunciar ante sus
amigos de la Unasur y Celac. Seguro que lo van a apoyar.
¿Y
por qué no va y lo denuncia también en la OEA? ¿Cree que tendrá problemas con
Insulza? ¿Y en la ONU, la UE, la OIT, la FAO, la OPEP? ¿Estarán todas
infiltradas? La Comisión de DD HH de la ONU en Ginebra anda bastante bien. Se
la recomiendo. Lo van a atender a satisfacción.
Para
crear tranquilidad y buen clima Chávez amenazó con nacionalizar a empresas y
bancos privados que colaboren con el presunto plan de la oposición, cosa que
por supuesto, para nada va a afectar la recolección de fondos para la campaña
electoral. Qué va. Chávez contará para las elecciones con todo el dinero y el
poder del Estado, y el control de la mayoría de los medios de comunicación, y
continuará con su desenfrenada persecución de los pocos medios independientes a
través de jueces y fiscales a su orden. Esta censura a la prensa llega a
extremos tales que no se apiada ni ante la salud de los venezolanos como ha
ocurrido recientemente con el caso de las aguas contaminadas.
También
recurre al terror y encomendó a “cuerpos de inteligencia nacional a estar
atentos a las acciones de las policías de algunas gobernaciones del país”, y
seguramente aparecerán las “listas”, como cuando quisieron apoderarse de las
nominas de votantes en las internas de la oposición.
Como
se ve un clima ideal para unas elecciones limpias, libres y democráticas,
-libertad de prensa, seguridad para los ciudadanos y los partidos, un gobierno
e institutos oficiales que dan garantías de imparcialidad, un Estado
prescindente- que más se puede pedir.
¿Que
el 7 de octubre va a haber fraude? ¿A quién se le ocurre?
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