“-Mi
situación personal estaba llegando a una crisis emocional-me contaba mi
amiga Yolimar Ibarra-, cuando descubro
que no me quedaba papel toilet en la despensa. Entonces, me pasé el martes de
esta semana recorriendo varios establecimientos para ver si lograba ponerle
mano a un paquetico de papel. Afortunadamente, como a las seis de la tarde, un
ángel se apiadó de mi y conseguí un rollo en un supermercado que… pero, ya me
veía poniendo un letrero en mi baño, para que las visitas lleven su papel
y me estaba mentalizando a usar agua y
jabón, para remover los desperdicios que deja la ciudad en mi trasero…”.
¿Quién se hubiese imaginado que nosotros
viviríamos esta situación como si acabásemos de salir de una guerra, o de un
desastre espantoso producto de la fuerza de la naturaleza?
Bueno,
así de pésimo gobierno ha sido la revolución, donde la mala administración, la
corrupción, y el pillaje han demolido nuestra economía y han colocado
“inexplicablemente” nuestras reservas internacionales en unos escasos y
palúdicos 17 mil millones de dólares que no alcanzan para satisfacer nuestras
necesidades de repuestos, medicinas, alimentos, insumos de toda índole y pare
de contar.
Es
como para llamar una emergencia nacional; hablarle claro al país, reconocer que
se debe cambiar de rumbo. Pedir la colaboración de todos y mandar a la llamada
revolución al basurero de la historia, pero el estimado Presidente no tiene
esos pantalones, ni ese nivel de liderazgo para hacer semejante reflexión y
llamado, independientemente del costo político que le acarrearía. ¿Es una
encrucijada, verdad?
Esta
semana se están viendo unas escenas terribles y penosas en los
establecimientos. Les digo, que ir de compras a la carnicería y charcutería ya
no es lo mismo. Surtir el congelador de carnes es costoso. Los consumidores que
pueden comprar -porque tienen poder adquisitivo o ahorros-, saben que tienen
que gastar unos cuantos miles de bolívares para lograrlo, en el caso de que las
carnicerías estén surtidas: No quiero decir cuánto necesita una familia pequeña
para meterle el relleno a las arepas, preparar la sopa, el arroz con algo o la
pasta mezclada con alguna proteína. Las amas de casa, se están inventando
formulas para complementar la dieta, pero es que los billetes no aceptan más
estiramientos y no son de goma. No me cabe la menor duda que el empobrecimiento
de las familias es intenso; que la desnutrición aumentará y la mala
alimentación ni se diga: es más que evidente el desmadre.
Una
señora que compraba pollo, preguntaba por el precio de las alitas de pollo o
del carapacho y es que un pollo cuesta 800 bolívares y no lo puede adquirir. Ni
se hable de los quesos y los rellenos para las arepas, todo el mundo dice y se
queja de los precios altos y de la poca plata y su escaso rendimiento. Y ahora
resulta que el atún y las sardinas están incomprables, no vale la pena gastar
en un poquito de atún enlatado por tanto dinero.
De
labios de la señora fue que escuché la exclamación: ¡Esto, no se aguanta! Sin
embargo, el Ministro Osorio insiste y dijo en un programa de José Vicente
Rangel, que en sesenta días no habrá escasez de productos, que se acabarán las
colas, que traerán medicinas, cauchos, baterías y nosotros nos preguntamos ¿Con
qué fundillo se sienta la cucaracha?
Luis Alfredo Rapozo
luisalfredorapozo@gmail.com
@luisrapozo
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