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miércoles, 5 de noviembre de 2014

JESÚS ALEXIS GONZÁLEZ, BRASIL, OTRO MODELO ECONÓMICO EXITOSO.

JESÚS ALEXIS GONZÁLEZ
Brasil, es una República Federal sustentada en una democracia parlamentaria donde el Presidente es Jefe de Estado y de Gobierno; es uno de los países más grande del mundo con una superficie de 8.514.880 kilómetros cuadrados con una población que supera los 200 millones de habitantes, y es la economía número 7 del mundo por volumen de PIB con un perfil de economía mixta ante la presencia de un capitalismo de mercado y una planificación socialista, ocupando hoy día el puesto 77 de 178 países en el Índice de Desarrollo Humano. 

Es de resaltar, que Brasil hasta el inicio de los años 60 asumió un modelo de desarrollo expansivo hacia adentro con énfasis en la promoción de las exportaciones tanto de materias primas como de productos industriales, que en simultaneo estimulaba la masificación del mercado interno; hasta su interrupción en 1964 a la luz de un golpe de Estado que instauró un largo periodo de gobiernos militares. A partir de los años 70 (coincidiendo con la crisis mundial), el modelo es orientado a un endeudamiento externo en aras de intentar mantener el crecimiento económico, lo cual obviamente condujo al país a un alto nivel de deuda y marcado estancamiento económico que para 1982 presentó una recesión propiciadora de un crecimiento negativo del PIB en un –3,3% durante 1983 (por vez primera en muchos años), hecho que impulsó la aplicación de un plan de ajuste general dirigido a reordenar el sector externo y controlar la inflación, el cual surtió efectos favorables hasta 1985 siendo que en 1987 reaparecen los síntomas recesivos, al extremo que para 1988 el PIB se estancó e indujo un crecimiento negativo en 1990; situación que dio paso a un ambiente nacional de inestabilidad política e institucional.
En la actualidad, Brasil es el primer productor mundial de café, caña de azúcar, naranjas y uno de los primeros productores de soja; cuenta con el mayor volumen de ganado comercial del mundo y es el cuarto exportador mundial de madera, segundo exportador mundial de hierro y principal productor de aluminio y hulla;  ese desenvolvimiento, le ha permitido un crecimiento ininterrumpido del PIB con un máximo del 7,5% en 2010. Cabe preguntarse: ¿cómo fue posible tal éxito? En 1994, siendo Ministro de Economía el economista Fernando Henrique Cardoso (posteriormente electo Presidente a finales de ese año) se instrumentó el denominado Plano Real de combate a la inflación poniendo en marcha políticas económicas parcialmente restrictivas a la par de un tipo de cambio controlado y bastante cercano al US$, hasta fijar en 1999 la libre fluctuación del cambio reemplazando el anclaje cambiario de la inflación por un ancla monetaria que respondía a metas de inflación predeterminadas; acción que se tradujo en su caída desde 2.477% en 1993 hasta 22% en 1995 y un 7,4% en el lapso 1995—2002; todo lo cual impulsó una estabilización de la economía y del entorno político—institucional. El Plano Real, se armonizó con un modelo económico claramente perfilado que posibilitó que en apenas 16 años (1994—2010) se revirtiera la crisis en favor de la elevación del bienestar general; con fundamento en 3 pilares fundamentales (y básicos). (1) un sistema de metas de inflación para mantener los precios domésticos bajo control (estabilidad) teniendo como norte la no tolerancia a la inflación; (2) flexibilidad cambiaria y (3) solvencia del sector público, en función a una disciplina fiscal generadora de superávits (alejándose de toda posibilidad de emisión de dinero inorgánico) que complementariamente aminoraba los riesgos de insolvencia del sector, gracias a la eficiente coordinación de las políticas fiscal y monetaria, en un marco de disociación entre el ciclo político y el ciclo económico. Resulta pertinente resaltar, que el éxito del modelo económico motivó su aceptación por parte dl nuevo Presidente Lula da Silva (año 2003), quien con apropiado pragmatismo le confirió continuidad a la política económica del “Gobierno anterior” propiciando, entre otras favorables reacciones, que el riesgo—país que se había situado en 2.062 puntos cuando era candidato (octubre 2002) disminuyera hasta 490 puntos al final del primer año de Gobierno; en estricta obviedad ante los resultados favorables que mostraba, tanto la política macroeconómica relativa a la estabilidad de precios y control de la inflación (desde 9,3% a finales de 2003 hasta un promedio del 5,1% en el periodo 2007—2010); como la responsabilidad fiscal y la solvencia del sector público, en conjunto con la flexibilidad cambiaria y la reducción de la deuda pública que se tradujo en una acumulación de reservas internacionales que facilitó la puesta en marcha de una política social, complementada por na expansión del crédito (prestamos) al sector privado a un ritmo promedio del 20% durante los 8 años de gobierno del Presidente Lula da Silva.
Ahora bien, nos surge otra interrogante: ¿se mantuvieron los pilares del modelo económico durante el primer Gobierno de Dilma Rousseff? Algunas realidades muestran que no, al referenciar temas como (a) el populismo subyacente en las políticas sociales en Programas como “Luz para Todos”, “Mi Casa Mi Vida”, “Bolsa Familia” (entre otros), que al amparo del crecimiento económico se enfocan (con justicia) en intentar reducir la desigualdad sin atacar a fondo el problema de la pobreza (que se mantiene como táctica electoral); (b) disminución de la autonomía legal del Banco Central, abriendo de tal manera la puerta a las presiones políticas; (c) instrumentación de una política fiscal expansionista con consecuente efecto sobre la inflación (desviando el objetivo del Plano Real); (d) trabas a las inversiones extranjeras; (e) intromisión gubernamental en la elección de los representantes de los Consejos Populares;  y (f) aumento en el índice de Percepción de la Corrupción del Sector Publico, alimentado por el caso Petrobras que según denuncias “transfirió” al partido de gobierno (entre 2006 y 2012) el 3% del monto de todos los contratos otorgados por la industria petrolera estatal.
En fin, pareciera que en 2015 se inicia un franco deterioro del modelo económico vigente, siendo que algunos organismos internacionales anuncian que el PIB caerá hasta un –0,3% en 2014.  Finalizamos con otra interrogante: ¿en 2018 se rompe la continuidad gubernamental del “lulalismo?
Jesús Alexis González
Jagp611@gmail.com     
@jesusalexis2020


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lunes, 30 de junio de 2014

DÁMASO JIMÉNEZ, LOBOTOMÍA DEL MODELO ECONÓMICO DE CHÁVEZ

Tarde o temprano el ángel del resentimiento comunista, del holocausto empresarial y responsable de instaurar una de las políticas de pobreza jamás vista en país petrolero alguno, caería en desgracia.

No cabe duda que Giordani es la pieza fundamental del modelo económico castrador que permitió a Chávez construir su inigualable manto de poder desde la corrupción de sus colaboradores, la destrucción del aparato productivo nacional, la arrogancia de un sistema clientelar inviable y la ruina de miles de emprendedores que vieron perder sus sueños y proyectos y ver fragmentadas sus familias, ante el inmenso colapso económico en que devino la alucinación febril de este ingeniero que viene dando tumbos desde el monte Olimpo con una carta desgraciada.

El nuevo "traidor" del proyecto socialista es hijo de un italiano comunista de la brigada Garibaldi que peleó en la guerra civil española para luego huir con su familia al Caribe. En honor a su padre formó el grupo "Garibaldi", junto a un equipo de profesores comunistas de la UCV entre ellos Héctor Navarro, Héctor Ciavaldini y Mari Pili Hernández, con el que emprendió una feroz cruzada que expropió fincas y empresas, instauró un inhumano control cambiario para controlar y cercar a todo un país, construyó con dineros del Estado una nueva clase pudiente carente de toda ética que se apropió tanto del mercado de divisas como de importaciones gracias a un control de cambio revanchista y retrechero, persiguió empresarios, profesores, profesionales, estudiantes y todo lo que oliera a disidencia, destruyó y compró medios para instaurar una hegemonía comunicacional que obligara a la censura, e ideó su máxima de sobrevivencia para 400 años de chavismo: "el piso político de la revolución nos lo da la gente pobre, por eso los pobres tendrán que seguir siendo pobres, los necesitamos así".

Es el cerebro ejecutor de las últimas cinco devaluaciones del bolívar, entre ellas la nefasta política monetaria de quitarle 3 ceros a la moneda por un "asunto psicológico" que permitiría subir la "autoestima" de los venezolanos, como lo evangelizó por todo el país desde sus 8 meses como ministro de finanzas su adlátere de turno, Rodrigo Cabezas.

Como bien lo señalara por el circuito Éxitos en Maracaibo el analista Kaled Yorde, con el tema de Giordani "estamos ante la conclusión definitiva de que el comunismo fracasó de forma rotunda en Venezuela, hipotecando la patria por 30 años con China por la venta obligatoria de petróleo a 40 dólares el barril, cuando los chinos lo revenden y se abonan ellos mismos la deuda".

Este modelo económico de Chávez generó una inflación que supera el 60% solo en el último año, el control cambiario viene de fracaso en fracaso como lo reveló Maduro al referirse al Sicad II, los alimentos registraron un alza del 76% mientras la escasez se ubica en 70 %, el sistema recrimina a los estudiantes que realizan estudios fuera del país pero se lo da a manos llenos a los "colaboracionistas" con empresas de maletín que ya dilapidaron casi 25 mil millones de dólares.

En su carta Giordani reveló que el propio Chávez mandó a "raspar la olla" de lo que quedaba en el erario público al malversar 236.582.608,57 bolívares en beneficio de su última campaña a la reelección. Todo esto indica que había conocimiento del tsunami financiero y profunda recesión que se nos venía encima, aunque nunca revelaron la "verdadera" situación de las arcas nacionales.

El "mea culpa" de Giordani publicado por los portales Aporrea y Rebelión, no muestra en ningún momento ni un ápice de remordimiento por parte del profesor de la UCV por lo dilapidado, ni siquiera por la entrega de las reservas de oro al gobierno de Fidel, ni por las 490 mil empresas que fueron obligadas a cerrar, ni las casi 200 mil nuevas familias hundidas en la pobreza extrema, ni por la responsabilidad en el fracaso en el que estamos inmersos.

Su carta solo revela odio y soberbia, bien sea porque jamás se le entregaron los manejos de Cadivi y quién sabe cuántas mil millonarias comisiones o nuevos controles.

Giordani es prácticamente el arquitecto en jefe de este desastre, sin desmeritar a Chávez como líder fundamental que le dio el garrote a costa de las grandes cantidades de adulación que requería, y a Maduro que se lo quita de encima ya tarde cuando prácticamente el daño está hecho, ahora que no queda mayor cosa que culparse los unos con los otros y librar una ardiente lucha roja intestinal, para preservarse a toda costa con lo que queda de un poder de Estado convertido en mero botín a repartir.

Giordani busca absolverse de los grandes daños que causó después de tanto tiempo usando el látigo y se esconde en la frase atribuida a Saramago: "mientras más viejo más libre, mientras más libre más radical", pero se le olvida otra más usada por tantos anónimos castigados en horas aciagas: "verdugo no pide clemencia".

Dámaso Jiménez
@damasojimenez

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jueves, 22 de mayo de 2014

FROILÁN BARRIOS, EL DILEMA SINDICAL ANTE LA REIVINDICACIÓN, EL MODELO ECONÓMICO Y LA DEMOCRACIA

En la historia de los siglos XX y XXI, numerosos han sido los episodios en los que los trabajadores y sus organizaciones, han participado en la resolución de crisis estructurales que conllevaron a naciones enteras a la ruina, y luego a retomar su reconstrucción por los senderos de la democracia y la libertad. Desde aquella Europa denominada prisión de pueblos hoy reconocida en la Zona Euro, o en la América Latina que superó las republiquitas bananeras y del concierto de sables que asoló al continente.

En nuestra historia republicana la participación obrera se hizo sentir desde los años 30 del siglo pasado, organizando los primeros sindicatos y la gran huelga petrolera, y al mismo tiempo el derecho de elegir gobernantes y la conquista de una vida digna. Para aquella generación sindical la lucha económica, la libertad y la democracia iban de la mano con los proyectos políticos de la camada juvenil de 1928.

Aún cuando los partidos políticos constituidos a lo largo del siglo XX fueron las vedette y los que lideraban los cambios de gestión gubernamental, en el seno del movimiento sindical venezolano se desarrollaron debates importantes sobre la participación de los trabajadores en la gestión de las empresas y el destino del modelo de sustitución de importaciones, eje de la economía nacional en el siglo pasado. Que era por cierto más endógeno que la descarada economía de puertos actual.

Con la llegada de la actual gestión en 1999 y la ofensiva desatada desde el Estado chavista contra las conquistas laborales, ha determinado que la acción sindical autónoma se haya ceñido sólo a los principios de libertad sindical, contratación colectiva, diálogo social, discriminación política entre otros y así retomar la esencia perdida en la crisis política de 2002-2003.

Esta confrontación ha determinado la movilización de una agenda en pro del trabajo digno y bien remunerado, cuya beligerancia e irritación laboral se manifiesta en miles de conflictos sociales en todo el país, los cuales empujan al sindicalismo venezolano a asumir un giro fundamental y emplazar radicalmente al Ejecutivo Nacional en torno al modelo económico estatista como el culpable directo de la precariedad laboral generalizada.

De qué le sirve hoy aprobar un contrato colectivo, aumento de salarios, si éste será devaluado en semanas con inflación de 56,3% en 2013 y se proyecta para 2014 en 70%, agravada la situación con el desabastecimiento y la escasez en 30%, similar a una economía de guerra. Esto hace inalcanzable la cesta alimentaria y básica para la vida decente.

Al cuestionamiento del modelo económico se asocia igualmente el surgimiento de un Estado policial que militariza las relaciones de trabajo y criminaliza la protesta laboral y estudiantil con miles de perseguidos. Esto determina que es el momento del sindicalismo venezolano de ampliar el espectro, manteniendo la lucha por la agenda laboral, por una economía promotora del trabajo digno, diálogo social y de democracia plena sobre la base de la unidad de acción.

Froilan Barrios Nieves
fbarriosnieves@gmail.com
@froilanbarrios

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