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jueves, 17 de julio de 2014

LUIS MANUEL AGUANA, LOPEZ, MIRES Y EL SISTEMA POLITICO

La carta enviada por Leopoldo López a Fernando Mires (verhttp://prodavinci.com/2014/07/10/actualidad/carta-de-leopoldo-lopez-a-fernando-mires/) no pudo ser más clara. Por eso me extrañó que en la entrevista realizada por Deutsche Welle a Mires (ver http://www.dw.de/el-gran-error-de-leopoldo-l%C3%B3pez/a-17780463), este indicara que “él (Leopoldo) no entendió lo que yo quería señalar cuando planteaba que el problema de base venezolano no es el Gobierno, sino el sistema político. 

Yo nunca propuse salir a cambiar el sistema porque eso no se puede hacer a corto plazo. Como muestra, un botón: Michelle Bachelet gobierna en Chile con la Constitución dictada por el general Augusto Pinochet.". Nos preguntamos entonces a qué "sistema político" se estaba refiriendo él, en su artículo titulado "No es el gobierno, es el sistema" (vehttp://prodavinci.com/2014/03/20/actualidad/no-es-el-gobierno-es-el-sistema-por-fernando-mires/).

La pregunta la contesta el propio Mires en su respuesta a Leopoldo (verhttp://prodavinci.com/blogs/respuesta-de-fernando-mires-a-leopoldo-lopez/) “Yo sostuve que los manifestantes, en su mayoría, no salían a derribar al gobierno, sino a luchar en contra de un sistema de dominación.”. Más claro no canta un gallo madrugador. Entonces, ¿por qué dice Mires que Leopoldo estaba hablando de otra cosa?

Precisamente el “sistema” al que alude Leopoldo que debemos desplazar es el mismo “sistema de dominación” al que alude Mires en el artículo que no es otro que el sistema de dominación comunista. Entonces ¿cuál es el desacuerdo? Que Mires es de la idea que no podemos salir en el corto plazo del “sistema de dominación” comunista que están tratándonos de imponer “a troche y moche” los títeres de los Castro en Miraflores: “Derribar un sistema, a diferencia de derribar un gobierno, no es cosa de días sino de años”. Y de acuerdo con este planteamiento todos deberíamos hacer cola frente al partido MUD para inscribirnos allí y esperar “ganar” algún día las elecciones…

Pero lo más interesante que dice Mires es que no es necesario un cambio constitucional para cambiar ese "sistema de dominación” al que alude, dando como ejemplo el caso chileno, porque Bachelet está gobernando con la constitución de Pinochet y porque este dictador aflojó el poder con una oposición unida. Y esa es la receta que plantea, que es la misma receta de la MUD: seguir el sainete electoral.

Pero hay que ajustar mejor el lente porque es posible que eso sea así en el modelo de laboratorio del caso venezolano que tiene el profesor Mires en Alemania. Vistas las cosas desde lejos donde cualquiera podría tener la percepción que los opositores MUD deberían estar haciendo su trabajo opositor, cualquiera caería en el error que Leopoldo y María Corina estaban “dividiendo” a la oposición al plantear “La Salida”, montando un escenario de protestas cívicas a contrapelo de ese plan electoral unitario que les dio resultado a los chilenos.

Y nada más lejano a la realidad. Lo primero que debemos precisarle al profesor Mires-y que tal vez Leopoldo no pueda, deba o quiera decir en su condición de responsable de uno de esos partidos de la MUD-, es que esa unión electoralista no representa ya al pueblo opositor venezolano. Son partidos vacíos que se han alzado con una representación que no tienen y que han pactado con el régimen una supervivencia a cambio de mantener una francachela electoral que le da soporte vital, a sabiendas de una manipulación técnico-electoral fraudulenta. Sugerimos al profesor Mires estudiar a fondo el video de Eric Ekvall, “Elecciones Presidenciales en Venezuela 2012” (http://youtu.be/nSa0kgHgcjs), así como revisar toda la documentación del fraude electoral venezolano desde el año 2004, publicado por ESDATA (http://esdata.info/papers/ ) y la Evaluación de los Resultados electorales presentados por el CNE en la elección Presidencial del 2012 (estudio Febres-Marquez http://esdata.info/pdf/EP_2012_Febres-Marquez.pdf), para que le ponga una lupa a la realidad “opositora” venezolana.

Entonces, lo que ha hecho Leopoldo no ha sido otra cosa que interpretar cabalmente el sentimiento de todos los venezolanos de que no es posible seguirle dando oxigeno a esa falacia so pena de enterrar lo poco que queda de la democracia venezolana. Entonces no es que “La Salida” dividió a la oposición sino que le dio el verdadero sentido al pueblo opositor; y que hasta que ese pueblo en su conjunto no se cale más a esa pretendida oposición de Vichy, habrá la percepción equivocada de dos supuestas “oposiciones”, cuando la verdad es que hay una sola y está en las calles. La otra está negociando con el régimen y no puede ser catalogada como tal.

Es por eso que ante la violación y asesinato de los hijos de una mujer llamada Venezuela por un régimen delincuente, los voceros de esa oposición de Vichy digan que la culpa no es del violador sino de la mujer que no se debió vestir de falda corta, poniendo preso a quienes se indignen manifestando lo contrario. El mundo al revés, pues.

El profesor Mires esgrime en su carta a Leopoldo lo mismo que la MUD:“elecciones tras elecciones la votación opositora ha ido ascendiendo”. Es claro que no puede ser de otra manera por las mismas razones de una manipulación electoral perversa. ¿Cómo se puede decir que todas las instituciones están contaminadas por un régimen como el que indica Mires y dejar afuera la institución electoral? ¿Cómo es posible decir que “Venezuela se puede llenar de muchos sandiegos y de muchos sancristóbales” si son los castro-comunistas los que cuentan los votos? Lo que ocurrió allí, como lo indique en su oportunidad (ver Los verdaderos ganadores del 25M en http://ticsddhh.blogspot.com/2014/05/los-verdaderos-ganadores-del-25m.html) lo decidió el régimen.

Concuerdo con el profesor Mires que con solo UNA oposición unificada podremos estar encaminados a salir de esta tragedia. Y eso es lo que pasará primero. Pero antes deberemos concordar todos que estamos en UNA DICTADURA y que los medios que se utilizan para salir de una son diferentes de aquellos que se usan para cambiar gobiernos en una democracia. Y paradójicamente los UNICOS en Venezuela que dicen que NO estamos en una dictadura son los principales voceros de los partidos a los que el profesor Mires llama oposición. Y eso me lleva directamente al tema Constituyente.

El derrumbe del sistema de partidos en 1998 dio paso a que el pueblo venezolano le diera la confianza a un golpista que ofreció una salida constituyente con la intención escondida de llevarnos al comunismo. Pero los responsables de ese derrumbe aun siguen vivitos y coleando, negocian con el régimen  y pretenden seguir en el juego político habiendo sido los creadores de Chávez pasando como opositores. Ya había explicado en ocasión de otra infeliz expresión del profesor Mires, en “Venezuela no habrá salida sin la MUD” (ver La MUD o el gobierno por otras vías http://ticsddhh.blogspot.com/2014/05/la-mud-o-el-gobierno-por-otras-vias.html) el origen y las pretensiones de quienes detentan la franquicia de la oposición en Venezuela. En efecto no saldremos de esto hasta que no exista una unidad, pero de criterios en relación a quien es y quien no es oposición.

Entonces, si los venezolanos no contamos con verdaderos opositores porque los franquiciantes están abrazados con el régimen y los únicos que hay están presos como Leopoldo, ni tenemos la esperanza de un pronunciamiento militar que nos devuelva la soberanía y haga respetar la constitución, la única vía que le queda al pueblo soberano es la vía constitucional. El que realmente no entendió la carta de Leopoldo fue el profesor Mires. Someter a la consideración del pueblo depositario del Poder Constituyente Originario, si con su firma avala no solo cambiar este “sistema de dominación” y ser gobernado en democracia, sino hacerlo con sus propias reglas.

Es posible que como indica el profesor Mires en su carta eso no sea “cosa de días sino de años”. Puede ser, pero dependerá de muchos factores y solo el tiempo lo pone Dios. Pero mas allá de salir de ese “sistema de dominación” es darnos un nuevo sistema político y constitucional que impida que esta tragedia nos vuelva a pasar en el futuro, con viejos o nuevos actores, reconstruyendo sobre otras bases al país en paz y reconciliados. Y si “en la historia moderna no hay ningún caso en el que un régimen haya sido cambiado por una Asamblea Constituyente” como dice el profesor, tampoco nadie antes de Simón Bolívar había liberado 5 naciones. Eso hizo para el asombro del planeta el bravo pueblo de Venezuela. En todo caso, como en la vida, siempre hay una primera vez…

Twitter:@laguana

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lunes, 25 de noviembre de 2013

ALFREDO CORONIL HARTMANN, LA ANTIPODA DE MISTER DANGER.

 Ayer nos sacudió, la no por esperada menos dolorosa noticia, del fallecimiento del hermano de luchas y de ideales Eric Ekvall, un ciudadano y luchador ejemplar. Conocimos, muy superficialmente, a Eric cuando vino, apenas un muchacho, cargado de conocimientos, de eficaz y rápida inteligencia, acompañando a Joe Napolitan a asesorar -hace ya varias décadas- la campaña presidencial de Acción Democrática, aquel espigado gringo no se limitó a consustanciarse con Venezuela, se fundió a ella.

Dejé de verlo por muchos años, aunque sabía de sus actividades exitosas y brillantes, sin duda fue un profesional de primer orden. 

 Me tocó reencontrarlo en este "tiempo del desprecio" -como diría Andre Malraux- y había devenido en un ser tan criollo como yo, dispuesto a jugársela por devolverle la libertad y la dignidad al país que él conoció y adoptó como suyo. 
 En pocos meses le tocó vivir la tragedia de ver morir a su bella y joven hija, una de las mas recordadas Miss Venezuela, uno de los mas duros golpes que cualquier progenitor pueda padecer, sobreponiéndose a su agobiante pérdida, a las escasas horas de haber regresado al país, ya estábamos reunidos estudiando escenarios y estrategias de lucha civil y civilista para la reconstrucción de esta "Tierra de gracia". Poco había pasado, cuando en un viaje de trabajo a México, le descubrieron la misma artera y terrible dolencia
En estos lustros de oprobiosa guerra a todo lo que signifique evolución, progreso, bienestar, uno de los usos "oficiales" mas frecuentes ha sido el reiterar, con la machacona estolidez de los eunucos intelectuales, la necesidad de "odiar" al "extranjero", como si fuésemos, no solos los herederos de alguna gran civilización precolombina destruida por la conquista, como México o el Perú, sino ignorando la realidad sociológica de que somos un país gloriosamente mestizo, en el cual la población "indígena" no llega al 1% de la totalidad. Recuerdo que en una oportunidad acudí a un programa de TV en el "Canal de todos los venezolanos" ese canal 8 que después fue de Mario Silva y una morralla de cafres acomplejados. Me había invitado Ernesto Villegas  y el otro entrevistado era el general Müler Rojas, en la conversación, entre tres amigos, porque así siempre los consideré a ambos y no puedo, ni deseo, evitar seguir sintiendo afecto por el sobreviviente, salió a relucir el obsesivo ritornelo de lo "endógeno" y "la oprobiosa planta del extranjero..." como dijo aquel otro orate de Cipriano Castro, yo pensé en recordarles la famosa frase de mi pariente Don Augusto Mijares: "... el problema indígena de Venezuela es que no hay indígenas", pero viendo el trío que formábamos, dije: no cabe duda, aquí estamos Ernesto Villegas POLJAK, entrevistando al general MÜLLER Rojas y a Alfredo Coronil HARTMANN, criollitos todos, puros y con plumas...
Así mas de una vez se pretendió calificar o descalificar a Eric por "gringo" el pueril argumento se estrellaba contra un sentido de pertenencia afectiva y de solidaridad con los dolores colectivos que ya serían deseables en muchos nacidos educados y enriquecidos en Venezuela y a costa de ella.
Es con hondo dolor que decimos hasta luego a este gran y ejemplar compatriota. Pronto deberemos respirar en la Patria libre y democrática que el soñó y por la cual luchó. Salud

NOTA: Recordando que ahora hay mucho "bachiller" que nunca ha leído a "Doña Barbara", me parece prudente aclarar que "Mister Danger" es un personaje de la gran novela de Rómulo Gallegos que, como su nombre sin ninguna sutileza lo indica, encarna el "peligro", el gringo malo asociado a los poderes feudales del llano de entonces, invadido de andinos gomeros y aventureros de toda laya que les servían de cómplices.

Alfredo Coronil 
acoronil@yahoo.com.mx

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jueves, 28 de marzo de 2013

ERIC EKVALL, DISCURSO VS. REALIDAD

Debe preguntarse: "¿Cuál es legado político que quiero dejar a los venezolanos?" Si se cree de verdad ser un David frente a un Goliat, que escoja muy bien la piedra que va a lanzar.
El discurso de Henrique Capriles la noche del 10 de marzo fue simplemente extraordinario. Quizás el mejor discurso político que haya pronunciado en su vida. Por primera vez, desde que asumió la candidatura de la oposición hace 11 meses, se mostró en perfecta sintonía con el sentir de quienes viven la cruenta realidad de este país. Tuve la impresión, y él mismo lo ratificó cuando dijo que había estado en consultas últimamente con una amplia gama de ciudadanos, que Capriles por fin se había abierto a escuchar opiniones diversas, que había derrumbado por fin el muro infranqueable que sus operadores en el Comando Venezuela habían erigido para mantenerlo apartado de las corrientes disidentes en la MUD, y aún más lejos de lo que sus voceros llamaban despectivamente “los radicales”.
Cuando un político va a pronunciar un discurso clave que dará el tono para toda su campaña, suele recurrir a encuestas que lo ayudan a definir con precisión no solamente los temas más importantes para su público target sino también sus propias fortalezas como candidato y desde luego las fortalezas y debilidades de su contrincante.
En este sentido, el discurso fue casi perfecto. Tocó las teclas que había que tocar. Primero, mantuvo un alto grado de respeto para el difunto.  A la vez, en una maniobra de jiu-jitsu político magistral, señaló al PSUV y sobre todo al entorno presidencial, mencionando por su nombre a quienes lo integran, como aquellos que habían faltado al respeto de su presidente. No observaron ni un minuto de silencio en la ceremonia de juramentación de Maduro en la Asamblea Nacional.  Y nos hizo recordar que, desde hace por lo menos diez años, los fieles seguidores de Chávez vienen culpando no al presidente sino al entorno presidencial por las promesas incumplidas, la corrupción y la ineficiencia de su gestión. Allí metió el dedo en la llaga. Dijo que Maduro y Cabello encabezaban ese entorno maloliente, y que lo único que les importaba, a diferencia de Chávez, era el poder y el dinero, pero no el país, y aún menos el pueblo. Quitó el manto de santidad en el cual se habían arropado e hizo hincapié, dirigiéndose a los mismos seguidores de Chávez, en la diferencia que existe entre Chávez la figura redentora y los oportunistas que lo rodean.
El hilo central del discurso fue el de La Mentira, la característica que más define el régimen. Capriles citó a su abuela, quien le enseñó a siempre decir la verdad. Y de allí dirigió una verdadera ráfaga de balas retóricas contra su contrincante, a quien ahora llama Nicolás, de tú a tú.  Dijo  que Nicolás mintió al afirmar que había sostenido una sesión de trabajo de cinco horas con Chávez semanas atrás. Aseveró que Chávez no murió el 5 de marzo, sino días, semanas o posiblemente meses antes.  El tema no tiene nada de nuevo, está en la calle desde hace tiempo, no solamente en Altamira sino en todo el país. Lo importante no es que se sepa y se hable de ello, sino que sea el mismo Capriles quien lo haya  señalado y, además, con crudeza. Nadie, salvo los más fieles seguidores de Chávez, cree el guión  que el régimen ha montado y sigue promoviendo, y dichos seguidores no sobrepasan el 30% de la población.
Capriles está en pie de guerra, y su discurso lo demostró. Sus seguidores, sobre todo los que se sintieron defraudados el 7 de octubre cuando tiró la toalla y de una manera abyecta y dócil aceptó una derrota sumamente cuestionada, seguramente se sentirán reforzados en su fe.
Sin embargo, quienes seguimos con lupa la mecánica electoral y hemos tomado el tiempo requerido para investigar a fondo exactamente cómo el gobierno manipula las elecciones, tenemos graves dudas sobre la estrategia trazada hasta ahora por Henrique Capriles.  En resumen, no vivimos en una democracia, ni siquiera en una autocracia, donde se cuentan todos los votos, como afirman repetidamente los voceros de la MUD, sino en una malandrocracia, donde se fabrican votos al antojo del régimen. Si todavía existen dudas al respecto les remito a la página web de la ONG Esdata, http://esdata.info/2012, donde las discrepancias entre la versión oficial y la realidad de lo que ocurrió el 7 de octubre están plasmadas.
En términos simples, se llama fraude. No triquiñuelas, ni ventajismos, ni trampitas. Fraude. Díganlo de una vez. No tengan miedo de pronunciar esta palabra que tiene atemorizados a algunos opositores bienpensantes.  Lean sobre todo el informe Febres Cordero – Márquez, donde los datos demuestran que en el mejor de los casos para Chávez la elección quedó en un empate técnico.
¿Qué hacer? Un creciente porcentaje de la población cree que a pesar de su falta real de apoyo y sus profundas contradicciones internas, los malandrócratas que manejan el régimen no abandonarán nunca el poder por los votos, y cueste lo que cueste siempre lograrán una ficticia “victoria electoral” con un ataque de fuerza bruta en las urnas, como en efecto hicieron hace 5 meses.  A mi juicio tienen razón.
Entonces la estrategia de Capriles no debería apuntar únicamente a ganar unas elecciones que nunca podrá ganar bajo las condiciones actuales, sino también demostrar a los ojos del mundo que las elecciones en Venezuela son una farsa. ¿Cómo hacerlo? En principio se debería presentar incondicionalmente una serie de exigencias básicas a fin de aclarar dudas sobre la confiabilidad del sistema. 
En nuestro caso, por ejemplo, sería exigir que haya equilibrio en la composición de la junta directiva del CNE; que se haga una auditoría independiente del registro electoral (el cual no ha sido auditado exitosamente en más de diez años, durante los cuales la población creció en un 14% y el Registro Electoral en 58% entre 2003 y 2012); que se retiren las máquinas captahuellas de todos los centros electorales (en ningún país del mundo se usan estas máquinas para asegurar –supuestamente– la identidad del votante, y nadie en su sano juicio en un país democrático propondría que estuvieran ¡conectadas a la máquina de votación!);  que se utilice tinta verdaderamente indeleble; que se retiren las laptops que miden el tráfico (e identifican a los votantes) en la entrada de los centros electorales;  que se retiren las milicias de los mismos… y una cantidad de otras medidas para eliminar ‘trucos’ que en este momento dan una enorme ventaja al régimen.
Al hacer públicas estas exigencias, y amenazar con no reconocer los resultados si no se cumplen, no solamente se pondría al régimen contra la pared, sino que se atraería la atención de los medios internacionales y se enfocaría el relato en la confiabilidad –hasta ahora poco cuestionada– del sistema electoral.
La objeción principal que se ha oído a esta propuesta (que fue planteada por cierto en junio del año pasado a Armando Briquet del Comando Venezuela) es que no hay tiempo. No hay tiempo para una auditoría, no hay tiempo para esto o lo otro. Pero si el propósito no es lograr que se cumplan las exigencias (que por supuesto nunca se cumplirán) sino demostrar que el régimen está jugando con cartas marcadas, basta con exigir sólo UNA medida, una medida que apunta a la esencia emblemáticamente perversa del sistema electoral venezolano.
Esta exigencia sería el retiro de las captahuellas. Los mismos técnicos de la MUD –y en particular Mario Torre, el gran defensor del sistema (ver http://bitakoraeva.blogspot.com/2012/07/video-sobre-el-sai-mario-torre-21-julio.html)– confiesan que no funciona el sistema de captahuellas-con-máquinas de votación SAI (acrónimo del Sistema de Autenticación (sic) Integrada) y sólo sirve para amedrentar al votante. De hecho, la mera existencia del SAI en los centros de votación viola dos preceptos sagrados del sufragio libre, según la misma Constitución de 1999, el Acuerdo de San José de la OEA, y la Declaración Universal de Derechos Humanos de la ONU sobre la libertad del voto y el secreto del voto.
¿Entonces? ¡Fuera captahuellas! El CNE tiene 30 días para no conectar las captahuellas en las mesas de votación. ¿Es factible hacerlo? Por supuesto. ¿Lo hará el CNE? Por supuesto que no. Pero allí está el detalle. Henrique se habrá pronunciado públicamente, de manera firme y enfática, en contra de un sistema de control social ‘orwelliano’.  Si tiene bien claros sus principios, si tiene el valor de defender a capa y espada el derecho al sufragio libre de los ciudadanos y encuentra el coraje de lanzar un muy contundente ultimátum al régimen, que se pronuncie: “Si no retiran las captahuellas, que sólo sirven para infundir miedo en el votante, ¡no reconoceremos los resultados electorales la noche del 14 de abril!”
Así se crea un impacto mediático contundente e internacional. Y así se devela un régimen neo-totalitario que usa elecciones fraudulentas para legitimarse a los ojos del mundo.
Henrique Capriles debe leer cuanto antes los siete informes reseñados en dos de las publicaciones académicas y científicas más prestigiosas del mundo, The International Statistical Review (6 diciembre 2006) y Statistical Science (noviembre 2011) que demuestran el fraude tecnológico de las elecciones de 2004, además de los informes citados anteriormente en este artículo. Y debe pensar muy bien su estrategia. Debe olvidarse (si ya no se ha dado cuenta) que le será imposible ganar estas elecciones, aun teniendo una mayoría de los votantes a su favor.
Debe preguntarse: "¿Cuál es legado político que quiero dejar a los venezolanos?" Si se cree de verdad ser un David frente a un Goliat, que escoja muy bien la piedra que va a lanzar.
corpstratcom@gmail.com
@corpstratcom

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domingo, 14 de octubre de 2012

ERIC EKVALL, FRENTE A LAS PRIMARIAS: VERDADES INCÓMODAS O LA FALACIA DE LA ECONOMÍA DEL VOTO. ESCRITO EL 25 DE ENERO DE 2012

1.  El Silencio ensordecedor
Amigos me comentan a diario sus apreciaciones sobre la situación política. “¿Qué te parece el retiro de Leopoldo a favor de Henrique?”. “Diego y María Corina tienen las mejores ideas, pero ninguno de los dos tiene posibilidades de ganarle a Chávez”. “Yo creo que Diego está más claro en cuanto a la situación política, pero polariza demasiado, y lo que necesitamos para ganar en octubre es un candidato que sume en lugar de restar votos”. “Mira lo que dicen las encuestas, Henrique tiene más apoyo y parece ser el único que puede sumar votos y salir ganador en octubre”. “Pablo tiene el apoyo de los grandes partidos, sus propuestas sintonizan con el chavismo, y puede garantizar una transición sin violencia”.
Cada vez que escucho este tipo de comentarios, tengo la sensación de vivir en otro país. A tres semanas de las primarias muchos de mis amigos alimentan grandes expectativas hacia el futuro: piensan que elegiremos un candidato opositor y  que si éste logra sumar alrededor de él una siempre creciente mayoría de votantes insatisfechos con estos 13 años de chavismo, con propuestas sensatas englobadas dentro una excelente campaña electoral, tendremos grandes posibilidades de ganar las elecciones en octubre.
Entiendo su postura, entiendo su razonamiento, y con cierta nostalgia quisiera compartir su sueño. Pero la cruda e implacable realidad del entorno político en el que vivimos no me permite ni soñarlo. En cambio, trato con paciencia de explicar a mis amigos que a pesar de su optimismo – reflejado en ese slogan devenido tan ubicuo en estos días, “2012, el Año del Cambio”- a pesar de la percepción de que Chávez está cayendo en las encuestas y de que la oposición está supuestamente más unida que nunca, los venezolanos no vivimos en democracia, que esta es una dictadura, que los dictadores pueden celebrar elecciones – como lo hacen en Cuba, Bielorrusia y otras dictaduras -  pero nunca las pierden, y que la mafia narco-terrorista-militar que se ha ido adueñando del país tiene tantos expedientes abiertos y por abrir que nunca, nuncadejará el poder. Porque perder el poder significa perder la inmunidad que confiere ser amo de un país soberano.
Usualmente a estas alturas no pierdo mi tiempo en enumerar los estudios divulgados por publicaciones académicas del más alto prestigio a nivel mundial que afirman, sin ambages, que desde el 2004 el sistema electoral venezolano es un casino donde el dueño del casino reparte las fichas según sus preferencias y determina quién gana y quién pierde. 

Ya no trato de explicar, cifras en mano, cómo la cuarta parte de los votantes inscritos en los últimos diez años en el Registro Electoral Permanente existe sólo en nombre. Aún cuando demuestro que casi el 100% de las personas mayores de 18 años en Venezuela están inscritos en el REP, y que hace cuatro años, sólo en el Distrito Capital, según cifras del INE, había una población mayor de 1.514.403 habitantes, mientras que dos años después, según cifras del CNE, 2.100.977 votantes del Distrito Capital estaban inscritos en el REP (www.analitica.com/va/politica/opinion/3093490.pdf).
Repito: entre 2008 y 2010 (si uno acepta como verdad la absurda tesis que 100% de  los habitantes mayores de 18 años en el DF están inscritos en el REP) el número de votantes aumentó en un 39%.
Tómese un minuto para digerir las implicaciones de estas cifras oficiales – ¡cifras oficiales! En dos años la población de mayores de 18 años en el Distrito Capital ha crecido en un 39%.
Esto nos lleva indefectiblemente a la conclusión de que 28% de los inscritos en el Distrito Capital son votantes fantasmas.
Ud. puede con toda seguridad extrapolar esta fórmula y aplicarla al resto del país, sobre todo en las regiones rurales, donde más han crecido los nuevos centros de votación (y la cantidad de votantes virtuales) y donde hay menos control por parte de la oposición. Y no olvide que la oposición nunca ha podido establecer y mantener una presencia firme en más de 60% de los centros de votación a nivel nacional.
Examinemos estas cifras desde una perspectiva global: En los países donde el registro es voluntario, como es el caso de Venezuela, el porcentaje de votantes elegibles (mayores de edad) inscritos en el registro electoral de sus respectivos países oscila entre 70% y 75%, aún en las democracias más maduras.  Partiendo de la premisa razonable de que el 65% de los venezolanos son mayores de edad, y que tenemos una población de  28,5 millones de habitantes, son18.525.000 los venezolanos mayores de 18 años. 

¿Qué nos dice el CNE en cuanto a votantes inscritos en el REP? En diciembre 2011 contabilizó 18.338.913 votantes inscritos. Si aplicamos la fórmula aceptada según la cual entre 70% y 75% de los mayores de edad estaría inscritos en el REP, tendríamos una verdadera inscripción electoral que oscila entre aproximadamente 13 y 13.9 millones de votantes de carne y hueso. De ahí la cifra mínima de 5 millones de votantes fantasmas.
La develación de esta burda y descarada manipulación, esta mentira tan obvia, tan fácilmente comprobada, debería ser motivo de indignación ciudadana, de llamadas a la acción, de manifestaciones nacionales, de reclamos a instancias regionales e internacionales y de exigencias específicas por parte de la MUD para que se investiguen de manera exhaustiva las cifras del REP y las metodologías empleadas por el CNE y el INE a nivel nacional. Pero nada. Lo que se escucha es un silencio ensordecedor, para muchos incomprensible, por parte de quienes se ufanan de ser los dirigentes de la oposición.
1.    2.       Cambio de Paradigma
Uno bien podría preguntarse por qué a veces con ciertos amigos me resigno a no insistir en explicar con detalle la magnitud del fraude que el régimen sigue montando a diario (el Registro está abierto; el CNE sigue inscribiendo votantes, quizás votantes de verdad, seguramente votantes fantasmas) a fin de asegurarse una holgada victoria el 7 de octubre.
La respuesta no es fácil. Por un lado, muchas personas prefieren vivir una ilusión cómoda en lugar de enfrentar una verdad incómoda. Muchas personas sencillamente no logran cambiar de paradigma.
Cambiar de paradigma significa desechar todo lo que uno cree saber sobre un asunto y aceptar, basándose en nuevas evidencias, una nueva verdad. Nuestro planeta fue creado hace entre 5 y 6 millardos de años, no es plano, y da vueltas alrededor del sol, y no al revés. Hoy aceptamos estas verdades como tales, pero hace 500 años hacía falta ser un hereje para tener creencias así, y el conjunto de dogmas de la Iglesia Católica Apostólica Romana garantizaba que al expresarlas abiertamente los herejes pagaran con su vida el atrevimiento.
Frente a las evidencias irrefutables sobre el fraude y confrontado con el hecho de que no solamente estas evidencias se han hecho públicas desde hace muchos años (aunque hayan tenido muy poco eco en los medios masivos de comunicación) sino que todos los altos dirigentes políticos y candidatos a las primarias están al tanto de esta información, el venezolano inteligente con conciencia cívica se enfrenta a un terrible dilema. O sigue aferrado al paradigma convencional (la MUD habla claro, actúa de buena fe, representa mis intereses, representa un auténtico cambio, aspira apoyar a un candidato que remplace a Hugo Chávez, etc.) o entra en un mundo desconocido, un mundo que en los mapamundis del siglo XV los cartógrafos señalaban como Terra Incognita, poblada de monstruos. En este mundo abundan los interrogantes, y escasean las respuestas claras. El mero hecho de reflexionar sobre estos temas y hacerse estos interrogantes implica que uno está cambiando un paradigma cómodo por un paradigma terriblemente inquietante. Y para algunos eso implica  coquetear con la herejía; podría pagarse caro,  muy caro, ese pecado.
Por ejemplo: si la MUD se resiste enérgicamente a reconocer, denunciar con vehemencia y rectificar el carácter fraudulento de un sistema electoral que garantizará sin duda una holgada victoria al candidato oficialista en octubre, ¿A qué intereses responde? Y la respuesta inevitable es que los líderes de la MUD no están comprometidos con un cambio de gobierno. Algunos de los candidatos, evidentemente sí y otros, aparentemente, no.
Hay un dicho en inglés, “Politics makes strange bedfellows”, cuya traducción sería algo como “en la política todo es posible” o, mejor dicho, “en la política hasta los polos opuestos se pueden juntar”. En nuestro caso, pareciera que el régimen se ha aliado con algunos poderosos jerarcas de la MUD, con el apoyo de figuras claves en los medios de comunicación, para instaurar un Tribunal del Santo Oficio de la Inquisición Electoral, desde el cual se impone a la fuerza un dogma que consiste en no hablar del fraude, y así permitir no solamente la reelección (¿indefinida?) del dictador o su candidato designado sino también la instauración de un aparato burocrático opositor alimentado y controlado por el régimen, el cual fungiría cual Pueblo de Potemkin, como Partido Unido de la Oposición. Un Partido Unido de la eterna Oposición que satisfaría la necesidad de este régimen forajido, criminal y terrorista, de presentarse como legítimo a los ojos del mundo. Y para seguir alimentándose a sus anchas del erario público.
Creo que poco a poco los venezolanos opositores conscientes están cambiando de paradigma. Por supuesto cuesta mucho hacerlo. Significa deshacerse de las creencias y las lealtades reflexivas a través de las cuales uno ha ido construyendo su realidad política durante toda una vida. Significa ver con ojos muy  abiertos quién es quién, de verdad. Significa, en una palabra, despertar, y ver el mundo como es, y no como uno quisiese que fuera.
1.    3.       Cuentas claras
Como asesor político con más de 35 años trabajando en tres continentes con decenas de candidatos a todos los niveles, creía haberlo visto todo. Pero el actual panorama electoral venezolano (el verdadero, no el que se le ofrece al público, el pan y circo del show montado para las masas) desafía la imaginación.
Ahora bien ¿Qué hacer frente al pan y circo de las primarias? Porque, recordémoslo, el mismo régimen, actuando a través del CNE – que tiene una trampa mortal montada para las elecciones de octubre, con la complicidad activa y pasiva de poderosos sectores de la oposición- es el que maneja y controla en gran parte el proceso de las primarias. Estemos muy claros: Chávez quiere medirse contra un candidato cómodo, un candidato que no lo ofenderá, que no le hará preguntas indiscretas, que no profundizará en las incoherencias, mentiras y -llamémoslo por su nombre – asuntos de la criminalidad en la que se ha incurrido en los últimos 13 años.
Sea usted el juez. ¿Cuál de los ahora cinco candidatos le conviene más a Chávez como contrincante? Olvídese por una vez de los intricados cálculos electorales que hacen los analistas políticos que salen cada día con sus pronósticos, de que si éste tiene más carisma que el otro, o que si tal o cual partido tiene más arraigo; que si la oferta de fulano supera a la oferta de fulana. Olvídese del viejo paradigma, que supone que estamos en un ciclo electoral donde, aún si nos tienden trampas por aquí y por allá, el candidato opositor podrá ganar si obtiene “una avalancha de votos”.
Volvamos a las cuentas anteriores.
En este momento, el REP tiene inscritos aproximadamente 18 millones de votantes, de los cuales 5 millones (según se puede extrapolar de las cifras mencionadas anteriormente) son votantes fantasmas o virtuales. Partiendo de la premisa de que altas tasas de abstención favorecen al candidato del gobierno (ya que tiene 5 millones de votos ya tabulados a su favor), hagamos un ejercicio teórico: supongamos que habrá este año una participación real de 75% de los electores. Es decir, 75% de los 13.5 millones de votantes (los de carne y hueso) decide votar y se abstiene un 25%.  Es decir, votan un poco más de 10 millones de electores.
Supongamos (aunque sea poco probable, ya que el chavismo maneja mucho mejor que la oposición sus operativos caza-votos el día de las elecciones) que la mitad sea de votantes chavistas, y la mitad sea de la oposición.
Imaginemos además que dentro de este universo de votantes reales, el candidato opositor, haciendo una campaña brillante frente a un candidato de gobierno débil, logra captar 65% de los votos.  Habrá conseguido 6,5 millones de votos contra 3.5 millones.  Pero, recuérdese, quedan por contabilizar los 5 millones de votos fantasmas ya que  – a diferencia de las elecciones regionales y municipales, donde existen más controles a nivel local y se puede fiscalizar mejor el proceso- el chavismo los verterá a su favor en la sala de totalización tan fácilmente como uno vierte un tobo de agua en la bañera.
De repente, estos 5 millones de votos virtuales se agregan a los 3.5 votos auténticos del chavismo, y Chávez gana con 8.5 millones de votos contra 6.5 de la oposición y el resultado electoral es 56% a 44%, con un margen de victoria de 2 millones de votos.
Y éste es el mejor de los casos imaginables para la oposición.
Basándome en estos sencillos cálculos, sostengo que para la oposición es políticamente y matemáticamente imposible, bajo las condiciones actuales, ganar las elecciones presidenciales.
1.    4.       La verdadera alternativa
Entonces ¿Cuál debería ser la postura de la oposición frente a las primarias? Esto depende de qué buscamos lograr con la campaña electoral. A sabiendas de que la partida  está perdida de antemano, como ya se supone y se habla en las más altas esferas de la cúpula oposicionista, ¿Deberíamos buscar complacer el régimen con una campaña inofensiva, una campaña basada en estrategias electorales tradicionales?, ¿Buscaremos aglutinar votos de la manera menos ofensiva, y superar la oferta electoral del opositor con la vana esperanza de que podremos cohabitar apaciblemente con el enemigo en el 2013, negociando cuotas de poder según las viejas reglas del juego político venezolano? ¿Es esto lo que buscamos?
Esta parece ser ya la estrategia de varios candidatos que se esfuerzan en no ofender ni acusar a nadie, en no hacer preguntas incómodas, en quedar bien con todo el mundo.
Una estrategia alternativa consistiría en develar detalladamente, de manera contundente y sin cortapisas, la naturaleza intrínsecamente fraudulenta del proceso electoral. Demostrar que las estructuras legalistas que sostienen al régimen y le confieren legitimidad son una mentira. Concentrar los ataques contra el punto en que el régimen es más vulnerable y así deslegitimarlo a los ojos del mundo. Porque la cadena de posibles acciones futuras debe pasar por la deslegitimación de un régimen que proclama al mundo que es una democracia, mientras actúa en las sombras como la más cruenta dictadura. Los países que vivieron la Primavera Árabe están tratando de pasar de dictaduras a democracias, ya que ellos mismos y el resto del mundo entienden su historia. El camino venezolano debe ser distinto: antes de instaurar una auténtica democracia, se debe demostrar a los ciudadanos y a los ojos del mundo que aquí se vive en dictadura, no en democracia, y por ende los venezolanos tienen la responsabilidad y el deber de desenmascarar la farsa, y deslegitimar a Hugo Chávez y su régimen, antes de emprender la ardua tarea de reconstruir el país según principios de justicia, igualdad, respeto y transparencia.
Pablo Medina viene haciéndolo desde hace tiempo. Diego Arria lo hace cada día con más convicción y autoridad. Y María Corina por fin está descubriendo que el cazar águilas con temple y audacia reporta más dividendos políticos que ofrecer más y mejores programas sociales.
Los venezolanos deben  tener muy claro cuál es el camino que quieren seguir, porque hay solo dos caminos. Los estudiantes que hasta ahora han invertido su capital político en candidatos oportunistas deben decidir qué clase de país quieren construir, porque el país que se está construyendo, o destruyendo, ya les pertenece, para bien o para mal. Nos toca a todos escoger este 12 de febrero entre un perverso puntofijismo del Siglo 21 y una ruptura sistémica con el pasado. No nos queda otra.
Eric Ekvall
25 enero 2012
@corpstratcom
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viernes, 28 de septiembre de 2012

ERIC EKVALL, LO QUE NINGUNA ENCUESTA DICE

Las encuestas que podríamos calificar de serias muestran que Henrique Capriles goza de una ligera ventaja sobre Hugo Chávez, y la mayoría coinciden en que hay muy pocos indecisos, y por ende la competencia en la recta final de la campaña será muy reñida.
Eso nos dicen los encuestadores. Pero ¿Qué es lo que no dicen?
Primero, pasan por alto el hecho de que en ninguna encuesta hecha en la Venezuela de hoy el encuestado puede sentirse seguro de que sus creencias y opiniones no vayan a engordar algún expediente gubernamental. No solo quienes estudian la historia de regímenes totalitarios saben que estos gobiernos suelen construir detallados archivos sobre qué hacen y qué piensan sus súbditos, como fue el casi de la Stasi en Alemania oriental, la Securitate en Rumania, la KGB en la Unión Soviética y sigue siendo el caso de los servicios de inteligencia cubanos en la Cuba (y la Venezuela) de hoy. Basta ver el noticiero del canal del Estado para darse cuenta de que el gobierno te vigila, te escucha, interviene tus correos electrónicos y busca saber qué pienses, qué dices y con quién andas.
Para que una encuesta tenga validez, se tiene que suponer que el encuestado confía en que sus respuestas serán tratadas con cierta confidencialidad. Por esta razón, en ningún país el encuestador le pregunta el nombre al encuestado. Puede pararse frente a su casa, hacerle la entrevista a través de la reja de su portón, pero sin preguntarle nunca su nombre. Pero en Venezuela, un país donde no hay secretos, donde el Gobierno se da el derecho de meterse en la casa de todo el mundo, para el encuestado quedará siempre la duda. “¿Quién era de verdad ese señor? No me preguntó mi nombre, pero sabe donde vivo. ¿Trabaja de verdad para la empresa Datamatic? ¿O será un agente encubierto del PSUV?”
Es difícil entender por qué en la Venezuela de hoy, los encuestadores serios, profesionales, de larga trayectoria, no reconocen que las técnicas y métodos que utilizan – perfectamente adecuados para países donde se vive en libertad- sencillamente carecen de utilidad en un entorno político-social híper-autoritario como el nuestro.
¿Se pueden hacer encuestas en un país así ? Claro que sí, pero como debe ser bien obvio, no se puede confiar en los resultados, a menos que se les apliquen métodos que permitan interpretar de manera confiable esos resultados.
CUANDO LOS ENCUESTADOS MIENTEN
A inicios de la campaña presidencial de Manuel Rosales en 2006,  la prestigiosa encuestadora norteamericana Penn Schoen Berland diseñó un experimento para testear la hipótesis de que el encuestado, cuando duda de que su identidad sea mantenida en confianza, tiende a mentir al encuestador. No entraré en detalles sobre cómo fue diseñado y ejecutado este experimento en este artículo. Quienes quieren saber más sobre ello pueden leer un artículo que escribí hace seis meses sobre el tema en http://porlaconciencia.com/?p=3458.
En resumen, Penn Schoen Berland descubrió que había una brecha de 14 puntos entre la encuesta hecha a puerta de casa y la que garantizaba en un 100% el anonimato del encuestado. Esta brecha siempre favorecía a Chávez. Los 14 puntos representaban el cambio en la intención del voto de un 7% de los encuestados quienes, temiendo alguna represalia del gobierno, disimularon su preferencia por Rosales y expresaron que votarían por Chávez. En efecto, el 7% de los encuestados mentía. Douglas Schoen llamó ‘Factor Miedo’ a esta brecha entre la verdad y la mentira.
¿CUÁNTOS MIENTEN HOY?
Hoy faltan instrumentos precisos de medición como los que utilizó Penn Schoen Berland en 2006, y es difícil cuantificar con precisión el grado de miedo que existe en el ambiente político-social actual. Por un lado es un hecho que aunque el gobierno no es más abiertamente represivo que hace seis años, su injerencia en la vida privada de los ciudadanos ha aumentado, y hay  más ciudadanos que nunca en situación de dependencia  del Estado, que son, por ende, más vulnerables a la coacción gubernamental.
El ambiente es más tenso que nunca, pero Chávez está experimentando también un declive irreversible. Por otra parte, Capriles no es ningún Rosales. Inspira más confianza, tiene una relación afectiva extraordinariamente auténtica con lo que se perfila como una clara mayoría del país. Además, muchos venezolanos sienten que ya no tienen nada que perder, que el reino de Chávez ha llegado a su fin; saben que en estas elecciones se está jugando la suerte final de un país y ya no tienen miedo de decirlo abiertamente. Otros, sin embargo, temen perder sus beneficios, su beca, el crédito que espera, o la posibilidad de que le salga una casa en el Kino de la Misión Vivienda. O tienen miedo de ser descubiertos en su intención de voto por el cambio después de haber recibido durante la campaña una nevera o una lavadora.
En junio pasado consulté con uno de los mejores encuestadores políticos del país sobre este tema. Él reconoció que existe un ‘factor miedo’ no reconocido y aún menos contabilizado en todas las encuestas hechas actualmente en Venezuela y opinó que está situado  en un mínimo de 16% y un posible máximo de hasta un 20%. Esto significa que hoy entre 8% y 10% de los encuestados mienten cuando contestan a la pregunta “Si las elecciones fueran hoy ¿Por quién votaría Ud.?”
Si uno analiza las encuestas a través del filtro de un ‘factor miedo’ de 16 a 20 puntos encontrará el verdadero sentir de la calle en este momento. Utilizando la fórmula que consiste en restar entre 8 y 10 puntos a Chávez y sumar entre 8 y 10 puntos a favor de Capriles, el panorama empieza a favorecer dramáticamente a Capriles.  Por ejemplo: los resultados de esta última encuesta de Varianzas donde Chávez le lleva una ventaja a Capriles de 2 puntos, de 49,7% contra 47,7%, se convierten en una ventaja para Capriles de entre 55,7% a 57,7% contra un 39,7% a 41,7% por Chávez.
Más dramática aún es la brecha entre Capriles y Chávez si uno toma como punto de partida los resultados de la última encuesta de Consultores 21, que da un 48,1% a Capriles y un 46,2% a Chávez. Sacando la cuenta con un muy conservador ‘factor miedo’ estimado en 16 puntos, encontramos que Capriles le gana a Chávez  con 56,1% contra 38,2%.
¿No es ésta la correlación de fuerzas que se palpa en Venezuela hoy? Leonardo Padrón describió de manera elocuente hace unos días la extraordinaria sensación que experimentó cuando acompañó a Henrique Capriles en su campaña. No he visto ninguna narrativa similar que emane del mundo chavista. Al contrario, Hugo Chávez en lo personal está sufriendo un visible desmoronamiento moral y físico, y esto se está traduciendo en un deslave en lo político.  Como bien lo describió Luis Manuel Aguana en un recién publicado artículo titulado ‘7O: Punto de inflexión’, estamos frente a un proceso extraordinariamente dinámico, donde se rompen los equilibrios y donde un candidato experimenta un vertiginoso ascenso y el otro una caída que luce prácticamente irreversible. Recuérdese que los resultados de estas últimas encuestas reflejan no el sentir actual del votante, sino el de hace tres a cuatro semanas, cuando empezó el trabajo de campo.
Muchas cosas han sucedido en este país en tres semanas y la prueba está en el hecho, innegable a mi juicio , que Henrique Capriles hoy supera a Hugo Chávez por un margen de 15 a 20 puntos.
Eric Ekvall
@corpstratcom

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jueves, 17 de mayo de 2012

ERIC EKVALL, CARTA ABIERTA A UN CONOCIDO ENCUESTADOR VENEZOLANO

Nos conocimos en el 2006, durante la campaña de Rosales ¿Te acuerdas? Tus encuestas en aquel entonces eran una fuente de información muy valiosa para entender el entorno político-social. Creía conocerte, y valorar tu seriedad, tu empeño en llegar a la verdad de las cosas. 

Por esta razón me dan tanta lastima tus afirmaciones hechas en un programa de televisión este fin de semana pasado, según las cuales la brecha entre Capriles y Chávez está creciendo a causa del supuesto odio que genera la campaña de Capriles. Luego, para rematar, utilizas las mismas descalificaciones .que usa el oficialismo, lamentando el supuesto hecho de que a la oposición le falta “inteligencia” para competir con el oficialismo.

Creía conocerte, como hace mucho tiempo creía conocer a otro sujeto, que hoy funge de Secretario en AD y que hasta hace poco era el delegado de la MUD frente al CNE. Por lo menos él estaba identificado desde hace tiempo, cuando manejaba las bases de datos en su condición de jefe del REP y luego del Saime dentro del CNE, como ficha de Jorge Rodríguez y Francisco Carrasquero. Tú, sin embargo, trabajabas para las que creíamos eran las fuerzas democráticas de este país, y nos aconsejabas en cómo entender el sentir del pueblo y neutralizar la propaganda chavista. En ese entonces pensaba que tú eras una persona seria.

Ahora que te conozco mejor, a través de tus últimos patéticos espectáculos mediáticos, recitando guiones que son tan evidentemente elaborados por los propagandistas del régimen, repitiendo sin rubor ninguno sandeces y pobres lugares comunes sacados de algún texto de sociología para novatos, tratando de figurar como un profesional serio en lugar del vulgar mercenario que resultaste ser, ahora que te conozco, de verdad, lo que siento por ti es lástima. No arrechera, tampoco indignación, como sienten muchos, que ven en ti a otro “vendido” al chavismo, sino lástima.

Se dice que cada quien tiene su precio. Bueno, amigo, el tuyo resultó ser bien barato. Como tantos otros inteligentes profesionales y políticos de este país, hombres y mujeres con un futuro brillante delante de ellos, te vendiste por un puñado de dólares.

Quizás para ti este salto de talanquera no es más que una jugada táctica, una manera de comprar ese apartamento en Miami que tantos venezolanos anhelan. No, señor, es mucho más grave que eso. Esto es un juego, muy, muy peligroso, en el cual te estás metiendo.

Como bien sabes, el gobierno tiene montado un fraude masivo para el 7 de octubre. Una parte clave de ese fraude son los 4 a 5 millones de electores virtuales, o fantasmas, que el gobierno viene inventando e inscribiendo en el REP desde hace diez años. Esos “votantes” “votarán” en los 8 mil centros de votación que han sido creados desde el 2003, donde solo hay una o dos mesas, donde la oposición nunca tiene testigos y que casi nadie sabe dónde cuernos están ubicados. No importa, porque ahí votan principalmente los “fantasmas” y ellos no tienen que desplazarse el día de la elección; ya están listos – en la base de datos que diseñó Félix Arroyo- para votar en masa en las últimas horas de la jornada de votación.

Tú que eres hombre de estadísticas sabes que entre el 2003 y el 2012 la población creció en un 14%, y el REP en un 58% ¿Qué tal? Fácil de ganar elecciones así ¿no es cierto?

Pero no solamente eres un hombre de estadísticas, eres también algo sociólogo, si mal no recuerdo, así que entiendes de psicología de masas. Y sabes muy bien que un fraude electoral del tamaño que se va a perpetrar en octubre – porque, estemos claros, tanto tú como yo sabemos que el chavismo no representa mucho más del 35% de la población – no sólo depende de una eficiente prestidigitación tecnológica.

Sabes bien que para que este fraude sea avalado por los líderes de opinión complacientes y por gran parte de la dirigencia opositora, necesita aparentar cierta verosimilitud. El margen de victoria de 26 puntos de Chávez sobre Rosales en 2006 no resultó convincente para nadie, pero al menos pareció plausible.

Entonces, ¿Cómo hacer que un candidato que ha perdido el apoyo del pueblo luzca como un verdadero ganador el día de las elecciones? Hay que librar una muy inteligente guerra psicológica para hacer creer durante la campaña que ese candidato está subiendo cada día en las encuestas, y que el candidato opositor está perdiendo terreno.

Ahí es donde tú y tus colegas juegan un papel muy importante: hacerle creer a la ciudadanía que un candidato terminantemente desgastado está reviviendo, cogiendo de nuevo fuerzas inusitadas, mientras que el candidato opositor está menguando, perdiendo brillo, y que va derecho a una segura derrota electoral.

Es fácil manipular a la opinión pública ¿No? Yo que he trabajado durante casi 40 años en el campo de la asesoría electoral, conozco los trucos. Para mí – y para muchísimos venezolanos que no tienen mi experiencia, pero sí tienen mucho sentido común y ven más allá de las apariencias — todo lo que tú y algunos de tus colegas están haciendo en este sentido es muy fácil de comprender.

Sabemos por qué el chavismo quiere retrasar las elecciones, y tú también. Necesitan preparar a otro candidato, montarlo y proyectarlo desde su maquinaria propagandística, cubrir el país de afiches y las pantallas de televisión para hacerlo conocer, y eso toma tiempo. 

Mientras tanto, el verdadero trabajo propagandístico lo hacen ustedes, los encuestadores que trabajan para el gobierno, haciéndonos creer que hasta el hombre casi muerto – u otro, más gris, sin carisma- está subiendo como la espuma y que Henrique Capriles está cayendo como un plomo.

Lo que muchos no entienden es por qué Eduardo Fernández, Lewis Pérez, Kiko y algunos de los dizque dirigentes de la oposición también están trabajando también para postergar la fecha de las elecciones. Tenemos nuestras sospechas… un día lo sabremos. Todo termina sabiéndose temprano o tarde, en este país.

El proxenetismo político es un oficio tan antiguo como su variante sexual. Pero qué lástima da ver a gente inteligente, con futuro, meterse en eso. ¿No te has dado cuenta que el dinero es efímero? ¿Fueron tan pobres, tan desolados, tus años de formación ética, académica y profesional que en algún momento tomaste la decisión de que no podías rechazar un puño de billetes sucios y hasta ensangrentados? ¿Nadie te inculcó un mínimo de amor propio, de vergüenza, de valores y principios cuando eras más joven, cuando soñabas, como sueñan todos los jóvenes -y hasta los no tan jóvenes- en un mundo mejor?

La respuesta la tendrás tú. Pero si no despertamos, si no desenmascaramos a tiempo a los que traicionan los más elementales principios de decencia, las consecuencias de esta perfidia tendremos que sufrirlas todos.

Eric Ekvall
@corpstratcom
© porlaconciencia.com

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