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martes, 13 de noviembre de 2012

NELSON MAICA, LIBERALES AL GOBIERNO, EN POLITICA,

Nota 2. Ese partido liberal debe pensar en nuevas formas de liderazgo, nuevas formas de cultura organizacional, nuevas dinámicas y reglas institucionales, esto es, en reformar aquellas prácticas que configuran nuestras costumbres y modelos cotidianos.
Por último, hay una tarea que los liberales tienen con la política latinoamericana, y es fijar sus límites. Resulta evidente que hoy en día el ejercicio de la política en América Latina proviene de la desilusión y el desencanto, una situación en la que nos encontramos desde hace mucho y que se evidencia, por ejemplo, en los capitalismos populares e informales de nuestros países, como en la escasa participación en la cosa pública de nuestros compatriotas. En tal sentido, la libertad constituye un viento fresco de esperanza en tiempos marcados en gran parte por la desilusión y la desconfianza.
Así las cosas, la misión política de los liberales en nuestros países puede resumirse en la cuestión planteada por Karl Popper en La sociedad abierta y sus enemigos. Cuando Popper examinó en su obra la pregunta formulada por Platón: ¿quién debe gobernar?, la condenó por peligrosa.
Para Popper, “Platón puso a la filosofía de la política, como pregunta fundamental de la política, una interrogación que sigue vigente incluso hoy día, a saber: ‘¿quién debe gobernar?’. Y las respuestas a esta pregunta, las respuestas tradicionales, son: los más sabios, los mejores, los insobornables, eventualmente los mejores racionalmente o respuestas parecidas. También me parece equivocada la respuesta ‘el pueblo debe gobernar’, porque es precisamente la pregunta la que está equivocada”.
Y continúa: “En La sociedad abierta propuse remplazar la pregunta platónica acerca de ‘quién debe gobernar’ por otra radicalmente diferente: ‘¿qué podemos hacer para configurar nuestras instituciones políticas de modo que los dominadores malos e incapaces, que naturalmente intentamos evitar, pero que, no obstante, no resulta excesivamente fácil hacerlo, ocasionen los menores daños posibles y de modo que podamos deshacernos de los dominadores incapaces sin derramamiento de sangre?’.
Esta cuestión pone el acento no en el modo de elección de un gobierno, sino en la posibilidad de derrocarlo”.
Para Popper, esa pregunta es la fundamental de toda la política, sobre la que se puede edificar una teoría de la democracia. Para él, entonces, cómo se debe gobernar y cómo se debe estructurar la sociedad eran asuntos reales, no menos apropiados como objeto de atención de la mirada del filósofo que la inducción o el concepto de infinitud. Ciertamente, por motivos obvios, aquellos asuntos resultaban aún más apremiantes.
En resumen, no se trata de quién debe gobernar, sino de cómo podemos controlar a los que gobiernan.
Tal es la pregunta, paradigmática, que se plantean algunos hombres conscientes de su propia falibilidad y de la de los demás, y que están dispuestos a construir y proteger reglas que permitan la convivencia de gente con ideas e ideales distintos y tal vez opuestos. Esa debería ser la pregunta que debemos plantearnos.
Responderla, si nuestra intención es vivir en países prósperos y viables, significa establecer un cuestionamiento creativo en relación con el poder. Si el poder corrompe, como enseñó Lord Acton, esto requiere una mirada minuciosa por quienes estén fuera de su órbita. Aun si llegaran al gobierno personas de reputación acrisolada, que coincidan con nuestras ideas, que tengan un plan brillante, así como probadas y magníficas intenciones, llegaran al gobierno, ello no significa que éstas no requieran contralorías y sujeciones continuas.
Como defensores de la libertad, los liberales debemos liberarnos de nuestros complejos, y no disimular nuestra verdadera identidad y nuestro discurso. Nadie que sienta complejo por expresar su identidad, nadie que tenga que presentarse ante la sociedad con otro nombre para disimular su personalidad, nadie que haga del complejo un rasgo vital de su idiosincrasia, puede aceptarse como algo cabal. Liberales habían sido los partidos del progreso, del cambio y la esperanza en el mundo y en nuestros países.
Cuando se abandonaron esos valores, se rompieron los lazos que los unían con las masas y fueron cedidos, sin luchar por ellos, a nuestros adversarios, quienes los dilapidaron y pervirtieron.
Hoy, que nos encontramos en un laberinto con muy poca luz, hay que hallar una salida, que “conduzca a una vigorización cívica, sin que ella implique el retorno a la etapa convulsiva que esterilizó tantas vidas y dejó tantas empresas urgentes, a medio hacer o sin iniciarse”. Esa es nuestra misión hoy. Realicémosla para ser verdaderamente libres.-
Tips:
·        A nivel de los Estados, cada pueblo, debería revocarle el mandato a los diputados que no cumplen con el ciudadano que los eligió. ¿Cuánto cuesta un gobierno Municipal y uno Estadal durante un mes, un a;o? ¿Cuánto cuestan las juntas comunales en un Estado, Distrito, Municipio durante un mes, un a;o?
·        ¿Cómo reclaman y ejercen 6,5 millones de electores sus derechos cotidianamente?
·        ¿Qué paso con la predica durante 40 a;os contra la dictadura, el militarismo, el paternalismo, la dependencia, el perezjimenismo, las cárceles tipo Guasina? ¿Qué ha cambiado, que dejo? ¿El capitalismo de Estado? ¿Pranes? ¿Amiguismo, carnet, carta de recomendación, relación filial, ascensos, el amigo y/o pariente y/o vecino bien ubicado: problema resuelto, peor que antes?
·        ¿Ahora? ¿Orden de arriba y/o muchas, pero muchas lechugas? No vale constitución, ni ley, ni relaciones, vale el uso y el abuso. ¿Qué paso con la conducta tolerante, democrática, cristiana, de la ciudadanía? ¿Cuál la predica de hoy? ¿El lenguaje? ¿La solidaridad? ¿Están bien identificados?
·        Los profesionales que desde el 60 hasta el 2000, incluso, con sacrificios personales, trataron de construir patria parece que no dejaron escuela y/o, una buena cantidad de ellos, tomo la vía fácil de arrimarse a los rojos para sobrevivir, no para vivir en libertad.
·        Habrá (alguien debe tomar la iniciativa) que iniciar, otra vez, una actividad febril, de inmediato, de reagrupación, reordenación, de aquellos quienes si pueden y quieren vivir en medio de ciudadanos libres, responsables, en convivencia constructiva y no esclavizante ante un pensamiento único.
·        ¿Le conviene a la ciudadanía que desaparezca la MUD? ¿Remplazar a la MUD con que? Ni perfecta ni eterna, transitoria. ¿A quien beneficia la desaparición de la MUD? A la ciudadanía no le convendría, por ahora, la desaparición de la MUD; pero hay que ajustarla, reordenarla, reorganizarla, cambiar de estrategia, líderes, etc., y colocarla a tono con la nueva etapa de lucha política y más cerca de los requerimientos populares y de interés general. Si es necesario convertirla en una nueva modalidad, actual y moderna, de Junta Patriótica, habría que hacerlo. Los únicos beneficiarios de la desaparición de la MUD son los hermanos castro, su comisario aquí y los verdugos voluntarios.
·        ¿Por qué, por ejemplo, la MUD no decreta, se acoge y hace un llamamiento general para que la ciudadanía, el pueblo, haga efectivo el articulo 350 de la CN en algunas materias, leyes, reglamentos, directrices, etc., que esta promulgando y sobre las que esta actuando este ejecutivo y que no comparte buena parte del pueblo?
·        ¿Qué paso con el nombramiento del Contralor?

“Un gobierno suficientemente grande para darte todo lo que quieres es también suficientemente grande para quitártelo todo”, Barry M. Goldwater.-
 nelsonmaica@gmail.com
12/11/2012.-

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viernes, 29 de junio de 2012

GOLFREDO DAVILA, EL SECTARISMO


Luego del artículo titulado “El Poder” decidí escribir sobre el sectarismo y la razón obedece a que esta manifestación se expresa de una manera más cruda cuando gente de mentalidad sectaria llega a ocupar cargos de gobierno o de representación popular.


Según WIKIPEDIA: “El sectarismo es la intolerancia, discriminación u odio que surgen de dar importancia a las diferencias percibidas entre diferentes grupos sociales, políticos o religiosos, o entre las subdivisiones dentro de un grupo, como las diferentes manifestaciones de una misma religión o las facciones de un movimiento político.”, pero a la luz de la realidad, la manifestación más común de sectarismo en el ser humano sale a relucir cuando el individuo se cree dueño de la verdad y que el resto no tiene la razón, se va haciendo fuerte cuando alrededor de estas ideas comienzan a organizarse y actuar otros individuos para ir conformando colectivos sectarios.

Ahora bien, como quiera que lo interesante es abordar el sectarismo en la política, hay que decir que actitudes sectarias ha tenido todo aquel que haya actuado en política, y es que en cada político siempre hay un germen de sectarismo o dicho de otra forma cada político lleva algo de sectarismo por dentro, ejemplos de ello hay muchos, sin ir muy lejos, a veces se asumen posiciones sectarias en nombre de la lucha contra el sectarismo. Este tipo de actitudes las encontramos en la cotidianidad, por ello, quizás, este inciso carece de importancia frente a lo que se quiere plantear, porque lo grave del sectarismo es cuando se hace de posiciones de poder y se enarbola como política de Estado, porque se cree desde esos escenarios que se está allí para agredir, insultar, irrespetar y aplastar al otro en caso de no adherirse a su forma de pensar, para destruirlo o para simplemente desconocerlo y ningunearlo; se cometen desde dichos espacios actos de injusticia y discriminación contra individuos o colectivos sociales o políticos e incluso al grado de promover la división de la sociedad y la familia por motivos banales. Estos cuerpos sectarios asumen que para poder lograr sus proyectos los opositores deben ser purgados, cosa que en sí mismo representa un acto de barbarie y violencia bestial que puede o no desencadenar hechos de violencia.

El sectarismo es además una manifestación de fanatismo e irracionalidad y ha sido quizás el alimento principal del fascismo. Y el tema viene al caso por cuanto el régimen que hoy desgobierna a Venezuela se ha sostenido en medio de un comportamiento absolutamente sectario, excluyente y agresivo en contra de las mayorías nacionales, ejemplo patético es el plantear que quien no sea chavista no es venezolano, cosa tan grave como la mentira, la manipulación, la demagogia y la confrontación permanente. Y es que la gente está hastiada de recibir como gestión sólo discursos y lo que se ha caracterizado como los 14 años de peor gestión en los últimos cien años, pretende encubrirla echándole la culpa a los malos gobiernos anteriores y muchos de sus seguidores todavía se atreven a decir que al amo no lo dejan gobernar, cuando la mayoría del país sabe que el actual presidente es el que más poder ha concentrado y con más recursos ha contado en la historia de la patria.

Pues bien, uno de los cambios que ha de producirse en el nuevo gobierno de Henrique Capriles Rodonski, es desterrar el sectarismo en el ejercicio del poder, lo que significa: gobernar con mucha amplitud e inclusión, el respeto por la disidencia política y por la forma de pensar de cada venezolano, la tolerancia para con todas las opiniones, la promoción de la participación ciudadana, de la cultura democrática y autonómica de la sociedad; es desarrollar acciones programáticas para democratizar de verdad las instituciones del Estado apareadas al esfuerzo por descentralizar y desconcentrar el poder y por el fomento de las organizaciones políticas y sociales. En definitiva hacer realidad el planteamiento del candidato “que desde el poder se está para servir, no para servirse de él”.


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viernes, 25 de mayo de 2012

ÁNGEL ARELLANO, ¿POR QUÉ SER UN FACTOR? EN POLITICA

Realicemos primeramente una diferenciación politológica sobre un factor político y un cuadro político, tiende a confundir a muchas personas. 
El cuadro es aquel individuo (dirigente, líder) que está apto ideológica y prácticamente para responder por una responsabilidad, es un activo de la organización a la que pertenece o un autodidacta preparado para ejecutar cualquier tarea en el entorno político que se desenvuelve.
Por su parte, el factor no solamente tiene la acepción de ser aquella circunstancia que moldea el contexto político del Estado, sino que en cuanto a realidades se trata, más allá de estar o no en el poder, 
El factor consiste en un elemento que se maneja con cierta autonomía dentro de la atmósfera política (organización, partido, bloques, alianzas). Se distingue del cuadro porque el factor puede ser o no un cuadro político, recordemos que el mundo político existen líderes, pero también estrategas, movilizadores, instancias, entre otros sectores que determinan el funcionamiento de un grupo homogéneo ideológicamente que puede llamarse partido político (unidad social referencial para la democracia).
El cuadro responde a distintas líneas de dirección que establece su organización, mientras que un factor pudiera ser inclusive una sola persona que representa ciertos intereses del mundo político y que en base a su criterio establece una agenda de movimientos que lo hacen adquirir la mencionada “autonomía”.
Una vez establecida la comparación que existe entre ambos conceptos podemos hablar sobre ¿por qué ser un factor?
Desde que ingresamos como activistas a cualquier entorno político, tenemos la opción de pertenecer o no a una organización (partido). Nuestros métodos siempre son originales puesto que cada quien tuvo una razón disímil a la de sus compañeros del por qué tomó esa decisión.
Inclusive dentro de una organización debe existir diferenciación entre cada quien, por ello lo importante de entender qué es un factor para desenvolverse como tal, pues esto le da al político una característica trascendental para el desenvolvimiento de su carrera: la personalidad.
Podemos ser cuadros y caminar todos el mismo recorrido varias veces, o podemos ser factores y redactar nuestra hoja de ruta para brillar entre la sociedad política que nos rodea. Y digo brillar porque tener un plan, que no necesariamente afecta al de los demás, sino que se distingue por sus formas y métodos, es parte de nuestra estrategia de vida porque en síntesis debemos tener un fin y en consecuencia unos medios que disciplinadamente usaremos para la conquista del objetivo.
Para el factor es menester no dejar a un lado la distribución porcentual de las actividades que hoy en día marcan la política. Esto se resume en un 60% de actividades comunicacionales, con la cual transmitimos nuestro mensaje al público seleccionado, y un 40% de activismo en el que ejecutamos la agenda político - social que compagina con nuestro discurso.
Si la comunicación es antónima del activismo por la sencilla razón de que lo que decimos no lo sustentamos en el trabajo político-social, o el activismo que hacemos no lo comunicamos de manera eficiente, no estamos colaborando con nuestra estrategia de diferenciarnos y ser un factor. Trascendemos en decir que la clave en la comunicación del mensaje selecto según el momento, lugar, aforo y canal establecidos, puede causar menos o nada de efecto si estamos desconectados con la base de nuestro discurso que palabras más o palabras menos, consiste en el activismo político, de carácter social, con el cual le llegamos a quienes consideramos es nuestro público objetivo e interesado.
Como ejemplo podemos tomar las experiencias de gobierno. Un Ejecutivo que ejecuta y no comunica tiene la misma suerte de uno que comunica y no ejecuta, por más medios de comunicación que tengas direccionados a la masa que quieres llegarle, sino estableces una norma de cumplimiento fiel a ese porcentaje mencionado tres párrafos atrás, estás muy cerca en fracasar con la estrategia.
asearellano@yahoo.es

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