Cuando
faltaban apenas unas pocas horas para decidir sobre los candidatos del PSUV
para gobernadores, “el dedo” llamó a reunión a los altos jerarcas del partido;
se levantó en lo alto y comenzó a dictar los nombres que tendrían su apoyo,
cual emperador romano. Así fue como Aristóbulo fue hecho candidato y tuvo que preparar su morral
y tomar la avioneta que sobrevolaría Barcelona, para lanzarlo sobre la ciudad
como un paracaidista en la segunda guerra mundial.

Luego
-el afro descendiente-, se montó en una tarima para hablar de sus objetivos
como gobernador y lo que expresó fue un extraño discurso alejado de la realidad
regional, expresando su apoyo “al dedo”; hablando de una revolución que
respaldaría el poder popular y relanzaría el proceso socialista bajando
recursos a dicho Poder Popular…y que si patatín y que si patatán.
No
habló el afro descendiente barloventeño de la inseguridad en el Estado; ni de
las deficiencias eléctricas, ni del desempleo, ni de la crisis turística, ni
del mal estado de las vías, puentes e infraestructura vial, ni del mal estado
de las escuelas, ni del costo de la vida, ni de nada que le doliera al
anzoatiguense. Tan solo se limitó a hablar de la revolución como si estuviera
en un barrio de Catia, en Caracas, de donde salió electo diputado a la Asamblea
Nacional. Evidentemente, el candidato-diputado se estaba dirigiendo a los
militantes comunistas, pero nunca al hombre de Anzoátegui.
Mi amigo
Euro Flores en Uchire-candidato a Alcalde por la MUD-, diría posteriormente que
“el dedo” se la puso fácil al candidato demócrata Barreto Sira, mandando a
Aristóbulo a competir por la gobernación del Estado; un hombre que nunca ha
pisado Uchire, ni Clarines, ni Cantaura, ni El Tigre y si acaso se ha paseado
con su yate frente a Puerto La Cruz con su gorra de navegado”.
“Evidentemente-opina Euro Flores-, las bases
del PSUV deben tener ese problema en el inconciente: al aceptar la imposición
de un candidato que no fue electo por las bases, habiendo tanto anzoatiguense
capaz de asumir esa responsabilidad y que conozca plenamente la realidad
social, económica, geográfica y cultural del Estado.”
-¡No
tengo nada contra Aristóbulo, pero en Anzoátegui no tiene vida¡ -opinó Don
Tulio Acosta.
-Y
en Uchire tampoco-dijo Euro Flores, poniéndose su gorra de Alcalde-.
luisrapozo@yahoo.es
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