El desarrollo de un verdadero tsunami electoral, va haciendo caer las
frágiles caretas. Cada vez es más evidente no solo la prosternación del
“arbitro” electoral ante el presidente saliente, sino también su contubernio con
la nomenklatura del régimen y el psuv. La violación de la Constitución Nacional
y de las diversas leyes que rigen el proceso electoral y el ejercicio de la
función pública, por parte del teniente coronel y del régimen en general, se
ejecuta con desparpajo y prepotencia.

Es una oportunidad para desterrar de
la cotidianidad el enfrentamiento estéril, abandonar para siempre esta
experiencia cavernaria que solo ha dejado muerte, desempleo, pésimos servicios,
y degradación cívica y espiritual. Vean lo que está ocurriendo en toda
Venezuela, se ha puesto en movimiento un país hastiado de la pobreza intelectual, de la mediocridad,
de la mentira, de la corrupción y la ineficacia que exhibe a diario la
“dirigencia” chavista. Quienes integran el cne, deberían saber que los pueblos
se cansan de los abusos del poder, y que quienes tienen la obligación de ejercer
sus cargos con imparcialidad, están sujetos a los juicios perentorios de la
historia. Puede y debe el cne, asumir con seriedad la responsabilidad de
conducir este proceso electoral garantizando los deberes y derechos de todos,
impidiendo el escandaloso ventajismo del gobierno, y evitar ser parte de una
eventual y peligrosa maniobra destinada a desconocer el triunfo de Capriles.
La
histeria de gente del psuv en evidente sintonía con voceras del cne, acerca del
uso de la gorra por parte de Capriles, es de un cinismo escatológico. Den –a
modo de hojita de parra- una demostración de seriedad mínima y ordenen quitar
las gigantografías y pancartas dedicadas a adular al presidente saliente que
están colocadas en edificaciones donde funcionan entes públicos.
Impidan el uso de vehículos del estado y el uso de los medios de
comunicación que son de todos los venezolanos y están secuestrados por el
gobierno. Y en cuanto a las cadenas, no sigan tratando al ciudadano como estúpido, no se les pide ni siquiera que las
prohíban, solo que el autócrata no las utilice para insultar como un malandro
al candidato de la democracia, y para mentir y engañar a los venezolanos. Eso
se pide. De los dineros del estado utilizados en la campaña dentro y fuera del
país, ni se nos ocurre sugerir que se ocupen. Para ello hay que rescatar las
instituciones del estado, impedir que sigan arrodilladas, y para lograr eso el
país sabe que tenemos que comenzar ¡a comprar gorras!
freddynm6311@gmail.com
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