JOSÉ RAFAEL AVENDAÑO TIMAURY |
Los
dirigentes de la MUD formados casi todos con los valores de la llamada
Cuarta República, con vocación por lo
visto inmodificable de experimentar y practicar con exclusividad la llamada
política de gabinete, pretenden la continuación de esa manera de actuar
pensando que vivimos una situación de normalidad republicana donde coexisten,
con el respeto y concatenación debida todos los poderes, de acuerdo a lo
planteado inicialmente por Montesquieu y sus variantes posteriores.
Esta miopía
patológica les ha llevado a que todas sus posturas y planteamientos
relacionados a las diversas facetas de la Crisis Nacional que nos agobia, deben
efectuarse de acuerdo a los criterios unilaterales planteados por el poder
ejecutivo y cuyo rasgo fundamental es el de que el poder legislativo, judicial
y los agregados en la Constitución de 1999, deben guardar y ceñirse a la
obsecuencia como modo de conducta determinada por el “orden cerrado” milico
instaurado con los alcahuetes-títeres civiles de rigor.
Es por esta premisa que las orientaciones asumidas
con respecto al evento electoral del año próximo, están signadas por el
denominador común de que se deben efectuar a todo evento con el CNE, TSJ y sus
Salas Constitucional, Electoral y Penal, además de las cabezas de la Fiscalía
General de la República, Contraloría General de la República y Defensoría del
Pueblo, conformadas todas de manera similar a las actuales.
La MUD, inoculada con ese increíble
“Síndrome de Estocolmo”, nos está codirigiendo una vez más a un destino no ya
tan incierto, puesto que las resultas de la nueva experiencia electoral del año
que viene, estarán cernidas por las directrices emanadas de quienes ejercen el
Poder Ejecutivo. Si en la actualidad se nos acogota con una incesante cadena
nacional de propaganda oficiosa y culto a la personalidad sin control alguno
¿se atreverá el nuevo CNE en la campaña electoral de 2015 imponer los
correctivos correspondientes? Por supuesto que no. Si algún partido político se
le ocurre incoar ante el órgano jurisdiccional competente para que esta
conducta –o cualquier otra lesiva al debido proceso- sea corregida, dudo que la
Sala Electoral sentencie conforme a derecho. Si a cualquier émulo de los
procederes vetustos de Franco Quijano, ahora actualizados, se le ocurre
plantear una nueva interpretación fáctica relacionada, por ejemplo, a los
Circuitos Electorales –como antaño- la Sala Constitucional del TSJ, nuevamente,
las declarará con lugar con interpretaciones novísimas y torticeras de la
constitución nacional, cohonestando el nuevo fraude, alegando que esas exégesis
obedecen al espíritu, propósito y razón de lo asentado en la Carta Magna. Si a
la MUD se le ocurre postular a un candidato –nuevo o ratificado, que le resulte
incómodo al gobierno, veremos nuevamente que se sacará del “sombrero del mago”
correspondiente, un nuevo tipo penal para encarcelarlo. Por supuesto guardando
“las formas debidas”: solicitud de antejuicio de mérito por parte de la FGR, el
espaldarazo subsiguiente por la el TSJ y todo lo demás, puesto que el sainete
nos lo sabemos de memoria.
A esta sombría situación es a la que nos
quiere llevar la MUD. Responsablemente diría que no se trata de un avatar, puesto que no existirá nada sobrevenido ya
que todo está fríamente calculado. Entonces, con relativo valor, algunos nuevamente
vociferarán “fraude” y regresaremos a la situación que vivimos hoy, prolongada
ingenuamente por un año de manera absurda. Los problemas políticos, sociales y
económicos empeorarán y harán metástasis, si cabe el término. Entonces los
Mudistas, continuando la práctica de esa nociva política de gabinete,
propondrán la realización de un nuevo Referéndum Revocatorio, además de la
recolección de nuevas firmas para la convocatoria de una eventual la Asamblea
Nacional Constituyente. Todo con los procedimientos consabidos y así llegaremos
al año 2019, donde se nos inducirá a participar en una nueva contienda
electoral para elegir al nuevo presidente, con primarias y todo. Lo anterior,
más que una fábula, es la crónica de una “muerte anunciada”.
¿Cómo evitar el oscuro panorama? En tiempos
normales la mera práctica de política de gabinete no es lo más cónsono y
saludable porque dicho ejercicio tiende a distorsionar las realidades. Los que
buscan la “alternativa” -en léxico taurino- de convertirse en Estadistas o en
Líderes –con mayúsculas- competentes tienen dadas las condiciones objetivas y
subjetivas para propiciar una política de protesta de calle para procurar y
obtener la elección del nuevo árbitro electoral que garantice el respeto al
procedimiento electoral previsto y con autoridad suficiente para impedir que el
ejecutivo intente cometer nuevas bribonadas.
Que se designe al Contralor
General de la República –más de tres años de retraso- para que efectúe un
eficaz control fiscal del manejo de la cosa pública. Que se escoja a un
jurista-penalista para que la Fiscalía General de la República deje de ser la
mandarria para amedrentar y triturar penalmente al opositor, resolviendo
también la nefasta practica de convertir a los tribunales penales -conformados
por jueces venales, complacientes y atemorizados- en “horcas caudinas”
inmisericordes. Así mismo, la investidura de un Defensor del Pueblo para que
proteja a todos los venezolanos, sin distingo de ideologías, de las
desviaciones de poder.
¿Es utópico y/o subversivo lo anterior? De
ninguna manera. Todo está previsto en esa especie de letra muerta en que se ha
convertido la Constitución Nacional. Si el gobierno se sigue negando,
prolongando sin motivo, a cumplir esas normas es porque –obviamente- procura
continuar con la práctica inconstitucional a que nos tiene acostumbrados.
Lo procedente será entonces no acudir al
acto de votación y/o votar nulo para plasmar la ilegitimidad del régimen,
asumiendo como bandera y fundamento el artículo 350 de la constitución. En esta
oportunidad, con el pueblo y la sociedad civil organizada manifestando
cívicamente y con decisión. No reiterar los errores cometidos en la experiencia
añeja donde aquella exigua representación electa, mas ilegítima imposible, se
despachó y se dio el vuelto cometiendo los desaguisados por todos conocidos. Si
el gobierno ensaya nuevamente instaurar la ilegitimidad con nuevos matices, no
podrá contener jamás la voluntad de un pueblo con sus dirigentes a la
cabeza, conscientes de la situación,
combativos, sin abandonar la calle y con determinación inmodificable para
restaurar de una vez por todas y a plenitud todos los valores constitucionales
de la República.
José Rafael Avendaño Timaury
cheye@cantv.net
@CheyeJR
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Ya en el 2005 cometimos el error de retirarnos de la contienda electoral por hacerle caso al pueblo que pedía abstención y fijese lo que ocurrió, el gobierno a pesar de no tener la legitimidad de la mayoría del voto, actuó a sus anchas y copó todos los espacios de los distintos poderes, cuestión que hoy estamos lamentando y que no debemos repetir, Hay que participar y votar para quitarles el control del parlamento en las elecciones de 2015
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