Durante
la campaña presidencial de 1998 se habló de las “cúpulas podridas” que habían
traicionado a la patria, endeudando a la República. Hoy, luego de 15 años de
“revolución”, la podredumbre de las cúpulas del PSUV hace palidecer a la
corrupción del pasado y el endeudamiento del país se ha incrementado en 161%, a
pesar de los colosales ingresos por concepto de renta petrolera.
Tanta
corrupción y este grosero endeudamiento, lo pagaremos todos. En efecto, una
quinta parte del presupuesto de la Nación para el 2015 está destinado al pago
de la deuda, hablamos de la bicoca de 150.000 millones de Dólares, lo que
supone el desvío de recursos que deberían destinarse a solucionar la profunda
crisis social que agobia al país.
Las
consecuencias las pagamos todos, especialmente los más pobres: el servicio de
la deuda cuadruplica el monto destinado a la salud, por lo que es previsible
que seguirá la crisis hospitalaria, lo cual no le importa a la boliburguesía
gobernante pues sólo se atiende en clínicas privadas o en el exterior. Algo
parecido podemos decir en el sector educativo, la “revolución” no ha construido
nuevas escuelas, ni las construirá; las que existen seguirán en un estado
deplorable y los maestros continuarán con sueldos miserables. La crisis eléctrica se agudizará, no sólo
por la incompetencia de quienes dirigen el sector, sino porque no existe un
plan de inversión. Las limitaciones presupuestarias afectan a todo el sector
infraestructura y servicios, incluyendo a Ambiente y Vivienda, ministerios
ahora fusionados y cuya asignación presupuestaria apenas supera el 6% del monto
destinado a pagar la deuda. Es decir, se elevará el déficit habitacional y
seguirán los desastres ambientales. Ni
siquiera la seguridad de los venezolanos es considerada como una prioridad, así
que la deuda nos puede salir muy cara a los que no tenemos escoltas y
camionetas blindadas.
Muchos
se preguntan ¿y con tantas penurias que sufre el país, cómo va a hacer el
gobierno? No hay problema, al Ministerio
de Comunicación e Información sí se le incrementó el presupuesto en un 119%, o
sea no piensan construir casas pero habrá bastante propaganda de la Gran Misión
Vivienda. No van a aumentar el sueldo a
los maestros, policías o trabajadores de la salud, pero van a incrementar la
pauta publicitaria a los medios oficialistas. No piensan construir escuelas
pero crearon la Agencia Venezolana de Publicidad y le asignaron 220,7 Millones.
No veremos soluciones pero si muchas vallas y bastantes franelas rojas. Por cierto, eso de “publicidad” suena a
capitalismo, así que -para ser
coherentes con su práctica- la “revolución” debería cambiarle el nombre a
“Ministerio para la Ilustración Pública y Propaganda”, tal como se llamaba en
la Alemania nazi. La sugerencia nace porque el libro más notable en la materia
es Mein Kampf (Mi Lucha) de Adolfo Hitler, quien pensaba que la propaganda era
una forma de ilustrar a una masa ignorante, susceptible de ser manipulada.
¿Acaso no es eso lo que piensa éste régimen del pueblo venezolano? Sin embrago,
no han logrado frenar el descontento, ni podrán detener el cambio.
Richard Casanova
richcasanova@gmail.com
@richcasanova
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