Cuando un diplomático
incurre en un error, una imprudencia, en fin, mete la pata, se dice que cometió
una “gaffe”.
Es triste que un
político experimentado, ex – Presidente de su país, incurra en un desliz como
el que acaba de cometer. Aunque más que un desliz parece que fue una acción
deliberada.
Conocí (de vista) al
Presidente Samper cuando acompañé al Presidente Pérez a reuniones bilaterales
con Colombia. Siempre me pareció un hombre ecuánime, serio y responsable. Esa
imagen se me desvaneció con el discurso que pronunció cuando asumió la
Secretaría General de UNASUR. Aunque veladamente, dejó traslucir su parcialidad
hacia el régimen del ilegítimo. Ahora, con una simple frase ha puesto en
entredicho su idoneidad para el cargo que desempeña: “Asesinato del joven
diputado Robert Serra es una preocupante señal de infiltración del
paramilitarismo colombiano”
Esa afirmación puede
tener fundamento. Es de suponer que si lo ha dicho el Secretario General de UNASUR
es porque tiene pruebas o al menos indicios ciertos de ello.
Si hubo infiltración
del paramilitarismo colombiano en nuestro país sería porque el gobierno lo
permitió o la propició y en todo caso porque nuestras fronteras son violadas
impunemente. Y si es así es porque los defensores de la soberanía, los soldados
de la patria, o son cómplices o simplemente reciben órdenes superiores de
permitir esa penetración.
Pero volviendo a
Samper, su ligereza le ha valido una merecida recriminación, un auténtico jalón
de oreja, de parte de su compatriota y Ministro de Relaciones Exteriores María
Ángela Holguín: “Samper debe colaborar con la integración latinoamericana y no
dar opiniones sin respaldo de decisiones judiciales”… “las comunicaciones del
Secretario General de UNASUR competen al área de la integración de los países y
no a situaciones puntuales”. Agregó que
espera que las opiniones de
Samper “se limiten al proceso de integración que es lo que a este organismo de
integración realmente compete”
La Canciller Holguín
le ha dado al ex – Presidente Samper una magistral lección de diplomacia y una
merecida lección acerca de lo que debe ser el papel de un Secretario General de
UNASUR. En dos palabras le ha dicho: no se involucre en cuestiones que son de
mi competencia y absténgase de injerir en asuntos que no le atañen.
Pero sigue pendiente
el motivo o la razón que indujo a Samper a opinar sobre un asunto tan delicado
como el asesinato de Serra, que el ilegítimo ha convertido, de buenas a
primeras, en un tema político trascendiendo su verdadera naturaleza de asunto
estrictamente policial y judicial.
De hecho, Samper ha
quedado involucrado en la maniobra del
ilegitimo de atribuir al ex – Presidente Álvaro Uribe complicidad en la autoría
de ese crimen horrendo y el empeño de implicar a la “ultraderecha”, léase lo
oposición, y a los exilados venezolanos en Miami en la autoría de ese
monstruoso hecho Ahora acusan
directamente de la autoría de ese crimen a Lorent Saleh el joven venezolano
deportado de Colombia por el presidente Juan Manuel Santos y entregado a las
garras del régimen que lo mantiene
detenido desde entonces. Según voceros del oficialismo supuestamente
Saleh controla desde la prisión a los
paramilitares que cometieron e asesinato.
¡Ya no hayan qué inventar!
Todo esto evidencia un empeño del ilegítimo y de sus secuaces de confundir a la
opinión pública y particularmente a la población incauta para tapar el móvil y
los eventuales autores del asesinato y también para distraer la preocupación
que compartimos todos por el desabastecimiento, la corrupción galopante en las
alturas del régimen, el desastre económico que arrastra el país a la quiebra,
la inseguridad (por cierto ¿cómo se explica que un personaje del régimen,
protegido por cuatro escoltas, y su asistente (¿?) hayan sido asesinados?) y
por último las desastrosas condiciones de salubridad del país, donde han
resurgido enfermedades que habían sido erradicadas y ahora aparece una peste
que ha cobrado miles de vidas a pesar de que el régimen pretende esconder el
verdadero número de muertos.
No tengo elementos
para afirmarlo, no soy detective ni pretendo serlo, pero mi impresión personal
es que fue un crimen pasional o una venganza, ejecutado por sicarios pagados
por algún personaje vinculado al régimen. El empeño en envolver a la oposición
y al ex - Presidente Samper llevan a pensar que hay “gato encerrado”. ¿Por qué
el ilegítimo se adelanta hacer, al voleo, señalamientos de esa naturaleza antes
de que se hayan completado las investigaciones policiales? ¿Son un “mensaje
subliminal” dirigido a los investigadores acerca de hacia dónde deben orientar
sus pesquisas? Repito, es una simple suposición. Además creo que este caso
tendrá el mismo destino que el de Danilo Anderson. Esto me lleva evocar los
casos de Eliecer Otaiza, quien fue victimado supuestamente por un grupo de
adolescente en condiciones parecidas a las de Serra y el de William Lara quien falleció en un
accidente cuyas circunstancias nunca han sido explicadas suficientemente. ¿Es
simple coincidencia que se trate de cuatro personajes vinculados al oficialismo
y que el contexto de sus muertes siga en el limbo?
No puedo cerrar este
artículo sin hacer llegar a los familiares, afines y correligionarios de Serra
mi sentido pésame por esa lamentable pérdida.
Adolfo R. Taylhardat
adolfotaylhardat@gmail.com
@taylhardat
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