“Los pueblos débiles y flojos, sin voluntad y sin conciencia, son los que se complacen en ser mal gobernados”. Jacinto Benavente
Por estos días un titular de un diario
nacional, anunció el hallazgo de una especie de dinosaurio venezolano
herbívoro, que vivió en lo que hoy es Venezuela durante el Jurásico, hace
aproximadamente 200 millones de años. Este descubrimiento lo hicieron un grupo de paleontólogos de Suiza y del Reino
Unido. De acuerdo a la información, se refiere a la “comprensión de la
evolución”. Tal caso permite establecer que los referidos paleontólogos no se
han acercado un poco más acá; es decir, hacia los alrededores de la Isla de
Margarita, donde aún tenemos una gruesa cantidad de especie jurásica que no ha
dejado evolucionar a sus habitantes y los espacios para la convivencia humana.
A Nueva Esparta, abundante en historia, no para de llegar turistas. En los dos
últimos “puentes” o asuetos se han ido desencantados y vociferando horrores
sobre los malos servicios y el empobrecimiento en el área comercial, una
constante lamentación debida a que no encontraron lo buscado y otros se
llevaron lo poco que había por el total
desabastecimiento en el país.
Aquella
mercancía importada, exclusiva, que solo se conseguía en el Puerto Libre, hoy
es un puerto de miseria. La planificación del territorio para el desarrollo del
turismo no ha sido una prioridad en los
últimos años y por ello la isla cayó en desgracia, por desconocimiento de los que
ostentan el poder con una gran secuela de corrupción.
Asimismo, una boletería aérea para salir y
entrar de la isla prácticamente nula y el precio de los pasajes en ferry
elevadísimos, como si se tratara del “Queen Elizabeth”. No hay presencia de
fiscales de tránsito, en su lugar colocan elementos plásticos de colores en la
calle para que los choferes se arreglen solos en las vías contra los ataques de
otros al volante. Ante la faena que cada
neoespartano debe hacer día a día, aparece el paladín, alias “Cheverito”,
enloquecido y proliferando por el mundo que Margarita es la isla turística por
excelencia. Lo que no sabe es que se ha recurrido al turismo gastronómico para
sostener algo en la isla por descubrir.
El puerto libre de Isla Margarita, está
encadenado en la pobreza, no hay nada, no vale la pena invertir el dinero
inorgánico en la paupérrima oferta expuesta para turistas y residentes. La isla
es un mamotreto rodeada de agua por todas partes, pero esta no llega, ni el gas
y electricidad a los rincones de la pequeña porción de tierra, con señalizaciones
que apuntan a una isla con el dedo anular hacia abajo. Se asegura que “Agustín”
se quedó en el último vagón del Metro,
haciendo auto stop y nadie le hace caso.
De los 30 millones de venezolanos que viven
en el país, menos uno, están de acuerdo
en que esta patria se la regalaron hace rato a los extranjeros, estamos siendo
maltratados y al que maltrata no se le debe respeto. Entretanto, el régimen se
ufana de traer niños palestinos al país para darle albergue porque son hijos
del terror, el mismo que vive Venezuela. Aquellos por una guerra de siglos en
la que nuestro país no tiene que meter sus narices.
Tres asuntos son importantes: Si no pueden
con una isla, menos con un país. Los paleontólogos pueden descubrir en la isla
otra especie de dinosaurios. Desde el poder juran que logran todo, pero no
pueden con la verdad.
Susana
Morffe
susana.morffe@gmail.com
@susanamorffe
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