El
anuncio de Maduro, de remover el gabinete ministerial y la posterior entrega de
las cartas de renuncia por parte de los funcionarios, hace obligante que el
sector deportivo se pronuncie al respecto. En los quince años del régimen, han
ocupado la cartera ministerial siete personas, es decir, un promedio de dos
años por cada funcionario y se aumentó la carga burocrática con la designación
de tres vice-ministros.
Pero,
lo más importante a considerar, ha sido la uniformidad que estos jerarcas han
tenido en la aplicación de la “Política Deportiva” del régimen. Han seguido al
pie de la letra una conducta de agresión al sector deportivo federado,
propiciando las amenazas, persecuciones e intervenciones para someterla a los
designios del régimen. Promovieron y fortalecieron en el tiempo, la traída
masiva de “Entrenadores” cubanos para facilitar la ideologización “socialista”
en el programa Barrio Adentro Deportivo.
Una
vez que fueron sometidas las Federaciones Deportivas, los jerarcas del régimen
dieron el paso de centralizar las actividades del sector y procedieron
sistemáticamente a despojar a los Estados de la administración, supervisión,
control y mantenimiento de las instalaciones deportivas, comenzando, por
supuesto, por aquellos estados en los cuales las gobernaciones habían sido
ganadas por representantes de la oposición. En esa política de centralizarlo
todo, arremetieron contra el movimiento olímpico y con las federaciones
sometidas, avanzaron en la modificación estatutaria del Comité Olímpico
Venezolano, para hacer posible que un funcionario de gobierno fuese el
presidente del organismo. Llegando al extremo, que el Ministro del Deporte, simultáneamente
era el Presidente del Instituto Nacional de Deporte y Presidente del Comité
Olímpico.
Fortalecidos
con la centralización deportiva, los jerarcas, no perdieron tiempo en
fortalecer el control de todos los negocios que se derivaban de la administración
del presupuesto deportivo. En consecuencia se dio paso, a los actos de
corrupción en las asignaciones a dedo para los contratos de construcción de
instalaciones deportivas, el comedor y la alimentación de los atletas y los
pasajes aéreos. Una vez controlado el sector presupuestario, dieron paso al uso
ideológico de las Becas para los Atletas, al hacer las asignaciones de acuerdo
con la identificación política.
En
el marco de las corruptelas, no podía quedar por fuera, la compra de
solidaridad con el régimen y surgió “El Maletinazo” para buscar la
identificación política con el régimen de los atletas olímpicos.
Posteriormente, los jerarcas avanzaron en técnicas de “Lavado de dinero”
enviando gruesas sumas a paraísos fiscales que no eran declaradas en las
aduanas. En la conexión de Bruselas, fue capturado un representante de los
jerarcas, con más de 400.000 Euros que pretendía pasarlos ilegalmente por la
aduana. A esto, hay que agregarle, los casos de “La Red de Narcotráfico”
descubierta con el caso de los pesistas.
La
danza de los millones, continuo su marcha al ser descubierta la mina de los
eventos internacionales desarrollados en el país. La Copa América, dio paso a
jugosos contratos y comisiones y los jerarcas no perdieron tiempo para
despachar y darse los vueltos. El Ministro pasó a ser secretario ejecutivo del comité organizador (Otro cargo más) y
Jorge Rodríguez y Aristóbulo Isturiz se alternaron en la presidencia de ese
organismo y dieron rienda suelta al propio “Festín de Baltazar”
Para
la total protección de “La Política Deportiva” del régimen, promulgaron una
nueva Ley del Deporte, que establece como prioridad organizacional del sector, la participación como entes
reguladores de Las Comunas y los Consejos Comunales eliminando por completo la
autonomía del sector federado. Y para continuar con el festín, crearon el Fondo
Nacional del Deporte para el manejo discrecional del ministro de la “cartera” y
fiel a su apellido (cartera), los jerarcas se apropiaron de ese botín.
En
la borrachera del despilfarro, surgió, la técnica de la estafa, cuando unos
pilotos solicitaron a CADIVI, dólares preferenciales para su participación en
eventos internacionales, con expedientes amañados y la firma falsificada de la
Ministra del Deporte que según sus propias palabras uno de los delincuentes
incurso en la estafa, logro por si solo que le otorgaran más de !!!60 millones
de dólares!!!.
Visto
este cuadro de corrupción y de complicidades, el cambio de ministro, no pasa de
ser, más de lo mismo. Es decir, el “El mismo Musiu con diferente cachimbo” que
garantice, la continuidad de la “Política Deportiva” del régimen y sus
negocios.
En
estos quince años de gerencia deportiva, los diferentes jerarcas del ministerio
del deporte, se cuidaron las espaldas y permanentemente le regalaban chaquetas
deportivas a los miembros del ejecutivo nacional, quienes pomposamente las
lucen a cada rato para hacer creer que todo marcha de maravilla.
Sin
lugar a dudas, le corresponde al sector deportivo: Atletas, entrenadores y
dirigentes desechar las ilusiones que puedan generar las nuevas designaciones
ministeriales y prepararse para la lucha por una Venezuela Libre y Democrática
Jesus
Elorza Garrido
jesuselorza@hotmail.com
@jesuselorza
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