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sábado, 25 de enero de 2014

JOSÉ MANUEL QUINTERO STRAUSS, EL DERROCAMIENTO DE PÉREZ JIMÉNEZ - 23 DE ENERO DE 1958 - LOS SUCESOS EN MÉRIDA-

A José Mendoza Angulo, líder  juvenil de la época

El 1º de enero del ’58 el coronel Hugo Trejo se había sublevado en Maracay. El gobierno controló la  situación, apresó al merideño y a los principales comprometidos.
La insurrección fue la reacción de los elementos castrenses al plebiscito que en diciembre de 1957 había reelegido -de manera fraudulenta- a Pérez Jiménez como presidente de la República por un período más. La crisis se agudizó con la participación efectiva del estudiantado y la huelga general convocada por la Junta Patriótica (Fabricio Ojeda) para el 21 de enero. Por aquellos días la  cadena radial Caracol de Colombia mantenía informados a los venezolanos, particularmente a los andinos, del desarrollo de los acontecimientos. En casa se estuvo escuchando hasta altas horas de la noche. Serían las 3 o 4 de la mañana cuando un vecino del barrio El Espejo, Antonio Rojas, tocó fuertemente la puerta de la casa paterna gritando !Cayó el gobierno!
La radio informaba que el dictador había huido con su familia y principales colaboradores a República Dominicana sin hacer entrega del gobierno y se estaba instalando una Junta Militar presidida por el Contralmirante Wolfgang Larrazábal (Jefe de la Marina) e integrada por los Coroneles Roberto Casanova, Abel Romero Villate y los comandantes de las FAC y el director  de la Escuela Militar Carlos Luis Araque y Pedro José Quevedo respectivamente, además de Edgar Sanabria en la Secretaría.
Motines callejeros y protestas en las filas militares determinaron en el día 24, la renuncia como miembros de la Junta de los Coroneles Romero Villate y Casanova (vencedores de la rebelión del 1º de enero) y la incorporación de los civiles Eugenio Mendoza y Blas Lamberti. El mismo día, un avión militar condujo a estos militares a la isla de Curazao.
Como la sede de la Seguridad Nacional (SN-policía política del régimen) estaba en la calle 21 c/Av.5, a una cuadra de mi casa, salimos casi inmediatamente a curiosear. Se veía gente de todas las edades celebrando un triunfo, manifestaciones y cornetas de vehículos, abrazos y lágrimas. Muy pronto la sede de la SN se vio rodeada por un numeroso grupo de personas que exigían la libertad de los presos políticos que ahí se encontraban. Se comentaba que el jefe de la misma, Leonardo Medardo Hidalgo y todos sus efectivos, estaban armados y la intención de la multitud era asaltar la sede y apresar  sus ocupantes. Comenzaron a voltear e incendiar una vieja camioneta Panel GMC color verde que pertenecía al cuerpo represivo del régimen depuesto y que estaba estacionada enfrente. En aquel momento desde una ventana de aquella casa dispararon. La gente se dispersó y el ejército, al mando del mayor Luis Alberto Vivas Ramírez rodeó el lugar, los agentes se rindieron y los últimos presos de la dictadura recobraron su libertad, entre ellos el director del Grupo Escolar “Rafael Antonio Godoy”, mi profesor Miguel Arias. Dos cuadras más abajo por la misma avenida, esquina de la calle 23 el pueblo comenzó a apedrear y romper los vidrios de la agencia Ford donde se exhibían dos vehículos último modelo que fueron incendiados y el local saqueado. Los gerentes de esa empresa Sres. Echeverría y Carrasquero no habían permitido –el día anterior- esconderse a los estudiantes que participaban en una manifestación en la plaza Bolívar y eran perseguidos por la policía. Recuerdo que un carrito, casi  de juguete, pero con motor y capacidad para una persona –que orgullosamente la empresa hacía alarde-  fue sacado por los jóvenes estudiantes y muchos de ellos lo manejaron por los alrededores de la Catedral. Tal como lo relaté en crónica pasada, muchos años después lo vi inutilizado en un taller mecánico por los lados del Teleférico.
La policía del Estado se disolvió a motu propio y su comandante Demetrio “Cheíto” Villegas y su adjunto Atilio Graterol, fueron detenidos preventivamente.  Una manifestación de mujeres que se dirigía a la residencia del gobernador Vicente Tálamo, situada en la prolongación de la Av. 2 (frente al antiguo Mérida Country Club, hoy Hotel Caribay), fue dispersada por las tropas que la custodiaban. A diferencia de la capital y otras ciudades del país, en Mérida no hubo saqueos a casas particulares ni a locales comerciales, excepto la ya mencionada agencia de autos.
Dos mítines importantes se realizaron aquel día. En horas de la mañana, uno en la plaza de Milla, hablaron Oscar Montes Domínguez, Jesús Moreno Rangel y Enrique Ciro Peña. En la tarde uno multitudinario en la plaza Bolívar. Llevaron la palabra: Rigoberto Henríquez Vera, Omar Eladio Quintero, Carlos Febres Pobeda y Pedro Rincón Gutiérrez, quienes horas antes habían constituido una Junta Cívica, integrada además por José Miguel Monagas, Augusto Rodríguez Aranguren y Luciano Noguera Mora. El Frente estudiantil lo conformaban Francisco Gavidia, Peñalver Gómez, Jorge Fco. Rad y José Mendoza.
El gobernador Tálamo había abandonado la ciudad vía terrestre hacia Trujillo, pero sus colaboradores permanecían en ésta; había tenido el talento de rodearse en su administración de merideños honestos y honorables como J.R. Febres Cordero, Emiro Duque Sánchez, Miguel Chalbaud, Francisco Fonseca, Mario José Valeri, Omar Santiago, Pablo Celis Briceño, Julio Gutiérrez Arellano y el intachable don Asdrúbal Baptista Archila, entre muchos otros. El gobierno del estado recayó en el comandante de la Guarnición local, José Terán Gaviria quien lo recibió del secretario general Dr. Antonio Justo Siva.
El 30 de enero, la Junta de Gobierno nombró gobernador al Dr. José Román Duque Sánchez quien designó a Omar Eladio Quintero, J.J. Rivas Belandria, Luis Elbano Zerpa, Roberto Albornoz Berti, Walter Oliver Luengo, Ricardo Molina, Enrique Briceño Paredes, Arturo Calderón Pino y Luis Alipio Burguera como sus principales colaboradores. Uno de sus primeros Decretos fue designar la Junta pro Cuatricentenario de la ciudad que organizaría los actos para el 9 de octubre de ese año.
El gobierno Municipal del entonces Dtto. Libertador lo presidió Pedro Pulido Hernández e integrado por Jesús Gómez Castro, Ezio Valeri Moreno, Alfredo Luján, Lucas Rincón Santos y Leopoldo Garrido.
El 4 de febrero el Ejecutivo Nacional designó nuevas autoridades universitarias. Pedro Rincón Gutiérrez rector; Ramón Vicente Casanova, vice-rector y Germán Briceño Ferrigni, Secretario. Sustituían a Joaquín Mármol Luzardo, Néstor Briceño Paredes y Mario Spinetti Dini, respectivamente.
En forma sucinta, estos fueron los hechos y los protagonistas de aquel 23 de enero de hace 56 años, cuyo “espíritu” se esfumó hace tiempo.
                                                                        chachaqst@hotmail.com

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