La
elección del 8D no es un evento electoral mas. No es el final, es cierto, pero
el resultado determinara el futuro político inmediato del país. De allí la
obligación de recurrir masivamente a votar, con animo y esperanza, pensando en
nuestra Venezuela, a pesar de las comprensibles dudas que muchos expresan en
cuanto al parcializado papel de un CNE sumiso y obediente, pieza principal del
régimen para legitimar la dictadura comunista que se nos impone.
Las
cosas están difíciles para Maduro y su gente. El fracaso, la corrupción, la
improvisación y la dependencia de Cuba no lo pueden esconder con las rancheras
de Juan Gabriel, ni las adulancias de otros. De allí la violencia, el
amedrentamiento, la descalificación, los atropellos que se traducen en
persecución, secuestros, encarcelamiento y en tantas otras mas para desanimar
al elector, lo que en el fondo -y eso es lo que nos anima- no es mas que el mas
puro reflejo de una enorme debilidad.
El
régimen, que no esconde sus claros rasgos de dictadura, ejerce un brutal
terrorismo de Estado. Maduro trata de mostrar su poder a través de la
violencia, la amenaza, cual dictadorzuelo que no encuentra su propio camino,
prisionero del guión habanero. Un día ordena cobardemente la detención del
“delincuente” Alejandro Silva, secuestro justificado por la Fiscal y ante lo
cual la Defensora del Pueblo, ausente; y, del “ladrón” Cocchiola, quien regresa
victorioso ante un Maduro dolido. Otro día instruye a sus poderes secuestrados
a actuar, a saquear e imponer en los negocios el terror, medidas primitivas
llenas de odio que le darán algunos votos de la inconciencia, pero que
terminaran revirtiéndosele y acercando mas a su fin, al nefasto régimen. El
llamado al trabajo forzado es uno de los mensajes mas insólitos y repudiables
dirigidos a los venezolanos por un Maduro envalentonado. Ahora, para colmo, una
Asamblea en funciones de policía que cita e interroga a Guillermo Dávila, ídolo
de varias generaciones, para que explique ante una suerte de “tribunal
legislativo” la supuesta agresión en un lugar público, a uno de los artista del
régimen.
Muchos
no creemos en un proceso electoral transparente y honesto. Sabemos ante que
estamos. Entendemos las dudas de muchos analistas acerca de la parcialidad del
CNE, reflejada en el “día de la lealtad” al eterno difunto, grosería sin precedentes
y muestra del mas craso primitivismo; en el grosero ventajismo que ejercen
desde todos los medios oficiales, apoyado en un aberrante monopolio
comunicacional y en las censuras impuestas a los medios independientes; el
atropello sistemático y generalizado y todo aquello que vulnera la
transparencia del proceso.
La
elección del 8D no es una simple elección municipal. Se trata de confirmar, una
vez mas, que la oposición es mayoría y que no acepta el destino que se pretende
imponer desde afuera. Es un nuevo día, una nueva oportunidad, la última para
algunos, para derrotar la dictadura que se ha impuesto desde la Habana,
vergüenza que algún día tendrán que explicar los militares y civiles que
tuvieron bajo su responsabilidad el destino de la Republica durante estos años
de saqueo.
Se
deteriora el régimen, se desvalorizó el proyecto, se acaba el miedo. La calle y
la mesa electoral son los espacios en los que debemos actuar, siempre apegados
a la ley, la misma que pisotean los sátrapas que secuestran las instituciones y
los medios, sin importarle los derechos de todos.
La
democracia esta en peligro. Venezuela esta herida y abandonada. No nos ven
desde afuera ni se preocupan quienes una vez fueron comprendidos por la
democracia venezolana en sus luchas contra las tiranías. Una verdadera lástima.
Reyes, Presidentes, dirigentes extranjeros han olvidado interesadamente el
padecimiento de los venezolanos, pero es allí en donde se funda nuestro valor
para enfrentar una dictadura particular que recurriendo a las reglas las ha
destruido para imponerse.
Después
del 8D, se abren nuevos escenarios. Ante la presión popular ejercida a través
del voto y de una calle pacífica, vendrán cambios. Si la oposición gana las elecciones “iremos
por ti” le dijo Capriles a Maduro en el acto de protesta de la semana pasada. Y
así será, iremos por el cambio, por la nueva Venezuela, constitución en mano,
para responder con igual coraje a los insultos y las bravuconerías de los que
hoy mandan y disponen de nuestra libertad.
vitoco98@hotmail.com
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