Como
parte del imaginario colectivo de los venezolanos constantemente ha estado
presente la idea de que los bajos precios de la gasolina es una retribución que
tenemos como ciudadanos de un país petrolero, sobre todo, este beneficio o
subsidio se considera aún más con pertinencia
distributiva cuando la Nación tiene altos ingresos en sus exportaciones de
hidrocarburos, en tiempos de bonazas petroleras. Se considera este subsidio a
la gasolina como una conquista histórica tacita lograda por los venezolanos De manera que el alza del precio de la
gasolina va más allá de una estrategia de política económica y de análisis de
los costos políticos para entrar en el plano de lo psicosocial y de los
derechos adquiridos..
Recordemos, la
ultima explosión social que cambio el rumbo de la política venezolana, el 27 de
febrero del 1989. Dicen los medios de
entonces:“El día anterior el Ministerio de Energía y Minas anuncia el
alza en 30% de los precios de la gasolina y el incremento de las tarifas del
transporte público urbano e inter-urbano también en un 30% a partir del 27 de
febrero, válido para los 3 meses siguientes, después de los cuales podrían
aumentarse hasta el 100%”…. Las
medidas económicas y sociales impuestas por el gobierno y la creciente tasa de
pobreza, originaron la protesta social y, con ello, la masacre y la ola de violencia llamada como
el “Caracazo”
Se apelo en esa
oportunidad al aumento de la gasolina como ultimo recurso para tratar de
enderezar la economía que venia acumulando una terrible crisis luego del “boom”
petrolero de la década de los 70 cuando el precio del petróleo alcanzo los 5.11
Dólares/Barril y se produjo una “indigestión” económica. Se buscaba, en ese
momento, dar un cambio al liberar la economía, a través de un
programa de ajustes macroeconómicos promovido por el Fondo Monetario Internacional (FMI), al
que se le llamó “Paquete Económico”, concebido para generar cambios
sustanciales en la economía del país. Se anunciaron medidas de aplicación
inmediata y otras de aplicación gradual en plazos breves. El paquete comprendía
decisiones sobre política cambiaria, deuda externa,
comercio exterior, sistema financiero, política
fiscal, servicios públicos y política social, aumento
de sueldos y salarios entre 5 y 30%, entre otras medidas compensatorias para
aminorar el impacto sobre una sociedad empobrecida.
Para muchos
analistas el aumento de la gasolina fue la chispa de la explosión social y de la
crisis política que aún estamos viviendo ya que se disparo la antipolítica y el
desamor al sistema de partidos tradicionales llevando al país a caer en la
trampa de la ilusión socialista que estamos padeciendo hoy en día, cuyo líder
apoyado por la oligarquía caraqueña y
los grandes medios de comunicación social, que entraron en la ola de la
antipolítica, promovieron una especie de
vengador para manipular a un país con más del 80% de su población empobrecida. A
estos promotores, al igual que al Doctor Frankenstien, el monstruo se le escapo
de las manos y, hoy son victimas de su creación, principalmente luego de que aparece Fidel Castro y su proceso de
cubanización en el escenario político venezolano.
Hoy de nuevo el
debate del alza del precio de la gasolina. Debate que se da solo del lado del
régimen ya que carece de cualquier consulta que derive en una decisión de
consenso nacional. Se desarrolla en una situación económica y política muy
critica comparada con lo que se vivía en 1989:
devaluación progresiva de la moneda, con la inflación más alta del
mundo, con una deuda externa que se quintuplico desde 1998 pese a los altos
ingresos petroleros, con una economía acosada por la inseguridad jurídica, la
desconfianza a la inversión, el desabastecimiento y la escasez, con una
disminución exagerada de la capacidad adquisitiva de la masa trabajadora, con
la agudización de la dependencia de la economía de la renta petrolera y con una
economía de puertos donde se importa el 86% de lo que consumimos. Todo un coctel para derivar en explosión social, si incorporamos a este
contexto el elemento de la caída de la
popularidad de Maduro expresada en la derrota en las elecciones municipales del
8D que se le suma a su pérdida de legitimidad por las dudas de la transparencia
de las elecciones del 14A y de su nacionalidad de origen.
Pero la gran
contradicción de este régimen es que el Caracazo y sus causas derivadas de las
medidas económicas de Carlos Andrés Pérez en su segundo mandato, entre ellas,
el alza del precio de la gasolina,
fueron asumidas como parte de “una epopeya revolucionaria”, como la
génesis de la revolución bolivariana chavista concretada en el 4 de febrero de
1992. De manera que el apoyo al alza de
la gasolina seria la negación de sus
orígenes de la lucha en defensa de los derechos y las reivindicaciones de los venezolanos como es el derecho de tener
precios bajos de la gasolina en un país productor de petróleo. En esta misma dirección,, inducimos que solo
una razón muy superior los mueve a tomar
esta decisión tan transcendente.
Entonces nos surgen las siguientes interrogantes: ¿es acaso el aumento
del precio de la gasolina y de las tarifas de los servicios públicos una
exigencia del Fondo Monetario Internacional para el refinanciamiento de la deuda
externa y, con ello, el ingreso de dinero fresco al tesoro nacional?; ¿está PDVSA en bancarrota sin capacidad financiera para seguir manteniendo sus costos
operativos y de compromisos en la política social?. ¿Hay déficit fiscal para
mantener el populismo que desde la misiones se desarrolla en Venezuela y hay
temor que el descontento se les desborde?
En conclusión, afirmamos que configura toda
una irresponsabilidad histórica asumir
el desafío de aumentar el precio de la gasolina, máxime, cuando el país conoce
que los ingresos petroleros en estos 15 años del régimen han sido los más altos
de la historia de la Venezuela Petrolera y que un alto porcentaje del crudo
extraído y sus derivados esta siendo
regalado o vendido con subsidios a países “aliados de la revolución”
mientras que la deuda externa, lejos de
ser cancelada, fue quintuplicada en estos tres lustros que lleva el régimen y,
que un vasto sector de la población venezolana
vive en situaciones muy deprimentes, pasando trabajo, hasta hambre. Así mismo, .los venezolanos sabemos que
Venezuela es el país más corrupto de America y que los recursos involucrados en
esta corrupción provienen de los ingresos petroleros. Todos conocemos que PVSA, la gallina de los
huevos de oro, esta quebrada, en consecuencia, con el aumento de los precios de la gasolina
los venezolanos pagaremos de nuestros bolsillos el irresponsable gasto público
del régimen.
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