La enfermiza obstinación de gobernantes aturdidos por halagos de hordas de sectarios, fanáticos, furibundos y aduladores, estimulan en ellos un comportamiento tan recalcitrante que actúan por el efecto inercial de una historia falseada a instancia de intereses egoístas plasmados en pasquines que atreven a llamar: planes nacionales. El tétrico ejemplo del presidente de la República, lo patentiza de manera vehemente.
En política, las circunstancias son impredecibles.
Es decir, que no siempre lo que está arriba permanece en lo alto
indefinidamente. Por muchas leyes que puedan sancionarse a tales respectos. Por
mucho poder y maquinaria que pueda ostentarse. Por muchas trampas que puedan
operarse. En política, todo puede resbalarse cuando menos lo parezca. Todo lo
que en un momento alcanzó a subir, baja. Simple consecuencia de física
elemental. A pesar de todas las argucias que puedan activarse usurpando
facultades y violando preceptos.
La enfermiza obstinación de gobernantes
aturdidos por halagos de hordas de sectarios, fanáticos, furibundos y
aduladores, estimulan en ellos un comportamiento tan recalcitrante que actúan
por el efecto inercial de una historia falseada a instancia de intereses
egoístas plasmados en pasquines que atreven a llamar: planes nacionales. El
tétrico ejemplo del presidente de la República, lo patentiza de manera
vehemente. Tanto así que la tonalidad emocional de su discurso rabioso y sin
contenido, lo traiciona cada vez que se dirige al país en cadena de radio y
televisión. Lejos de referirse a su obra de gobierno, que además es efímera, su
tiempo lo utiliza en insultar o recriminar a quien pueda. Sobre todo ahora,
luego del 12-F, día éste en que la sociedad democrática, organizada a través de
la Mesa de la Unidad Democrática, demostró al país político su potencial fuerza
para enfrentar al candidato golpista quien sigue creyéndose supremo e
invencible.
La incapacidad del soez comandante para
soportar la frustración que le causa el hecho de verse perdido el 7 de Octubre
próximo, es propio del primitivismo político que padece quienes como él carecen
de la más mínima tolerancia anímica para gerenciar el país toda vez que las
exigencias nacionales e internacionales se tornan inexorables. Cada día viene
desplomándose el edifico de miseria que alevosamente, en nombre del vetusto
socialismo del siglo XXI, ha construido en un terreno de sensibles
características donde los problemas claman a los cuatro vientos la inminente
necesidad de ser atenuados.
Sin embargo, después de haber transcurrido más
de doce años de gobierno vuelve a prometer lo que nunca ha podido cumplir. O
sea, devolverle al pueblo los derechos extraviados entre los sofocones y
confusiones de los dos últimos decenios cuando el populismo de entonces alentó
acritud contra valores políticos que fundamentaban criterios de praxis social a
partir de los cuales se validarían importantes y necesarios cambios en la
concepción del Estado venezolano.
El carácter iracundo del presidente, pone al
descubierto su intimidad cuya debilidad más aflorada es aquella de la que más
debe cuidarse quien tiene la máxima investidura pública del país. Es
precisamente el problema que exhibe cada vez que se dirige a la nación.
Particularmente, cuando tiene que considerar la presencia de su contendor, el
candidato de la alternativa democrática: Henrique Carriles Radonski. Reacciona
tan peligrosamente como un animal herido con lo cual evidencia una inmadurez
política que no se compadece del cargo que ostenta. Pareciera un niño malcriado
a quien le han quitado su chupete y para protestar acude a pataletas,
lloriqueos, gritos y refunfuños. Es la conducta de quien piensa en si mismo. O
quien le habla al débil, al iluso, al alabador de oficio que aplaude sin
entender la razón de su fingido aplauso. O quien pelea con su sombra o con su
verborrea. Qué triste. Es como lo apuntó Gabriel García Márquez para reflejar
el sentimiento de desasosiego de un personaje militar en uno de sus libros: El
coronel no tiene quien le escriba. Alguien también habría dicho “pobre poderoso
solitario”.
VENTANA DE PAPEL
¡QUÍTESE LA CARETA DE SOCIALISTA!
El discurso presidencial dejó de ser
interesante. Quedó en el pasado. Sus frases sólo refieren un tiempo que además
alude de forma exagerada. Aunque sus alocuciones intenten disfrazarse con
expresiones de “amor el pueblo y obrerista”, lucen insinceras. A pesar de que
utilice buena parte del día encadenándose a través de la red nacional de radio
y televisión. Más, cuando se sólo se dedica a insultar y ofender. Como si
humillando va a frenar la voluntad de cambio de la mayoría del pueblo expresada
en las elecciones primarias de la oposición democrática.
¿Quién dijo que insultar y hacer ofensas
personales a los adversarios políticos es cosa de revolucionarios? A menos que
haya sido aconsejado por el sátrapa Fidel Castro Ruz al pensar que las ideas se
sustituyen con ofensas e insultos. Bien lo dijera Damían Prat C. desde su
columna de opinión: Público y Confidencial, en El Correo del Caroní: “está
picado por la Unidad, por los 3 millones de votantes con coraje a quienes no
pudo frenar con amenazas de despidos y represalias y por el mensaje de Unidad,
esperanza, progreso igual para todos, del candidato que representa al nuevo
liderazgo joven del futuro, electo por tanta gente, Henrique Capriles
Radonski”. Cuando a una idea de cambio y futuro le llega su momento, nada la
detiene. Así que señor presidente, quítese la careta de socialista.
.
MAJUNCHES SERÁN OTROS
El Diccionario de la Real Academia de la Lengua
Española, indica que el término “majunche” proviene de la voz “macuache”. Como
adjetivo coloquial de uso popular en Venezuela, significa “De calidad inferior,
deslucido, mediocre”. Pues nada de eso es el venezolano. Ni los de acá, ni los
de allá. Tampoco los de la mitad. Es decir, ningún venezolano a saber por las
condiciones naturales que sociológicamente ha desarrollado con el devenir de
las crisis políticas que han afectado su entorno familiar, económico y
cultural. Es incomprensible que la persona del máximo gerente de la
administración pública venezolana, o sea el presidente de la República, tenga
que expresarse con desprecio de sus coterráneos sólo por el hecho de ser
quienes políticamente lo adversan o se resisten a aceptar sus políticas
divisionistas y destructivas.
El escarnio presidencial, molesta. Aunque un
sabio aforismo dice: a palabras necias, oídos sordos. Esto deja ver que una
palabra necia, o dicha por ignorancia (sin saber lo que se dice), por
imprudencia (en el momento en el que no se debe) o por presunción (con mala
intención), no debe escucharse. Normalmente son palabras que resultan críticas destructivas.
O sea, para desmoronar a alguien. No para ayudar. Por eso no hay que hacerle
caso a quien las expresa porque pueden decirlas, no porque sean ciertas o
tengan sentido, sino simplemente para lastimar. Por tanto, majunches serán
otros.
INDEPENDENCIA, PURA ALHARACA
Expone José Mayora, en El Universal, que uno de
los avances políticos más cacareado por el funcionario mayor del régimen, “es
el logro de la independencia de toda atadura imperial” No obstante, la aludida
“independencia”, por efecto del populismo militarista, ha sido convertida en
una especie de señuelo con el cual el régimen busca convencer sobre la absurda
necesidad de evitar que las nefastas influencias extranjeras contribuyan a
facilitar el libre flujo de las ideas que contaminarían la pureza del proceso
socialista que pretende imponerse desde Miraflores, a trocha y mocha. Habrá que
entender que para este sistema político, “la independencia es una especie de
proceso aislacionista que crea un marco protector en el cual la capacidad de
relación con el exterior se deriva de la capacidad de pago que tiene el país
vía ingresos petroleros.
En otras palabras, todo aquello que se pueda
traer del exterior, se traerá”. Para el proyecto socialista, la independencia
constituye la excusa para importar todo cuánto sea posible ya que Miraflores
dejó que en el país se perdiera la capacidad de abastecimiento a partir de una
producción nacional. Con el cuento chimbo de que “la independencia continua”,
se condenó la intelectualidad consolidando la mediocridad. Ahora se habla de
“soberanía alimentaria” lo cual no es otra cosa que la incapacidad que por
ahora se tiene para producir lo que se come, habida cuenta de las
potencialidades que tiene. La trillada “independencia” se ha utilizado para
inducir falsas expectativas obligadas a congraciarse con el mal llamado
socialismo. Por fortuna, el país sigue teniendo petróleo por lo cual todavía
subsiste la economía nacional. Así que eso de independencia, es pura alharaca.
amonagas@cantv.net
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Claro que no esta solo. Lo acompañan las moscas chavistas revoloteando en su entorno en espera de su viaje al infinito. ¿Junto a qué revolotean las moscas?
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