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martes, 11 de marzo de 2008

*SIXTO MEDINA ESCRIBE EN EL DIARIO EL MUNDO (VENEZUELA): “DEFENDER LA PAZ EN TODOS LO TERRENOS”


*SIXTO MEDINA ESCRIBE EN EL DIARIO EL MUNDO (VENEZUELA): “DEFENDER LA PAZ EN TODOS LO TERRENOS”
MARTES 11/03/2008

Quienes pensaron la paz desde la teoría política pintaron muchas veces el retrato de la utopía o de una esperanza inalcanzable situada más allá de las fronteras de la historia. Hace un poco más de un par de siglos, en 1795, Inmanuel Kant dio a conocer De la Paz Perpetua, una pequeña joya del pensamiento político. Kant soñaba con un mundo cosmopolita, regido por principios republicanos, donde fuera reconocida la dignidad humana de todos los individuos



¿Se alcanzaran a concretar algún día estos ideales por los cuales rezan millones de seres humanos, mientras otros tantos, invocando a los mismos dioses, religiosos o seculares desatan el furor del fanatismo? Ambigua condición humana. El empeño por traducir en el mundo esa legítima apetencia de paz en instituciones duraderas parece ser una obra ciclópea. Cualquiera que sea su territorio, nacional o internacional, y la fuente política y económica que lo alimenta, el poder siempre ofrece resistencia frente a la restricción de las instituciones. No hay descanso en esta trama. Algunas naciones han logrado, por ahora, un mínimo de reposo: son aquellas cuyos representantes han entendido que la construcción de la paz consiste en el arte de diseñar círculos regionales cada vez más estrechos de relaciones económicas y culturales.



La paz es un valor que se extiende a todas las fases de la vida en sociedad. Un ejército de ocupación, un gobierno que avasalla los derechos humanos y una organización que practica la muerte y el terrorismo- como la FARC- vulneran de diferentes maneras y por distintas vías, pero con una perversidad igualmente repudiable, esa noble y legítima aspiración de la humanidad, tantas veces tronchada a lo largo de la historia.



La paz debe ser preservada en todos los terrenos y en todas las instancias de la vida social. El debate inédito en la XX Cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno del Grupo de Rió, donde Uribe, Correa y Chávez se dijeron sus verdades y que luego devino en una oportunidad decisiva para llegar a un acuerdo y dar por superada la crisis desatada en la región andina por una incursión militar colombiana a territorio ecuatoriano, es muy alentador.



Es claro, Uribe comete un error de mucha entidad al ordenar una operación militar en territorio ecuatoriano. El respeto irrestricto de las fronteras nacionales es el método más valioso que ha encontrado la humanidad para preservar la paz entre los países. Pero también el mundo civilizado, donde la paz es un bien invalorable, se aferra a otros dos principios: la no intromisión externa en las cuestiones internas de los países y el deber de los Estados de no apoyar a grupos terroristas actuando fuera de sus fronteras. Este principio incluso ha sido reglamentado por las Naciones Unidas.



Estos principios deben ser respetados. La intromisión de Hugo Chávez en las cuestiones internas colombianas, con su llamamiento de hermandad a los guerrilleros de las FARC y con solicitar el reconocimiento de éstas como “ejercito beligerante” no ha sido el más conveniente para Venezuela y la civilización. Por cierto, millones de venezolanos preguntamos: ¿Por qué el presidente Chávez puso a la región al borde de la “guerra”?



En la Cumbre del Grupo de Rio, se destaca lo siguiente: Se civiliza la lucha; rige una tendencia hacia el entendimiento y un acuerdo en los valores básicos. No se condena a Colombia por haber violado la soberanía ecuatoriana. Uribe tuvo la virtud de pedir disculpas ante la OEA y ante el gobierno y pueblo del Ecuador; promete que Colombia no volverá a incursionar en países vecinos. Asimismo los presidentes Uribe y Correa, antes de pensar en imponerse o resistirse hicieron efectivos unos objetivos. El presidente Uribe en este conflicto aparentemente superado sobresale como político y como diplomático.

sxmed@hotmail.com

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