Como se ha dicho desde las elecciones
presidenciales del 14-A, este gobierno es ilegítimo y débil, producto de su
cuestionado origen y su manifiesta incapacidad para resolver los grandes
problemas del país, pero también por sus fisuras internas.

Pongamos la lupa en esto último. Era notorio,
por ejemplo, cómo Cabello y Maduro mantenían un forcejeo permanente por el
control institucional desde el mismo momento en que Chávez se subió al avión
que lo llevaría a Cuba en diciembre de 2012. De hecho, la composición de la
directiva de la AN el 05 de enero de este año así lo demostraba. Maduro
reconoció a Cabello como Jefe del Parlamento, pero impuso a Darío Vivas como
Vicepresidente. A su vez Cabello hizo que Pedro Carreño quedara como Jefe de
Fracción del PSUV, y así. Otro capítulo ha sido la recomposición del Gobierno,
donde Maduro intenta copar espacios, pero Cabello y Rafael Ramírez (tercera
pata de esa mesa), tienen posiciones firmes y poderosas que no cederán.
Este forcejeo daba lugar a todo tipo de
comentarios, pero se desarrollaba sin mucho escándalo y dentro de un juego de
poder, a pesar de que no hay que ser muy perceptivo para darse cuenta que
Diosdado Cabello tiene una agenda propia y que su lealtad a Maduro es
absolutamente circunstancial y endeble. De hecho, a raíz del "asesinato
del Congreso" del siglo XXI que tuvo lugar a finales de abril, el aún
sangrante diputado Julio Borges le advertía a Maduro: "cuídese de Diosdado
Cabello", ante lo insólito del episodio que acababa de ocurrir bajo sus
auspicios, el cual obviamente no beneficiaba para nada al Gobierno.
Pero todo lo revelado por Mario Silva pone
esta disputa en otra dimensión. Es el destape brutal, por un lado, de que las
cosas puertas adentro están peor de lo que pensamos entre Cabello y Maduro, y
por el otro, de que la Revolución como tal no existe, sino que todo se resume
en una inmensa red de corrupción, privilegios personales, intrigas,
conspiraciones y hasta asesinatos. Y lo peor es que todo se revela frente a un oficial
cubano. Es decir, prueba irrefutable de quiénes son los verdaderos traidores a
la Patria, pero que les encanta acusar de ello a la oposición. Si para el 14-A
el oficialismo perdió 800 mil votos respecto al 07 Oct., con todo esto, más la
ilegitimidad del Gobierno, la represión desatada y la crisis económica en
marcha, no tengo duda que estamos, no ante un Gobierno débil, sino más bien
tambaleante.
Para el momento que se publique este artículo
debe haber salido ya o estar por salir la segunda parte del audio divulgado,
con lo que el proceso de implosión oficialista se agravará. Dicho esto,
reiteramos que la alternativa democrática quiere una salida pacífica y
constitucional para la actual crisis venezolana. En ese sentido, la repetición
total o parcial de las elecciones presidenciales es una posibilidad viable si
los magistrados asumen su responsabilidad y leen correctamente el momento que
vivimos. No hay para qué esperar que la crisis se desborde y el país tome un
rumbo incierto, o peor aún, que quienes tienen agendas ocultas las saquen a
relucir en medio del caos.
cipriano.heredia@gmail.com
@CiprianoHeredia
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