BIENVENIDOS AMIGOS PUES OTRA VENEZUELA ES POSIBLE. LUCHEMOS POR LA DEMOCRACIA LIBERAL

LA LIBERTAD, SANCHO, ES UNO DE LOS MÁS PRECIOSOS DONES QUE A LOS HOMBRES DIERON LOS CIELOS; CON ELLA NO PUEDEN IGUALARSE LOS TESOROS QUE ENCIERRAN LA TIERRA Y EL MAR: POR LA LIBERTAD, ASÍ COMO POR LA HONRA, SE PUEDE Y DEBE AVENTURAR LA VIDA. (MIGUEL DE CERVANTES SAAVEDRA) ¡VENEZUELA SOMOS TODOS! NO DEFENDEMOS POSICIONES PARTIDISTAS. ESTAMOS CON LA AUTENTICA UNIDAD DE LA ALTERNATIVA DEMOCRATICA
Mostrando entradas con la etiqueta RESPUESTAS AL MIEDO. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta RESPUESTAS AL MIEDO. Mostrar todas las entradas

sábado, 21 de julio de 2012

EUGENIO G. MARTÍNEZ, NO HAY FRAUDE NO DETECTABLE

La última década electoral en Venezuela ha demostrado que las elecciones se ganan o se pierden por votos y por no poder garantizar testigos en todas las mesas. No obstante, a pesar de este aprendizaje comienzan a proliferar los análisis que explican cómo se cometerá fraude el 7 de octubre. Coincido con varios de los autores de estos textos en que sólo una plataforma electoral debidamente auditada es confiable, sin embargo en el resto de sus argumentos debo marcar distancia. 
Me preocupan estos análisis porque son generados por personas que no han participado en las auditorías realizadas al sistema electoral desde 2005 o que no tienen contacto con el grupo de técnicos que han participado en estas auditorías lo que hace que expongan teorías de fraude que en vez de servir para un trabajo conjunto y centrado en los puntos débiles del sistema electoral (que existen) pueden afectar la participación de los ciudadanos, especialmente la base de electores pro-oposición al promover la matriz de opinión que el voto no es secreto o peor llevando a un sector de la población a un escenario similar al de 2005. Pareciera que buena parte de los generadores de opinión en el país no logran interiorizar que el principal problema se presenta cuando existen mesas de votación sin testigos. En las siguientes líneas vamos a intentar dar respuesta a las principales preguntas/aseveraciones que circulan viralmente por las redes sociales.
¿Y si el CNE cambia los resultados?
En nuestro sistema existe algo que podemos llamar la traza de papel, que garantiza que los resultados no se modifiquen, o sea muy sencillo detectar si alguien lo intenta hacer. Son cuatro pasos básicos los que componen la traza de papel:
La máquina de votación emite un comprobante de votación, que es verificado por el elector.
La máquina de votación imprime actas con resultados antes de conectarse y transmitir al CNE. Después de transmitir se entregan copias de las actas a los testigos y estos comparan con acta original.
Después de cerrar todas las mesas de un centro se eligen las mesas a auditar. El 54% de las urnas se abren y se cuentan los votos. Se coteja los resultados de las actas impresas por la máquina de votación.
Los resultados totalizados y publicados en la página web del CNE se pueden cotejar con las actas impresas por la máquina de votación y en manos de los testigos de los partidos políticos.
¿La oposición puede auditar el sistema electoral?
Para todos los procesos electorales celebrados desde el año 2005 se han auditado los software de las máquinas de votación, revisado la red de Transmisión de la Cantv, los programas de totalización, se ha realizado la auditoría de producción de las máquinas de votación, etc. En total para el proceso electoral del 7 de octubre se van a realizar 17 auditorías, incluidas dos nuevas auditorías (asociadas al SAI) y la reformulación de la auditoría pre-despacho.
¿Y si transmiten los resultados a un centro de totalización paralelo en donde cambian los resultados?
La sala de totalización (CNT1) siempre ha estado ubicada en la sede del CNE en Plaza Caracas (y en ella la oposición siempre ha tenido testigos). En todos los procesos existe otra sala de totalización de respaldo (CNT2) en caso de falla de la sala principal. La CNT2 primero funcionó en la Torre El Chorro (avenida Universidad del Distrito Capital) y desde 2007 fue trasladada a la sede de la Universidad Bolivariana de Venezuela. Para la elección del 7 de octubre la CNT2 funcionará en la sede del CNE ubicada en el edificio Caracas Teleport. En esta sala también existe presencia de los técnicos acreditados por la oposición.
¿Las máquinas de votación se conectan de forma inalámbrica para cambiar los resultados?
En las distintas auditorias realizadas al sistema se ha demostrado que las máquinas de votación no tienen capacidad de conexión inalámbrica. ¿Bidireccionales? Las máquinas de votación son bidireccionales así lo reconoce el CNE como cualquier equipo que requiera comunicarse, no obstante en estos protocolos de comunicación, como lo demuestran las auditorías, los votos viajan en una sola dirección (hacia la Sala de Totalización). Recuerden que en los manuales de Miembros de Mesa del CNE y en los que utiliza la oposición para sus testigos se establece que durante la votación la máquina debe permanecer desconectada.
¿Si el sistema es automatizado por qué el CNE tarda tanto en anunciar los resultados?
Después de dos horas del cierre de mesas en la Sala de Totalización ya se han recibido la mayoría de las actas, no obstante los actores políticos (oposición y gobierno) coinciden en que el primer boletín debe anunciarse cuando los resultados sean irreversibles. El retraso es por consideraciones políticas, no técnicas. El proceso de totalización se inicia a las 2:00 pm del día de la votación con la "puesta a cero" de los equipos, que tendrán acceso a datos a partir de las 6:00 pm. En este proceso participan testigos de la oposición.
¿El voto no es secreto?
El secreto del voto se garantiza porque se almacenan los votos emitidos de forma aleatoria, las máquinas registran todos los votos con la misma hora (así se impide la secuencia), además reordenan aleatoriamente la secuencia en que fueron emitidos, encriptan esta información y luego, al cerrar la votación, contabilizar los votos, imprimen el acta y luego transmiten los resultados. Los métodos de reordenamiento aleatorio han sido usados y verificados en elecciones anteriores, incluso en las elecciones en que ha ganado la oposición en 2007, 2008 y 2010.
Este tema es muy extenso, y el espacio de esta columna se vuelve insuficiente. Sin embargo, como último elemento, vamos a recordar que Smartmatic aunque nació en Venezuela, es una empresa internacional, con prestigio internacional ¿Por qué esta empresa va a arriesgar su prestigio por una elección en nuestro país? Aunque algunos teóricos del fraude no quieran reconocerlo en los procesos electorales previos la aplicación electoral de Smartmatic y sus máquinas de votación han demostrado que cumplen con el funcionamiento esperado, otra cosa es lo que ocurre en las mesas en que la oposición no fue capaz de acreditar testigos o como el desequilibrio de la campaña o el chantaje social de los planes sociales condiciona el voto de los electores.
emartinez@eluniversal.com
En twitter: @puzkas

EL ENVÍO A NUESTROS CORREOS AUTORIZA PUBLICACIÓN, ACTUALIDAD, VENEZUELA, OPINIÓN, NOTICIA, REPUBLICANO LIBERAL, DEMOCRACIA, LIBERAL, LIBERALISMO, LIBERTARIO, POLÍTICA, INTERNACIONAL, ELECCIONES,UNIDAD, ALTERNATIVA DEMOCRÁTICA,CONTENIDO NOTICIOSO,

lunes, 28 de mayo de 2012

FERNANDO MIRES, ¿POR QUÉ NO CREO EN LAS ENCUESTAS?

¿Por qué no creo en las encuestas electorales, vengan de donde vengan?
Por la misma razón por la cual no creo en horóscopos. Pero quizás miento. La verdad es que creo más en horóscopos que en encuestas. Al menos no están sometidos a presiones e intereses que inevitablemente influyen a las empresas encuestadoras.
Las empresas encuestadoras no se diferencian de otras empresas. Y como ocurre con toda empresa, siguen la orientación de sus empresarios. Ahora, todo empresario persigue un objetivo: el éxito. ¿O ha conocido usted algún empresario que persiga el fracaso? Y bien, en una economía de mercado el éxito es medido de acuerdo a ganancias.
Si hablamos de empresas privadas los medios utilizados para la obtención de ganancias se encuentran sometidos a un sistema de control y vigilancia pública. Así ocurre con productoras de alimentos o bienes; supuestamente con los bancos y, sobre todo, con la salud (clínicas, sanatorios y hospitales privados) No sucede lo mismo, empero, con las encuestadoras, exentas de todo control ciudadano
Ningún consumidor político, supongamos un partido o un candidato que ha orientado su línea siguiendo informes de una encuestadora puede, después de haber fracasado en las elecciones, demandar a la empresa por haber proporcionado datos falsos. Las encuestadoras son, por lo tanto, empresas que actúan no al margen de la ley –como las mafias, por ejemplo- sino, lo que puede ser peor: sin ley.
Ahora bien, si una empresa encuestadora no es confiable en democracia, mucho menos puede serlo en una nación regida por una autocracia o dictadura. ¿O cree usted que si un gobierno no vacila en corromper y someter al poder judicial va a tener escrúpulos en comprar, o por lo menos presionar a encuestadoras privadas? Vamos a suponer, sin embargo, que eso no es así.
Vamos a suponer que las encuestadoras están formadas por personas idóneas, guiadas solo por la ética de una profesión. ¿Confiará usted entonces en opiniones de encuestados sometidos a presión, dependientes de la ayuda social, inscritos en planes de vivienda? Eso quiere decir simplemente que si en un orden político democrático las encuestas no son confiables, bajo una autocracia son absolutamente desconfiables.
Incluso, allí donde actúan empresas encuestadoras formadas por calificados expertos -sociólogos, psicólogos, politólogos, estadísticos, economistas, consultores, opinólogos y otras especies de la inagotable fauna- no hay ninguna razón para depositar demasiada confianza en las encuestas políticas. En este caso, las suspicacias no son morales sino, por decirlo así, intelectuales.
Efectivamente, las empresas encuestadoras, todas sin excepción, laboran sobre dos supuestos constitutivos a un paradigma ya obsoleto en las ciencias sociales, aunque vigente en muchos institutos de investigación.
El primero de esos supuestos se basa en la creencia relativa a que la sociedad es un “objeto” mensurable y cuantificable.
El segundo, en la creencia relativa a la objetividad absoluta del conocimiento científico.
De acuerdo al primer supuesto, la “sociedad” esta constituida por seres racionales quienes al ser consultados responden de modo racional. Así son medidas y cuantificadas las opiniones. Pero las opiniones no son mónadas, sino eslabones de cadenas interminables. O formulado así: las opiniones son unidades compartidas de modo que una opinión individual nunca es la misma que la opinión compartida. Todo encuestado es, en ese sentido, un ser aislado, quien no argumenta (no opina) y responde, muchas veces, para “salir del paso”.
De acuerdo al segundo supuesto, se parte de la base de que las encuestas y los encuestadores transportan verdades objetivas. Pero en ese punto, y ya hace tiempo, las ciencias naturales, aún antes que las sociales, dieron al traste con la pretensión de objetividad científica.
Fue la física cuántica la que demostró que la observación de ondas y luces en las partículas elementales depende de la subjetividad del observador y de sus instrumentos de observación. La formulación del físico Dieter Zehl es en ese sentido célebre: “la conciencia del observador forma parte del proceso cuántico”.
En el caso de una encuesta, y con mucha más razón, la respuesta del encuestado tampoco es independiente de la conciencia del encuestador. Puede suceder incluso que la respuesta ya esté incluida en la pregunta, si no en su letra, por lo menos en el tono de su formulación.
No son, por lo demás, escasas las situaciones en que la dirección de un instituto de investigación sustenta una determinada teoría. En ese caso el personal del instituto estará interesado en probar la veracidad de esa teoría eliminando, de modo incluso inconciente, todos los puntos que la contradigan. Así, si una encuestadora sustenta la tesis de que los electores votan por razones emocionales, y otra cree que lo hacen por razones económicas, los resultados obtenidos no sólo son distintos; en muchas ocasiones son opuestos.
Las opiniones –ese es el detalle- no son unidades mensurables ni cuantificables. Ellas están cambiando en minutos, y no dependen tanto de razones o argumentos, sino de acontecimientos que, para que lo sean, deben ser fortuitos. Inundaciones, atentados, enfermedades, guerras, epidemias, terremotos, pueden definir resultados electorales de modo más decisivo que cualquiera respuesta ocasional. Hay cientos de ejemplos.
Y no por último, hay, además, un momento al que ningún encuestador puede alcanzar. Ese es el momento del elector quien, sin tener que dar cuenta a nadie ni responder a ninguna pregunta, hace la cruz o pulsa el botón, asumiendo, solo frente a su conciencia, esa responsabilidad política que ninguna encuesta está en condiciones de usurpar.


EL ENVÍO A NUESTROS CORREOS AUTORIZA PUBLICACIÓN, ACTUALIDAD, VENEZUELA, OPINIÓN, NOTICIA, REPUBLICANO LIBERAL, DEMOCRACIA, LIBERAL, LIBERALISMO, LIBERTARIO, POLÍTICA, INTERNACIONAL, ELECCIONES,UNIDAD, ALTERNATIVA DEMOCRÁTICA