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viernes, 10 de octubre de 2014

RAFAEL GALLEGOS, LA ESCALERA DE LOS AUTÓCRATAS

La historia es una mera repetición de capítulos que creemos diferentes porque el tiempo les da distinto decorado. 

Por ejemplo, los autócratas. Se repiten como una plana… y lamentablemente, como una plaga. Gómez fue un autócrata con  decorado andino. Hitler otro, igualito,  con el decorado de la Europa de su tiempo. Boves, Stalin, Fidel Castro, Somoza, Pinochet. Parecen copias al carbón. Eso sí, cada uno con su decorado particular.  Ya lo dijo Shakespeare: el mundo es un escenario y todos somos los actores. La realidad es que los autócratas se repiten, o hasta la saciedad, o hasta que los pueblos aprendamos… lo que ocurra primero.

Todos suben los mismos peldaños de la misma escalera: resentimiento, destrucción y vorágine.

Aclaremos que resentimiento, es culpar a los demás por nuestros fracasos. Y los autócratas son casamenteros de sus resentimientos particulares, con de los pueblos que pretenden dirigir.

Así, Hitler juntó el resentimiento que le provocó ser un pintor fracasado y un  potencial arquitecto sin admisión en las escuelas, con la frustración del pueblo alemán, derrotado en la primera guerra y firmante de un Tratado de Versalles que pretendía que pagaran una deuda impagable, les quitaba territorios alemanes y les prohibía desarrollar ejércitos.

Y por ejemplo Gómez, a quien Doña Zoila de Castro le humillaba su condición de Vicepresidente al decirle: compadre no me ha capado más gatos. Y remataba, apenándolo: es que el compadre tiene manos de cirujano. O el propio compadre Castro, que le hería su susceptibilidad al ponerle peines para ver si se le alzaba.  Gómez unió su resentimiento con el de los banqueros presos y  después escupidos por el pueblo cuando Castro los puso a marchar encadenados para ver “si recordaban algún entierro” y le prestaban dinero. Y también con el resentimiento del pueblo, que culpaba de sus carencias a las borracheras y el abuso de poder del cabito.

Dicen que Boves tenía un gran resentimiento contra los patriotas. Parece que quiso servir en esas filas y no se lo permitieron. Entonces juntó su resentimiento con el de los negros, pardos, mulatos y todos los colores, despreciados y humillados por siglos de esclavitud e injusticia.

El segundo peldaño de los autócratas es el de la destrucción.

Destrucción Estratégica, para comerte mejor. Los autócratas acaban con lo que encuentran para mantenerse por siempre en el poder. Hitler, en nombre de la paz, destruyó a Europa para vengarse. Y sobre esas ruinas, esperaba reinar 1000 años.

Gómez, en nombre de la unión, la paz y el trabajo, mantuvo a Venezuela en la inopia. Analfabeta, palúdica, sin empleo, sin educación, con las universidades cerradas, sin libertades. Todo en aras de un pueblo postrado, para gobernarlo, como desgraciadamente sucedió, hasta su muerte.

Boves dejaba que sus montoneras acabaran todo a su paso, violaran mujeres, se apropiaran de lo que pudieran. Una venganza contra los culpables de tanta vida fracasada. El odio como sistema de gobierno.

Pero al final, todos los autócratas son víctimas de la vorágine que provocan con tanto desaguisado. A Hitler, tanta destrucción lo destruyó. Mussolini terminó colgado boca abajo. Ceausescu fusilado sumariamente. Boves, muerto en batalla, tal vez por su propia gente.

Pérez Jiménez huyendo en “su” vaca sagrada. Pinochet, perseguido por la justicia democrática hasta el final de sus días. Gómez murió en cama, al igual que Franco; pero tuvo que matar a su hermano Juancho y exiliar a su hijo José Vicentico, que inmersos en esa vorágine de terror, quisieron asesinarlo.

LA ESCALERA DE LA BOLIVARIANA

Juntaron su resentimiento con el fracaso de los últimos años de democracia. Culpables, los ricos y no la falta de gerencia o de Política.

El camino: freírlos en aceite, expropiarlos, hacer toneladas de elecciones llenas de tramparencia y grosero ventajismo. Abajo los ricos. Y hoy, se acaban los ricos (menos los enchufados) y el pueblo sigue sumido en la pobreza.  ¿A la espera de otro vengador?.

Destruyen a Venezuela, para cumplir su desiderátum: permanecer, como Cuba comunista, en el poder. Saben que si los pobres se vuelven clase media, se acaba la “revolución”.

El Colegio de Ingenieros les acaba de demostrar que la inteligencia, está masivamente contra el proceso.

Y finalmente: la vorágine. Las empresas socialistas son un fracaso. PDVSA, la CVG, la industria y el agro… sin comentarios. No hay dólares y ya nadie les cree. Como la Cuba comunista tendrán que buscar quien los mantenga. Pero eso… no existe.

Se les fue la mano destruyendo. Ahora lo que hay es vorágine. Selva que traga, como la que se engulló  a Marcos Vargas.

Para llegar al cielo, se solicita una escalera grande y otra chiquita. 

Abstenerse los mesías con escaleras de autócratas.

Y por cierto, la victoria en el CIV… suena a presagio.

Rafael Gallegos
rafaelgallegosc@hotmail.com

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sábado, 11 de mayo de 2013

RAFAEL GALLEGOS, ¿STALIN OBRERISTA Y DIOSDADO MONAGUERO?

La Historia es un animalito vivo que se empeña en repetirse. Los escenarios, los actores, los argumentos. Lo único que parece cambiar es el decorado que dan los siglos. “La vida es un escenario y todos somos los actores”, decía Shakespeare.  ¡Y qué actorazos nos han resultado a los venezolanos algunos políticos!
Muchos de ellos, como Adán, actúan cual si abrieran el primer capítulo del libro de la vida: el primer mesías o el primer salvador de la patria. Y a la larga, resultan… los falsos profetas de siempre. Pura barajita repetida.
Así, Maduro se jacta de ser un líder obrero, como si eso per se, fuera bueno… o malo. Tan absurdo como que alguien se jacte de tener talento para operar una amigdalitis, por haber sido camillero. Lo que se requiere para gobernar bien es…  calidad de estadista. Total, el Presidente es quien “opera” al país.
El primer jefe de Estado comunista y obrerista, fue nada menos que Stalin. Y si a todos los líderes comunistas y obreros se les puede cortar con esa tijera… ¡Dios nos libre!
José Stalin en su juventud fue obrero en los campos petroleros de Bakú, a orillas del Mar Caspio. Se convirtió en un importante dirigente sindical. Allí comenzó su carrera política.
El obrerista Stalin mató toneladas de seres humanos. Históricas las purgas de Siberia. Parece que apenas llegó al poder, olvidó su origen obrero.
Tal vez y sólo tal vez, Stalin, por cierto heredero y fotocopia de Lenin,  comenzó insultando y encarcelando a todo  el que se le opusiera, como nuestro tropical presidente obrerista.
Quién sabe si Stalin le decía traidor a la patria a sus opositores, o si encarcelaba a generales como Antonio Rivero por causas que por su indefinición asombrarían al mismísimo Kafka. O si se haría el loco con solicitudes como los de la dignísima y valiente hija de Simonovic.
Lo cierto es que el obrerista Stalin mató a medio mundo. Y tenía la cachaza de querer lo llamaran “el padrecito de todas las rusias”.
Moraleja: no hay que jactarse de ser el primer presidente obrero, hay que demostrar ser capaz. Sería lo mismo que Bolívar se hubiera jactado de ser el primer presidente de origen oligarca, que lo fue.
No basta ser obrerista. Hay que ser estadista.
¿REPITIENDO EL 24 DE ENERO DE 1848?
Y en la Asamblea, Cabello ha protagonizado uno de los más tristes capítulos. Repetición del militar Tejero, quien en los ochenta agredió a los parlamentarios españoles. Y al prohibir a los parlamentarios parlamentar (¿…?), parecido a aquel general Milán Astray, quien  tuvo el tupé de, en nombre del franquismo, decir en el Paraninfo de la Universidad de Salamanca y en presencia de nada menos que Unamuno: muera la inteligencia. O sea: Parlamentario, no parlares… Unamuno, no pensares. Ningún líder puede ir contra natura.
PARALELISMOS
El 24 de enero de 1848, el Congreso de Venezuela discutía su traslado a Puerto Cabello para discutir, sin turbas y sin presiones el enjuiciamiento al Presidente José Tadeo Monagas. Paralelismo 30 de abril: EL Presidente del Congreso, ante acusaciones de fraude de los opositores, solicita “reconocimiento de Maduro” y prohíbe parlar a los parlamentarios.
En los momentos en que el Ministro Sanabria exponía su Memoria y Cuenta, turbas instigadas por el partido liberal y según los deslenguados, con la simpatía del gobierno, asaltaron el hemiciclo. El resultado tres parlamentarios muertos, entre ellos el ilustre Santos Michelena. Varios ciudadanos muertos y heridos. Y sobre todo una democracia enferma que, por no parlamentar, devino en la Guerra Federal, una década después. Paralelismo 30 de abril: Varios parlamentarios de oposición, puertas cerradas y cámaras viendo al techo mediante, resultaron heridos, algunos hospitalizados y operados.
EL Presidente Monagas, al llegar al sitio, usó la trilladísima frase de “condenar la  violencia” y solicitó a los parlamentarios que se reunieran nuevamente, como si nada hubiera pasado. Paralelismo 30 de abril: El presidente Maduro, condenó la violencia, dijo que Cabello pondría orden (¿…?). En la noche transmitieron una cadena donde se podría inferir que los parlamentarios heridos intentaron “autosuicidarse”. 
Presionados, los parlamentarios del sXIX volvieron al Congreso. La excepción fue el ilustre venezolano Fermín Toro quien dijo algo así como: “podrán llevar mi cadáver al Congreso; pero Fermín Toro, no se prostituye”. Pura dignidad. Paralelismo 30 de abril: Los parlamentarios se reunieron para discutir condiciones de retorno. Quedó claro que María Corina, Julio Borges y en general todos los parlamentarios de oposición, heridos y no heridos, al igual que Fermín Toro, tampoco se prostituyen.
El futuro: en el siglo XIX, un gobierno corrupto y nepótico, que abrió paso a la Guerra Federal. Paralelismo 30 de abril: Hay que romperlo. Es imperativo rescatar la democracia.
http://petroleosinreservas.blogspot.com/2013/05/stalin-obrerista-y-diosdado-monaguero.html

rafaelgallegosc@hotmail.com


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domingo, 4 de noviembre de 2012

RAFAEL GALLEGOS, PETRÓLEO: LA DIGNIDAD MULTADA

“Yo provoqué el paro”, dijo el jefe de la “revolución”. A confesión de parte… pero  sus adláteres, no lo multan. Más bien, hicieron una  lista  de  186  culpables, tasaron  los “daños”  y  pretenden cobrárselos  a  todos  ellos  uno  a uno.  Y  en  una  especie  de streap tease de  terror,  como  si quisieran jugar con los miedos de sus familiares, van sacando la lista en el periódico.

Hoy te puede tocar a ti, parecieran imitar una vieja propaganda. La primera semana, una docena, la segunda otra docena. Y para más Inri, siempre “perdonan” a alguno. Como si esperaran que esos valientes petroleros se les humillaran y los llamaran para solicitar algún indulto a cambio de la dignidad.
Y hemos llegado a la palabra clave. Dignidad. Esa luz que enceguece a los autócratas.
Esa cualidad que hace a los hombres mirar directamente a los ojos de  todos sin ninguna vergüenza. Tal como pueden hacer estos valientes petroleros. Contrario a tanto brincón de talanqueras de valores.
Dignidad que enceguece y no permite sostener miradas a los que en beneficio propio han participado, o se han hecho los locos con este proyecto de destrucción nacional.
Dignidad como la de Diógenes el Cínico, que ante la oferta del todopoderoso Alejandro, le respondió: quítate que me tapas el Sol.
Dignidad como la expresada en el poema MERCADO, del bardo venezolano José Ramón Heredia:

-      Se venden estrellas ¡ Hay muchas !
¿Quién compra? Las hay de todos los tamaños!
¡ y cómo brillan! ¡Miradlas, arriba están!
¿Quién compra? Se venden estrellas !
(El millonario apresta el oído)
            Sigue estúpido!
para esto no sirve tu dinero
ese es mercado de poetas.

Porque la dignidad… es mercado de demócratas.

Los “revolucionarios” no multan a “yoprovoquéelparo”. Más bien condecoran a los responsables de la explosión de Amuay, a  los mantenedores de los puentes caídos, a los responsables de los muertos del 4F Y 27N. Ante un país atónito, se pagan y se dan los vueltos.
Y claro, no multan a los  autores del largo sabotaje gerencial, que ha convertido a la otrora modelo de industria petrolera venezolana, en una de las empresas petroleras más ineficientes del mundo.
Dos millones de barriles cuando deberíamos producir seis según, los mismísimos planes de la “revolución”. Y eso que han triplicado el personal. Pura improductividad.
Saquen la cuenta, todos los días producto del sabotaje gerencial, se dejan de producir cuatro millones de barriles en Venezuela. O sea. Ciento cuarenta mil millones de dólares al año. En diez años… multiplique.
 Si a esto agregamos la vergonzosa importación de gasolina; los daños a la infraestructura, a los yacimientos y el consecuente  marasmo de haber transformado una dinámica empresa petrolera, en un flácido emporio. ¿A quién le pasarán esa cuenta? ¿Quién es el saboteador?
Mañana los multadores de turno terminarán  con el típico corre- corre al son de me obligaron, o de yo no sabía, como sus iguales en todas las historias, cuando los regímenes se acaban. Porque, no lo duden… los regímenes, se acaban. 
La dignidad ciega a los totalitarismos. Los imputados del petróleo, no se doblan… y claro, los encandilan. 186 petroleros. Los condenan a pagar una multa impagable. Más de treinta millones de dólares per cápita.
¡Ni que fueran boliburgueses!
Qué orgullo sentirán siempre los hijos, nietos y bisnietos de los multados del petróleo. El mismo que hoy sentimos – y a mucha honra-  los hijos de los exiliados, presos, torturados y asesinados de la dictadura de Pérez Jiménez. La gloria de los imputados “crecerá con el tiempo como crece la sombra cuando el sol declina”. Y que orgullo que sean Gente del Petróleo.   
Ya que los “comuneros” del siglo XXI, o sea… vitrolas en el 2012, están en la onda de cobrar y pagar, deberían pagarnos a los 23.000 petroleros expulsados en el 2003, lo que nos deben, según la Ley. Ni siquiera han cancelado la caja de ahorros, las prestaciones, los fondos de pensiones. Es más, no nos dejan trabajar con el Estado, ni en petroleras dentro de Venezuela.  
Claro, nos pagarían si estuviéramos en democracia; pero los “revolucionarios”… no pagan.
Se atrevieron a botar  23.000 técnicos de la industria. Como sacar a los médicos de un hospital, o a los carniceros de un carnicería. ¿Están dispuestos a pagar por tamaña lobotomía empresarial en la empresa pivote, todavía, del país?
La historia se encargará de cobrarles. Mientras tanto los absuelve la historia oficial de los libros de primaria, la de Cuba comunista, la de los países panas. Pero al final, todas las autocracias van al mismo capítulo.
Pinochet, Videla, Fujimori. No los salvaron sus historias oficiales… y mucho menos sus países panas.
Mientras tanto, la ineficiencia, multa a la productividad. 

Cosas totalitarias, Sancho.


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martes, 2 de septiembre de 2008

*RAFAEL GALLEGOS: YO PETROLERO. LA HISTORIA LE RECLAMARÁ ALGÚN DIA A TODO UN PUEBLO QUE NOS DIÓ LA ESPALDA


22/08/2008

Yo petrolero a mucha honra, escribo la historia de unos venezolanos que cabalgando sobre sus valores decidieron actuar en la álgida escena de la patria. 23.000 petroleros que un buen día, al observar que una tormenta se cernía sobre el cielo del país, se armaron de valor y de valores y decidieron enfrentar al tormentero. Escribo la historia inconclusa por ahora, de valientes hombres y valientísimas mujeres, que antepusieron la patria al sustento, a la seguridad de sus hijos, al futuro seguro. Que blandieron el estandarte de aquel hombre que dijo al pie del cadalso que lo único que lamentaba era tener una sola patria para morir por ella. Como Páez, aquel terrible patriota ante cuyas lanzas tiemblan los falsificadores de la historia, los 23.000 petroleros ensordecieron la sabana con su cabalgar. Montados sobre sus valores y armados de un gigantesco amor por la libertad.

Yo petrolero y a mucha honra, me uní a la decisión colectiva de apoyar un paro nacional de un pueblo aterrado por las leyes que querían partir en pedacitos a la patria para comerte mejor. Yo petrolero y cuando digo yo petrolero digo 23.000 petroleros, abandoné la seguridad de toda la vida para luchar contra la falsa democracia de los falsos demócratas. A partir de ese día los compañeros del petróleo fuimos hermanos del petróleo y, me tiembla la mano al escribirlo, puse la patria por delante de mis hijos, les vacié la nevera por la patria. Pero quien no ama a la patria no ama a sus hijos. Yo petrolero y cuando digo yo petrolero digo 23.000 petroleros, no tenía ojos para mirar los ojos de mis hijos ante la nevera vacía, el colegio atrasado, los domingos sin cine. Yo petrolero me sentí impotente ante los cobradores, incierto ante el futuro, desesperado ante la vida.

Yo petrolero a mucha honra y cuando digo yo somos 23.000, me insuflo el aliento ante la valentía de las mujeres y los niños y los hombres desalojados de sus casas de los campos petroleros por la violencia de una soldadesca "heródica". Dicen que el mismísimo Herodes se avergonzaría de esos procedimientos. Qué mujeres. Pechos al frente y la frente en alto. Preñadas de valor y de valores enfrentaron las armas de los heraldos del totalitarismo. Qué valentía, a lo Luisa Cáceres, heroína de la libertad. "Lo único que lamento es no tener otras patrias para morir por ellas". Desalojadas con sus hijos a cuestas. Niños que para la "revolución" no eran de la patria. Con el hijo a la espalda andando y desandando los caminos de un país cuyo gobierno les impedía y les impide trabajar. Yo petrolero y yo petrolera y somos 23.000. Los "heródicos" soldados tendrán que bajar los ojos al recordar tamaña entereza.

Yo petrolero, perseguidos, execrados, sin pago laboral y ni siquiera de la caja de ahorros porque los "revolucionarios" siempre están por encima de la Ley y cuando todo pasa y comienzan las carreras por los albañales, lastimosamente dicen yo no sabía, yo no sabía y hasta imploran la obediencia debida.

Yo petrolero. Qué lluvia, qué tormenta, qué huracanes de dignidad. Muchos no aguantaron la mirada infinita de la tristeza del hijo. ¿Cuántos se han tirado del puente… cuántos infartados? O el mártir José Ramón Vilas. Todos héroes. Héroes del petróleo. Heroísmo que se agiganta como la sombra cuando el sol declina ante los calificativos de saboteadores, vende patria, guarimberos y ante la persecución legal legalita porque la Ley Soy Yo, como es la Ley en todas las autocracias… una dama que olvida para que sirve la balanza. Todos los calificativos. Todos, menos cobardes. ¿Por qué será?

23.000 perseguidos, asilados, exiliados e inciliados (lo mismo que exiliados pero dentro de la patria, cosas del modernismo legal legalito).

Yo petrolero denuncio que al botarnos hicieron una lobotomía a la industria pivote del país. Que como la madre desnaturalizada de Salomón prefirieron matar al hijo. Que por botarnos dejan de producir cien mil millones de dólares al año, amén de sacar cero en gerencia en una empresa que fue emblema de América Latina. Yo provoqué el paro, la destrucción, la tirada a la calle de doscientos mil trabajadores y sus familiares, valientes familiares como los míos y mujeres de oro como la mía, que temple, que dignidad, que acompañamiento. Sólo podrá absolverlos la misma historia que "y que" absolverá a Castro.

Como diría Rubén Darío, eres todo el poder, cuando tú te estremeces hay un fuerte temblor, cuando mueves los hilos millones de títeres se mueven. Eres el invasor de un pueblo que resiste porque aún cree en la democracia, le reza a Jesucristo y aun habla en español. Y pues contáis con todo, falta una cosa, Dios.

Yo petrolero miro como el peso del pueblo ya doblega las espaldas de los tormenteros. Claro que valió la pena. Y vale la pena. Fuimos el prólogo de los jóvenes y de un pueblo que resiste. Vivos y ansiosos, bregando el alba de oro.

Ingeniero y Consultor Gerencial. gallegos.c@gmail.com