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jueves, 9 de abril de 2015

DANNY RAMIREZ, PLAN DE BARRANQUILLA, 84 AÑOS DE SU PUBLICACIÓN

El pasado domingo se cumplieron 84 años de la publicación del Plan de Barranquilla, documento político  importante considerado el primer plan de gobierno distinto a lo que era el cambio de gobierno tradicional de la  burguesía militar, al personalismo  y al planteamiento militarista  de quitar a uno para poner a otro, producto de la creencia de que eran herederos del poder por haber sido militares los próceres de la independencia.

El Plan de Barranquilla fue un documento publicado el 22 de marzo de 1931 fue  firmado por un grupo de exiliados políticos por la dictadura de Juan Vicente Gómez,  donde figuraron muchos de quienes tiempo después formaron parte de la  fundación de Acción Democrática y otras organizaciones políticas.

Este plan tiene una importancia histórica ya que es la primera vez que se plantea un gobierno distinto al de Juan Vicente Gómez, se plantean líneas de acción social, estructural, política que mostraban un cambio total y de 360 grados frente a los gobiernos militaristas que se venían dando en el país.

La elaboración del plan se dio a través de una análisis dialectico por el metodo del Materialismo Histórico de donde se sacaron los orígenes de la situación crítica que vivía el país en ese momento,  como era: entrega de concesión es petroleras, sin libertad de expresión, persecuciones políticas por pensar distinto, prohibición de los sindicatos, un sistema educativo inexistente, un sistema de salud inexistente, vía de comunicación prácticamente nulas, elecciones de tercer grado, sin autonomía universitaria, enriquecimiento ilícito por parte de los gobernantes. Todo muy parecido con la actual realidad Venezolana.

Dos factores importantes analiza el plan como causa de la situación venezolana y latinoamericana: la organización político económica-semifeudal que viene desde la colonia y que no cambio con la independencia si no que más bien se afianzo en la nueva oligarquía criolla, el segundo factor la penetración capitalista extranjera que aliada con los explotadores criollos permitieron el desangre del país y de sus recursos naturales a cambio de apoyo internacional para mantener un sistema  político y un hombre en el poder.

Si analizamos bien estos dos factores, culpables del atraso educativo de la nación, de las epidemias y de la pobreza general en los años que el plan fue publicado, se han vuelto a concentrar en Venezuela, esta era de gobierno del PSUV ha concentrado un gobierno semi feudal, latifundista y fascista  y la nueva oligarquía criolla aliada con capitales extranjeros explotan indiscriminadamente los recursos naturales y se alían internacionalmente para mantener un grupo en el poder.

Alternativo a este análisis político, la dirigencia  planteo lo que ellos llamaban un plan mínimo para solventar la situación venezolana y empezar a caminar hacia el progreso algunos de los postulados más importantes de este plan son:

Hombres civiles al manejo de la cosa pública. Exclusión de todo elemento militar del mecanismo administrativo durante el período preconstitucional. Lucha contra el caudillismo militarista.

Garantías para la libre expresión del pensamiento, hablado o escrito, y para los demás derechos individuales (asociación, reunión, libre tránsito, etc.)

Confiscación de los bienes de Gómez, sus familiares y servidores; y comienzo inmediato de su explotación por el pueblo y no por jefes revolucionarios triunfantes.

Creación de un Tribunal de Salud Pública que investigue y sancione los delitos del despotismo.

Inmediata expedición de decretos protegiendo a las clases productoras de la tiranía capitalista.

Intensa campaña de desanalfabetización de las masas obreras y campesinas. Enseñanza técnica industrial y agrícola. Autonomía universitaria funcional y económica. VII. Revisión de los contratos y concesiones celebrados por la nación con el capitalismo nacional y extranjero. Adopción de una política económica contraria a la contratación de empréstitos. Nacionalización de las caídas de agua. Control por el Estado o el Municipio de las industrias que por su carácter constituyen monopolios de servicios públicos.

Convocatoria dentro de un plazo no mayor de un año de una Asamblea Constituyente, que elija gobierno provisional, reforme la Constitución, revise las leyes que con mayor urgencia lo reclamen y expida las necesarias para resolver los problemas políticos, sociales y económicos que pondrá a la orden del día la revolución.

 Como se puede ver el análisis de ese momento y las consecuencias de la crítica situación que vivía el pueblo venezolano en 1931 no se diferencia mucho de la situación que vivimos hoy en día.  El  retroceso de casi un siglo en el manejo de la cosa pública, en el desarrollo de bienes y servicios, en la explotación de los recursos naturales, el trato a la oposición política, la libertad de expresión, la salud, la educación y la injerencia de potencias extranjeras en los asuntos de la nación a cambio de apoyo internacional han renacido como males o taras sociales contra las que debemos volver a luchar.

Claro las propuestas del plan deben actualizarse aunque algunas siguen siendo una necesidad como la revisión de las concesiones petroleras y los contratos de petrocaribe, la protección de nuestros productores de la destrucción promovida por el régimen para abrirle las puertas a los productos extranjeros, garantías de libertad de expresión, culto, ideología e inclinación sexual  y sindical.

Por otra parte debemos anexar la nacionalización de nuevos minerales, la revisión de los enriquecimientos ilícitos,  rescate de las empresas y tierras  expropiadas para luego quebrarlas, la revisión del marco jurídico nacional eliminando del mismo todo lo inconstitucional, así como el rescate de la institucionalidad para que los poderes vuelvan a ser autónomos. Para alcanzar esto tenemos la vía de ganar la asamblea nacional y encaminar a través de ella las reformas profundas que se deban hacer en el manejo del estado, la contraloría necesaria y las reformas legales que el país reclama para así reabrirle las puertas a la democracia y lograr los cambios políticos, sociales y económicos que nos llevaran a conquistar el sueño de todos Una Venezuela Libre y de los venezolanos.

Danny  Deward Ramírez Molina
Twitter: @dannnydeward
E-mail: ramdanny@gmail.com

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martes, 10 de febrero de 2015

LUIS MANUEL AGUANA, DEL PLAN DE BARRANQUILLA AL PROYECTO PAÍS VENEZUELA

A muchos les podría parecer ambicioso el titulo de esta nota, pero no lo creo así. Indicaba hace dos años (ver Del Plan de Barranquilla al Plan Como-vaya-viniendo-vamos viendo en http://ticsddhh.blogspot.com/2013/05/del-plan-de-barranquilla-al-plan-como.html) que en 1931 doce hombres se sentaron en Barranquilla y pensaron el país que querían, fijaron un rumbo y redactaron UN PLAN. Lo pensaron y se dispusieron a ejecutarlo independientemente de sus posiciones comunistas. Un camino, una hoja de ruta. Un plan deseado, un rumbo.
Ese Plan de alguna manera ha marcado a Venezuela hasta el presente. Me comentaba un político de las recientes generaciones hace pocos días que todo el mundo aquí, salvo contadas excepciones, se inscribe en el pensamiento socialista, tanto los del gobierno como de la oposición, buscando figurar en la Internacional Socialista. Nadie se anota abiertamente en una posición liberal capitalista, porque eso “y que resta votos” de las masas que de alguna manera ellos creen que comulgan en alguna posición de izquierda. ¿Será por eso que ha sido tan difícil salir de estos delincuentes que se venden como “socialistas”?
El Plan de Barranquilla (ver texto completo en  http://200.2.12.132/SVI/images/stories/rb/pdf/barranquilla.pdf) fue un plan comunista ideado por jóvenes que veían en esa orientación política el vehículo de lucha en contra de una dictadura, para conseguir subsecuentemente el poder en Venezuela. Sus autores no vieron resultados de ese planteamiento político sino hasta mucho tiempo después- 30 años para ser exactos-, siendo algunos de ellos firmantes de la Constitución de 1961.
El último punto del Programa de ejecución del Plan de Barranquilla establecía “Convocatoria dentro de un plazo no mayor de un año de una Asamblea Constituyente, que elija gobierno provisional, reforme la constitución, revise las leyes que con mayor urgencia lo reclamen y expida las necesarias para resolver los problemas políticos, sociales y económicos que pondrá a la orden del día la revolución”. Nada más y nada menos. Y algunos todavía creen que estamos pidiendo mucho en el Siglo XXI…
Decía en aquel entonces- e insisto ahora-, que fuera de la tesis conspirativa de Hugo Chávez Frías, nadie había dedicado esfuerzos a un Plan que se haya convertido en una realidad de poder desde 1931. Chávez conspiró 20 años en los cuarteles, de acuerdo a sus propias palabras, y ejecutó un intento de golpe de estado en 1992, que sin resultar exitoso se tradujo en un movimiento que terminó (o comenzó) con el planteamiento de una Asamblea Nacional Constituyente en 1999.
Pero todos hemos constatado que ese Plan de Chávez, que no era otra cosa que seguir al “mar de la felicidad” cubano, resulto en un fracaso estrepitoso. El ensayo socialista-comunista que se está implantando, lejos de llevar a mayores estadios de felicidad a este pueblo, lo ha conducido a una de sus mayores épocas de pobreza y miseria.
Demasiados años han pasado. El Plan de Barranquilla fechado en marzo de 1931, indica en términos generales, una preocupación por un cambio profundo en las libertades civiles, justicia, economía, educación y salud, terminando con la necesidad de plantearse un proceso Constituyente con una transición para lograr implementar esos cambios. ¿Les suena conocido?
En términos de actualización del mecanismo de transporte al desarrollo, el Proyecto País Venezuela es al Plan de Barranquilla lo que un cohete supersónico es a una carreta movida por caballos, por supuesto en tiempos históricos diferentes, pero ambos Planes ideados con un mismo fin: llevar a Venezuela a un mejor estadio de desarrollo. Mucho del Plan de Barranquilla se pudo implantar durante el trienio adeco de 1945-1948 y luego en la época posterior a 1959, en especial las recomendaciones realizadas en educación por el insigne educador y escritor merideño Mariano Picón Salas.
En efecto, “Picón Salas no solo declara su adhesión al Plan de Barranquilla: va mas allá y le propone a Betancourt la realización de un <> para crear en Venezuela un <>. La batalla modernizadora, en su opinión, debía iniciar que se debía formar con el maestro, con el profesor; clase que debía ser preparada con <> de base económica” (1). Y eso se hizo. Se llevo la educación a niveles no conocidos previamente. Les recomiendo ampliamente enterarse de la biografía de este gigante intelectual venezolano de categoría mundial que fue Mariano Picón Salas, en este extraordinario video de Bolívar Films, Mariano Picón Salas: buscando el camino http://youtu.be/SFdkkxQfWGU.
Como se verá, con un Plan en la mano se sabe adónde se va en una acción de gobernar si se tiene claro cuáles son los objetivos. Se podría decir sin temor a estar muy lejos de la realidad que el último Plan dirigido a mejorar las condiciones de vida del venezolano lo idearon unos jóvenes con ideas comunistas hace poco mas de 83 años, con la intención de salir de un país primitivo, gobernado en dictadura por gente que nació el siglo XIX, y que ya fallecieron todos de viejos, cuyos herederos no han hecho nada más que usufructuar el país que salió de allí. Menudo problema el que tenemos.
Sin embargo gracias a unos gochos como Picón Salas contamos con un nuevo Plan y se llama Proyecto País Venezuela Reconciliada Vía Constituyente (http://proyectopaisviaconstituyente.blogspot.com/). Esta adaptado al Siglo XXI y venideros. Es flexible y puede ser discutido por todos los venezolanos y plantea un cambio estructural en la manera de gobernar a la Venezuela de nuestros nietos.
Mariano Picón Salas escribió del Plan de Barranquilla “…por primera vez he encontrado ahí una tentativa clara y realista de política venezolana. Quizás con un poco de tropicalismo he llegado a pensar que ese Plan de Barranquilla pudiera ser en la nueva revolución de la independencia venezolana uno como nuevo mensaje de Cartagena o una nueva Carta de Jamaica” (2), felicitando efusivamente a su principal promotor, Rómulo Betancourt.
Estoy seguro que Mariano Picón Salas felicitaría igual de efusivamente, y más aún como gocho merideño, a los gochos del Táchira, por haber realizado un nuevo Plan adaptado al presente siglo, en otra tentativa “clara y realista de política venezolana” y convertido en Proyecto País, que debe hacerse realidad como el de 1931, como una “nueva revolución de la independencia venezolana”, para beneficio de las generaciones futuras.
 (1) De la Educación, Las Ciencias Sociales y La Filosofía, Eduardo Rodríguez, compilador pág. 267-268 en http://goo.gl/pGll5J.
 (2) Mariano Picón Salas y sus amigos, por Delia Picón, pág. 12, Picón Salas se refiere al proyecto de Betancourt llamado “Plan de Barranquilla” (19-09-1931)
Luis Manuel Aguana
luismanuel.aguana@gmail.com
@laguana

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viernes, 17 de mayo de 2013

LUIS MANUEL AGUANA, DEL PLAN DE BARRANQUILLA AL PLAN COMO-VAYA-VINIENDO-VAMOS-VIENDO

 “…Es importante que la gente vea coherencia entre las opiniones de carácter teórico y singular y las acciones pragmáticas y concretas que muestran eso. En eso los políticos han sido un fracaso. Dic-1990” A la memoria de Antonio Cova
Es impresionante como los venezolanos nos metemos en nuestra cotidianidad desde nuestro amargo día a día, mirando los árboles, perdiendo de vista el panorama-el bosque. Pero está bien que lo hagamos nosotros, tristes mortales, a los que nos toca vivir todos los días tratando de sacar adelante una familia y lo único que nos queda es quejarnos y aguantar. Bien decía aquel sabio, sin pelarse ni un milímetro, “hombre casado no puede luchar por la justicia”…
Pero que la dirigencia no vea el bosque, eso sí es grave. Está bien que a nosotros nos quedemos en los árboles, pero aquellos a quienes por su posición de liderazgo les toca guiar nuestro destino no tienen el derecho de no saber para donde nos conducen. Su propia condición no les da ese derecho. Es por eso que cuando los pueblos se equivocan escogiendo a sus liderazgos, terminan ahogándose porque el Capitán estrelló el barco contra un arrecife porque no sabía para donde llevarlo.
Hace poco oí la frase “hay que pensar al país” y me gustó. Porque alguien se tiene que detener en el camino, bajarse de la locura y pensar. Pero eso no nos está dado a quienes no conducimos el barco. Eso le está asignado al Capitán y a sus oficiales más cercanos. Son ellos los que deben tener las más sofisticadas herramientas para saber si habrá tormentas al frente, si vamos por el rumbo correcto o modificar ese rumbo si este se desvía de aquel trazado con anticipación, de acuerdo a un Plan. Siguiendo con nuestra metáfora marina y citando a Seneca (4 a. C. - 65 d. C.),  “No hay viento favorable para el barco que no sabe adónde va”.
En 1931 doce hombres se sentaron en Barranquilla y pensaron el país que querían. Fijaron un rumbo y redactaron UN PLAN. Independientemente de su orientación ideológica, esbozaron ese Plan y se dispusieron a ejecutarlo. Un camino, una hoja de ruta. Un plan deseado, en términos de nuestra metáfora, un rumbo para el barco.

Rómulo Betancourt,  Raúl Leoni, Pedro Juliac, Pedro José Rodríguez Berroeta, Ricardo Montilla, Mario Plaza Ponte, Simón Betancourt, Carlos Peña Uslar, César Camejo, José Joaquín Palacios, Valmore Rodríguez y Rafael A. Castillo. 

De acuerdo a las referencias históricas, “… el Plan de Barranquilla representa la primera expresión de un análisis estructural de la sociedad venezolana y de su proceso histórico, vinculado a un proyecto político y a un programa de acción que planteaba la lucha contra el régimen de Juan Vicente Gómez como una revolución de las estructuras políticas y económicas del país.” (ver http://www.venezuelatuya.com/historia/plan_barranquilla.htm).
Venezuela no vio resultados de ese planteamiento político sino hasta mucho tiempo después, ya fundada Acción Democrática, siendo algunos de sus fundadores los mismos firmantes de ese Plan, cuyo programa de alguna manera se expresó en acción concreta con la Constitución de 1961. Ejemplo de ello fue la primera frase categórica de ese Plan: “Hombres civiles al manejo de la cosa pública”.
Fuera de la tesis conspirativa de Hugo Chávez Frías, nadie ha expresado un Plan que se haya convertido en realidad desde 1931. Chávez conspiro 20 años en el seno de las Fuerzas Armadas, de acuerdo a sus propias palabras, y ejecutó un intento de golpe de estado en 1992, que sin resultar exitoso, encarnó las ansias de cambio de la sociedad venezolana y que se tradujo en un movimiento que terminó (o comenzó) con el planteamiento de una Asamblea Nacional Constituyente en 1999.
La promesa fundamental de Chávez en su campaña electoral fue la convocatoria a una Asamblea Nacional Constituyente para refundar el país. Las ansias de cambio de un pueblo desilusionado, luego de su histórico “Por Ahora”, aunado a esa oferta electoral que no tenía ningún contenido mas allá de prometer un nuevo país que él ni siquiera tenía claro-salvo aquellos que indican que ya tenía el proyecto castro-comunista escondido-, le dieron la fórmula perfecta para arrasar en las elecciones de 1998.
Así como los firmantes del Plan de Barranquilla, Chávez TENIA UN PLAN. Pero el Plan de Chávez no era para refundar el país, como fue el de los firmantes de Barranquilla. Era para quedarse con el país y entregarlo. Para desmontar todo el aparato institucional del Estado venezolano. Y lo más brillante de ese Plan fue que usó las mejores mentes para convencer a los venezolanos de que la Constitución de 1961 era la culpable de todos los males, aunque ellos luego le dieran la espalda.
¿Cambió el país para mejor después de la nueva Constitución de 1999, como lo prometió el candidato Chávez en 1998? ¿Los Constituyentes de la Asamblea Nacional Constituyente de 1999 PENSARON AL PAIS y lo sustentaron sobre bases diferentes que garantizaran que se resolverían los problemas que llevaron a la mayoría de los venezolanos a elegir a Chávez en 1998? Esas pueden ser algunas preguntas que deben hacerse los venezolanos ante el descalabro moral y material sufrido en Venezuela después de 14 años de vigencia de la Constitución de 1999.
Chávez utilizó el expediente de la Asamblea Nacional Constituyente para convencer a los venezolanos de 1998 que él refundaría al país Y NOS MINTIÓ. Hizo al Estado más débil desde el punto de vista institucional y socavó las bases de la democracia venezolana. De haber existido un Congreso Bicameral con representación igualitaria de los Estados y una representación proporcional de las minorías, se hubieran controlado en mucho los excesos de un Poder Ejecutivo que revirtió un proceso natural de descentralización.
Al no existir un verdadero Plan más allá de llevarnos de brazos a la dominación de un país extranjero, estamos en la presencia del No-Plan o Plan Como-vaya-viniendo-vamos-viendo, del famoso Eudomar Santos, y en consecuencia el barco esta al garete y sin rumbo. Se murió el Capitán y el Primer Oficial designado y su tripulación no tienen ni idea de cómo se maneja un barco. En cualquier momento huirán tomando los botes salvavidas antes o en el medio de una muy esperable tormenta.
Doce hombres pensaron al país en 1931, 4 años antes de morirse un dictador. Necesitamos visiones así. Nunca como ahora hace falta un nuevo Plan. Salvo el Plan castro-comunista de Chávez, no existe otro Plan que ofrezca la oposición salvo el no hacer nada, o el Plan Como-vaya-viniendo-vamos-viendo, y que el barco se lo lleve la corriente o el viento, a la espera que encuentre tierra por casualidad. ¿Cómo es posible que aceptemos eso?
El liderazgo político venezolano serio, no estos mamarrachos y malandros que nos desgobiernan, tienen una tarea pendiente con Venezuela, después del engaño Constituyente de Chávez de 1999, y que se hace perentoria con un país destruido e invadido. Retomar el camino constituyente para esta vez refundar el país de verdad-verdad como se debió haber hecho desde un principio en 1999, es una tarea ineludible de la que todos somos responsables, independientemente que la oposición crea que no hacer nada es un Plan, o independientemente de que no sean ellos quienes lo tengan y lo lleven a cabo.
Email: luismanuel.aguana@gmail.com
Twitter: @laguana

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