BIENVENIDOS AMIGOS PUES OTRA VENEZUELA ES POSIBLE. LUCHEMOS POR LA DEMOCRACIA LIBERAL

LA LIBERTAD, SANCHO, ES UNO DE LOS MÁS PRECIOSOS DONES QUE A LOS HOMBRES DIERON LOS CIELOS; CON ELLA NO PUEDEN IGUALARSE LOS TESOROS QUE ENCIERRAN LA TIERRA Y EL MAR: POR LA LIBERTAD, ASÍ COMO POR LA HONRA, SE PUEDE Y DEBE AVENTURAR LA VIDA. (MIGUEL DE CERVANTES SAAVEDRA) ¡VENEZUELA SOMOS TODOS! NO DEFENDEMOS POSICIONES PARTIDISTAS. ESTAMOS CON LA AUTENTICA UNIDAD DE LA ALTERNATIVA DEMOCRATICA
Mostrando entradas con la etiqueta PHILIP K. DICK. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta PHILIP K. DICK. Mostrar todas las entradas

domingo, 15 de marzo de 2015

SAÚL GODOY GÓMEZ, LAS REBANADORAS DE DICK,

Releí el cuento largo de Philip K. Dick, Second Variety (Segunda Variedad), y me gustó más que la primera vez; se trata de una de sus historias que sucede en la tierra arrasada por el holocausto nuclear, publicada en 1953, que se ha convertido en uno de sus “clásicos” de ciencia ficción y del cual ya se han hecho varias películas, entre ellas Screamers (1995) del director Christian Duguay y protagonizada por Peter Weller, una película que, aunque resultó ser un fracaso de taquilla, con el tiempo ha reunido seguidores que le han hecho culto y, para mi gusto, es buena.

El cuento recoge de manera convincente el ambiente de desolación de una tierra destruida, donde sólo quedan los restos de dos ejércitos, el de las Naciones Unidas y el ruso, enfrentados a muerte en medio de un desierto radioactivo.
Para el momento en que comienza la historia, tanto el gobierno norteamericano como su infraestructura productiva se han mudado a una estación en la Luna y lo que queda de sus tropas siguen la lucha en la tierra.  El Mayor Joseph Hendricks es enviado como emisario para abrir unas conversaciones con los rusos en la que pudiera discutirse el fin de la guerra.
Las fuerzas de las Naciones Unidas han introducido un arma letal, las garras, unos pequeños ingenios mecánicos que detectan el calor humano y lo atacan con sus cuchillas giratorias; estas esferas de metal viajan debajo de la superficie y, cuando descubren un objetivo, lo persiguen y lo destrozan; las tropas aliadas cuentan con un dispositivo especial que evita la detección por parte del pequeño robot.  Como estos artefactos tienen la capacidad de autorepararse y autodiseñarse, se construyen a sí mismos, sin intervención humana, la tierra está poblada de ellos.
Cuando Hendricks emprende su camino para reunirse con los rusos se da cuenta de algo espeluznante: los robots han evolucionado, ya no son simples esferas sino réplicas de humanos, las divisas protectoras de las tropas aliadas ya no funcionan con los modelos avanzados y se ha producido una carnicería en ambos lados.
Y aquí vuelve Dick a utilizar su idea de un mundo donde hay diferentes realidades, las cosas no parecen lo que son, nunca sabes si la persona es real, los Rusos han descubierto que hay una primera variedad de robots, derivados de las esferas, que parecen soldados heridos y que, al momento de ser auxiliados, atacan; es más, ya han creado una segunda variedad, que simulan niños clamando por ayuda, los cuales, cuando son introducidos en las trincheras, desatan una mortandad.
Hendricks trata de comunicarse con la Luna, pero es imposible; no le queda otra sino idear su salida de la tierra para avisar personalmente a sus superiores sobre la situación, hace contacto con los rusos, de los que sólo quedan tres soldados, que tratan desesperadamente de ayudarlo.
La historia es genial y Dick, como consumado maestro de la escritura, nos lleva de la mano por esta senda del horror.
En la película las cosas son algo diferentes, la historia no sucede en la Tierra sino en el planeta Sirius 6B, en el año 2078, en una colonia minera venida a menos, y en vez de “garras”, tenemos screamers, apodo que reciben por el sonido que emiten, aunque su nombre es “espadas móviles autónomas”.
Lo increíble de esta historia es que Dick, en 1953 del pasado siglo, profetizó una tecnología que hoy está siendo discutida y experimentada y se llama ensamblaje molecular o nanoindustrias, que pudiera dar vida a los temidos robots replicantes.
En 1986 se publico un libro con el título Motores de creación, de Erick Drexler, donde advertía que la nanotecnología (la tecnología de lo muy pequeño) podría crear bacterias que podrían, en caso de ser liberadas en el exterior, reducir nuestro mundo a polvo en cuestión de días.  Escribía Drexler que estas bacterias artificiales se auto reproducirían, utilizando lo que encontraran a su paso, lo que los científicos del ramo llaman “ecofagia global”.
La comunidad científica especializada en nanotecnología toma muy en serio esta amenaza y ha creado una serie de normas internacionales para evitar algo parecido, introduciendo las medidas para que este tipo de tecnología no caiga en manos de terroristas.
Con la nanotecnología sucede lo que en cualquier otra tecnología, puede ser buena o mala; concurro con muchos profesionales de la comunidad científica en que evitar el desarrollo de estas tecnologías sería un error, pues al momento en que alguien las desarrolle clandestinamente y ataque a la sociedad, ésta no podrá defenderse; lo que hay que hacer es regularlas, crear mecanismos de inspección y vigilancia, estudiar sus posibles efectos y crear maneras de desactivarlas en caso de que sean liberadas por criminales o por error.
El tema ha sido tratado por la ciencia ficción en varios niveles, tenemos escenarios apocalípticos pero también el de grandes avances para la humanidad; hay autores que predicen el final de la pobreza y el auge de la abundancia para la humanidad gracias a estos desarrollos.
El ensamblaje molecular esta aquí con nosotros, hay laboratorios, universidades y gobiernos invirtiendo en su desarrollo, hay igualmente una gran preocupación por su control y legislación.
Dick ha sido uno de los visionarios al entender sus alcances y por medio de sus obras nos advierte del futuro. Para terminar, hay una secuela de la película y es del 2009,  Screamers, la cacería, de Sheldon Willson, y creo que se hizo una tercera, pero no estoy seguro; el asunto es que la historia funcionó y que se trata de un tema que tiene su público.  En cuanto a la historia de Philip K. Dick, si les gusta este autor y el tema, no dejen de leerla. –
Saul Godoy Gomez
saulgodoy@gmail.com
@godoy_saul

EL ENVÍO A NUESTROS CORREOS AUTORIZA PUBLICACIÓN, DIARIO DE OPINIÓN, SIN SOCIALISMO, OTRA VENEZUELA ES POSIBLE, ACTUALIDAD, VENEZUELA, ACTUALIDAD INTERNACIONAL, OPINIÓN, DEMOCRACIA, LIBERAL, LIBERALISMO, REPUBLICANISMO, LIBERTARIO, POLÍTICA, ELECCIONES, UNIDAD, ALTERNATIVA, DEMOCRÁTICA, CONTENIDO NOTICIOSO,

martes, 10 de junio de 2014

SAÚL GODOY GÓMEZ, LA VARIABLE HUMANA,

Este cuento largo o noveleta de Philip K. Dick fue publicado en 1953 y pertenece a ese período intenso de producción del autor, mucho antes que la fama le llegara; también fue la primera obra de literatura que leí en mi Kindle (artefacto para leer textos digitales en una pantalla, para los que no saben cómo funciona, les recomiendo la lectura del cuento largo de Stephen King, Ur), para mi gusto, una obra de Ciencia Ficción es apropiada para familiarizarnos con nuevas tecnologías.

La historia va como sigue: en el futuro, el sistema Sol estaba en guerra con el sistema Centaurus, eran los planetas Terra vs. Proxima, una confrontación bastante singular basada en estimados estadísticos calculados por supercomputadoras; Terra hacía investigaciones y diseños de una nueva arma, los espías se enteraban y Proxima hacía las investigaciones y diseños de una nueva defensa que dejaba a la nueva arma obsoleta, pero era una carrera armamentista muy peculiar, no había tiempo de construir ni las armas ni las defensas, por lo que inmediatamente saltaban a las investigaciones y diseños de una nueva arma y su respectiva “contra”.
De esa manera ambos mundos encontraban un equilibrio proporcionado por los números que arrojaban las computadoras, 21-17 a favor de los de Centaurus, información que incluía todas las variables posibles que provenían de todos los sectores de ambos sistemas, pero el mes anterior estaban 24-18 a favor de Terra. Así ocurría desde hacía años, ninguno se atrevía a atacar al contrario con el poco tiempo que disponían de ventaja; cuando un arma llegaba a ser construida ya era inútil, forzando a sus equipos de investigación científica y constructores a planificar armas que jamás pasaban de las mesas de diseño, hasta que…
Terra venía trabajando en una nueva bomba llamada Icarus, una bomba capaz de alcanzar 50 veces la velocidad de la luz y al ser lanzada contra Centaurus, éste no escaparía a su destrucción total; había varios problemas: el primero, que su cabezal de control era tan complicado que requería de expertos en micro mecánica para armarla, que no los tenían; la segunda, llegar a 50 veces la velocidad de la luz suponía problemas graves con la ruptura del tejido espacio tiempo continuo, había que bajarle la velocidad a los propulsores del arma.
Durante los experimentos, cuando se hacían las pruebas de la capsula para la bomba, se abrió un portal en el tiempo y se trajo accidentalmente del viejo planeta tierra un espécimen humano de 1914.
Los datos estadísticos del proyecto Icarus, introducidos en la computadora, revelaban la posibilidad cierta de por fin ganar la guerra; si se construía la bomba, Centaurus no tendría la menor oportunidad de sobrevivir, pero cuando introdujeron la información del extraño visitante del pasado, la computadora se volvió loca y dejó de funcionar, como dicen los forenses en informática, “se colgó”.
Thomas Cole era uno de los pocos hombres de mediana edad que no había sido reclutado y enviado a pelear en las trincheras de Europa durante la Primera Guerra Mundial, andaba por los caminos rurales de la Norteamérica profunda con una carreta tirada por un caballo, ofreciendo sus servicios como reparador de cualquier cosa mecánica, desde un reloj hasta un motor de diesel, tenía una habilidad especial con las manos, sobre todo con los dedos, para manipular objetos muy pequeños y delicados, tenía un don natural para saber qué se conectaba con qué, en medio de un amasijo de piezas, y por su trabajo, cuando no había dinero, los EEUU se encontraban en plena recesión económica, se conformaba que le pagaran con una comida.
Cole era la variable humana que los computadores de Terra no podían encajar dentro de sus estimaciones, por lo que se convirtió en el hombre más buscado de la historia, un grupo quería simplemente matarlo, el otro lo necesitaba para que terminara de armar la bomba Icarus.
Esta sorprendente historia es magistralmente contada por Dick, con gran precisión y economía de palabras, pues no deja nada al voleo, todo encaja perfectamente, incluso se da el lujo de explicar algunas complejas nociones de física que hacen aún más verosímil su historia, no en vano Dick era un maestro de la ciencia ficción.
La variable humana (The Variable Man), es una de esas historias que te capturan desde el comienzo, describiendo un mundo donde la tecnología se ha convertido en la razón de vida de una civilización. Stanislaw Lem, ese otro genio de la ciencia ficción, en su ensayo sobre Dick, cuyo título es Un visionario entre charlatanes, nos dice: “La imposibilidad de que la civilización vuelva a la naturaleza, que es equivalente a la irreversibilidad de la historia, lleva a Dick a la conclusión pesimista de que buscar en el futuro lejano la consecución de los sueños de poder sobre la materia convierte el ideal de progreso en una caricatura monstruosa.”
Recomiendo sin reservas la lectura de esta historia para los que quieran una suculenta – a veces, forzosa - evasión a mundos fantásticos.
Saul Godoy Gomez
saulgodoy@gmail.com
@godoy_saul

EL ENVÍO A NUESTROS CORREOS AUTORIZA PUBLICACIÓN, ACTUALIDAD, VENEZUELA, ACTUALIDAD INTERNACIONAL, OPINIÓN, DEMOCRACIA, LIBERAL, LIBERALISMO, REPUBLICANISMO, LIBERTARIO, POLÍTICA,ELECCIONES,UNIDAD, ALTERNATIVA DEMOCRÁTICA,CONTENIDO NOTICIOSO,