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jueves, 7 de agosto de 2014

PEDRO R GARCÍA M, EL CALCULO POLÍTICO DE LOS SECTORES OPOSITORES Y LA RENUNCIA DEL SECRETARIO DE LA MUD, PUNTO DE QUIEBRE…

La relación de el grueso de los venezolanos con los sectores opositores al régimen, los viejos y nuevos grupos políticos que integran la “mesa de la unidad” es lo más parecido a los amores de Swann, narrados por Proust, en el primer volumen de “A la recrece Dun Temis perdí”, un mejor ejemplo de Swann no vive en absoluto engañado respecto a Odette: es plenamente consciente de sus mentiras, de su vulgaridad, de su mezquindad, consciente incluso que ni siquiera es su tipo de mujer, pero no puede evitar amarla…ni casarse con ella”.
Acotación necesaria…
Más allá de la renuncia enhorabuena en una esquela conmovida, el exsecretario de la (MUD) “oposición oficial permitida” frontispicio de los partidos, obvia entre otras cosas el que no se ha evaluado ni pública ni privada las omisiones gravosas en su larga estadía al frente de la oposición al régimen, cuestionados por el grueso del país y por quienes se auto denominaron “la salida” que en hoy ni por asomo admiten el descalabro que produjeron al confiscarle las protestas convocadas por los estudiantes y estimuladas por ellos, intentando articularlas a su propuesta derivando estás en un violento enfrentamiento entre jóvenes y los cuerpos de seguridad, a pesar de que se alcanzó un acompañamiento a las mismas de la indistintas fuerzas sociales, que hoy lucen perplejos frente al silencio de todos (especialmente de los Salidistas), señala en la enfadada carta, entre otras cosas, “una calaña artera y sañuda” pero nada que ver con la sana autocrítica, nada que ver frente al gobierno quien en la reiteración de su desprecio por los ciudadanos que no estén en el paraban rojo, (cada vez menos), le ratificaron la privativa de libertad a 87 jóvenes estudiantes en su enceguecida búsqueda de culpables de su manifiesto fracaso, mientras no logra percibir que se achican como la piel de zapa.
Frente a las guarimbas estimuladas y defendidas por los (Salidistas) no se registró reacción favorable a estas en los barrios de las principales ciudades de Venezuela. No salieron a sumarse ni a expresar públicamente el descontento sordo que se adivina en su seno. Prorrogan su proximidad auto demarcándose de la focalización de los grupos de clase media, que los habitantes de las zonas populares los asumen como ricos engueraos. Al punto que algunos analistas internacionales han advertido este detalle y comentan que Venezuela es el único país del mundo dónde la subversión es de los ricos bajo el rechazo de los pobres, sumando el hecho que los sectores populares, en la pirámide social, son el grueso cuantitativo más sólido, respecto de los otros componentes sociales.
En Caracas, capital y acústica política del país, el cuadro expresado en el punto anterior tiene mayor nitidez, lo que indica que los diversos conjuntos de clase media, tradicionales bastiones electorales de la oposición, presentan una distinción esencial, es que ese segmento no apoya la vía violenta formulada por los liliputienses grupos voluntaristas, y en términos pasivos, expresan su desacuerdo con sus métodos.
Existe, antecediendo las acciones opositoras que desencadenaron en las guarimbas, un descontento sordo, extendido en el seno de las comunidades populares respecto a los precios desbordados de los productos cotidianos y su ausencia en los anaqueles, que ha comenzado a incomodar el seno del chavismo de base,  acusan al gobierno de no tener mano dura frente a los instrumentadores de la cadena de comercialización y particularmente, señalando expresas inconsecuencias de parte del ministro de la alimentación de origen militar, (sustituido). Incluso se comentaba entre ellos la posibilidad de promover manifestaciones saliendo desde los altos de Catia y de Petare, exigiendo la destitución inmediata del ministro, con pancartas que rezarían: ¡Fuera Félix Osorio, ministro hambreador del pueblo! y ¿Ahora quién se robó mi queso?
Igual los mortifica la inocultable y obscena corrupción de sus altos mandos que les abofetea, mientras la autodenominada oposición democrática, sigue evidenciando su ignorancia vasta de lo que ocurre en los cerros y quebradas, desestructurada y con una nula presencia en ellos, les fue imposible detectar este estado de ánimo, en su accionar a la (MUD), continua el Dr. Aveledo en su nota, “En la fuente o en la desembocadura de las playas unitarias han sido mojadas por esas aguas contaminadas”, creo que más allá de su contribución con la abdicación, le pasó a esa estructura como a (las mascotas que han sido criadas en la seguridad clausurada del corral y se le han ido las horas, días, semanas y años en miopes recelos de caseríos), a pesar de los voluminosos, académicos, corporativos,  curriculum, lo que más bien los relega a la categoría de engañabobos inconscientes; “lo que Nietzsche llamaba Bildungsphilisters o zafios doctos, ignorantes que se escudan en los títulos académicos pero que carecen de erudición verdadera por su falta de curiosidad y humildad y su estrechura de miras”. Pero además exhibiendo una carencia que les impidió topar con algunas de las estupendas máximas aplicables tanto a la guerra clásica como a la política, entre otras cito las que señaló el historiador y teórico militar Clausewitz: "La opinión se gana por medio de grandes triunfos y por la ocupación de la capital" y este principio táctico aplicado a la política electoral también es valido: ganar las elecciones en la capital debe ser un propósito firme. De allí se desprenden los cuatro principios estratégicos, las dificultades para el aprendizaje de estas premisas clásicas ha quedado al descubierto lo que les impide tropezar con algunas. "El primero y más importante principio que hay que establecer para la obtención de aquel fin es emplear con la máxima intensidad todos los elementos a su disposición. Cualquier moderación que se muestre en este particular es quedarse a la cola del objetivo... El segundo principio es: concentrar, cuanto sea posible, las propias fuerzas allí donde deben darse los golpes principales y equilibrar desventajas en otros puntos, para estar más seguros sobre el punto principal del éxito... El tercer principio es: no perder tiempo alguno. Por medio de la rapidez ahogaremos en ciernes cien disposiciones del enemigo y nos granjearemos inmediatamente la opinión pública... Finalmente, el cuarto principio es: explotar con la máxima energía los éxitos que consigamos".
Como observamos, son tan nítidos que no demandan exégesis. ¿Y porqué?
Despejada la coyuntura electoral municipal de diciembre de 2013, que abría un período suficiente para que cualquier intención política, seria que, se convenciera que durante ese espacio sin elecciones con el horizonte en las parlamentarias debía implementarse toda una envolvente operación en la capital con particularidad específica en cerros y quebradas, que propendería a cumplir con la aplicación del principio táctico ya comentado (ocupar la capital para obtener grandes triunfos y con ellos ganar la opinión), teniendo claro que, Caracas, sede y asiento principal de todos los mandos, ícono del poder, había quedado en manos de Jorge Rodríguez, dirigente emblemático del chavismo  capital histórica. Que había ganado ampliamente en determinados sectores populares, (por supuesto frente a la inhabilidad de los operadores electorales de la (MUD) que descondujeron el estrepitoso descalabro electoral municipal en su empeño de convertirlo en un referéndum). Desaprovechando este periodo sin elecciones para alojarse en esos sectores donde PSVUV había ganado, y sin cederlas bajar
la presión en las parroquias donde siempre se logran excelentes resultados; insistir en ellas es distraer esfuerzos. Para avecinarse a esos espacios y cumplir el fin propuesto, debieron dar con el primer principio estratégico de emplear con toda intensidad todas las fuerzas de que disponían. ¿Pero cómo hacerlo si, conocidos los últimos resultados electorales, el grupo de los “salida ya” se desmarca del resto de los opositores, en vez de procurar nuevas iniciativas, y tratar de aproximarse ganarse a las zonas populares, sorprendiendo inclusive a los que más han expuesto en estos quince años de fragor electoral se lanzan a una feroz lucha cainita intentando despojar la dirección de el liderazgo opositor, dispersando así las fuerzas disponibles, agrupadas en los partidos políticos y otros factores que gravitan alrededor de la (MUD)?. Ha operado lo que algunos llaman auto e interregeneración, con el régimen donde ha primado la ceguera y el cinismo, evitando un giro que hubiese permitido concentrarse con fuerzas propias, allí donde deben darse los golpes principales ganarse militantemente a los diversas comunidades descontentas por el incumplimiento de la solución de los  problemas más sentidos que les afectan) y evitar desventajas en otros puntos, para asegurar el punto principal de la conquista, tal como lo señala el segundo principio. Implicando una contradicción el resto de la oposición privada por los acontecimientos evidentes de violencia y de quienes los dirigen, y al no desmarcarse con urgencia de los voluntaristas, dilapidaron el tiempo establecido en el tercer principio, perdiendo la rapidez para ahogar la inhabilidad del gobierno para resolver el problema más acuciante, como es los altos precios, no de los electrodomésticos, sino de los alimentos básicos y de su escasez, con el propósito de granjearse algun afecto
en la opinión pública opinión. Como no se hizo nada de  esto en ese lapso, tienen que detonar con fuerza, tal como lo establece el cuarto principio estratégico. Ese descontento sordo y vacío, sin articulación política en ese conglomerado y con específica incidencia en el chavismo popular, que podría ser expresado políticamente a favor de un delimitarse, de esos afectos pero por ausencia de acciones concretas en esa franja, perdieron un tiempo significativo con el uso de la violencia entendida como foco insurreccional sin participación popular, lo que origina que el pueblo chavista que presenta una acuciante angustia y un  creciente descontento, haya comenzado a cerrar filas de nuevo de manera y forma militante. Evidentemente, convocado sectorialmente (obreros, mujeres, tercera edad, motorizados, y demás), por la  dirección político militar para cohesionar y unificar a sus seguidores, quiénes sintiéndose agredidos como lo han declarado por quienes los han enfrentado con fanatismo aquellos (escondidos detrás de la Internet y de buena fe los estudiantes, y los otros que manipulan detrás de la angustia de los habitantes de las barriadas) que solo han combatido con arrojo por el acceso ávido a los dólares de SICAD I y SICAD II. Debe inventariarse la declaración ofrecida por los altos mandos de las Fuerzas Armadas quienes explicativamente machacaron una perogrullada al advertir “que la única forma de tomar el poder es exclusiva, tal como quedó establecido en la Constitución, por vía del voto popular”. Por si se pretende dar un zarpazo al jefe de Estado no tendrá el consentimiento de las fuerzas armadas. Hay un ensueño en política que se resume en la afirmación de que "El porvenir es algo que se domina. No se le resiste al destino, se le forja”. Sin intentar trazados apodícticos, porque la vía engañosa de la conspiración o del golpe de estado que algunos les parece más expedita pero que muestra riesgos enormes que la experiencia histórica explica con claridad. Desde el punto de vista de la mecánica democrática, la conspiración peca por creer anticipar sin conocer el aporte de las multitudes, llamadas a desempeñar un papel fundamental en la dirección y orientación política del país. En Venezuela, desde 1948 la única oportunidad en que se logró derrotar a una dictadura fue el 30 de noviembre de 1942 por el voto popular. Ni siquiera con los tres golpes de estado que recibió un presidente electo por el voto popular, para despojarle la silla, tuvieron que darle el estacazo jurídico (léase linchamiento), ante la Corte Suprema de Justicia. El ejercicio cívico de las vías democráticas, sea quizá más lenta pero inequívoca, está sujeta a menos contingencia. Es necesario no temer al tiempo. Eso solo lo hacen los apresurados y temerosos ante los riesgos de la vida. Pero además, la violencia conspirativa no es el camino de legítima rectificación. Se reproducen métodos de fuerza que disloca las dificultades antes que zanjarlas, advirtamos el caso de violencia en nuestra hermana Colombia.
El hombre es un ser histórico. Necesariamente histórico. Su existencia está modelada no determinada, pero condicionada por el lugar  y la época en la cual le toca vivir. Tiene la responsabilidad de dar su aporte épocal, a sus contemporáneos y a las generaciones futuras. En el país, basculamos en la  tensión de una “izquierda” sin una política econٙómica, y una bulímica derecha sin una oferta social.
Hay que empinarse más allá del gesto y el halo de franqueza del Secretario de la MUD, y darle abordaje con intención de transparencia y seriedad a una reflexión sobre los factores opositores, su rol y su cometido que forzosamente se impone, hay que superar la falta de consistencia ética y política de una sociedad minada en sus cuadros dirigentes por el hedonismo y el individualismo egoísta, y su discurso de jaculatoria, padecemos una neo-dictadura con precario ropaje democrático de inspiración totalitaria y tolerada por está oposición.
El principio de la acción en el campo de lo público es una libre decisión personal de carácter moral. Por eso el perfil no solo político sino ético del compromiso opositor; debe ser autentico y aportar una calidad frente al alegato antagonista, el cuál debe afincarse más en las libertades cívicas que en el asco al autocratismo y al populismo. Si no volveremos a los vicios del pasado, Dr. Aveledo aquellas polvos y aquellas lluvias, trajeron estos lodos), el camino es superar los visibles defectos del presente, y no es la antipolítica lo que debe exigirse, sino una manera más humana se hacer política. Lo demás es y ha sido diletantismo, escapismo, cómodo individualismo que se autoabsuelve, por sus omisiones y condena, con notable ingravidez ética y política, cualquier acción ajena.
Hay que rescatar el accionar político por la vía del ejemplo del coraje civil ya que nos encontramos en medio de una tragedia en un proceso incivil y de aniquilación de la Institucionalidad Republicana y de la conciencia ciudadana. Hemos insistido cansinamente, sobre las fragilidades de la oposición. Se ha desaprovechado mucho tiempo en los más variados círculos del primadonismo (léase especialmente la MUD): Ciudadano Exsecretario de la MUD, falta liderazgo opositor sin dudas. Pero sobre todo falta calidad y talante ético y político. La masa sin liderazgo de calidad, la ha erosionado siempre el poder fáctico emergente. La oposición necesita de referentes humanos concretos y actuales.
¿Estábamos preparados en el país para el absurdo?
En su arribo a la (MUD) (para anunciar su renuncia), el Dr. Ramón Guillermo Aveledo topa con  el duramente cuestionado, su adjunto Ramón Medina quien le susurra tuteándolo, Ramón Guillermo, consigné en tu despacho  mi renuncia, pero como eres un hombre de letras déjeme leerte estos párrafos del “El ingenioso Hidalgo, Don Quijote de la mancha”, 
Cito: Señor respondió Sancho, que el retirar no es huir, ni el esperar es cordura, cuando el peligro sobrepuja a la esperanza, y de sabios es guardarse hoy para mañana, y no aventurarse todo en un día. Y sepa que, aunque zafio y villano, todavía se me alcanza algo desto que llaman buen gobierno: así que no se arrepienta de haber tomado mi consejo, sino suba a Rocinante, si puede, o si no yo lo ayudaré, y sígame, que el caletre me dice que hemos menester ahora más los pies que las manos” (Cervantes, Ob. Cit., p. 304).

¿Acaso no es el momento Dr. Aveledo de analizar las claves y procesos de configuración histórica cultural y política de Venezuela?

Pedro R. Garcia M.
pgpgarcia5@gmail.com
@pgpgarcia5

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jueves, 20 de marzo de 2014

PEDRO R GARCÍA M, ¿HA SURGIDO EN EL PAÍS UN NUEVO LENGUAJE POLÍTICO?, PUNTO DE QUIEBRE

"El ojo que ves no es
ojo porque tú lo veas;
es ojo porque te ve."
Antonio Machado

Ubicando algunas pistas…

La introducción de nuevos términos y conceptos, tal como hace Kuhn en la filosofía de la ciencia, no sólo hará que las teorías rivales sean “inconmensurables” entre sí, esto es, intraducibles a un lenguaje común, sino que las mismas tampoco podrán ser testadas de acuerdo a los hechos y esto, porque según Kuhn, ni los conceptos se prueban ni los hechos constituyen algo independiente de los conceptos. 

Para Kuhn, carece de interés, seguir hablando de “contexto de justificación”, de “confirmación de teorías”, de acuerdo a que los enunciados se adecuen no a los hechos, donde por “extraordinario”, sobra la prueba lógico matemática y experimental. Por último el mismo Kuhn insiste en que abordar el problema de las ciencias naturales y la elección de teorías como sistemas de lenguaje, donde cambian los términos y las categorías que se interconectarán entre sí para dar una mejor respuesta a los problemas, hace que se borre, realmente la línea divisoria que hasta hace poco se mantenía entre las ciencias naturales y ciencias humanas o sociales. “Como en las revoluciones políticas sentencia Kuhn, sucede que en el tema paradigmático: no hay ninguna norma más elevada que la aceptación de la comunidad”. En este sentido son los propios paradigmas o los esquemas conceptuales los que originan sus propios y particularísimos métodos de evaluación, lo que les procura cierta inmunidad y hasta autosuficiencia, ya que no hay una instancia superior, independiente de las teorías o paradigmas en liza, a la que recurrir. De ahí que Kuhn insista que la elección de paradigmas no puede resolverse de manera inequívoca sólo mediante la lógica y la experimentación, en los periodos “extraordinarios” o “revolucionarios” tiene lugar no sólo una ruptura conceptual, si no que se hace uso de términos que nos remiten a nuevos referentes (caso la palabra “revolución” en ciertas revoluciones), Kuhn deja entrever, en claro recuerdo de Quine, que las teorías políticas en los “momentos extraordinarios” no son refutables ni falsables; y que no hay instancia superior que pueda dirimir si son verdaderas o aparentes, como no sea la sociedad y la comunidad en su conjunto al adoptarlas o rechazarlas. Cuando en los noventa Kuhn termina de delinear su Teoría de Cambio Científico, la misma acaba concediéndole a las revoluciones y cambios, caracteres eminentemente lingüísticos. De esta manera los cambios científicos se verán limitados por los cambios conceptuales (son ellos los que impiden el avance de las ciencias). De esta manera para Kuhn, las teorías, arquetípicas o marcos conceptuales, terminan siendo estructuras holísticas, no simples enunciados empíricos. Pero si esto sucede en las ciencias naturales, ¿qué nos prohíbe suponer que no ocurre lo mismo en las ciencias sociales? Si esto sucede cuando se supone que estudiamos una realidad “fija”, ¿no podríamos inferir que acontece lo mismo cuando el objeto de estudio son las acciones humanas? En el plano de la realidad social podríamos decir, por ejemplo, que es un hecho incontrastable que debe haber libertad e igualdad política ante La Ley, pero sin una teoría sobre la democracia, representativa, liberal o participativa, los hechos a los que nos referiríamos serían otros. Igualmente, podríamos considerar que es un acontecimiento donde existen diferentes clases sociales en pugna, que derivan de lo que entendemos por propiedad privada y plusvalía, pero sin una Teoría Marxista es casi seguro que los hechos fueran otros. En este sentido, no sólo la Teoría Marxista será infaltable porque no asevera nada en concreto y se vale de recursos ad hoc al ser cuestionada, como sostuviera alguna vez Popper, sino que su falsación nunca podrá proceder de una teoría diferente, ya que es ella la que produce su propia evaluación, pues como dice Habermas, las pretensiones de verdad de una teoría nunca se resuelven en la experiencia. Nada como lo percibió acertadamente Kuhn, en su artículo “Ciencias Naturales y Ciencias Humanas”, que impide considerar los cambios sociales profundos como cambios de teorías políticas y a éstas como cambios o rupturas conceptuales. Pues, ¿qué son al fin y al cabo los conceptos? Tal y como lo afirmó en su oportunidad Nietzsche: “toda palabra se convierte de manera inmediata en concepto, en tanto que justamente no ha de servir por la experiencia singular sino que debe encajar al mismo tiempo con innumerables experiencias, por así decirlo, más o menos similares, jamás idénticas estrictamente hablando”.

Todo concepto, nos los dice él, se forma por paralelo de casos no iguales. La naturaleza, pues no conoce conceptos y ante la imposibilidad que tienen los objetos de autoidentificarse nosotros utilizamos ciertos términos que cumplen esa función. Creemos saber algo de las cosas mismas dice este autor, cuando hablamos de árboles, colores, nieve y flores y no poseemos,  sin embargo mas que metáforas de las cosas. Derrida nos deja ver que el lenguaje no es un vehículo transparente y neutro de la representación sino que el mismo es la representación. 

El lenguaje no es inocente y se convierte él mismo en el productor de espaciamientos y temporalizaciones. Como señalara él en su libro, De la Gramatología, para significar el poder de la metáfora: “no hay nada fuera del texto”. La metaforización engendra así espacio, tiempo y verdad en su movimiento mismo. El lenguaje es el medio espeso de la metaforización, no el vehículo transparente, neutro y neutral de la representación, que quería cierta mitología. El lenguaje dejará siempre restos en su labor de mediación, y esos restos son los que la tarea deconstructiva deberá recorrer para subrayar el hecho de esa mediación, para luchar contra el engaño de su transparencia, su inocencia y su ingenuidad.  El lenguaje es pues la metáfora, la representación y como tal el conocimiento mismo. Es decir toda palabra, como (él sostuviera en la obra de 1873, publicada póstumamente, (“Sobre la verdad y la mentira en sentido extramoral”), es ya un prejuicio. Pero entonces, tal y como nos pregunta, desde sus trincheras el ciudadano de a pie: ¿Cómo saber qué discurso político elegir?, ¿cómo saber cuáles de los discursos en pugna son verdaderos y cuáles no lo son? Creemos que lo único que se puede decir sobre el lenguaje y de esos discursos en disputa es lo que venimos reiteradamente llamando “momentos extraordinarios” o “revolucionarios”, es que el único criterio que podemos utilizar, es el que la comunidad los llegue a considerar racionales, es decir argumentativamente correctos, pero además, como diría Putnan, razonables, sensatos o convenientes, y esta última cualidad, como se puede ver fácilmente, depende del momento que nos ha tocado vivir, del aquí y el ahora. Pues se podría decir que la verdad, como dijo alguna vez el mismo autor (Ibídem), es: “una hueste en movimiento de metáforas, metonimias, antropomorfismos, en resumidas cuentas, una suma de relaciones humanas que han sido realzadas, extrapoladas y adornadas poética y retóricamente y que, después de un prolongado uso, un pueblo considera firmes, canónicas y vinculantes; las verdades son ilusiones de las que se ha olvidado que  son: metáforas que se han vuelto gastadas y sin fuerza sensible, monedas que 
han perdido su troquelado y no sin ahora consideradas como monedas de metal”. Para concluir, nos permitimos decir que lo relatado aquí son sólo algunas ideas sueltas sobre el rol que juega el lenguaje en los momentos políticos, más propiamente llamados revoluciones políticas, y cómo éste puede y de hecho transforma nuestra cultura política. Como dijera alguna vez Ortega y Gasset, en las épocas de crisis no sabemos los que nos pasa. Lo que sí es evidente es que el presidente Hugo Chávez introdujo un nuevo lenguaje en el debate político del país, señalando otro tipo de realidad que ha conmovido a la sociedad democrática venezolana, hasta tal extremo que dicha conmoción ha cruzado las fronteras del país y se ha alojado en otras naciones con crisis similares a la que vive el nuestro. Por ejemplo, mientras para los sectores adversos el régimen es una “realidad” el papel que juegan los medios de comunicación a favor de la libertad de expresión y de pensamiento, para el gobierno es una “realidad” que éstos forman parte de una campaña mediática y desestabilizadora. De igual manera, donde antes existía una “real” producción agrícola ahora se señala una mala distribución de la tierra y una evidente injusticia social. De este modo la adjetivación de “escuálido” por ejemplo no identifica ya en la Venezuela actual a una persona macilenta y esquelética, sino a un oligarca y opositor radical al régimen. El espectro de los referentes que este concepto pretende señalar se ha ampliado de tal forma que ya existen carros escuálidos, comidas escuálidas, ropas escuálidas y hasta licores escuálidos, otro tanto podríamos decir del termino “bolivariano”, existen infinidad de actitudes, proyectos, y planes bolivarianos, que no tienen nada que ver con las ideas originarias del Libertador, pero que, sin embargo, la mayoría no tiene problemas para identificar como tales, con curiosidad observamos igualmente que Majunche después de haberla utilizado Chávez para adjetivar a su contendor llego a convertirse en la segunda palabra mas buscada en el diccionario de la Real Academia Española.

En este mismo sentido, Ortega y Gasset, en 1923, en su obra, “El Tema de Nuestro Tiempo, ya hacia la distinción entre épocas acumulativas”, como aquellas donde no se ponía en cuestionamiento la visión imperante del mundo y “épocas eliminativas y polémicas”. Donde los cánones impuestos eran barridos por los nuevos actores. En todo caso lo que sí podemos estar seguros es de que actualmente no pasamos por un momento que podríamos calificar precisamente de “normal” que ha habido un radical cambio en el lenguaje utilizado en la árida arena política, y que hoy tenemos una realidad nacional incontrastable de la que teníamos años atrás, la palabra se ha trivializado y banalizado tanto que paradójicamente parece haberse vuelto revolucionaria”…

Pedro Rafael Garcia Molina
pgpgarcia@5gmail.com
@pgpgarcia5

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