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viernes, 7 de agosto de 2009

*ZELAYA SE QUEDA SOLO, MANUEL ZELAYA SE QUEDA SOLO, POR JOAQUIM IBARZ

Al no contar con apoyo popular, el depuesto presidente le queda poco margen de acción

Manuel Zelaya se ha quedado solo. El desamparo del derrocado presidente de Honduras se mostró el sábado en forma patética en el puesto fronterizo de Las Manos. Uno tras otro, los apoyos se han ido esfumando. Los amigos bolivarianos –a excepción del ministro de Exteriores de Hugo Chávez- ya no le acompañaron en su aventura; ni siquiera los hermanos sandinistas hicieron acto de presencia.

El viernes, al otro lado de la línea fronteriza, sus partidarios apenas llegaban al millar; el domingo eran muchos menos. Al no contar con gran apoyo popular (sus partidarios son maestros, sindicalistas, pequeños movimientos populares), Zelaya tiene poco margen para iniciar nuevas aventuras, por temerarias que puedan ser. En la población de Catacamas (Olancho), en tiene su residencia y su rancho, nadie salió a la calle cuando el pasado viernes dio cuatro pasos por suelo hondureño.

Según un dicho popular, en Honduras el hierro flota y el corcho se hunde. Aquí todo es posible. Contra todo pronóstico, se ha consolidado un golpe de Estado condenado por todo el mundo. Ningún país ha sido tan estigmatizado y sancionado por romper el orden constitucional.


Pero los hondureños aceptan con naturalidad resistir unos meses antes de que Zelaya vuelva al poder. Algunas críticas se revierten ahora contra Zelaya por su imprudencia al pretender cruzar la frontera por la fuerza. Su gran valedor, José Miguel Insulza, secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA) le pidió que no intentara regresar a Honduras "para evitar un baño de sangre". Es la misma admonición que hace tres semanas le dirigió el cardenal Rodriguez Maradiaga, lo cual le valió ser tachado de golpista.

"La comunidad internacional debe reflexionar sobre el hecho de que la gran mayoría de los hondureños asume ser los parias del mundo y sufrir múltiples sanciones, con corte de créditos y ayudas, antes que permitir la vuelta de Zelaya. Algo habrá hecho mal Zelaya para que suscite tanto rechazo", comentó a La Vanguardia una fuente diplomática europea.

Los hondureños confían en que el golpe se irá olvidando y se aceptarán los resultados de los comicios de noviembre, cuyos dos principales candidatos fueron escogidos en elecciones primarias supervisadas por la OEA.

El Salvador y Guatemala se mantienen al margen del conflicto hondureño. Aunque los presidentes Mauricio Funes y Álvaro Colom son cercanos a la izquierda, han guardado una actitud prudente ante el golpe de Estado. Lo condenaron, pero hasta ahí. Daniel Ortega dio mucho apoyo moral a Zelaya, al igual que los demás países que conforman la Alianza Bolivariana. A excepción de Chávez, ese respaldo ha sido retórico. En el intento de aterrizaje de Zelaya en el aeropuerto de Tegucigalpa (5 julio), tres jefes de Estado –Cristina Fernández, Rafael Correa y Fernando Lugo- y el presidente de la Asamblea de la ONU, Miguel D"Escoto, respaldaron la operación. En esta segunda intentona ya no hubo apoyo explícito. El único respaldo beligerante es el de Chávez, pero perjudica a Zelaya. La intromisión del presidente venezolano fue causa determinante del golpe militar.

El principal error de cálculo de Zelaya fue creer que tenía gran apoyo popular. La realidad muestra que la mayoría de los hondureños le dan la espalda. Cuando el viernes traspasó la herrumbrosa cadena del punto fronterizo, en la cercana población de El Paraíso la población hacía vida normal, sin preocuparle la suerte del depuesto mandatario.

El único objetivo de Zelaya al traspasar la cadena fronteriza era alentar una revuelta popular que en volandas lo llevara a la presidencia. No hubo tal. Al comprobar que sus seguidores no aparecían y que los policías mantenían disciplinadamente el retén, Zelaya dio la vuelta y regresó a Nicaragua. El sábado ya ni intentó pisar suelo hondureño. Tres decenas de periodistas y un puñado de simpatizantes escucharon que se iba a mantener en un campamento junto a la aduana de Las Manos. No duró ni dos horas. Pronto se subió al jeep blanco para ir a pernoctar al hotel de Ocotal.

"La figura de Zelaya en la frontera fue humillante, patética. Quedó como un payaso. Su discurso fue vacuo, repetitivo. Hablaba como si toda Honduras estuviera a sus pies, y en realidad nadie le hacía caso. Me da pena por mi país, la imagen de Honduras está por el suelo", declara a La Vanguardia el economista Julio Raudales, que fue viceministro de la Presidencia de Zelaya.

En Honduras se considera que el Plan Arias es perfecto pero de difícil ejecución por la personalidad de Zelaya. "Si vuelve a la presidencia, es capaz de patear el tablero pese a los compromisos suscritos y a la supervisión internacional", comentó Marta Lorena Alvarado, viceministra hondureña de Exteriores.

Fuente: La Vanguardia (Barcelona)

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martes, 7 de julio de 2009

*CRÍTICAS A LA OEA Y A CHÁVEZ POR SU ACTUACIÓN EN LA CRISIS HONDUREÑA, JOAQUIM IBARZ | 07/07/2009

AP La aproximación de Manuel Zelaya a la revolución bolivariana, siguiendo el libreto reeleccionista de Hugo Chávez, trastocó la vida política hondureña

"Hemos enviado a un valiente piloto de combate que ha logrado lo que queríamos". Hugo Chávez reveló sin dobleces que el fallido retorno de Manuel Zelaya a Honduras fue planificado desde Caracas. El avión que pilotó un oficial de la Fuerza Aérea bolivariana pertenecía a la petrolera estatal venezolana Citgo. Más claro agua. El presidente venezolano se ufanó de haber ganado la partida al gobierno de facto de Roberto Micheletti: "Ha sido una gran victoria moral, no se atreven a tocarle un pelo a Zelaya pero arremeten contra el pueblo".

En medios moderados de Honduras causa preocupación la intromisión sin pudor de Hugo Chávez en la crisis nacional. Varios analistas consultados por este enviado consideran que el presidente venezolano ofende a la dignidad y a la soberanía hondureña. Y denuncian que con su silencio ante esta abierta intromisión de Chávez, la Organización de Estados Americanos (OEA) parece aprobar su conducta.

La OEA ha mostrado doble vara de medir en su actuación en la crisis hondureña. La organización panamericana no expulsó a Perú tras el autogolpe de Estado del presidente Alberto Fujimori, quien en 1992 anuló la Constitución peruana con el apoyo de las bayonetas militares. Aún fue más descarado el silencio de la OEA ante el derrocamiento militar de los tres presidentes constitucionales de Ecuador anteriores a Rafael Correa: Abdalá Bucaram, Jamil Mahuad y Lucio Gutiérrez. Correa voló a Washington y a san salvador para apoyar al depuesto Zelaya. Al presidente ecuatoriano se le ha olvidado pronto que él mismo avaló el golpe de Estado contra su antecesor Lucio Gutiérrez. No sólo eso. Correa formó parte, como ministro de Economía, del gabinete de Alfredo Palacio. Si Micheletti es golpista, también lo fue Palacio. Tanto Zelaya como Lucio Gutiérrez fueron sacados del palacio presidencial por los fusiles automáticos del Ejército.

La OEA se movilizó de inmediato para tomar sanciones contra el golpe de Estado en Honduras. Los presidentes más activos en la condena son los mismos que día tras día irrespetan la legalidad de sus países. Y el secretario general José Miguel Insulza viajó a Honduras dejando muy claro que no iba a negociar sino a exigir la restitución del presidente Zelaya. La condena de Raúl Castro al golpe contra la democracia de Honduras habla por sí misma.

El ex comandante guerrillero del FMLN salvadoreño, Joaquín Villalobos comentó que "sin duda que hay que rechazar el golpe pero la comunidad internacional debe tener en cuenta que las políticas autoritarias de Bolivia, Ecuador; Nicaragua y Venezuela se han convertido en una seria provocación para las fuerzas conservadoras y centristas de toda la región. (…) La polarización ideológica chavista debilita sociedades amenazadas por miles de pandilleros y poderosos carteles".

La comunidad internacional condena con la misma firmeza que el primer día el golpe militar en Honduras, pero ya cada vez hay más denuncias y críticas al papel de la OEA y de los presidentes que respaldaron al depuesto Manuel Zelaya en su fallido viaje de regreso a su país.

Las mayores críticas provienen de Venezuela, donde la Mesa de la Unidad Democrática, que agrupa a once partidos de la oposición, denunció que la OEA está volcada en el caso de Honduras y no se preocupa de lo que ocurre en territorio venezolano.

En Venezuela "no existe Estado de derecho, pero eso no lo ve la OEA ni (su secretario general, José Miguel) Insulza", "parcial a favor de Hugo (Chávez) y de la 'banda de los cuatro': Nicaragua, Bolivia, Cuba y Ecuador, beneficiarios del dinero que nos roban", dijo Henry Ramos Allup, de la socialdemócrata Acción Democrática.

"Señor secretario general de la OEA: no se haga el tonto, sabemos que usted sabe lo que está ocurriendo en Venezuela; tenga vergüenza y no se convierta en un altavoz del tirano (Chávez)", comentó Allup.

La alianza opositora hizo esta denuncia en respaldo del alcalde metropolitano de Caracas, Antonio Ledezma, quien desde el pasado viernes cumple una huelga de hambre en la sede del organismo interamericano en demanda de que la OEA verifique "in situ" que en Venezuela "no hay democracia".

Teodoro Petkoff, director del diario "TalCual" y ex candidato presidencial, señala que "la huelga de hambre del alcalde de Caracas, Antonio Ledezma, arroja más luz sobre un tema que el sistema interamericano; la OEA va a tener que pronunciarse muy pronto sobre esta huelga de hambre si es que no desea pasar a ser totalmente irrelevante como organismo internacional. Ledezma está reclamando que la OEA eche un vistazo al golpe de Estado del cual él ha sido víctima".

Petkoff destaca que la alcaldía de Caracas es el segundo cargo electivo en importancia de Venezuela. "Sin embargo, ha sido despojada de su sede, de sus atribuciones y de su presupuesto por decisión del presidente de la República. Este acto se une a otros semejantes, cometidos contra varios gobernadores de definición opositora. ¿Estos atropellos, que desconocen resultados electorales absolutamente legítimos y legales, cuándo es que entran en el radar de la OEA? ¿Cuándo es que se puede aplicar la Carta Democrática? ¿Sólo cuándo se producen golpes militares que derrocan presidentes?", comenta el periodista.

Petkoff hace una revelación que compromete el futuro de Insulza como secretario general de la OEA. El diplomático chileno busca la reelección del relevante cargo internacional. "¿Los presidentes –se pregunta Petkoff- poseen algún tipo de inmunidad que les permite atropellar sus propias constituciones y a los demás poderes públicos sin que la OEA se de por enterada? Así ha sido hasta ahora. A mediados de mayo tuve ocasión de conversar con Insulza, en su oficina en Washington, por invitación suya, dicho sea de pasada. Nos habíamos encontrado en la presentación de un libro y me pidió que lo visitara al día siguiente. Lo hice, acompañado de un amigo venezolano, que fue testigo de la conversación".

Al explicarle Petkoff a insulza la situación en Venezuela, en la víspera de la reunión en la cual la OEA iba a considerar el tema de Cuba, el secretario general le contestó que "en el fondo, no podíamos ponernos "demasiado exquisitos" con lo de Cuba porque "en el continente hay al menos siete gobiernos que no pasarían el examen de la Carta Democrática". Dada la gravedad de lo que está ocurriendo en Honduras, me siento obligado a cometer la infidencia de transcribir lo que me dijo de seguidas: "Entre ellos el de tú país"".

Henry Ramos Allup denunció que Zelaya intentó volver a su país a bordo de un avión del Estado venezolano.

"El capitán Araña (Chávez) puso el avión, los pilotos, la ruta y dio las instrucciones, pero desde aquí no más; el 4 de febrero de 1992 (fecha del fallido golpe de Estado dado por Chávez) fue igual" y mientras los soldados bajo su mando peleaban, "se quedó en el Museo Militar".

Chávez no acompañó a Zelaya "por prudencia"; el presidente depuesto tuvo el apoyo de los presidentes de Argentina, Ecuador y Paraguay. Los tres han recibido críticas en sus respectivos países por su participación activa en la crisis hondureña.

La argentina Cristina Fernández, el ecuatoriano Rafael Correa y Fernando Lugo pensaban viajar con Zelaya a Tegucigalpa, pero se dirigieron a San Salvador al saber que las autoridades hondureñas impedirían aterrizar al avión venezolano en el que viajaba Zelaya.

Mauricio Macri, alcalde de Buenos Aires y líder de la opositora Propuesta Republicana (PRO), consideró que la crisis en Honduras es "importante", pero opinó que Fernández debe darle "más prioridad" a los temas locales.

El gobernador de la provincia de Chubut, Mario Das Neves, dijo que la presidenta Fernández no debía haber viajado a El Salvador, ya que el país tiene "problemas serios que resolver". La diputada Fernanda Gil Lozano, de la opositora Coalición Cívica, consideró "inoportuno y fuera de lugar" el viaje de Fernández. "En Argentina estamos con problemas gravísimos como la gripe A como para que ella se ausente", declaró Gil Lozano a la agencia Efe.

La prensa argentina ha dirigido duras críticas a la presidenta Cristina Fernández por dedicar varios días a la crisis hondureña cuando en país enfrenta acuciantes problemas. Joaquín Morales Solá fustiga en "La Nación" a la presidenta por su participación en fallido regreso de Zelaya a Honduras. Cree que la mandataria va "donde no la necesitan" y la compara con los "presidentes serios de América Latina" que dejaron el conflicto en manos de las instituciones internacionales".

En "Crítica", Susana Viau, percibe que Cristina Fernández quiso llamar la atención de sus conciudadanos, "como en riesgo de quedar emparentada con el hondureño en un destino común". Fernando González, de "El Cronista", dice que la presidente viajó en el Tango 01 y "dejó en la Argentina una cantidad desconocida de enfermos de gripe A".

El presidente paraguayo Fernando Lugo fue criticado por sus propios partidarios. El dirigente campesino Belarmino Balbuena, de una agrupación de izquierda afín al Gobierno, sostuvo que el gobernante "llamativamente" se ausenta del país cuando "hay conflictos".

La presidenta del opositor Partido Colorado, Lilian Samaniego, cuestionó la ausencia de Lugo en momentos en que las autoridades sanitarias tratan de articular nuevas medidas de prevención para frenar la expansión de la gripe A. "El presidente tiene que entender que tenemos problemas graves en el país, a lo económico y social ahora se ha sumado el de la salud. Él debería estar liderando una campaña para hacer frente a esta situación", afirmó Samaniego.

Correa también fue puesto en tela de juicio por el hecho de que en 2005 estuviera de parte de los que destituyeron a Lucio Gutiérrez como jefe de Estado de Ecuador e incluso fuera miembro del gabinete golpista de Alfredo Palacio, quien le reemplazó tras la ruptura constitucional. En un artículo publicado por en el diario "La Hora", el analista José Hidalgo dice que lo de Honduras ha evidenciado "la fragilidad e inmadurez de las democracias latinoamericanas" y opina que la "indignación" de algunos se debe solo "al afán de defender a uno de los suyos".

Correa "saltó a la escena política formando parte de un Gobierno nacido de otra sucesión ilegal y a quien no le pareció mal que, ya en su administración, el Tribunal Supremo Electoral se bajara al Congreso, en una maniobra tan burda y grave como la que ahora rechaza indignado", señala Hidalgo. Para el analista, también resulta "irónico" que el presidente de Venezuela "se dio a conocer, precisamente, cuando quiso derrocar a un Gobierno (bueno o malo) democráticamente constituido", en 1992.

El obispo nicaragüense Bernardo Hombach coincidió en que es "importante defender la democracia y la legalidad" en Honduras, pero contrastó la "gran beligerancia" mostrada por la OEA e Insulza en este caso con el silencio del organismo en torno al presunto fraude en los comicios municipales de noviembre pasado en Nicaragua.

"Muchos nicaragüenses se preguntan: cuando hubo fraude en Nicaragua, allí la OEA no intervino de ninguna forma", reprochó el religioso, quien también criticó al gobernante Daniel Ortega por dar prioridad a la crisis de Honduras y no a los problemas de su país.

En el mismo sentido se pronunció el ex vicepresidente de Nicaragua José Rizo, quien destacó que si bien los problemas de los vecinos no les pueden ser indiferentes, "la responsabilidad primaria" de un "Gobierno responsable" es con su propio país.

El diputado opositor nicaragüense Eduardo Montealegre recriminó al secretario general de la OEA, por no haber demostrado interés en defender la democracia en Nicaragua "luego del fraude electoral", como lo ha hecho con el caso de Honduras

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