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jueves, 18 de junio de 2015

ARIEL PEÑA, CARTAS PARANOICAS, HIRSUTAS Y AMENAZANTES, CASO COLOMBIA,

Los máximos cabecillas de las Farc, Iván Márquez y Timochenko, enviaron  el   10 y 11 de junio, sendas cartas, una dirigida al Procurador General de la Nación y otra amenazando a  los medios de comunicación, mencionando a la periodista Diana Calderón directora de Hora 20 de Caracol, las dos misivas  concuerdan  en responsabilizar al estado de imponerles la guerra, lo cual es absolutamente falso, porque con ese cuento   encubren su dogmatica marxista acerca de la lucha de clases  como un ajuste de cuentas y el de la violencia  partera de la historia, porque todavía no nos hemos enterado que esa organización narcoterrorista haya renegado del comunismo totalitario.

De manera descarada Timochenko en su carta, dice “nunca hemos exigido un cese unilateral de fuego, en cambio si lo hemos declarado más de una vez” sabiendo que una declaración de cese unilateral de fuego por parte del estado seria como entregarles el poder sin haber  ganado la guerra en 51 años, recordando que las Farc en todo este tiempo no ha podido pasar de la guerra de movientes o guerra de guerrillas a la guerra de posiciones y solo   mediante el terrorismo es que buscan chantajear al estado y a la sociedad Colombiana, advirtiendo que a principios de la década de los ochenta del siglo pasado calculaban tomarse el poder para el año  1996 y ya han pasado casi 20 años.

 Por ello en su desesperación las Farc siguiendo  las enseñanzas del leninismo, incrementan el sufrimiento de las masas  con  acciones terroristas, como las que han realizado   en los últimos días, que dejan  sin agua y sin luz a  personas humildes, no importándoles las afugias de los pobres, porque para   ese bodrio sus atentados agudizan  las contradicciones y las masas deben de sufrir  más  de  lo habitual, para que haya una situación revolucionario.

También   el máximo jefe de las Farc se vino lanza en ristre  atacando    los medios de comunicación, especialmente en contra de la periodista Diana Calderón,  por haber escrito una columna en el periódico el País de España titulada ¿verdad o venganza?  Sin  entender ese  cabecilla que cualquier periodista,  es esencialmente un profesional  de las comunicaciones  y  hoy puede estar en Caracol que es del grupo Prisa de España y mañana en Telesur canal chavista, o  en el canal oficial de Rafael Correa en el Ecuador, o en el canal capital que en la actualidad regenta  Gustavo Petro en Bogotá, como ha sucedido en varias ocasiones.

En  un conflicto un periodista puede ser ajena al  mismo, pues   solamente los seguidores  del  esperpento marxista leninista por su concepción inhumana no creen en la neutralidad, siguiendo al maquiavelismo que  busca mediante dicotomías dividir para que  las gentes más atrasadas e ignorantes  tomen partido, desconociendo  aquella máxima del filosofo  griego Protágoras quien decía que el hombre es la medida de todas las cosas,  y por ello es más importante que el estado o que las ambiciones burocráticas de una banda armada como las Farc.

En la carta de Timochenko hay una acusación temeraria en contra de Caracol radio, al afirmar que “tiene una  responsabilidad directa en la guerra y grave,  que no debe  posar de espectador inocente” cuando  es sabido que la guerra en Colombia  declarada por la guerrilla marxista de las Farc para tomarse el poder tiene  51 años y  el grupo  Prisa adquirió las emisoras solamente hasta el 2003 y, en cualquier momento las puede vender, lo cual indica que es un exabrupto culpar a  Caracol radio, porque eso sería igual  que acusar a medios de comunicación legales de la llamada izquierda de ser propiciadores directos del conflicto, situación  que cualquier demócrata tendría que rechazar.

Claro que  hay que hacerle una crítica a los grandes medios, porque nunca se han preocupado por  averiguar sobre el origen  del componente ideológico de la guerra, cuya única responsabilidad es del comunismo totalitario y además tampoco  han  realizado  debates, sobre la vigencia histórica del   marxismo, como si el tema fuera un tabú, porque a lo que más le temen los marxistas  de  todos  los  pelambres es a la lucha ideológica, ya que ese engendro es para irracionales y no hay argumentos  como defenderlo.

Esa falsa dicotomía entre amigos y enemigos de la paz es una leyenda, porque los únicos enemigos de la paz, son los que se enriquecen fabulosamente  con el negocio del narcotráfico y  quieren perpetuarse en el, como sucede con  miembros de las Farc que dentro de su doctrina inescrupulosa consideran  que la paz es la que traen en la punta de sus fusiles, cuando claudiquen la sociedad y el estado, pero  seguirán equivocándose  con Colombia, porque como dijera el gran escritor José María Varga Vila “un país ingobernable, también es un país inconquistable”

El cabecilla Iván Márquez en la  carta que le dirige al procurador se queja por los horrores de la guerra, que ellos propiciaron, resaltando que el mismo Jesucristo   decía que para ir a la guerra se tenía  primero que considerar la capacidad del enemigo, subrayando que  desde 1964 en Marquetalia las Farc buscaron tomarse el poder y hoy siguen tercamente insistiendo en lo mismo, echando el  discurso miserabilista de luchar por la emancipación de los pobres, recordando que  Hitler y Mussolini también usaron la misma monserga.

 María Jimena Duzán, en la edición del 13 de junio de la revista Semana en su columna titulada  “escurriendo el bulto” en donde se refiere a la carta que envió  Iván Márquez al procurador señala “nunca he creído que este conflicto se puede simplificar  tan fácil como lo impone el dogma uribista, según el cual las Farc son las únicas responsables de la guerra”  pero claro que las Farc son las únicas responsables de la guerra y eso no es un dogma uribista, sino marxista, al  cual los grandes medios jamás le han puesto cuidado, no se sabe si por falta de conocimientos o  es que le tienen  respeto supersticioso al comunismo totalitario  y no son capaces de propiciar debates ideológicos que desenmascaren la catadura del marxismo leninismo, que ha sido   el  padre de la mentira, el odio y la violencia en Colombia  durante el prolongado conflicto, resaltando que con  ese bodrio  se  han alimentado las Farc declarando  la guerra para tomarse el poder y dar rienda suelta a sus instintos insanos.

Así que sobre  el conflicto Colombiano no puede haber ninguna duda, acerca de  que las Farc por su concepción absolutista  marxista, son las únicas responsables del mismo y como toda causa tiene su efecto, las calamidades  de la guerra se desprenden de ahí, por ello los periodistas de los  grandes medios  deberían de conocer los dogmas comunistas para saber porque la narcoguerrilla actúa así, pues lo de mas son eufemismos  que ocultan la realidad, entonces tanto las acciones terroristas como las amenazas del grupo armado por cartas, buscan un cese bilateral de fuego como estrategia para lograr sus fines.

Ariel Peña
arielpena49@yahoo.com
@arielpenaG

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jueves, 15 de agosto de 2013

RICARDO ESCALANTE, COLOMBIA: ¿EL ESTADO RENUNCIA A SU AUTORIDAD?

La política colombiana de las últimas semanas ha dado señales inquietantes sobre lo que se avizora como una poco ortodoxa disputa electoral presidencial.   Hay aspectos graves sobre la forma en que pudiera pactarse la reinserción de las Farc en la sociedad y su consecuente participación en el escenario de la controversia natural de los partidos.
Lógico sería que lo hicieran como tendría que ser: Abandonando las armas y dando muestras firmes de arrepentimiento del grave daño que por décadas han causado  a cientos de miles de familias que han sufrido asesinatos, heridos, secuestros, desplazados, chantajes y extorsiones, además de los nocivos efectos de la poderosa industria del narcotráfico que han amparado. Pero la cosa al parecer no va por ese camino, sino por el de la renuncia del Estado a elementales principios de autoridad.
Durante sus muchos meses de comodidad en La Habana, los líderes subversivos han puesto condiciones y discutido como si se tratara de una negociación entre dos Estados, en la cual resulta obvia la beligerancia que le ha sido otorgada por instituciones legítimas, en medio de una bien diseñada campaña publicitaria orientada a ganar buena parte del terreno que habían perdido en el terreno de la confrontación armada.
Ha habido políticos y altos funcionarios que han viajado a la capital cubana para retratarse con Iván Márquez y compañía, como si allá, en la Meca de los autoritarismos, fueran a encontrar bendiciones para ambiciones cuya legitimidad es cuando menos dudosa.
En el epicentro de esos hechos inquietantes están las aspiraciones reeleccionistas de Juan Manuel Santos,  cuya sindéresis pareciera erosionada por sus potenciales rivales y, entonces, lanza en ristre, ha emprendido sus ataques contra quienes con legítimo derecho ofrecen sus nombres como alternativa.  En ese escenario, convencido de que se catapultará como el Presidente de la paz, ha hecho concesiones a la estrategia desestabilizadora de la subversión.  ¿Imponer la paz no es obligación indoblegable del Estado?
Los militares han liquidado unas cuantas fichas de las Farc en días recientes, pero la arremetida de estas se ha repotenciado. ¿Será eso justo? ¿Cuál es la sociedad que quieren las Farc? Ahora, por supuesto, está por verse si las víctimas directas e indirectas de la violencia podrían sufragar sin ponerse la mano en el corazón, porque la reparación del daño infligido de manera prolongada no se logra con discursos. La experiencia de otros países -como el vecino Venezuela en las décadas de los 60 y 70-, ocurrió sin menoscabo del inflexible poder de las instituciones para hacer valer la ley: Sin escenarios pomposos, la guerrilla entregó las armas y, sin ventajas, inició la participación política que demostró que nunca había tenido apoyo popular.
Discutir con las Farc reformas de instituciones fundamentales –como el régimen judicial, los medios de comunicación radioeléctricos e impresos y políticas sociales-, mientras continúan actuando con las botas puestas y ametralladora en mano, seguramente acarreará un elevado costo cívico y también de respetabilidad para el gobierno.
Durante el gobierno de Uribe Vélez –con la activa participación del entonces ministro de la Defensa Juan Manuel Santos-, la guerrilla estuvo técnicamente liquidada. Sus fuentes de financiamiento y la capacidad para reclutar nuevos miembros se redujo. Muchos de sus miembros escaparon y otros fueron ejecutados mientras trataban de hacerlo, porque la disidencia y la capacidad para revisar errores es inconcebible entre ellos.
Por todo eso, no sin estupefacción he leído las declaraciones en las cuales los bandoleros, disfrazados de caperucitas rojas, intentan hacer creer que ahora están en el camino de perdonar al “Estado perverso y atroz”, mientras continúan secuestrando y asesinando a mansalva a ciudadanos inocentes.
Los jefes guerrilleros saben que por vía electoral no tienen nada que buscar.  Ninguna víctima colombiana de la violencia de las Farc, en su sano juicio podría votar para que alguno de ellos se instale en una curul parlamentaria o para cualquier otro cargo.  Ahh, y tiene sentido preguntarse si sería encomiable la idea de conceder una cuota parlamentaria directa al movimiento insurgente y, como si fuera poco, hasta darles medios de comunicación. ¡Fin de mundo!
ricardoescalante@yahoo.com

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jueves, 25 de octubre de 2012

EDUARDO MACKENZIE, LO QUE MOSTRÓ LA DISCUSIÓN EN OSLO, DESDE FRANCIA

Lo más chocante de la conferencia de prensa en el Hotel de Hurdal, en la periferia de Oslo, fue  el nuevo intento de las FARC, por la boca de Iván Márquez, de  borrar con unas frases destempladas la cadena interminable de atrocidades que ellas han cometido contra Colombia y los colombianos en los 50 últimos años.
Humberto de la Calle e Ivan Marques
Al adoptar la mentira como sistema de diálogo, en el acto que se supone abría la fase destinada a llegar a un “acuerdo general para la terminación del conflicto y la construcción de una paz estable y duradera”, las FARC mostraron su verdadero rostro y dijeron que estaban allí, en realidad, para golpear una vez más a sus víctimas, para burlarse del gobierno colombiano y de quienes las creen, en nuestro país y en el extranjero, capaces de emprender una negociación seria.
Por fortuna, el jefe de la delegación gubernamental tuvo la entereza de restablecer la agenda de ese escenario que el vocero provocador  de las FARC trató de cambiar. Humberto de la Calle Lombana, al subrayar que sí había unos imponderables, unos puntos no negociables   --la propiedad privada, el modelo económico, la inversión extranjera, la política de defensa,  la acción de las Fuerzas Armadas, el ordenamiento territorial--, y que la negociación en La Habana giraría únicamente sobre los cinco puntos firmados por plenipotenciarios de los dos bandos, delimitó en buena hora los alcances de ese proceso. El ex vice presidente colombiano advirtió, además, que las FARC "tendrán que darle la cara a las víctimas". Su gesto firme y oportuno debe ser saludado pues puso fin al silencio, cuan desesperante, que había guardado el gobierno sobre esos aspectos cruciales de la nueva “negociación de paz”.
Falta ver hasta dónde la delegación gubernamental será consecuente y lógica con lo dicho por Humberto de la Calle pues en Cuba los hombres de las FARC intentarán  de nuevo romper la agenda y desviar el curso de los diálogos. En todo caso, la diatriba de Iván Márquez en Oslo aisló más a las FARC: fue rechazada por las mayorías colombianas, reflejadas en las críticas del presidente Santos, de los ex presidentes Uribe y Gaviria, de los empresarios, de decenas de columnistas y de los mejores diarios del país. Un solo ejemplo: El Colombiano dijo algo excelente:   “La mayor trasnacional del crimen de América Latina, el mayor cartel de drogas del hemisferio occidental, quiere la crucifixión de las ‘multinacionales’ que invierten lícitamente en Colombia y derivan su patrimonio de algo tal vez desconocido para los jefes guerrilleros que se lucran del narcotráfico: el trabajo esforzado en la producción de bienes y servicios legítimos”.
Como Márquez también insultó a los periodistas, exceptuando a los “comunicadores alternativos” --los comparsas mediáticos de esa banda--, el diario antioqueño respondió: “A los medios de comunicación de Colombia, que en un entorno difícil y violento han -hemos- defendido a capa y espada la democracia, la discusión pluralista y la libertad de ideas y pensamiento, nos gradúan de ‘inicuos’. Viniendo el epíteto de quien viene, puede constituir un honor.”
La crítica del sistema colombiano que hizo Márquez fue la repetición de las imposturas inventadas por Gilberto Vieira en los años 1950, para justificar la acción criminal de Tirofijo, Jacobo Arenas, Raúl Reyes y demás: que las FARC tienen un origen “social” y que su patente para matar y destruir emana de que ellas son “agentes del cambio” y de un “porvenir radiante”: el comunismo. ¿Quién puede creer hoy en semejantes sornetas?  El origen de las Farc fue únicamente político y su balance reformista es nulo. Y el comunismo, el régimen de la infamia total, frenó el desarrollo humano, es responsable de uno de los mayores genocidios de la historia, llevó a la miseria a continentes enteros y le arrancó la vida, en sólo Europa y Asia, a más de 80 millones de personas. Los países que fueron los primeros en sufrir esa catástrofe, Rusia, China y Europa del Este, abandonaron el comunismo. Las FARC creen que los equivocados son esos pueblos, y no ellas. Por eso fueron a Oslo a amenazar a sus interlocutores con el cuento de que no habrá paz mientras el programa de las FARC no se cumpla.
Resulta preocupante que aberraciones tales como eliminar la propiedad privada de la tierra, demoler la agroindustria, la ganadería y la minería, como pretende Iván Márquez,  tengan todavía eco en algunos núcleos de opinión. Esa idea aparece de manera asombrosa, aunque en lenguaje cifrado, en un  texto (1) del 14 de octubre firmado por 250 personas, casi todos miembros del PCC, del Polo Democrático y del Partido Progresista, en el que exigen “reformas substanciales” como condición para que haya paz y hasta piden crear “reservas campesinas” (!).
Ese grupo promete desatar en los próximos días un “amplio debate” a favor de esas tesis y crear  un “clima nacional favorable a la paz”. Cuando se sabe qué significan para el PCC palabras como “debate” y “paz”, podemos augurar lo peor.  El escenario que aparece en el horizonte es pues éste: acometidas dialécticas en La Habana para desbordar el temario que defiende el ex vicepresidente colombiano, ataques de las FARC en Colombia,  pedidos al gobierno para que paralice las Fuerzas Armadas (bajo el pretexto de una tregua bilateral) y jornadas brutales de agitación y propaganda a favor de la “refundación de Colombia” que busca Iván Márquez.
¿Qué deben hacer los colombianos ante esa tenaza? Movilizarse contra eso, en las calles y en los salones, como lo están haciendo ya varios grupos de víctimas de la guerrilla que están decididos a ir hasta La Habana a exigirle cuentas a Iván Márquez y sus cómplices. Hay que crear amplios lazos de solidaridad y salirle al paso a la batalla ideológica que pretenden instaurar los grupúsculos extremistas  que quieren hacerle creer a los colombianos que las exigencias de las FARC son razonables y necesarias.  Hay que utilizar este momento álgido para explicarle al mundo lo que está en juego en Colombia.
 (1).Ver: http://razonpublica.com/index.php/conflicto-drogas-y-paz-temas-30/3334-dialogos-en-oslo-una-oportunidad-unica-e-irrepetible.html
eduardo.mackenzie@numericable.fr

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viernes, 13 de junio de 2008

*¿CONTRIBUYÓ PIEDAD CÓRDOBA A QUE ÍNGRID BETANCOURT NO FUERA LIBERADA EN DICIEMBRE?




*¿CONTRIBUYÓ PIEDAD CÓRDOBA A QUE ÍNGRID BETANCOURT NO FUERA LIBERADA EN DICIEMBRE?

http://www.eltiempo.com/opinion/columnistas/mauriciovargas/ARTICULO-WEB-
'Sobre todo, no liberen a Íngrid'

Mauricio Vargas. Columnista de EL TIempo

¿Contribuyó Piedad Córdoba a que Íngrid no fuera liberada en diciembre?
Hace dos semanas mencioné en esta columna la delicada situación jurídica en la que quedaban algunos de los promotores del acuerdo humanitario que traspasaron muchos límites y se dedicaron a decirles a las Farc qué hacer, cómo hacerlo y cuándo hacerlo para que a ellas, y no al acuerdo, les fuera bien. El reconocido semanario francés Paris Match acaba de publicar extractos de correos electrónicos del computador de 'Raúl Reyes' que aportan pruebas en esta dirección, en especial en el caso de la senadora Piedad Córdoba.

El respetado periodista Bertrand de la Grange revela en dicho informe que durante una reunión con una célula de las Farc en Buenos Aires, a principios de diciembre, cuando asistía a la posesión de Cristina Kirchner, Piedad Córdoba les hizo varias recomendaciones sobre la forma de manejar la liberación de secuestrados. Según el correo recibido por 'Reyes' con un detallado informe del encuentro entre la congresista y los hombres de las Farc, ella les dijo: "Sobre todo, no liberen a Íngrid".

"No me importa la propuesta que haya hecho Sarkozy para obtener la liberación de Íngrid", agregó la senadora, según el informe de alias 'César', jefe de la célula de las Farc en Buenos Aires, enviado a 'Reyes' por correo electrónico con lo que 'César' llama una "fidelísima reconstrucción" de la conversación con la senadora. Parece que a los hombres de las Farc les divertía la animosidad que Piedad Córdoba mostraba hacia Íngrid, porque 'César' destaca más adelante en su e-mail la forma como la congresista se burla del mal estado de salud de la ex candidata presidencial. "Ella siempre ha sido flaca... No se va a morir." Qué horror.

La senadora Córdoba se identifica en su posición sobre Íngrid con el ministro del Interior de Venezuela, Ramón Rodríguez Chacín. Según otro correo, 'Iván Márquez' se reunió con él en el vecino país en noviembre del 2007 y el alto funcionario le pidió la liberación de "uno o dos rehenes enfermos y algunas mujeres", como un gesto para impulsar la gestión de Hugo Chávez. Eso sí, Rodríguez Chacín dejó en claro que de esas liberaciones "debe estar excluida la joya colombo-francesa".

Ahí no hay gestión humanitaria. Son piratas discutiendo la suerte de un botín.
Quedé espeluznado al leer el artículo. Confirmé con fuentes judiciales y de inteligencia en Colombia que esos correos existen. La Interpol certificó que dichos mensajes no fueron alterados por las autoridades colombianas. De modo que o 'César' es un mentiroso compulsivo, o Piedad Córdoba contribuyó de manera significativa a que Íngrid Betancourt no fuera liberada por las Farc en diciembre. ¿Por qué habría de inventarse 'César' esa charla? No se me ocurre una razón. Recuerdo, eso sí, la animadversión entre Piedad e Íngrid en tiempos del proceso 8.000, cuando la primera defendía a Ernesto Samper y la segunda lo atacaba con fieros discursos.

De la Grange, el autor de la crónica del semanario francés, va aún más lejos. Se pregunta si acaso Piedad Córdoba no teme que, una vez liberada, Íngrid se convierta en candidata presidencial y comprometa las propias aspiraciones de la senadora. Aspiraciones que, por cierto, las Farc no descartan respaldar en unión de Hugo Chávez. En otro correo, 'Iván Márquez' le dice a 'Reyes': "Piedad está enteramente a nuestra disposición. Es la candidata de Chávez y podría ser la nuestra". ¿Qué le habría pasado a un 'parapolítico' si Mancuso hubiese dicho eso de él, si hubiese contra él lo que aparece contra Piedad Córdoba en el computador de 'Reyes'? Estaría merecidamente entre los palos de la Sala Penal por cohonestar con los peores criminales. Ya veremos si la Corte Suprema actúa o si lo único que se gana Piedad Córdoba con todo esto es otro regaño del jefe del liberalismo, el ex presidente César Gaviria.

mvargaslina@hotmail.com
Mauricio Vargas