BIENVENIDOS AMIGOS PUES OTRA VENEZUELA ES POSIBLE. LUCHEMOS POR LA DEMOCRACIA LIBERAL

LA LIBERTAD, SANCHO, ES UNO DE LOS MÁS PRECIOSOS DONES QUE A LOS HOMBRES DIERON LOS CIELOS; CON ELLA NO PUEDEN IGUALARSE LOS TESOROS QUE ENCIERRAN LA TIERRA Y EL MAR: POR LA LIBERTAD, ASÍ COMO POR LA HONRA, SE PUEDE Y DEBE AVENTURAR LA VIDA. (MIGUEL DE CERVANTES SAAVEDRA) ¡VENEZUELA SOMOS TODOS! NO DEFENDEMOS POSICIONES PARTIDISTAS. ESTAMOS CON LA AUTENTICA UNIDAD DE LA ALTERNATIVA DEMOCRATICA
Mostrando entradas con la etiqueta GUSTAVO TOVAR ARROYO. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta GUSTAVO TOVAR ARROYO. Mostrar todas las entradas

jueves, 20 de marzo de 2014

GUSTAVO TOVAR ARROYO, DISPARO LA CABEZA DE VENEZUELA

La gente se pregunta el porqué tiendo a escribir entre turbaciones y gritos, por qué agarro por el cuello al chavismo en mis escritos, le escupo mis rabias y les miento la madre sin ningún tipo de estupor ni pena.

Es fácil: le están disparando en la cabeza a Venezuela, quieren asesinar nuestras ideas y sueños, hacer trizas con sus balas el bello rostro de nuestro pueblo, cegar nuestra razón nacional, ultimar nuestra libertad: simplemente decapitarnos.

¿No les parece razón suficiente?

¿Cómo permanecer impávido, insensatamente “dialogante” y neutral ante semejante realidad? ¿Cómo – coñ@ de madre- puede cualquier venezolano decente preservar la imperturbabilidad y la compostura frente a un crimen público y reiterado de tal envergadura?
Sí, ¿cómo?

No soy un cínico, no consumo drogas psiquiátricas ni me fumo un cacho de marihuana -como hacen las doñas académicas en sus colinas- cuando escribo.

Como lo he dicho y lo seguiré diciendo: soy un venezolano que siente, que se conmueve y sufre ante el asesinato de los nuestros y el desgarrador dolor que éste produce.

Así sea un solo lector el que conozca de mis irritaciones sentidas y públicas, ese es el lector imprescindible porque no finge, porque es un venezolano apasionado y puro.

Un venezolano como tú y como yo.

Al ritmo de los latidos de nuestro corazón

No todo puede ser ecuanimidad, lucidez, estadística o fumadas reflexiones académicas, también éstas son cínicas si no son cónsonas con el sentimiento del momento.

Por ejemplo, si los ilegítimos y usurpadores del poder, de manera ilegal e injusta, están persiguiendo, encarcelando, torturando, hiriendo y matando (con certeros disparos en la cabeza) a nuestros hijos, ¿cómo carajo podemos hablar de falta de azúcar, aceite o papel higiénico? ¿Cómo coño un encuestador intenta distraer la atención de la sociedad con sus cifras económicas? ¿De qué habla? ¿Para quién trabaja?

Bajo la premisa estúpida de que al “pueblo” lo que le interesa es la economía y sus problemas domésticos, los sesudos encuestadores -¿sesudos o comprados?- y sus enanos acólitos políticos, no hacen si no mostrar diagramas y láminas que tabulan su estupidez. Es insólito que no se den cuenta, que no se percaten, de que a todo ser humano, a todo hombre o mujer, a todo padre o madre, lo que más le interesa es su vida y la vida de sus hijos.

Principio fundamental de la civilización: la vida. No la desprecien.

Por eso me resisto y me resistiré siempre a través de mis escritos. Yo soy de los que siente, de los muchos o pocos que les duele el país y no lo ocultan, y lo vociferan, y lo escriben, y lo gritan, y, como no sabemos disparar (ni dispararíamos), nos pronunciamos a insultos o empujones, pero nos pronunciamos carajo. Somos venezolanos de carne y hueso. Sentimos.
¿Habrá algún político aparte de María Corina, Leopoldo y Antonio que se atreva a sentir? ¿O todos estarán alucinando números, cifras, a veces constantes y sonantes, para pronunciar sin “cálculo” lo que les dice su corazón?

No le doy la mano al asesino de mi país ni le hinco la rodilla a sus fechorías, le miento la madre viéndolo a los ojos (al menos hasta que se haga justicia) con el temple que llevó en los cromosomas de mi patria. Ni arredro ni negocio mi genuina ira, que lo hagan los sinvergüenzas e indolentes como Henry Falcón, claro él fue chavista y militar, él no se conmueve ante el asesinato a mansalva, ante el disparo en la cabeza de la juventud. Como Didalco, William Ojeda, Perucho Fernández, Ricardo Sánchez o David de Lima, pide “diálogo”, Judas besa la mejilla del pueblo que dice amar, mientras tiritan en su bolsillo las monedas.

Tiritan porque además son pocas…

Disparan a la libertad y al futuro

Quien le dispara en la cabeza a un joven o a un estudiante intenta acabar con el futuro de una nación, intenta asesinar las ideas de un país, intenta encarcelar su sueño de libertad.

Quien le dispara en la cabeza a un joven, como el despiadado chavismo ha hecho desde el primer día, aspira esclavizar a Venezuela.

Hugo Chávez lo sabía y lo practicaba, lo conversaba con el círculo más íntimo de su ferocidad asesina: Diosdado Cabello, Ameliach, Rodríguez Torres, Rodríguez Chacín, Alcalá Cordones, entre otros. Disparar en la frente de la libertad y del futuro fue su signo de combate.


Lo descubrí el 11 de abril de 2002 cuando asesinaron con una certera bala en el centro de la frente a mi amigo Jesús Mohamed Capote. Lo corroboré cuando investigué sobre las muertes del 4 de febrero de 1992 (muchos de los asesinados cayeron con disparos en sus cabezas, sobre todo los que defendieron Miraflores -Chávez- y La Casona -Rodríguez Torres-). Y trágicamente lo he confirmado estos días. Trágicamente.

No es una ficción, tampoco es una suposición, es la realidad de la bochornosa metodología del chavismo para hacerse y conservar el poder: su signo. Centenares de nombres lo certifican, muchísima sangre derramada lo confirma, nuestro dolor, nuestro grito seco, nuestra estupefacción y nuestras lágrimas lo ratifican.

Los muertos civiles y militares del 4 de febrero y del 27 de noviembre de 1992; Jesús Capote, Juan David Querales, Jhonnie Palencia, Alexis Bordones, Jorge Tortosa, Jesús Orlando Arellano, entre otros, el 11 de abril de 1992; y Bassil Da Costa, Roberto Redman, Juan Carlos Montoya, Génesis Carmona, Geraldine Moreno, Willmer Carballo, Antonio Valbuena, Joan Quintero, Giovanni Pantoja, Giselle Rubilar, Jesús Eduardo Acosta, entre otros, asesinados con certeras e implacables balas en sus cabezas en la aurora moral de 2014, son la prueba ineludible del signo que Hugo Chávez -y sus esbirros que permanecen en el poder- le han impuesto a nuestro tiempo.

No me pidan indiferencia ni indolencia, no le pidan al pueblo que cese su llanto ni que dialogue su rabia genuina. No sean…, no seamos cómplices de quienes intentan encarcelar nuestro futuro o asesinar nuestras ideas y sueños. Sean…, seamos coherentes con nuestro dolor y nuestro llanto, reivindiquemos, como el líder moral de este tiempo, Leopoldo López, nuestra dignidad y nuestro coraje…, no vacilemos, resistamos, luchemos.

Luchemos unidos, que nuestra valentía y bravura sea el infalible casco que proteja la cabeza de Venezuela.

Es ahora, eres tú, soy yo, es nuestro sueño de libertad.

No nos rindamos…

Gustavo Tovar Arroyo
elmichoacano@hotmail.com
@tovarr_english

EL ENVÍO A NUESTROS CORREOS AUTORIZA PUBLICACIÓN, ACTUALIDAD, VENEZUELA, ACTUALIDAD INTERNACIONAL, OPINIÓN, DEMOCRACIA, LIBERAL, LIBERALISMO, REPUBLICANISMO, LIBERTARIO, POLÍTICA,ELECCIONES,UNIDAD, ALTERNATIVA DEMOCRÁTICA,CONTENIDO NOTICIOSO,

martes, 20 de agosto de 2013

GUSTAVO TOVAR ARROYO, PEDRO CARREÑO: PERFIL DE LA IDIOTEZ

La comedia trágica venezolana

 La literatura es sabia, muy sabia y el teatro de Moliere lo fue substancialmente. No sabemos cómo logró chupar la médula de ciertas psicologías humanas y reflejarlas en su dramaturgia, pero lo hizo con magisterio intemporal y universal.

 Si Moliere hubiese vivido en la tragedia venezolana del usurpador Nicolás Maduro habría escrito las piezas más sublimes de la comedia latinoamericana. Esa caricatura vulgar y bochornosa que es el socialismo del siglo XXI, en la que el delincuente más despreciable y feroz llega al poder político, se refina, amanera y sacude a la opinión pública con sus torpezas, burradas y cinismo, no habría pasado desapercibida por el francés.

 Esta semana otro capítulo crucial de nuestra tragedia cómica ha sido ofrecido por la idiotez del madurismo. Su protagonista, un estafador estrafalario y bruto llamado: Pedro Carreño, alias “Carroña” (siguiendo la nomenclatura de las FARC, que a todo le ponen un apodo).

 A él ofrecemos esta caracterización teatral, que seguro no entenderá.

 Alias “Carroña”: Ecce Homo

 Cuando uno piensa en los revolucionarios modernos saltan a la mente nombres legendarios como Franklin, Robespierre, Miranda, Lenin, incluso, el Ché, quienes -sin incurrir aquí en su valorización- fueron personajes de su tiempo y que con sus faenas sellaron para bien o para mal, como relámpagos, su momento histórico.

 Cuando historiadores y hombres de letras se detengan a recrear y caracterizar la comedia trágica que ha representado la usurpación madurista para Venezuela, estimo que el hombre indicado, el ecce homo, para sellar el momento -aunque como relámpago apocado- es Pedro Carreño, alias “Carroña”.

 No puede ser otro. Es él.

 Carreño, la doña mofletuda e histérica del madurismo, absolutamente impostor en su puritanismo, corrupto y voraz, es el santo y seña de esta farsa llamada “socialismo del siglo XXI”.

 Como buen madurista, su feligresía por la idiotez es obstinada, pero su hipocresía es proverbial. No sólo por las burradas que ha dicho en la Asamblea Nacional; por las fiestas mil millonarias -nuevas ricas y cursis- pagadas con su sueldo de diputado (¿cómo hará?); o por su aburguesamiento retaco que lo reconoce mundialmente como el diputado Louis Vuitton de la “revolución chavista”; sino por su torpe afán de parecer un “revolucionario” y comportarse como él supone que se debería comportar uno de su clase: “es problema de ellos lo que hagan con su culo” (palabras de Carreño, no mías), es decir como un miserable.

 Pensar en la histeria mofletuda y procaz, híper vergonzosa e idiota de Pedro Carreño como si se tratase del comportamiento de un “revolucionario” es un dadaísmo político, una burla.

 Alias “Carroña”, como revolucionario, es en sí mismo un sarcasmo, una grotesca desfiguración, una memorable morisqueta, sólo comparable a la deformación que recibió el mural Ecce Homo en el Santuario de Misericordia de Borja (Zaragoza) por la mano inexperta de otra doña, Cecilia Giménez, pero de la pintura.

 (Si no saben a qué me refiero, por favor no dejen de buscar la referencia en Internet:

 http://cultura.elpais.com/cultura/2012/08/21/actualidad/1345563468_581914.html)

 El Tartufo barinés

 Pedro Carreño, personaje ruin del chavismo, harto conocido por las idioteces que suelta sin ningún resquemor, a quien no se le conoce atributo intelectual o político alguno para ocupar el cargo que detenta, salvo el de haber sido recogido por su infinito amado: Chávez, se presenta como un mentiroso devoto del socialismo.

 Su hipocresía no tiene límites. Es nuestro Tartufo barinés.

 Cruel delator de su propia farsa y patraña socialista no sólo por su facha emperifollada y lujosa, sino por el uso vergonzoso que hace de unas riquezas que nadie entiende cómo las obtuvo, ha resultado ser, además, un simulado moralista.

 A última hora, el madurismo y su cómica revolución lo han convertido -y aplaudido- como el santo inquisidor de la homosexualidad. Misión atroz que tan sólo uno que lleva la ruindad en el alma, pero el cinismo tatuado en la frente, puede completar.

 Millonario fanfarrón y fingidor contumaz de una moralidad que no practica, Pedro Carreño con su cinismo y desfachatez ha tocado fibras sociales sensibles. Lo bueno es que ha quedado al descubierto, y con él, el infame e inmoral socialismo del siglo XXI.

 Imagino que, con toda justificación, la gente honesta del chavismo o conocidos homosexuales del madurismo como Roy Chaderton, Jorge odríguez o Juan Barreto, lo execrarán. Su hipocresía no puede quedar impune.

 El destino del Tartufo original de Moliere: el repudio social e histórico, se repetirá con el barinés, alias “Carroña”.

 El impresentable

 Hugo Chávez señalaba que -en ese universo de mediocres que fue el chavismo- Pedro Carreño era impresentable, quizá por ello siempre lo relegó a puestos menores.

 Fuese impresentable o no, el Tartufo barinés, alias “Carroña”, es el prototipo ilustre de la corrupción moral y material que destaca al socialismo del siglo XXI, es muestra de su hipocresía relampagueante.

 Lo protagonizado esta semana por Pedro Carreño no sólo es penoso desde el punto de vista humano, es angustiante desde el punto de vista político: se institucionaliza la idiotez como forma de gobierno.

 Moliere lo habría descrito infinitamente mejor que yo, sin embargo, estoy seguro de que no lo habría sufrido tanto

elmichoacano@hotmail.com

EL ENVÍO A NUESTROS CORREOS AUTORIZA PUBLICACIÓN, ACTUALIDAD, VENEZUELA, OPINIÓN, NOTICIA, REPUBLICANO LIBERAL, DEMOCRACIA, LIBERAL, LIBERALISMO, LIBERTARIO, POLÍTICA, INTERNACIONAL, ELECCIONES,UNIDAD, ALTERNATIVA DEMOCRÁTICA,CONTENIDO NOTICIOSO,