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sábado, 17 de octubre de 2015

DANIEL FERMÍN ÁLVAREZ, EDITORIAL, POLITIKA UCAB • OCTUBRE, RESPETAR LOS RESULTADOS PASA POR RESPETAR EL PROCESO

Respetar los resultados pasa por respetar el proceso electoral. Pudimos haber titulado de una manera más creativa, pero quisimos ir directo al grano. Factores del oficialismo han insistido, del Presidente para abajo, en la necesidad de que la oposición firme un acuerdo de respeto a los resultados del 6 de diciembre. En la acera de enfrente, la Mesa de la Unidad replica que quien no respeta el proceso es un gobierno que cuando no gana, arrebata, como a su juicio sucedió con el triunfo de la alianza opositora en la Alcaldía Metropolitana de Caracas y el veloz despojo de competencias, activos y presupuesto por parte del gobierno. Esto, afirman, es el verdadero desconocimiento de la voluntad popular.
Editorial PortadaDesde el Centro de Estudios Políticos de la UCAB hemos reiterado la necesidad de contar con elecciones competitivas en el marco de la integridad electoral. Este propuesta asume una visión integral de todas las dimensiones del ciclo electoral, desde el diseño de las leyes, pasando por la selección de las autoridades electorales, hasta los procesos de votación, conteo, divulgación de resultados y fiscalización. Todo esto, apuntando a establecer las condiciones que garanticen procesos más democráticos y de mayor calidad, que redunden en mayor equidad y competitividad del sistema.
Se trata de una postura ética, inseparable de cuestiones como la transparencia, la rendición de cuentas, la confianza y la precisión. Quienes han hecho seguimiento al PIEV saben que se originó como una iniciativa conjunta de las universidades de Harvard y Sidney, y que la idea de integridad electoral se ha establecido como un estándar internacional de calidad de los procesos electorales.
La integridad electoral está compuesta por un ciclo de once elementos: los organismos electorales, las leyes electorales, los procedimientos electorales, los umbrales, el registro de votantes, el registro de partidos y candidatos, la campaña en medios, el financiamiento de campaña, los procedimientos de votación, el conteo de votos, y los resultados. Si vamos uno a uno, podemos ver las fallas y fortalezas de nuestro sistema electoral.
No nos hemos detenido en una postura teórica. Al contrario, nos trazamos el objetivo de lograr alguna incidencia que coloque al sistema electoral venezolano más cerca de los principios de la integridad. En este sentido, hemos enviado comunicaciones al CNE y sostenido reuniones con sus autoridades. En la más reciente de ellas, el pasado 10 de julio entregamos un documento con las conclusiones y recomendaciones de nuestro Seminario Internacional de Integridad Electoral y Condiciones de Campaña, y conversamos con el rector Luis Emilio Rondón sobre la búsqueda conjunta de condiciones electorales que sean aceptadas y compartidas por todos los actores, independientemente de diferencias políticas e ideológicas.
Todo esto para aterrizar en el debate con el que abrimos estas líneas. Sí, por supuesto que todas las partes deben respetar los resultados electorales y, con ellos, la voluntad de los venezolanos. Es especialmente importante dada la crisis gravísima que atraviesa el país, y que confiere a esta elección una cualidad de válvula de escape. Ahora bien, repetimos, los resultados del 6 de diciembre no son cuestión de un día, sino que se deben a un largo proceso que va más allá de los plazos de la campaña formal. Comentaremos más al cierre de este Editorial…
En esta edición, nuestra sección de Opinión y Análisis abre con la más reciente entrega de la columna El Faro. En “El karma electoral”, Benigno Alarcón discute cómo las condiciones que favorecieron el fortalecimiento del chavismo, ahora se vuelven en su contra, en el peor momento para el gobierno. Se trata de un análisis de la coyuntura actual, de cara a una elección, la del 6D, que se perfila como mucho más que la escogencia del nuevo parlamento.
En Debate Ciudadano, Carlos Romero escribe “El conflicto sobre la recolección de basura”. Romero describe la situación del que se ha convertido en un problema nacional, sus obstáculos, los vericuetos jurídicos y políticos que han entrado en juego y los actores involucrados. El autor es vehemente en la defensa de los preceptos constitucionales que otorgan al Poder Municipal la competencia en esta materia y es claro en que sólo a través de una participación ciudadana que apuntale el régimen municipal podremos los venezolanos resolver esta problemática tan grave.
En Testigo de Época, Luis Salamanca trae “El fin de una época”, un testimonio, a veces desgarrador, sobre lo que va de siglo XXI venezolano, “un siglo perdido hasta hoy”. En los retos que enfrentamos en medio de lo que describe como “una involución histórica sin precedentes” están las claves del próximo proceso electoral del 6 de diciembre.
¿Cuándo se gana una elección? ¿Es el día del evento electoral? ¿Se gana antes, en la campaña? ¿Es al momento de definir las reglas de juego? Por supuesto que la elección se gana o se pierde el día en el que los ciudadanos ejercen su derecho al voto. Sin embargo, las condiciones en las que se desarrolla el proceso electoral ejercen un peso infranqueable en ese resultado. ¿Se garantiza un acceso equitativo a los medios de comunicación del Estado? ¿Se controla el uso de recursos públicos en la campaña y precampaña? ¿Son las autoridades electorales –nacionales, regionales y municipales- realmente independientes, como mandan la Constitución y las leyes? ¿Qué hay del ventajismo? Podemos seguir: la representación proporcional y voto personalizado; el Registro Electoral, la observación electoral, etc.
No, hoy no contamos con un sistema electoral transparente. La gente lo intuye, por eso más de 60% de los venezolanos desconfía del CNE. Aun así, la gente quiere votar, 87% está resuelta a hacerlo. En ello influyen, al menos, dos factores: una profunda herencia democrática de la ciudadanía y una, igualmente, profunda crisis política, económica y social que halla en lo electoral su potencial resolución.
Respetar los resultados del 6 de diciembre es un deber de todos los actores: del gobierno nacional, del CNE, de la FANB, del GPP, de la MUD, de la disidencia y de los independientes. Pero el compromiso de respetar los resultados va mucho más allá de un papel cuya firma resulta, francamente, accesoria. El verdadero compromiso y el verdadero respeto a los resultados vendrá en la forma de garantizar un proceso electoral transparente, íntegro, que genere confianza en la población y que establezca reglas claras e iguales para todos los actores.

Daniel Fermín
@danielfermin
@POLITIKAUCAB


http://politikaucab.net/2015/10/09/editorial-no-85-9-de-octubre-de-2015/

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jueves, 11 de junio de 2015

DANIEL FERMÍN ÁLVAREZ, DESPOLARIZACIÓN Y DEMOCRACIA, POLÍTICA UCAB, EDITORIAL

55,1% de los venezolanos se ubica fuera de los dos polos políticos, según nuestro último estudio de percepciones ciudadanas.  Hay un proceso creciente de despolarización.  Este proceso apunta en varios sentidos: la despolarización de las identidades políticas, pero también la que existe en las maneras de valorar la realidad nacional.
 
9 de cada 10 venezolanos piensa que el país está estancado o en retroceso.  Esto quiere decir, entre otras cosas, que ya no hay que ser de oposición para mostrarse inconforme.  Dicho de otro modo, incluso los partidarios del oficialismo ven que la situación del país es negativa.  De hecho, esta apreciación la comparten 53% de las personas que se consideran “resteadas con Maduro” y 78% de quienes, como la mayoría del oficialismo, se consideran “chavistas no-maduristas”.
 
¿A quién favorece la despolarización? Dejaremos la respuesta para el final de este Editorial.  Por lo pronto, podemos comentar a quién favorece la polarización política en Venezuela: a la ineficiencia y la corrupción, cobijadas en las solidaridades automáticas de lado y lado; a la relegación de los temas importantes de la agenda pública, que son sustituidos por los dimes y diretes entre bandos; a la conformidad con candidaturas, condiciones y propuestas menos que idóneas, porque “eso es lo que hay”; a la consolidación de elites antidemocráticas y los chantajes que estas utilizan para mostrarse como legítimos –y únicos– dueños de sus respectivas franquicias, en secuestro de la participación democrática.
 
Nuestra sección de Opinión y Análisis abre hoy con dos artículos que se refieren directamente a la despolarización.  En su columna Posmonición Política, Héctor Briceño nos ofrece la primera entrega de un análisis extraordinario sobre la emergencia de un nuevo referente.  En “Chavistas no maduristas.  Los nuevos actores políticos”, el Coordinador del Proyecto Integridad Electoral Venezuela desmenuza los datos del Estudio de Percepciones Ciudadanas del Sistema Electoral para destacar la aparición del chavismo no-madurista en la escena pública, su peso, magnitud y potencialidades electorales.  Recomendamos ampliamente la lectura de este artículo que nos deja esperando con mucho interés una segunda parte.
 
Estamos muy contentos de recibir en nuestro Espacio Plural el primer aporte de Andrea Tavares para PolítiKa UCAB.  La Coordinadora Nacional del movimiento político Alternativa 1 escribe “El pañuelo en la nariz”.  Partiendo de una descripción del modelo sueco, la autora emprende una crítica contra las pretensiones hegemónicas de los beneficiarios de la polarización política y del sectarismo antidemocrático que de ellas se desprende.   Tavares dibuja las alternativas de quienes “se resisten al corral” y quieren “subvertir el orden establecido de la polarización” y las sintetiza en tres: la abstención, la construcción de alianzas alternas a los polos y votar, “con un pañuelo en la nariz”, por alguno de los polos ante la necesidad de “salir del abismo”.
 
En su columna Cable a Tierra, Guillermo Ramos Flamerich presenta “Tres momentos de nuestra democracia”.  De un descubrimiento personal, el autor relata las circunstancias y el contexto que rodearon a la Constituyente de 1946, el fraude electoral del dictador Pérez Jiménez en 1952 y, finalmente, la elección presidencial de 1968, en la que declararían ganador a Rafael Caldera.  Momentos de un país que “a pesar de sus aventuras, venturas y desventuras, ha luchado por encontrar su cauce democrático”.
 
En la columna Debate Ciudadano, Carlos Romero vuelve con su acostumbrada tenacidad sobre el tema del agua en “La voz ciudadana en materia de agua potable”.  Romero describe la Iniciativa Ciudadana Europea, mediante la cual casi dos millones de ciudadanos incidieron en consultas sobre la calidad del agua potable.  Tras presentar los principales resultados de este proceso, Romero relata la experiencia de la Red de Organizaciones Vecinales del Municipio Baruta en una dirección análoga y destaca la participación ciudadana como elemento clave en la mejora del servicio.
 
Nos complace mucho darle la bienvenida al Espacio Plural a Johan Rodríguez Perozo, periodista y consultor político, con maestría en Asesoría de Imagen y Consultoría Política de la Universidad Pontificia de Salamanca y reconocido actor político nacional.  En “España y Venezuela, el “cerquita lejos” del proyecto democrático”, Rodríguez Perozo traza líneas paralelas entre las situaciones venezolana y española, sus procesos de transiciones a la democracia, sus principales actores políticos y las crisis del bipartidismo, para concluir con una comentario prospectivo sobre el caso español.
 
En el marco del Proyecto Integridad Electoral Venezuela, compartimos el Reporte Especial Nº 11, que en esta oportunidad aborda la percepción de condiciones electorales, los efectos de la percepción de esas condiciones y concluye comentando el tema electoral en la agenda pública.  Como de costumbre, recomendamos la difusión de este trabajo valioso para la comprensión y el mejoramiento del sistema electoral venezolano.
 
Finalmente, anunciamos con mucho entusiasmo la convocatoria a nuestro XIII Diplomado en Gobernabilidad, Gerencia Política y Gestión Pública.  Este programa iniciará el próximo mes de septiembre y es dictado por la Universidad George Washington, el Banco de Desarrollo de América Latina (CAF) y adecuado a la realidad venezolana por profesores de la Universidad Católica Andrés Bello, con el objetivo de contribuir al desarrollo de capacidades y fortalecer procesos de cambio con niveles satisfactorios de gobernabilidad por parte de las autoridades de gobiernos locales, equipos técnicos del nivel nacional, subnacional y a personas de la sociedad civil cuya función se oriente a temas de desarrollo con sostenibilidad, visión estratégica y eficiencia pública, fortaleciendo el desarrollo municipal.
 
El Diplomado se ofrecerá en distintas sedes ubicadas en Caracas, Anzoátegui, Lara, Aragua, Monagas, Bolívar, Falcón, Táchira y Carabobo.  Los invitamos al proceso de inscripción llenando la planilla de postulación aquí.
 
Ahora sí es tiempo de responder.  ¿A quién favorece la despolarización? ¿Al gobierno? ¿A la oposición? La despolarización política favorece a la democracia.  La despolarización abre las puertas de un “mercado político” dominado por los electores, por los ciudadanos, y no por bandos y elites.  La despolarización permite comenzar a pensar en una ciudadanía activa y atenta a las mejores propuestas y no en el rol pasivo de quien se siente soldado de causas en las que tiene poca o nula posibilidad de incidir.  La despolarización se la pone más difícil a los políticos, pero esto no es malo, sino todo lo contrario: es la oportunidad para adquirir mayor legitimidad, para construir mejores liderazgos y alianzas, para solidificar las distintas cosmovisiones políticas que vayan más allá de la coyuntura y la necesidad estratégica.  La despolarización es una oportunidad para un mayor pluralismo político.
 
Hay mucha tela que cortar en materia de despolarización.  Falta ver cómo, finalmente, se traducirá en términos electorales, pero también en los terrenos de la protesta ciudadana, del reclamo cotidiano y de la opinión pública.  No ignoramos la fuerza que todavía posee la visión polarizada de la política, que podría agudizarse al calor de la campaña electoral.  Ahora, que los ciudadanos tengan cada vez más el control del “mercado político” es positivo y por eso, sin convertirla en panacea ni ignorar sus bemoles, decimos que la despolarización es una buena nueva para la democracia venezolana.
Daniel Fermín Álvarez
PolitikaUcab@gmail.com
@PolitikaUcab
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