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LA LIBERTAD, SANCHO, ES UNO DE LOS MÁS PRECIOSOS DONES QUE A LOS HOMBRES DIERON LOS CIELOS; CON ELLA NO PUEDEN IGUALARSE LOS TESOROS QUE ENCIERRAN LA TIERRA Y EL MAR: POR LA LIBERTAD, ASÍ COMO POR LA HONRA, SE PUEDE Y DEBE AVENTURAR LA VIDA. (MIGUEL DE CERVANTES SAAVEDRA) ¡VENEZUELA SOMOS TODOS! NO DEFENDEMOS POSICIONES PARTIDISTAS. ESTAMOS CON LA AUTENTICA UNIDAD DE LA ALTERNATIVA DEMOCRATICA
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lunes, 10 de marzo de 2014

JORGE I. RODRIGUEZ M., EL OCASO DE LA DEMOCRACIA

La democracia es un símbolo de convivencia  para los venezolanos de las últimas generaciones. En términos generales la componen el estado de  derecho consagrado en la constitución nacional, la división de los poderes públicos, el ejercicio pleno  de la justicia, la alternabilidad y la seguridad que las diferencias políticas fácilmente se pueden dirimir en eventos electorales más o menos transparentes y democráticos.

Lo cierto es que a partir de los años 80 se comenzó a encubar una crisis funcional y estructural de la democracia, crisis agravada por la pérdida de valores morales y éticos, que en el ejercicio del poder y la política son fundamentales para el equilibrio social. Las consecuencias la vivimos hoy, no sabemos cuál  es  peor,  la cuarta o la quinta. Ambas  utilizan el elemento pueblo para justificar acciones y razón de ser. Lo cierto es que ese  pueblo en nombre de quien se actúa,  día a día pierde más calidad de vida, tiene menos   libertad y ve mermadas sus posibilidades de superación y progreso.
Ese pueblo, que sufre y padece la carencia de un gobierno y de una alternativa  responsable,  es quien pone los muertos, paga los peores sacrificios y es instrumento ciego de su propia destrucción.
Toda esta situación venezolana se ha convertido en cuadro macabro, dantesco qué  en los últimos días dejan al descubierto la fragilidad de nuestra democracia. La constitución Nacional de la cual tanto se ufanaron en gritar a los cuatro vientos que era “LA MEJOR CONSTITUCIÓN DEL MUNDO”, se ha convertido en letra muerta, en el hazme reír de propios y extraños, en la más citada y en la  no solamente más  burlada,  sino la más violada del continente y el mundo.
La división de poderes solo existe en el papel. El Presidente de la República es jefe del estado, del gobierno, de todos los poderes públicos, y hasta de la oposición. Dicta instrucciones al CNE, a la Fiscalía, a las Fuerzas Armadas, a los tribunales, a los Gobernadores, a los Medios. Dirige la Asamblea Nacional, manda preso a quien le da la gana, le retiene los recursos al gobernador que se le antoje, maneja las fuerzas represivas y a los colectivos a su antojo, rompe relaciones diplomáticas con quien quiera sin consultar a nadie,  lo más grave del asunto es que está investido de la fuerza del voto popular y constitucional. A simple vista, a los venezolanos lo que nos queda es la resignación y dejarnos aplastar por un estado personalizado en un presidente que hace lo que le da la gana con nosotros, con PDVSA y con el país. Usa la tribuna presidencial, las cadenas informativas, los medios y hasta los desfiles para alimentar la división, la desmoralización y la desnacionalización de los venezolanos, es duro decirlo y reconocerlo, el primer líder del país, el principal orientador de la vida pública hace todo lo contrario hasta en el mal uso del lenguaje y del idioma.
Estamos obligados a buscar una salida a esta crisis de la democracia, tenemos la obligación de restablecer el pacto de convivencia a partir de la constitución, de su fiel cumplimiento, de su revisión. Tenemos que repensar la democracia; es requisito ineludible blindar la estabilidad democrática y las instituciones, para que más nunca una aventura política termine menoscabando la libertad, el don más preciado del ser humano.

Gracias a Dios no todo está perdido, los estudiantes han marcado la pauta en la lucha por la libertad y los derechos, han dejado al descubierto a un Régimen que sobrevive no por su fortaleza sino por la debilidad de las fuerzas alternativas. Son nuestros jóvenes universitarios y la sociedad  civil quienes se han levantado como una cortina de hierro que le puso un freno a las pisadas gorilas de un régimen inescrupuloso,  nuestros jóvenes tomaron la calle y en torno a ellos comienza a agruparse el país nacional, no los dejemos solos, ya hay un muy buen síntoma como la conformación de la JUNTA PATRIOTICA ESTUDIANTIL, instrumento de lucha que se convertirá, Dios mediante, en la vanguardia y dirección políticas de los cambios y en la salida del ocaso de la democracia. La luz aparece, la lucha comienza y se torna interesante.
Jorge Ivan Rodriguez Manzano
orgeeticarodriguez@hotmail.com
@jorgeeticarodri

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miércoles, 8 de mayo de 2013

LEANDRO AREA, LA LIBERTAD DE EXPRESIÓN EN VENEZUELA

EL PODER DE LAS PALABRAS
I.- El poder de la democracia habita en sus palabras: en tenerlas; en saber decirlas; en leerlas con ganas; en luchar por ellas; en inventar las que faltan; en lograrlas; en escribirlas; en soñar que las escribimos; en escribir que las soñamos.
Por ello es necesario insistir en el debate sobre la libertad de expresión pues en ella descansa el rostro del futuro humano. Y vivimos tiempos obsesivos. Las civilizaciones pasan por un trance que es el de escoger entre la dictadura y la democracia. En Venezuela también es así aunque a los actores internacionales a veces no les parezca en razón de sus intereses estratégicos o descarnadamente económicos o “ideológicos. A nosotros, la alternativa democrática, sí.
Sobre esta coyuntura se yuxtaponen dos dimensiones. La primera de carácter global. Tendencia aparente de la metamorfosis de nuestra época, la globalización ha marcado una pauta. En lo que toca a la labor del científico social se ha puesto en evidencia que los estándares explicativos de la realidad han dejado de tener, sino razón de ser, al menos sí capacidad comprensiva. Objeto y método de estudio ya no son los mismos. Las estructuras teóricas, endebles por naturaleza, se han vuelto impertinentes. La realidad corre a su antojo y nosotros como viejos detrás de muchacho chiquito. Sin brújula de pertinencia.
También a escala global, a la caída del muro de Berlín, se ha impuesto el muro del terror como producto de un ancho mar de incomprensiones no exclusivamente entre civilizaciones sino además, y sobre todo, dentro de las fronteras nacionales. Derrumbe de sistemas políticos “históricos”, crisis económicas, culturales. Laberinto mundial y nacional que al conjugarse ha producido un fenómeno de vértigo social dentro del cual no ha quedado indemne nadie y menos aún los medios de comunicación.
EL PAPEL DE LA ETICA
II.- Uno de los elementos que destacan en tal proceso de conflictividad creciente es el del papel de la ética, su crisis, su capacidad de adaptación, a veces perniciosa, a veces positiva, a las nuevas circunstancias. La ética es el mar de fondo en el cual se sostiene toda estética. En la ética deberían descansar las decisiones. Pero, ¿en cuál? Ser y deber ser se acercan y se alejan, en un juego de sombras y luces. Es ella una relación difícil y tensa pero de necesidad compartida. Además otro aspecto: el “medio” es lugar delicado. Mitad entre partes, centro, puente, vínculo, aún. Más cuando ese medio no es neutral, no es árbitro, es parte y comparte con intereses en juego, no exclusivamente económicos, estigmatizado por el otro, exigido por la sociedad, por el Estado, satanizado o consentido por jugar un papel determinado y determinante frente a eventos de la vida social. Se le exige en la inseguridad e inmadurez de las partes jugar papel de padre y madre, de vigilia, de una sociedad huérfana y de un Estado que pretende ir más allá de donde debe. Esponja que debió ser de la conflictividad social, se convirtió, arguyen, en punta de lanza de unos contra otros, por defender intereses particulares por encima de su misión, vocación y responsabilidad que debieron ser sociales todas.
Porque a mayor crisis más se necesita y persigue al medio de comunicación y al comunicador en el juego de una doble moral. Por un lado te necesito y uso, mas por el otro te condeno. ¿Será que sociedades huérfanas, como la nuestra, mantienen esa relación con sus medios de comunicación, o es un fenómeno mundial? Por supuesto que en esas condiciones de inestabilidad que hemos adelantado, se produce una reacción del Estado y su aparato jurídico frente a la sociedad representada ahora por los medios de comunicación que ocupan coyunturalmente el lugar que dejaron vacante los partidos políticos. Mayor volumen y “calidad” de las limitantes jurídicas e institucionales para ejercer la libertad; la de expresión la más significativa. Un oscurantismo parcelario comienza a ser ejecutado para mantener un estado de cosas, un status político determinado bajo la justificación de la defensa de principios como los derechos humanos, la soberanía nacional, la paz social y el entendimiento ciudadano. ¡Mentiras para ocultar la verdad!
LA RECONSTRUCCIÓN DEL PAIS
III.- Pero más allá de esto hay una tarea pendiente y es que el país debe ser reconstruido. Así de trágico y de expectante. ¿Por dónde comenzar? Pues imagino que por el lenguaje. Para entendernos entre nosotros mismos y adquirir el rango de ciudadanos, que somos hoy a traspiés.
Los “medios” tienen una responsabilidad más que social, vital, en esta empresa colectiva que durará toda la vida. Es un destino sin evasión posible y así hay que asumirlo, con madurez y creatividad casi infantil. Madurez que es una forma del tiempo para ganar perdiendo. Avanzar construyendo memoria que no es sino vida pasada para el provecho y la sublimación.
El trabajo que viene es de titanes con mayúscula. Y no hay que perder la fe. El desencanto no es un buen consejero. En todo caso por encima de nosotros mismos. Más allá de cualquier proceso electoral. Por el país y por su gente es que debemos luchar. Por lo que fuimos y seremos. Por lo que somos a pesar. Y “medio” no es miedo ni rincón ni orilla. Por la memoria de la tribu. Por la Democracia y la libertad.
leandro.area@gmail.com

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