Vendrás
a refrendar un arrebato, vendrás a Barquisimeto a ratificar que se le pueden
quitar instalaciones a un gobierno regional
Estimado
maestro. Posiblemente en lo que más he pensado a la hora de escribirte esta
carta es el tono que debería llevar la misma. En una rápida revisión de
publicaciones internacionales constato que te asignan la categoría de
"genio", y te imaginarás que es difícil tutear a una persona con
tales credenciales. Pero en Venezuela, lo recordarás muy bien, ese tuteo es
parte sustancial de una cultura igualitaria de mucho arraigo en distintos
estratos sociales. Hecha esta aclaratoria, estimado maestro, paso al meollo del
asunto.
En
los últimos días la propaganda oficial ha sido profusa en resaltar tu presencia
como figura principal en lo que se anuncia como la gran reinauguración de la
Flor de Venezuela, la instalación que representó al país en la Feria de
Hannover (2000) y que durante casi una década reposó en contenedores, hasta que
se logró su instalación definitiva en lo que sin duda es el nuevo corazón de
Barquisimeto, tu ciudad (y la mía también).
La
Flor, como se le llama a secas, legalmente le fue concedida a la Gobernación de
Lara y todo estaba sin problemas mientras que Henri Falcón militaba en el
gobernante Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV). Pero, como te habrán
llegado las noticias, el PSUV no perdona a quienes disienten de la línea
oficial y una muestra de ello es que de tantas alcaldías envueltas en casos de
corrupción en los días navideños sólo metieron presos a cuatro exalcaldes,
precisamente a cuatro personajes que se habían apartado del PSUV en las
elecciones que ocurrieron en diciembre último. Volvamos a la Flor, estimado
maestro.
La
Flor de Venezuela le fue arrebata a la Gobernación de Lara, y no encuentro un
sinónimo que ablande ese verbo, pero eso fue lo que ocurrió, en verdad. De la
mano de Andrés Izarra, a quien conoces muy bien, se construyó una campaña
mediática (como esas de las que el gobierno dice ser víctima) para hacer ver
que las instalaciones de la Flor estaban abandonadas, descuidadas y alejadas
del pueblo. Como visitante frecuente de la Flor en los primeros meses de 2013 puedo
dar fe, y tienes mi palabra estimado maestro, de que ello no fue cierto.
Obviamente, no se pudieron colocar las especies originales mostradas en
Hannover, porque después de 10 años en contenedores nada quedó de ellas. Esto
último sí es verdad, pero la responsabilidad debe buscarse en los funcionarios
que custodiaron esa instalación una vez que se desmontó en la ciudad alemana y
durante los largos años que estuvo a la deriva. La Flor de Venezuela que fue
arrebatada por el gobierno central a un gobierno regional legítimo era un
espacio cultural abierto a la comunidad, con diversidad de expresiones
culturales en su seno y con planes específicos de potenciar su impacto.
Te
cuento todo esto porque seguramente tú, estimado maestro, en tus viajes por el
mundo no tendrás posibilidad de seguir el día a día de lo que ocurre en nuestra
patria.
Lo
cierto del caso es que con tu presencia vendrás a refrendar un arrebato,
vendrás a Barquisimeto a ratificar que se le pueden quitar instalaciones a un
gobierno regional o municipal sencillamente para castigar la disidencia
política. Todo esto te parecerá exagerado, y lo entiendo, no es lo que observas
en tus viajes por el mundo occidental que te aplaude a rabiar. En esas
sociedades, que hoy se rinden ante tu música, existe la separación de poderes,
un asunto negado públicamente por quienes serán tus anfitriones, cuando
encabeces el acto que legitimará el arrebato de la Flor de Venezuela.
Había
pensado, estimado maestro, en guardarme estas líneas, pero repentinamente recordé
algo. Cuando el gobierno le arrebató la señal a RCTV, y no encuentro un
sinónimo, lo primero que puso al aire el nuevo canal gubernamental TVES fue
justamente a ti, dirigiendo una orquesta, en un concierto preparado para la
ocasión. Ten cuidado, estimado maestro, tu genialidad como músico no será
salvoconducto cuando sea la hora de evaluar tu conducta como ciudadano y
demócrata (que lo eres) de Venezuela. Por más memorable que sea un concierto
tuyo, este no puede borrar lo que en efecto ocurrió.
Me
despido, estimado maestro, en esta ocasión no iré a disfrutar de tu música.
@infocracia
andres.canizalez@gmail.com
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