Hace 49 años el día
17 de Febrero, se firmó en Ginebra-Suiza un acuerdo entre Venezuela y la Gran
Bretaña en la búsqueda de soluciones satisfactorias y pacíficas, a la
controversia surgida por el Laudo de París de 1899, declarado por Venezuela
como NULO e IRRITO, por ser violatorio de permanentes principios del Derecho
Internacional; posición nacional inalterable que se mantiene y que debe
mantenerse contra viento y marea, a pesar de los criterios de ideólogos y
defensores de “sirenas jurídicas” lesivos al patrimonio territorial, marítimo y
fluvial de Venezuela.
Desde el año 1948
Venezuela ante instancias internacionales, rechazó esa componenda entre
potencias mundiales que nos despojó vilmente de casi 160.000 kms2, lo que hoy
representa nuestro territorio Esequibo. En los años venideros 1951, 1954, 1956,
1962, 1963 y 1964 se mantiene el contencioso venezolano del nulo e irrito Laudo de París de 1899, además se señaló con
los mismo estigmas a su “progenitor” el Tratado de Arbitraje de Washington de
1897 (aceptado por Venezuela bajo amenaza de invasión militar británica, con
buques de guerra anclados en aguas del delta del Orinoco así como la afrenta a
nuestro gentilicio, por la ausencia de jueces venezolanos como exigencias de Inglaterra).
El Acuerdo de Ginebra
de 1966 representó para ese momento un triunfo para la diplomacia criolla, pues
ante los irrefutables y legítimos derechos de Venezuela, la Gran Bretaña aceptó
revisar los documentos que dieron base jurídica a la contención de Venezuela.
El 17 de Febrero, los gobiernos de Venezuela y Gran Bretaña firman el Acuerdo,
pero incluyen a la colonia la Guayana Inglesa (próxima a lograr su
independencia), circunstancia que cambia el rumbo de nuestra reclamación. Si
antes era un país en vías de desarrollo “versus” una potencia mundial, ahora
será ese mismo país “versus” un endeble y precario nuevo país, Guyana, de
460.000 habitantes ocupando un territorio de 215.000 kms2, en donde 160.000 kms2 pertenece geográfico,
histórico y jurídico a Venezuela, ¡sin
dudas!
El espíritu o motivo de ley del Acuerdo de
Ginebra, fue la búsqueda de soluciones satisfactorias, prácticas y pacíficas de
la controversia limítrofe, en virtud de la contención de Venezuela. En sus
artículos se pone en prueba la buena voluntad de las partes; no obstante
Inglaterra, astuta, delega en Guyana sus responsabilidades, al convertirlo en
nuevo miembro del Commonwealth. Las Comisiones Mixtas de ambas partes, no
tuvieron los resultados deseados por la intransigencia de Guyana; los 12 años
del Protocolo de Puerto España en 1970 congeló hasta las “buenas boluntades”
por el rescate del T. Esequibo y esa inexplicable inacción, produjo una euforia
de triunfo en el liderazgo guyanés.
Todos los
presidentes de Guyana, empezando por F.
Burgham, D. Hoyte, Ch. Jagan, B. Jagdeo y D. Ramotar, siempre declararon que: “los límites de su
país son los indicados en el Laudo de
París de 1899 y que no existe ninguna
controversia limítrofe con Venezuela. Esta actitud de Guyana contrasta
con la de Venezuela, siempre dispuesta a
cumplir lo acordado a pesar de la mezquindad y agresiones de Guyana. El Art. 5
del Acuerdo de Ginebra fue utilizado por Guyana para explotar a su libre
arbitrio nuestro Esequibo, por lo impreciso en su contenido. Indicaba que:
“ningún acto o actividad que allí se realice, ni otorga ni quita soberanía a
las partes”; esto favoreció a Guyana tomar y esquilmar lo que le es ajeno. En
cambio de haberse escrito así:“Mientras no acuerden las partes, soluciones
prácticas y satisfactorias a la controversia, quedará prohibido cualquier
actividad de exploración y explotación en dicho territorio”. ¿Por qué esa
estulticia que permitió que un acuerdo se convirtiera en conflicto?, pienso tal
vez por la bondad de Venezuela (¡como siempre!), ante los “lloriqueos” de
Burgham: “por no poder alimentar a su pueblo…”
Lo que hoy sucede
entre Venezuela y Guyana es todo lo
contrario al espíritu del Acuerdo de Ginebra. Una resultante indefinida e
ignorada de las Comisiones Mixtas; un Buen Oficiante de la O.N.U buscando el
diálogo entre las partes por más de 25 años y la actitud agresiva, inamistosa y
rapaz de Guyana que, violando de manera impune jurisprudencias internacionales
del T.I.J de La Haya, de la O.N.U, de la O.E.A, con respaldo de sus colegas del
CARICOM, de PETROCARIBE y la hipócrita actitud de países “hermanos” o “amigos”
indiferentes a nuestra justa causa; ha logrado
difundir y crear matrices de opinión de
sus pretensiones ilícitas, en nuestra tierra y mar, con la astucia y la
insolencia muy bien aprendidas
de“Albión”mientras nosotros nos confundimos en un “pasticho” ideológico,
en detrimento del verdadero interés nacional. Por todo ello, Guyana se olvidó
del deber ser del Acuerdo de Ginebra de 1966 y se prepara, por todos los
medios, a lograr ser una verdadera heredera del colonialismo británico…Pero eso
no será posible, mientras exista este Acuerdo, al cual están atados ambos
países y las futuras decisiones deben ser presentadas, de manera conjunta o
bilateral ante la O.N.U.
Debemos evitar
repetir errores pasados; muchos Estados han desaparecidos del escenario mundial
por decisiones contrarias al interés nacional. En 1965, el Dr. René de Sola,
gran jurista y luego Canciller, cuestionó el sentido y alcance del inminente
Acuerdo de Ginebra por cuanto, a su criterio jurídico, dilataba inútilmente el
proceso de recuperación del Esequibo y advirtió que, la aceptación de Venezuela
a los medios de solución pacíficos no implicaba la renuncia, a los medios lícitos de presión
reconocidos por el Derecho Internacional. Además, precisó, que la colaboración
económica con el nuevo Estado, tenía que estar condicionada al reconocimiento
que éste haga de nuestros legítimos derechos en el territorio Esequibo.
Lamentablemente, como ha pasado otras veces, no se atendió esta vital y
valiente recomendación del Dr. De Sola en ese momento histórico que vivió
nuestro país. Hoy tenemos un conflicto con un país que pretende consolidarse,
en territorios nacionales de Venezuela y de Surinam. Rechacemos ese estólido criterio
de que negociar implica ceder soberanía, eso es traición a esta Venezuela tuya,
mía y nuestra. ¡¡ La Patria siempre debe ser primero!! Fuera los
castrocomunistas, vividores y chulos.
Hasta luego!
G/D. Oswaldo Sujú Raffo.
idefvsoberania@gmail.com
@ProtestaMilitar
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