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LA LIBERTAD, SANCHO, ES UNO DE LOS MÁS PRECIOSOS DONES QUE A LOS HOMBRES DIERON LOS CIELOS; CON ELLA NO PUEDEN IGUALARSE LOS TESOROS QUE ENCIERRAN LA TIERRA Y EL MAR: POR LA LIBERTAD, ASÍ COMO POR LA HONRA, SE PUEDE Y DEBE AVENTURAR LA VIDA. (MIGUEL DE CERVANTES SAAVEDRA) ¡VENEZUELA SOMOS TODOS! NO DEFENDEMOS POSICIONES PARTIDISTAS. ESTAMOS CON LA AUTENTICA UNIDAD DE LA ALTERNATIVA DEMOCRATICA

domingo, 16 de noviembre de 2014

HUGO CESAR RENÉS, EL ESPEJO ESPEJITO ¿QUIÉN ES EL MÁS REVOLUCIONARIO.?, DESDE ARGENTINA,

HUGO CESAR RENÉS
Baja calidad de la política; corrupción gubernamental;  debilidad ciudadana carcomida por la pobreza, la inseguridad y la baja calidad educativa;   libertades conculcadas o amenazadas y el Estado de derecho en cuestión,  me hace preguntar: ¿hasta dónde vamos a llegar; habrá algún peldaño más por descender?

Si retrotraemos nuestras miradas hacia el primer gobierno peronista, entre 1946 y 1955 podremos encontrar la clave de lo que nos pasa hoy.

En el primer gobierno peronista hubo mucho de  positivo que conviene recordar antes de avanzar en otros temas:  El primer gobierno de Perón completó la construcción ciudadana iniciada en 1912, con el voto femenino; dio un impulso vigoroso a la democratización social: el reconocimiento a los sindicatos; la extensión del bienestar y la justicia social.

Cada cosa tuvo sus matices y bemoles, es cierto,  pero eso es otra historia.

Aquel régimen político  de indudable fundamento democrático, perteneció a la variante plebiscitaria, escasamente republicana y fuertemente autoritaria.

Su legitimidad provenía de la “nación” y del “pueblo”, uno e indivisible, que no admite en su interior ni partes, ni intereses en conflicto. Movimiento y Estado son la misma cosa; por eso en los gobiernos peronistas es tan difícil de diferenciarlos.

El movimiento peronista se considera la nación misma, por eso las “Veinte verdades peronistas” fueron declaradas “Doctrina Nacional”.

Los disidentes u opositores son ajenos al pueblo, o mejor dicho, sus enemigos.

En palabras peronistas, son la “antipatria” o los “desestabilizadores”.

Esta violencia de lenguaje caracterizó a toda la historia del peronismo, salvo algún receso ocasional.

Lamentablemente el autoritarismo plebiscitario y antirepublicano emergió con plenitud durante su primer gobierno. La lista de estos avances autoritarios sobre los derechos ciudadanos y de la sociedad toda,  ha sido hecha muchas veces, pero considero que no es ocioso recordarla PARA MIRAR EL PRESENTE EN ESE ESPEJO.

El peronismo descartó al Congreso como lugar de debate. Deshizo la Corte Suprema y subordinó al Poder Judicial.

Reformó la Constitución para habilitar la reelección presidencial. Concretó el manejo de los medios de prensa, toleró algunos diarios “independientes”, pero no dudó en confiscar al más reluctante, La Prensa, entregándoselo a la CGT. Disciplinó y uniformó a todas las organizaciones sociales, incluyendo la escuela, donde La Razón de mi vida ocupó el lugar de la religión,  y las Fuerzas Armadas. Restringió los espacios de expresión de los partidos opositores y creó una sección especial de la Policía para desalentar a quienes quisieran manifestarse públicamente.

Es necesario mencionar muy especialmente algunos episodios donde la violencia subió varios puntos. Recordemos la multitud (de la que nadie después se hizo cargo) que incendió en 1953 la Casa del Pueblo, la Casa Radical y el Jockey Club, ante la mirada pasiva de la Policía y los Bomberos. Algo parecido ocurrió en 1955 con el incendio de varias iglesias católicas…

Hoy es fácil ver en el discurso revanchista su resentimiento, el odio visceral que el kirchnerismo y sus “periodistas militantes” con sueldos del estado destilan hacia la prensa, hacia la puta oligarquía, contra un sector del clero y las fuerzas armadas, el reflejo de la traza autoritaria e intolerante de aquel primer peronismo.

Creo que sería necesario, tal vez no oportuno, describir la historia de los años setenta, pues seguramente encontraremos allí una guía suficiente para imaginar hasta dónde puede llegar el actual gobierno kichnerista, no obstante con lo que ocurre diariamente creo que es suficiente como para preocuparnos por lo que puede venir con la reacción de aquellos que ante el temor de que la fiesta termine próximamente, y pierdan con ella sus privilegios y  la“protección” gubernamental,  vislumbren con mucho temor que los tribunales pueden constituirse en la “próxima parada” para muchos, hoy impunes.

No tendríamos ni deberíamos vivir inmersos en el pasado de “vendetta” en “vendetta”; pero tampoco es posible vivir sin él y sin las raíces que en él se afincaron…

Ahora bien, cuando la desesperación social aconseja nuevos horizontes, ¿a dónde crees que podrán ir los votos del hastío y la frustración?

Aceptemos que el kichnerismo atrajo votos por sus ideas… no obstante los resultados se tradujeron en desilusión…

La ciudadanía vio la pauta, entendió el orden, percibió inicialmente la visión K, pero la gran mayoría no pueden hoy, sin ayuda, ver nada  que no sea caos, desorden, inseguridad, corrupción…, y cuanto más lejos está de los puestos generosamente digitados y gratificados políticamente, más difícil se le hace encontrar en sus vidas algún sentido, orden o propósito.

¿A dónde crees que irá a parar el voto castigo, el voto ideológico y el voto pragmático?

Para que pienses:

1.     En una sociedad polarizada, los medios fanatizados tienden a propagarse ¿Cuántos MCS están hoy en manos del Estado y propagan “autoelogios”

2.     Parte del discurso de Juan Domingo Perón en la ciudad de Rosario siendo Secretario de Trabajo y Previsión el 23 de junio de 1944

… “La Revolución cumple sus etapas en los diversos órdenes. Los soldados que salieron un día de sus cuarteles atraídos por el clamor del hombre de la calle, del taller y del campo, que fueron a golpear sus puertas en demanda de justicia,  cumplen hoy un imperativo social irrenunciable. Nuestra revolución es eminentemente social; nosotros dejaremos en vuestras manos de trabajadores, una revolución cuyas conquistas han adelantado socialmente a la Argentina en cincuenta años. Vosotros sois los encargados de defenderlas, porque los enemigos sociales acechan en la sombra un momento inevitable de transición para desconocerlas y burlaros. Es de vosotros y no de nosotros de quien depende la permanencia y el progreso de este movimiento social que devuelve la suprema dignidad al trabajo y a los trabajadores de la patria. Esas conquistas no pueden ni deben desaparecer. Debe codificarse ese nuevo derecho, plebiscitado ya por millones de trabajadores argentinos. Los fueros de esta nueva justicia, instaurada por nosotros, realista y humana, deben subsistir. Y sé que subsistirán, no solo para nosotros, sino para nuestros hijos, para quienes no queremos esa herencia de miserables egoísmos y explotación humana. La conquista social no se discute, se defiende. Las masas trabajadoras argentinas, con su extraordinario instinto, han descubierto ya donde se encuentra la verdad y donde se esconden la insidia y la falsía. Esta es una revolución del pueblo y para el pueblo, mal que les pese a algunos, que piensan lo contrario.  Millones de argentinos se agrupan ya detrás de la bandera de la Revolución, que es la de la Patria, porque saben que es bandera de redención y de justicia,  como lo fue a lo largo de toda nuestra historia de tradición y gloria. Saben también, los que agotan su vida en el esfuerzo diario, que esta es su única oportunidad y no la dejarán pasar. Unidos y con mutua fe inquebrantable, ellos y nosotros marchamos hacia un futuro mejor. Nos unen iguales sentimientos y nos cohesionan idénticas aspiraciones de justicia social y de grandeza nacional. Vosotros y nosotros unidos, somos invencibles”

3.     La irrupción convulsiva del kirchnerismo aplicó el principio de Maquiavelo “DIVIDE Y REINARÁS”. Y tanta división en las cúpulas solo produjo debilidad social e institucional. En el caso particular del sindicalismo, atomizado, y habiendo perdido el poder para confrontar con el gobierno (incluso sigue dividiéndose dentro de los propios gremios) comienza a aplicar  la estrategia del “sálvese quien pueda y como pueda”. Pretender controlar los salarios negando realidades inflacionarias y debilitando  las cúpulas de la burocracia  sindical,  creo que no eliminará el problema principal al gobierno, seguramente lo hará más complejo y más difícil de manejar.

Buen fin de semana para todos y todas
En azul y blanco

Hugo Cesar Renes
hcr1942@yahoo.com.ar
@hcr1942 

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