Reiteradamente hemos expuesto que las
populares leyes de "salario mínimo" generan desempleo,
manifestándonos abiertamente partidarios de la más absoluta e irrestricta
libertad contractual en materia laboral, tesis esta que continuamos manteniendo
en la actualidad. Seguidamente, vamos a analizar algunas "objeciones"
que se han intentado (vanamente a nuestro juicio) oponer a esta proposición.
PRIMERA CAUSA: SALARIO MÍNIMO |
Se ha dicho que tal esquema "sería ideal
en una sociedad de pleno empleo, en la que el trabajador pueda cambiar de trabajo
a voluntad, sin temor a quedar desempleado".
Lo anterior es exacto. A eso me refiero. A
una sociedad de pleno empleo, es decir, a una sociedad capitalista.
Efectivamente, a este tipo de sociedad apunto. Hoy por hoy, NO EXISTE tal tipo
de sociedad. Es la meta a lograr, el fin deseable. Es más, la libertad de
contratación laboral, bajo el régimen salarial que sea libremente acordado
entre empleadores y empleados, es consustancial y exclusivo de tal tipo de
sociedad capitalista, y no con nuestras actuales sociedades estatistas y
dirigistas.
Se dice que "en una sociedad en la que
existe desempleo y subempleo, el trabajo es un bien escaso".
Esta última manifestación es una confesión
implícita de la más absoluta ignorancia económica. Habida cuenta que, en cualquier
tipo de sociedad, sea en las actuales dirigistas, estatistas, sea en la
capitalista por la cual abogamos, el trabajo SIEMPRE es un bien escaso, en
cualquier clase de sociedad, capitalista (o no, como las nuestras). Esto es así
porque, el trabajo es un recurso, y las necesidades humanas son ilimitadas, lo
que implica que, las necesidades superarán siempre la cantidad de recursos
disponibles. Ergo, el más escaso de dichos recursos es el trabajo, como tal
escasea en sociedades intervencionistas como en sus antagónicas, las sociedades
capitalistas.
Se objeta también que, como consecuencia de
dicha escasez el trabajo "se encuentra sujeto a los vaivenes de la oferta
y la demanda".
Pero, todo recurso, y no solamente el trabajo
se encuentra sujeto a dichos vaivenes. No obstante, aquí hay que hacer una
importante distinción. Una cosa es referirse a la "oferta y la
demanda" y otra muy diferente es hacerlo respecto de "la ley de la
oferta y la demanda". El postulado básico de esta ley, es que, al precio
de mercado oferta y demanda siempre se igualan, lo que es lo mismo a decir que,
a ese precio (el de mercado, recordemos) el mercado "se limpia". Esto
solamente sucede en los mercados libres, o de economía capitalista. No sucede
en ningún otro mercado no capitalista.
Ergo, en una sociedad en la que existe
desempleo y subempleo NO rige esta ley de la oferta y la demanda. Esta ley SÓLO
rige en las sociedades CAPITALISTAS. En nuestras sociedades, la ley de la
oferta y demanda es REEMPLAZADA por las regulaciones del "estado". He
precisamente aquí el problema y el nudo de la cuestión. Es porque NO rige la
ley de oferta y demanda que hay desempleo y subempleo.
Esto sucede porque el salario mínimo tiene
los efectos de cualquier precio mínimo, a saber: se expande la oferta y se
contrae la demanda, lo que implica que aparecerá un sobrante artificial que, en
materia laboral, se llama mano de obra desocupada, paro o desempleo,
directamente.
Se dice que: "Si muchos desempleados
buscan trabajar, el empresario podrá optar por ofrecerles trabajo por un sueldo
bajo".
En la sociedad INTERVENCIONISTA como la
nuestra, claro. Es así. Precisamente porque NO rige la ley de la oferta y la
demanda. En una sociedad CAPITALISTA sería lo contrario: pleno empleo y
salarios altos, por efecto de la ley de la oferta y la demanda, que no rige en
nuestras sociedades ANTICAPITALISTAS.
Las leyes de salario mínimo acotan la
competencia entre los potenciales empleadores al extremo de que cuanto más alto
sea el salario mínimo menor va a ser el número de posibles empleadores que
salgan a competir por mano de obra desocupada o subocupada. En el esquema
vigente, oferta y demanda están fuertemente distorsionadas, al punto que sobra
gente buscando empleo y se reduce la cantidad de empleo ofrecido, fruto de la
dislocación que las leyes de salario mínimo provocan en el mercado de trabajo.
Se perjudican empleados y empleadores, pero los primeros en una medida
muchísimo mayor que los segundos.
Se dice: "Siempre habrá algún
desesperado que "agarre viaje".
Pero esto es lo que sucede actualmente en
nuestra sociedad ANTICAPITALISTA. No ocurriría en una sociedad capitalista. No
podría ocurrir, por lo dicho "ut supra". La manera de evitar
"desesperados" que acepten trabajos mal remunerados es abriendo la
competencia laboral, permitiendo que los empleadores compitan entre sí por mano
de obra. Sólo en ausencia de competencia los compradores de trabajo (llamados
"empleadores") pueden bajar salarios, porque la misma ley laboral los
pone en situación monopolística.
Se indica que: "El salario mínimo evita
que se produzcan estos abusos".
Esto es completamente falso por todo lo que
venimos exponiendo, y por muchísimas razones más. En el actual sistema
económico intervencionista, es falso que todos los salarios actuales sean
"altos". Es inexistente que todos los actuales empleados vivan
"dignamente". Los salarios de ciertas regiones geográficas -o del
interior- son paupérrimos. O sin ir tan lejos, así son los salarios en los
conurbanos de las grandes capitales del mundo. E incluso, en muchos lugares de
las grandes capitales lo son. En nuestro mundo actual, vanamente orgulloso de
sus prolíficas legislaciones laborales, hay gente que gana muy poco, y apenas
llega a fin de mes. En realidad, ninguno de los ardientes defensores del
salario mínimo viviría ni se podría mantener a sí mismo con un salario mínimo.
En nuestra sociedad ANTICAPITALISTA de hoy, los abusos ABUNDAN, y cada vez son
más. El salario mínimo JAMÁS evitó esos abusos. Al contrario, los profundiza.
Esto es praxis, no teorías abstractas.
La quizás más graciosa de todas las
"objeciones" recibidas es esta: "Mas allá de que se trata de una
película, la situación descripta en "Viñas de ira" de John Ford, en
la que se ofrecen sueldos miserables por trabajos de recolección, fue y sigue siendo
real."
Aunque pudiera perfectamente ponerse en duda,
nosotros no negamos que esta película narre una situación "real".
Pero aun suponiendo que fuera "real", lo que en realidad esta
describiendo esa película es nuestra actual sociedad anticapitalista, y no una
sociedad capitalista de libre mercado laboral.
El problema reside en que, quienes hacen el
tipo de "objeciones" analizadas, no tienen ni la más remota idea en
qué tipo de sociedad están viviendo, o mejor dicho, confunden nuestras actuales
sociedades dirigistas, intervencionistas, estatistas y socialdemócratas, con
una sociedad "capitalista". El capitalismo no está -desde las
primeras décadas del siglo pasado- vigente en plenitud en ninguna parte del
mundo. Pese a todo, sigue siendo moda atacar al capitalismo de
"males" que el estatismo vigente provoca y seguirá ocasionando, en
tanto la gente porfíe en confundir este intervencionismo con un inexistente
"capitalismo".
Gabriel
Boragina
gabriel.boragina@gmail.com
@GBoragina
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