Así
como ellos juegan con la muerte, en el sentido de que le sacan partido hasta el
huesito a la memoria de los difuntos, a propósito de la propaganda política,
que esta gente diseña, tal como sucede con la ladilla, para decirlo a la
venezolana, del comandante galáctico; que no lo dejan dormir en paz, a
condición de que sea como una suerte de Mio Cid, y más ahora, cuando se dice
que la popularidad de Nicolás Maduro desciende como la espuma, y con el perdón
de la digresión, yo me voy a atrever a decir que la muerte del diputado Robert
Serra les viene de perla.
Es
decir, el gobierno ha acordado que el dinero que Pdvsa le otorgaba al Fonden,
vía BCV, por la famosa ley del “millardito” de Chávez, en lugar de asignárselo
al valor del tipo de cambio de 6,30 bolívares, como lo venía haciendo; ahora le
viene a 50 bolívares, o sea, a la tasa del Sicad II, y como el Fonden alimenta,
además de la corrupción; dígase de paso, a las Misiones, entonces el populismo
misionero tendrá unos 500 millardos de bolívares; si partimos del hecho de que
lo que le asigna Pdvsa en dólares al Fonden es una cifra cercana a los 10 mil
millones de dólares; de modo que aquí habrá para pagar y darse el vuelto; de
nuevo de la ilusión de la abundancia, y la que no se para en estimular al
venezolano común en dejarse llevar por la circunstancias, y verse impelido a
darle de nuevo a esta gente su voto.
Al
mismo tiempo, al canjearle Pdvsa al BCV los dólares del Fonden a 50 bolívares;
el BCV le devuelve a Pdvsa 50 bolívares, a propósito de la transacción que eso
supone; lo que aliviará el flujo de caja de la estatal, que entonces podrá
honrar una parte de su deuda, sobre todo, con las empresas proveedoras y de
servicios; de modo que por esta arteria también habrá una gran hemorragia de
dinero; sólo que, como se ha operado una devaluación del 500%, entonces esa
deuda que le pagará Pdvsa a estos acreedores estará licuada, totalmente, como
reza la metáfora de los economistas; mientras la inflación se dispara también,
habida cuenta de que una devaluación de este tipo no pasa en vano sobre el
costo de la vida.
Es
decir, este gobierno que se considera enemigo del neoliberalismo, y que por
nada del mundo estaría dispuesto a llevar el tipo de cambio oficial de 6,30 a
50 bolívares en política cambiaria; prefiere hacerlo en una forma parcial, y no
por un problema fiscal, sino por un problema de interés proselitista; que es lo
que conocería Adorno como una dialéctica negativa; pues se trata de una astucia
contable, que va a implicar la quiebra del país, y que era lo que hacía ver
Adorno de la famosa dialéctica positivista de Hegel, quien veía en la humanidad
un progreso continuo hacia su perfectibilidad, partiendo de las leyes
dialécticas; cuando Adorno decía que la cultura del progreso no ha conducido
sino a la cultura masas; que es la cultura de la enajenación, de la alienación
y de reificación del hombre.
Significa
que la muerte de este diputado, toda envuelta en el misterio, como ocurre con
este castrochavismo villano, gavillero y rencoroso, si se toma en cuenta que lo
que han dicho hasta ahora no ha hecho más que confundir; el asunto les madrugó
a los economistas, cuyas observaciones a ese respecto era para que estuvieran
una semana como escándalo en las primeras páginas de los diarios de circulación
nacional; habida cuenta de que estamos ante una devaluación feroz y aviesa;
porque supone que, aún a costa del deterioro más de nuestra moneda, esta gente
va a continuar despilfarrando el dinero, en políticas populistas, que le
garanticen ganar elecciones.
Así
se observa que esta gente, lo que gana en términos políticos en forma
aritmética; en forma geométrica lo pierde en términos económicos. Hace poco la
paridad cambiaria no pasaba de 80 bolívares; momento en que el gobierno hubiera
podido proceder a la devaluación, que tanto anunciaba, y que a última hora la
echó para atrás; de modo que de hacerlo, el impacto hubiera sido en el entorno
de esos 80 bolívares; hoy en día tendría un impacto en el entorno de los 100
bolívares y si continúa en esa espera el impacto será cada vez mayor; porque el
innombrable va, como decía Chávez del barril de petróleo, pero pensando en
dólares, como un disparo hacia los 200 bolívares.
Lo
que demuestra que el cortoplacismo, como reza el lugar común, es pan para hoy,
y hambre para mañana; que es lo que ha sido la política de esta gente, mientras
va corriendo la arruga de lo que le dicta la realidad económica, sin detenerse
a pensar en la gravedad de los problemas. En lugar de admitir que la gente hace
cola, porque está muy acendrado el flagelo de la escasez, ahora obligan a los
supermercados a activar todas las cajas registradoras; porque se parte de que
la cola deriva de un problema de congestión de clientes a la hora de pagar allí.
Ahora,
¿qué va a suceder con esa bola de billetes, que le caen a las Misiones? Al
hablar de Misiones relaciónese el hecho con colectivos; que fue hacia donde
terminaron siendo canalizadas las mismas, y esto por haber quedado en manos de
los “pranes”, en donde operan; que es en su mayor parte en los barrios de las
ciudades, con sus respectivas periferias, a lo largo y ancho del país; unos de
cuyos más conspicuos representantes se dice que era Serra, y lo más probable es
que la campaña electoral, que se avecina, sea una sola rumba, mientras la
inflación nos hace estragos.
Enrique Melendez O.
melendezo.enrique@yahoo.com
@emelendezo
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