"La persona que sabe el CÓMO siempre tendrá empleo. La persona que sabe el PORQUÉ siempre será su jefe”. Thomas Edison
Después de la inútil
polémica del “Chávez Nuestro”, modalidad del régimen para atrapar a incautos
perdedores, se han venido produciendo situaciones que marcan, paso a paso, el
fin de la estrangulada democracia venezolana y se espera un nuevo zarpazo para
terminar de degollarla, si la población lo permite con el letargo que la ha
caracterizado hasta ahora.
UN HORIZONTE DE SUCESOS |
Pasó el “sacudón”
anunciado por al mandatario de turno y
la población pareciera que espera otro nuevo, impactante y con resultados
tangibles. Pues no, todo el mundo anda en Venezuela con la boca abierta, porque
no sale del sorprendente modo de vida encarecido, para llegar próximamente a un
dólar paralelo de 100 bolívares, con las consecuencias de precios más altos en
todos los rubros alimenticios, automotriz, salud y el resto de nuestra
“paleada” economía.
El capitalismo
salvaje se ha inclinado hacia el régimen con todo tipo de sazones:
boliburguesia, viceministerios, la buena
vida a todo dar, y en contraste, más dependencia foránea, mientras el único
recurso que nos queda, no renovable, lo están comprometiendo con la venta de
Citgo, guisos en la empresa petrolera del Estado, PDVSA, (¿antes o después de
Ramírez?) y salidas cuantiosas de dinero
hacia el exterior y al interior de los bolsillos del régimen que no paran de
llenarse.
Eventualmente se suma la vida política del país, la cual no ha dejado de moverse para ganar espacios en las próximas elecciones, la más inmediata es la de la Asamblea Nacional, donde se juega la vida la oposición y el oficialismo la inmoralidad que emerge de los resultados en todas las votaciones que la mitad de los venezolanos, han tenido que superar a un costo doloroso y preñado de fecundas trampas.
Las renuncias de los
que por mucho tiempo levantaban férrea bandera blanca opositora, se traducen en
oxigeno de figuras oxidadas, sacrificios estratégicos o sembrar nueva semilla
para recoger votos, no sin antes pasar por unas primarias. No pocas veces
veremos, en adelante, los reacomodos políticos para ganar las parlamentarias en
la “honorable” Asamblea Nacional, la cual vislumbra hazañas a punto de
empujones para llegar a cada curul.
En la sucesión de
estos episodios, se van olvidando de los
compromisos con los jóvenes, de los pésimos servicios públicos, salud y del pueblo en general. Uno de ellos, por
ejemplo, la legitimidad del salario mínimo retroactivo de los empleados
públicos de la región insular, después de haber sido anunciado con campanitas y
platillos por el mandatario regional, resultando finalmente una bofetada para
los trabajadores que ahora van vociferando y lanzando llamaradas de desprecio,
han terminado por creer que están
utilizando el dinero ajeno para los reacomodos políticos.
Susana Morffe
susana.morffe@gmail.com
@susanamorffe
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Saludos, sintetizaste la realidad que nos circunda.
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