lunes, 15 de septiembre de 2014

SUSANA MORFFE, REACOMODOS POLITICOS (ENTRE CIELO Y TIERRA)

"La persona que sabe el CÓMO siempre tendrá empleo. La persona que sabe el PORQUÉ siempre será su jefe”. Thomas Edison
Después de la inútil polémica del “Chávez Nuestro”, modalidad del régimen para atrapar a incautos perdedores, se han venido produciendo situaciones que marcan, paso a paso, el fin de la estrangulada democracia venezolana y se espera un nuevo zarpazo para terminar de degollarla, si la población lo permite con el letargo que la ha caracterizado hasta ahora.
UN HORIZONTE DE SUCESOS
Pasó el “sacudón” anunciado por al mandatario de turno  y la población pareciera que espera otro nuevo, impactante y con resultados tangibles. Pues no, todo el mundo anda en Venezuela con la boca abierta, porque no sale del sorprendente modo de vida encarecido, para llegar próximamente a un dólar paralelo de 100 bolívares, con las consecuencias de precios más altos en todos los rubros alimenticios, automotriz, salud y el resto de nuestra “paleada” economía.
El capitalismo salvaje se ha inclinado hacia el régimen con todo tipo de sazones: boliburguesia,  viceministerios, la buena vida a todo dar, y en contraste, más dependencia foránea, mientras el único recurso que nos queda, no renovable, lo están comprometiendo con la venta de Citgo, guisos en la empresa petrolera del Estado, PDVSA, (¿antes o después de Ramírez?)  y salidas cuantiosas de dinero hacia el exterior y al interior de los bolsillos del régimen que no paran de llenarse.
Eventualmente se suma la vida política del país, la cual no ha dejado de moverse para ganar espacios en las próximas elecciones, la más inmediata es la de la Asamblea Nacional, donde se juega la vida la oposición y el oficialismo la inmoralidad que emerge de los resultados en todas las votaciones que la mitad de los venezolanos, han tenido que superar a un costo doloroso y preñado de fecundas trampas.
Las renuncias de los que por mucho tiempo levantaban férrea bandera blanca opositora, se traducen en oxigeno de figuras oxidadas, sacrificios estratégicos o sembrar nueva semilla para recoger votos, no sin antes pasar por unas primarias. No pocas veces veremos, en adelante, los reacomodos políticos para ganar las parlamentarias en la “honorable” Asamblea Nacional, la cual vislumbra hazañas a punto de empujones para llegar a cada curul.
En la sucesión de estos episodios, se van olvidando de  los compromisos con los jóvenes, de los pésimos servicios públicos, salud  y del pueblo en general. Uno de ellos, por ejemplo, la legitimidad del salario mínimo retroactivo de los empleados públicos de la región insular, después de haber sido anunciado con campanitas y platillos por el mandatario regional, resultando finalmente una bofetada para los trabajadores que ahora van vociferando y lanzando llamaradas de desprecio, han terminado por  creer que están utilizando el dinero ajeno para los reacomodos políticos.
Susana Morffe
susana.morffe@gmail.com
@susanamorffe

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