Toda autocracia con vocación totalitaria –sea de
izquierda o de derecha- tiene una irrefrenable tendencia a flagelar, coaccionar
y de ser posible, destruir cualquier forma de organización social. Tal
despropósito es un fin en sí mismo, clave para lograr la ocupación total de los
espacios de la sociedad, llegando al extremo de invadir la intimidad y amenazar
la vida. La “revolución” –mal llamada
Bolivariana- no es la excepción.
Recientemente, el gobierno ordenó la captura
del Presidente del Colegio de Médicos de Aragua e inició el proceso para
allanar la inmunidad del Dip. Ismael García; abrió una investigación contra
otro activista gremial, hostigó a dos dirigentes empresariales e imputó a tres
líderes sindicales de SIDOR. En el totalitarismo, que la gente ejerza sus
derechos y exprese su opinión es un grave delito que amenaza la estabilidad del
régimen, usualmente precaria y siempre apuntalada por las bayonetas.
El totalitarismo no es solo una amenaza para los
gremios profesionales sino para toda expresión democrática, provenga ésta del
mundo político, empresarial, sindical o comunitario. Esta realidad hace que la
unidad se convierta en un valor esencial de la lucha democrática y que la
defensa de los gremios y de las libertades públicas e individuales sea una
lucha de todos. Así las cosas, las elecciones del Colegio de Ingenieros de
Venezuela (CIV) es parte de la lucha que han librado los médicos, los maestros
o los periodistas por garantizarle salud, educación de calidad e información
objetiva a la población; es la misma lucha de los trabajadores por sus
reivindicaciones laborales o de las comunidades organizadas que trabajan por
mejorar sus condiciones de vida.
A todos
nos une la aspiración de ejercer libremente nuestros derechos, vivir mejor y
ser útiles a la sociedad. Por ese
anhelo, desde el CIV advertimos con antelación la crisis eléctrica, la caída
del viaducto de La Guaira y el deterioro de otros servicios. Esa aspiración nos
animó para denunciar problemas
ambientales, hacer un diagnóstico de la vialidad del país, formular propuestas
para superar el déficit habitacional y en general, ofrecer nuestro aporte en
materia de infraestructura y servicios. Jamás ha sido un compromiso con
gobierno alguno sino con el desarrollo del país y el bienestar colectivo. Lamentablemente, las cúpulas podridas del
PSUV no tienen interés en la solución de los problemas, sino en preservar el
poder e incrementar su fortuna personal.
En fin, el desafío hoy es promover la organización
social y la participación para impedir que quienes han destruido al país se
apoderen de los gremios, desarticulen los movimientos comunitarios, aplasten a
la sociedad democrática e impongan su proyecto autoritario, sectario y
hegemónico. En este sentido, apoyar a la Plancha 7 en las elecciones del CIV
este 3 de octubre es impulsar el cambio y derrotar al totalitarismo.
Conscientes de esa inmensa responsabilidad, el liderazgo gremial ha presentado
una plataforma unitaria muy amplia. En efecto, la Plancha 7 integra a todos los
factores democráticos –sin excepción- no solo a partidos políticos, sino a
profesionales independientes, dirigentes del mundo académico y empresarial.
¡Gente que construye futuro! Desde la
Plancha 7 asumimos el reto y con más fuerza que nunca, reafirmamos nuestro
compromiso con el país, con la libertad, la justicia y el progreso. Esta también es su lucha y si no es
agremiado, a alguien puede convocar…
¡Contamos con usted!
Richard Casanova
richcasanova@gmail.com
@richcasanova
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